Cristo la ley y el evangelio

1. Para el 31 de mayo de 2014
PARA ESTA SEMANA: Romanos 7:7-12; Deuteronomio 30:15-20; Mateo
7:24-27; Hechos 10:34, 35; Juan 15:10; Efesios 2:1.
TEXTO CLAVE: "Pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la
gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo" (Juan 1:17).
PREVIEW
SÁBADO
24Mayo
C
uando Cristo exclamó "Consumado es" en la cruz, ¿quería
decir "Estoy muriendo"? ¿Estaba diciendo que la Ley es-
taba cumplida y que la gracia había tomado su lugar? ¿Es-
taba diciendo que con el pecado viene la Ley, que hay una
pena por el pecado y que el evangelio está disponible para todo
aquel que cree y acepta? ¿Fue el amor lo que lo motivó a quedar
suspendido entre la tierra y el cielo, de la manera que era más hu-
millante morir? Aquel que nunca pecó, llegó a ser pecado por nos-
otros (2 Corintios 5:21).
Cristo estaba dispuesto a esforzarse por compartir el evangelio in-
cluso con personas que eran consideradas marginadas de la socie-
dad. Un buen ejemplo es cuando se encontró con la mujer de
Samaria en el pozo de Jacob (Juan 4:1-42). Si Jesús hubiera se-
guido las convenciones de la época, esa mujer no se hubiera arre-
pentido de sus pecados y aquellos a quienes ella les dijo "vengan a
ver a un hombre" (versículo 29) nunca hubieran reconocido que "ver-
daderamente éste es el Salvador del mundo" (versículo 42). El Padre
quiere que nos familiaricemos con el evangelio porque aunque
"¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la
nieve!" (Isaías 1:18).
Cristo mostró gracia y misericordia a todos los seres humanos a
lo largo de las edades; quienes han "pecado y están privados de la
gloria de Dios" (Romanos 3:23). Su muerte nos da vida abundante
(Juan 10:10). Cada persona es importante para Jesús. Él está dis-
puesto a perdonarte, sin importar quién eres.
Esta semana, al estudiar sobre Jesús, la Ley y el evangelio, me-
ditemos en su sacrificio por nuestros pecados, en la Ley que vino a
ejemplificar y en el evangelio que nos salva.
Lección para jóvenes | 61
09Cristo, la Ley y el
evangelio
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2. DESENMASCARANDO EL ANTINOMIANISMO
Por mucho tiempo el cristianismo ha tratado con el antinomianismo.
Este consiste en tomar las valoraciones de la ley judía que presenta
Pablo como un rechazo a todo tipo de Ley.
"¿Es la ley pecado? ¡De ninguna manera!" (Romanos 7:7)
Una comprensión más exacta de los escritos de Pablo muestra que
el evangelio no aniquila la Ley. En Romanos 7:7 escribe que "De ninguna
manera" llamemos pecado a la Ley. Continúa describiendo las dificulta-
des espirituales que él mismo enfrentó: lo que quiere hacer, no lo hace;
lo que sabe que no debería hacer es lo que termina haciendo. Pablo ex-
presa la realidad de un cristiano maduro. Entiende que en Cristo hemos
ganado la guerra; pero hasta que él vuelva, quedan batallas espirituales
que debemos pelear.
Ahora es nuestro turno (Romanos 6:12)
¿Qué debemos hacer con las instrucciones morales que Pablo les es-
cribió a los primeros cristianos? Debemos entender que ser conversos
cristianos no nos hace automáticamente perfectos. Cristo ha crucificado
la carne (Romanos 6:6), pero no ha tomado nuestro poder de decisión.
Pablo escribe con relación a esto: "No permitan ustedes que el pecado
reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos" (Romanos
6:12). Queremos resucitar cuando Cristo vuelva; pero si no somos cui-
dadosos, podemos llegar a decepcionarnos mucho.
Otra afirmación popular es que Cristo vino a abolir la Ley porque era
opresiva. Sin embargo, Cristo declaró que la Ley es eterna. Él no vino a
abolir la Ley sino a darle cumplimiento (Mateo 5:17, 18). Cristo dio cum-
plimiento a la Ley, al obedecerla de manera perfecta. Pero, también hay
otra implicación. Cuando un rabí malinterpreta la Torá, se dice que la
canceló o la anuló. Su malinterpretación de los textos provoca su aboli-
ción. Cristo hizo un paralelo entre "abolir" y "dar cumplimiento". Al ha-
cerlo, utilizó un modismo judío que significa que vino a clarificar el
significado de la Ley y a dejar clarificado a la gente cómo quiere Dios
que viva. Es por esto que cada día debemos dedicar tiempo a estar con
Cristo. Él nos revelará cómo vivir mejor los profundos principios de la
Ley.
Biblia en mano
Lee Romanos 7:7 al 12. ¿Qué dice Pablo aquí acerca de la relación entre el
pecado y la Ley? ¿Por qué hace la pregunta: "¿La ley es pecado?"?
¿Qué significación tiene el mandamiento que Pablo usa en Romanos 7:7 para
demostrar su punto de vista acerca de la Ley? ¿Por qué usa ese en lugar de
algún otro, tal como "No hurtarás"?
