1. AGRADEZCAMOS LA VIDA DEL BUEN PASTOR.
Queridos amigos: El Señor se nos hace presente por la acción pastoral de
muchas personas.
Jesús se presenta en el evangelio de hoy como modelo de pastor “que da la vida
por sus ovejas”. (Jn. 10, 22 – 33).
Si la vida fundamentalmente es agradecer. Agradezcamos al Señor que nos
defienda, nos consuele y nos dé a beber de sus fuentes tranquilas (Sal. 99, 2 – 5)
 Agradecemos, Señor, que nos invites a ideales más altos, a buscar nuevas
promesas y exigencias, a que no nos conformemos con lo ya conseguido.
 Agradecemos, Señor, que nos ayudes a evitar divisiones y conflictos, y a que
multipliquemos encuentros, acercamientos y entendimientos utilizando el
diálogo, la tolerancia y el perdón.
 Agradecemos, Señor, tu voz suave y sincera, tus palabras consoladoras y
convincentes, tus miradas, gestos y silencios elocuentes.
 Agradecemos, Señor, que te sirvas de tantos pies solícitos y diligentes que
buscan nuestro bien. Que te sirvas de tantas personas pacientes, que saben
esperar a que nuestros frutos maduren y no se estropeen.
 Agradecemos, Señor, tu protección a través de tantas manos delicadas y
fuertes.
Delicadas para lavar nuestros pies y curar nuestras heridas.
Fuertes, a la hora de romper ataduras que nos impiden encontrar luz, vida,
sentido y esperanza.
Fuertes, a la hora de defendernos en nuestras debilidades o impotencias.
 Agradecemos, Señor, que nos hayas encomendado tu acción pastoral y
podamos multiplicar servicios y prestaciones, que hagan gozosa y feliz la
vida de cada día.
 Agradecemos, Señor, que nos encomiendes tu acción pastoral para poder dar
vida y conducir hacia fuentes tranquilas, proporcionando cuidados y ayudas.
 A Ti, Señor, nos acercamos para agradecerte tanta orientación, tanta
gratuidad y tanto amor en palabras, gestos y acciones “según tu corazón”.
Gabriel.
4º. Domingo de Pascua. Ciclo. C. Madrid. 21 de Abril de 2013.