1. PRIMERA ESTACIÓN: Jesús es condenado a muerte
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo
A nosotros nos sobran muchas cosas que no aprovechamos, comida, ropa
diversiones, nos quejamos que no somos felices. En este momento hay
muchas personas que no tienen ni donde dormir, ni nada para comer.
¿Hacemos algo para remediarlo?
Pensemos unos segundos y reflexionemos, como vivimos el ahora.
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús con la Cruz a cuestas
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Somos capaces de llevar nuestras cruces con dignidad, queremos quitárnoslas
de encima, no queremos problemas, ni enfermedades, queremos tranquilidad.
No vemos lo que está pasando a nuestro alrededor, queremos quitarnos las
cruces que nos molestan, nos cansan. Pero no tenemos que mirar muy lejos,
en nuestros hogares, con la familia, en la comunidad, en nosotros.
¿Lo hacemos, cargamos con nuestras cruces con dignidad, como Jesús?
Pensemos unos segundos y reflexionemos.
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
TERCERA ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Perdonamos a los que nos ofenden, estamos siempre juzgando a las personas
que nos rodean, sólo porque no hacen las cosas como a nosotros nos
pensamos que deberían hacerlas.
Debemos ser juzgados por las cosas que dejamos de hacer y no hacemos
¿Por qué? ¿Cómo lo hacemos?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
2. CUARTA ESTACIÓN: Jesús se encuentra con su madre
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
La virgen es la intercesora entre su hijo y nosotros. Durante el camino del
calvario no deja solo a su hijo, sufre con Él y por Él, está pendiente, sube la
cuesta y sabe que debe suceder lo que tiene que suceder, lo abraza, lo besa y
deja que siga el camino a la muerte. A nosotros también nos sigue y si le
pedimos ayuda nos la concede porque también es nuestra madre.
¿Cómo nos comportamos nosotros? ¿Rezamos por la paz del mundo, de los
hogares?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
QUINTA ESTACIÓN: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Al cavo de nuestra vida, nos encontramos con muchas personas que pasan a
nuestro lado y nos ayudan, a veces no nos enteramos porque solo nos
miramos el ombligo.
¿Reconocemos y agradecemos a los cirineos que nos ayudan, quitándonos un
poco el peso de nuestras cruces?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
SEXTA ESTACIÓN: la Verónica enjuga el rostro de Jesús
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
La verónica siente tristeza por el sufrimiento de Jesús, limpia su sudor, se
conmueve. ¿Cuántas personas están cuidando de nosotros, nos llenan de
alegría, refrescan nuestro mal humor, nos abrazan y nos aman?
¿Dejamos que nos quieran, y, queremos nosotros sin más, no pedimos,
exigimos, somos egoístas?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
3. SÉPTIMA ESTACIÓN: Jesús cae por segunda vez
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús no puede más, le duele todo su cuerpo, le pesan nuestros pecados, pero
se levanta y sigue tiene que terminar su misión, salvarnos del pecado.
¿Su muerte ha merecido la pena? ¿Ya no cometemos más pecados?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
OCTAVA ESTACIÓN: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Aunque estemos mal y llevemos una cruz que pesa muchísimo, no podemos
dejar a los que nos acompañan, que viven con nosotros que sufran porque no
sabemos llevar el peso, con dignidad, nos hacemos los mártires y hacemos
que sufran por nosotros y por ellos.
¿Ponemos una sonrisa en los labios, para que los que están junto a nosotros
sufran menos? O ¿Nos hacemos las victimas?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Cuanto dolor tuvo que pasar Jesús subiendo por ese monte tan empinado y
con el peso de la cruz, ya no podía más, las fuerzas se iban de su cuerpo.
¿Cómo pudo resistirse, levantarse de nuevo y seguir con la cruz acuestas?
Solo el amor que nos tiene y la fuerza de Dios que caminaba con Él hicieron el
milagro de resistir hasta el final.
Cuando decimos que porque Dios permite que pasen cosas malas, la
respuesta está en cada uno de nosotros. ¿Cómo lo vivimos y reconocemos el
amor del Padre?.
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
4. DÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es despojado de sus vestiduras
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
No se podía caer tan bajo, a Jesús le desnudan delante de todos y le tratan
como a un criminal, pero Él no siente vergüenza, no ha hecho nada malo, solo
lo aguanta porque nos ama. Es un honor morir por nosotros, para salvarnos del
pecado.
¿Crees que Jesús se siente orgulloso de ti? ¿Cómo me porto con Él?¿Crees
que si no pasáramos momentos malos reconoceríamos los buenos?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
UNDÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es clavado en la Cruz
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Siento los golpes del martillo clavando los clavos en las muñecas de Jesús y
pienso que no se le oyó quejarse, aguantó hasta el final ya estaba hecho le
quedaba muy poco para encontrarse con el Padre y ya no sentiría ningún dolor.
Nosotros por mucho menos no paramos de quejarnos. ¿Qué podemos hacer
para ser más valientes?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
DUODÉCIMA ESTACIÓN: Jesús muere en la Cruz
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
El final ha llegado, pero antes de morir tiene fuerza para perdonarnos. ¿Cómo
hacemos nosotros para pedir perdón y perdonar? ¿Dejamos abierto nuestro
corazón para que entre el amor de Dios?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
5. DECIMOTERCERA ESTACIÓN: Jesús es bajado de la Cruz y entregado a su
Madre
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
La madre recoge a su hijo en los brazos y sabe que el sufrimiento de ambos va
a tener su recompensa porque se ha fiado. Ha caminado junto a su hijo y me
puedo imaginar el grado de sufrimiento que ha pasado las lagrimas que han
salido de sus ojos, pero ha llegado el final su hijo va a resucitar ha ganado la
lucha, ha ganado a la muerte. Por eso para nosotros la muerte no es el final
del camino, ¡Jesús ha vencido a la muerte!.
¿Damos las gracias a Dios? ¿Sacamos lo positivo de lo negativo?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN: Jesús es puesto en el sepulcro
V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos
R/. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Al enterrarle los discípulos no creen que vaya a resucitar, tienen miedo pero
descubrirán que Jesús es hijo de Dios y que el Espíritu Santo los abrirá los ojos
y no tendrán miedo. La fuerza que les da hará de ellos unos hombres nuevos.
¿Cómo somos nosotros? ¿Nos atrevemos a pedir a Jesús que nos aumente la
fe?
Pensemos unos segundos y reflexionemos
Señor pequé, tened piedad y misericordia de mi.
DECIMOQUINTA ESTACIÓN: Jesús ha resucitado
Si el trigo no cae en tierra y muere, no da fruto. Tanto amó Dios al mundo que
entregó a su hijo a una muerte en la cruz. Al tercer día resucitó y nos salvó del
pecado.
Cuando dejamos más espacios al amor de Dios, nos hace más semejantes a
Dios. Debemos dejarnos amar sin límites por Dios y amarle sin límites a Él.
¿Debemos abandonarnos en manos de Dios y disfrutar de su amor?
¿Ponemos resitencia?
Pensemos unos segundos y reflexionemos