DOMINGO
25
62 | Lección para jóvenes
Mayo

3. ESPEJITO, ESPEJITO LUNES
26El evangelio nos ayuda a ver el Cristo de la cruz, las buenas nuevas
de nuestra libertad del pecado y la promesa de vida con Cristo en la
Nueva Jerusalén.
"El Evangelio de las buenas nuevas no debía ser interpretado como
algo que permite que los hombres vivan en continua rebelión contra
Dios, transgrediendo su ley justa y santa [...]. ¿Por qué no pueden ver
que el requisito de Dios bajo la gracia es exactamente el mismo que im-
puso en el Edén: perfecta obediencia a su ley?" (Comentario bíblico ad-
ventista, t. 6, p. 1072). "La convicción del pecado, implantada por la ley,
impele al pecador hacia el Salvador" (Mensajes selectos, t. 1, p. 283).
"Cuando miréis el gran espejo moral del Señor, su santa ley, su norma
de carácter, ni por un momento supongáis que puede limpiaros. No hay
virtudes salvadoras en la ley" (Comentario bíblico adventista, t. 6, p.
1070). "La ley no tiene poder para perdonar al transgresor. Su oficio es
señalarle sus defectos para que pueda comprender su necesidad de
Aquel que es poderoso para salvar, su necesidad de Aquel que se con-
vertirá en su sustituto, su garantía, su justicia" (Mensajes selectos, t. 1,
p. 379). La Ley es la copia y el reflejo del carácter y la voluntad de Dios.
No hay manera de que los hombres caídos puedan satisfacer las de-
mandas de la Ley. Pero, Cristo tomó el lugar del hombre y satisfizo su
justicia. "Todo lo que Cristo ha hecho y sufrido se le imputa al creyente
[...]. Es así que ya no está en deuda con las demandas de la ley, ya que
se presenta como quien no tiene pecado y está en completa armonía
con la ley" (Ibíd., 430). "El sacrificio de Cristo como expiación del pecado
es la gran verdad en torno a la cual se reúnen todas las otras. Para
poder comprender y apreciar correctamente toda verdad de la Palabra
de Dios, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, deben ser estudiadas a
la luz que fluye de la cruz del Calvario [...] Os presento el grandioso mo-
numento de misericordia y regeneración, salvación y redención: el Hijo
de Dios levantado en la cruz del Calvario" (Hijos e hijas de Dios, p. 223).
Biblia en mano
Según Deuteronomio 30:15 al 20, ¿cuál es la relación entre la Ley y las pro-
mesas dadas a Abrahán, Isaac y Jacob? Además, y aún más vital, ¿cómo
se aplican estos principios también a nosotros, bajo el Nuevo Pacto? Ver
Mateo 7:24-27.
En tu experiencia, ¿de qué manera se relacionan la obediencia y la fe? Es
decir, cuando obedeces, ¿qué le sucede a tu fe, en contraste con lo que
ocurre cuando desobedeces? ¿De qué forma la obediencia fortalece la fe?
Lección para jóvenes | 63
Mayo

4. ¡CULPABLE! ¡PERDONADO! ¡LIBRE!
Los principios de la Ley de Dios están expresados en los Diez Man-
damientos que diera a Moisés en el monte Sinaí. Pablo nota que no re-
conocería el mal si no fuera por la Ley (Romanos 7:7); entonces, señala
nuestros errores y descuidos: nuestros pecados. Estamos condenados
a morir (Rom. 6:23). Sin embargo. Dios, a través de su perdón, nos
ofrece vida eterna.
La Ley no fue dada exclusivamente a Israel, sino a toda la humanidad.
Sus principios nos instruyen en cómo deberíamos relacionarnos con
Dios y con nuestro prójimo.
En Deuteronomio 30:15 al 20, Moisés animó a los israelitas a guardar
los Mandamientos, y así vivir (Deuteronomio 30:15-20). Estos preceptos
son la base del pacto de Dios con su pueblo, y la norma en el juicio de
Dios. A través del Espíritu Santo, señalan el pecado y despiertan un sen-
tido de necesidad de un Salvador. La salvación es completamente por
gracia, y no por obras, pero su fruto es la obediencia a los Mandamien-
tos. Esta obediencia desarrolla un carácter cristiano. Es una evidencia
de nuestro amor por el Señor y de nuestra preocupación por los demás.
La obediencia por fe fortalece la testificación cristiana.
La historia de Cornelio revela que la Ley y la gracia se extienden a
todos los seres humanos, sin importar su origen étnico, estatus o condi-
ción (Hechos 10:23-35). Y en su sermón en el Areópago mencionó que
la gracia de Dios se ofrece libremente a todas las personas (Hechos
17:26, 27). Pablo señala la condición de todos los seres humanos en
Romanos 7:24 y 25. Aunque intelectualmente sabemos qué está bien y
que deberíamos hacer esas cosas, hacemos lo que está mal porque la
naturaleza carnal siempre tiene supremacía. Pero Pablo exclama: "¡Soy
un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? ¡Gracias
a Dios, por medio de Jesucristo, nuestro Señor! En conclusión, con la
mente yo mismo me someto a la Ley de Dios, pero mi naturaleza peca-
minosa está sujeta a la ley del pecado".
