1. Todos nacemos pecadores separados de Dios y con una naturaleza egoísta que desea hacer el mal. 2. Jesucristo es la única solución para cambiar esta naturaleza pecaminosa y convertirnos en nuevas criaturas con la naturaleza divina. 3. Después de la conversión a través de Cristo, se vuelve posible vivir una vida de obediencia y alejarse de los frutos de la carne como el odio y la envidia.
3. Pero antes, leamos: Romanos 3:10 “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.”
4. Observa que: 1. Todos nacemos pecadores. 2. Y por ende nacemos separados de Dios. 3. La naturaleza egoísta sólo desea lo malo. 4. Ser pecador es vivir en la carne
10. FRUTOS DE LA CARNE: Prostitución, impureza, lascivia, idolatría, hechicería, enemistad, contiendas, crimen, iras, disensiones, sectarismo, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes
11. Observa que: Las obras de la carne son frutos resultado o consecuencia de vivir en el pecado. El ser humano no es pecador porque mata. Él mata porque es pecador. Si no fuese pecador, no mataría.
12. El problema del hombre no sólo es robar, matar o adulterar. Eso es el fruto de su problema. Su verdadero problema es pecar; es decir, vivir apartado de Dios..
13. 2. ¿Puede alguien estar separado de Dios y vivir una vida de aparente obediencia?
14. Juan 3:1-6 “...Respondiendo Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”
19. "Es imposible que escapemos por nosotros mismos del abismo del pecado en que estamos sumidos. nuestro corazón es malo y no lo podemos cambiar" (CC, pág. 16)
21. 2 Pedro 1:4 “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”
29. Resumiendo 1. Todos nacemos pecadores y nos gusta vivir lejos de Dios, haciendo cosas erróneas. 2. Nadie puede cambiar su conducta auténticamente por sus propios esfuerzos.
30. 4. La única solución es CRISTO. Él puede convertirnos en nuevas criaturas con nuevos sentimientos, impulsos y acciones