Biblia en mano
Lee Hechos 10:34 y 35; 17:26 y 27; Romanos 1:20 y 2:14. ¿Cuáles la ense-
ñanza central de estos textos?
¿Qué gran chasco has afrontado que te ayudó a ver cuán indignas de con-
fianza e insatisfactorias pueden realmente ser las cosas de este mundo?
¿Cómo puedes aprender de estos chascos lo que realmente es importante?
MARTES
27Mayo
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5. ESCLAVOS LIBERADOS ´MIÉRCOLES
28Mayo
En el comercio de esclavos, las personas eran tomadas por fuerza
de sus países, arrojadas a un nuevo ambiente en contra de su voluntad
y obligadas a trabajar en condiciones infrahumanas. Algunos individuos
se dieron cuenta de que esto era un crimen contra la humanidad y tra-
bajaron sin descanso para lograr la abolición de la esclavitud. Es de
notar que entre ellos estaban Thomas Clarkson, John Newton, William
Wilberforce, John Wesley y David Livingstone. Las leyes que permitían
la práctica de la esclavitud fueron eliminadas, primero en Inglaterra y
en la Mancomunidad de Inglaterra (1807); luego, en los Estados Unidos
(1865).
Aunque no nos demos cuenta, todos somos esclavos del pecado.
Un Hombre vino a cambiar esta realidad, y todavía muchos se le opo-
nen. La principal oposición viene de Satanás, quien aunque fue creado
perfecto (Ezequiel 28:15), fue el padre de la mentira (Juan 8:44; 1 Juan
3:8); engañó a un tercio de los ángeles en el cielo (Judas 6) y a Adán y
a Eva (Romanos 5:12; 1 Corintios 15:22). Pero Dios, que no quiere que
nadie perezca, envió a su Hijo unigénito para abolir la esclavitud del pe-
cado y redimirnos para vida eterna (Juan 3:16). Gracias a Dios por
Cristo, la cruz y la gracia.
¿Cómo podemos ayudar a otros a entender lo que Cristo ha hecho
para ofrecernos salvación?
Reconocer nuestra pecaminosidad. "Pues todos han pecado y están
privados de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). "Teme, pues, a Dios y
cumple sus mandamientos" (Eclesiastés 12:13), porque "la paga del
pecado es muerte" (Romanos 6:23).
Confesar nuestros pecados tanto a Dios como a quienes hemos
ofendido. Lee Mateo 6:14, 15 y 1 Juan 1:9.
Animar a otros a aprender sobre el sacrificio de Cristo por nuestros
pecados. Guía a otros a Cristo, quien es el camino (Juan 14:6). Re-
cuerda que Dios envió a su Hijo unigénito para que la Ley sea cumplida
en nosotros (Juan 3:16; Rom. 8:3, 4).
Analizar la Ley de Dios y su relación con nuestra salvación. Entiende
que "por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe" (Efe. 2:8); y
recuerda que la salvación es completamente por gracia, y no por obras,
pero su fruto es la obediencia a los Mandamientos.
Biblia en mano
¿Qué nos dicen Filipenses 2:8; Juan 15:10 y Mateo 26:39 acerca de la
clase de vida que vivió Jesús?
De acuerdo con Romanos 6:23 y Efesios 2:8, ¿cuál es la naturaleza de la
gracia que se origina en Jesús? ¿De qué forma suplió Jesús gracia para
los humanos?
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6. UN INTERCAMBIO RIDÍCULO
Me era difícil aceptar la Ley de Dios como santa, por los "No". Sonaban
como retos. Ahora entiendo "la Ley dada por Moisés" como escrita por
pecadores que practican el pecado, y no por seres sin pecado. Mi pers-
pectiva cambió cuando apliqué el significado de la "ley científica" a la Ley
de Dios. Las leyes científicas son fenómenos observados repetidamente
en la naturaleza, que parecen ser verdaderos universalmente. Las leyes
son diferentes de las teorías en que no están diseñadas para dar un
marco causal en el cual describir por qué una serie de observaciones
ocurren, sino que meramente son descripciones de los fenómenos ob-
servados. Por ejemplo, la ley de gravedad dirá que dos objetos se atrae-
rán el uno al otro, y que existe la magnitud de la fuerza; en contraste, una
teoría de la gravedad ofrecerá una explicación sobre la existencia de la
fuerza. Usando esta definición, la ley no quebrantada gobierna cómo las
cosas fueron diseñadas para funcionar, y la ley dada a Moisés señala a
la ley rota que lleva a la muerte. Darnos cuenta de esto debería llevarnos
al arrepentimiento y la aceptación del regalo de Dios: vida a través de
Jesús.
Encontramos un ejemplo de la ley no quebrantada en la relación de
Dios con la humanidad caída. Él nos honra con el título de hijos (Job 2:1),
nos ama incondicionalmente (Juan 3:16) y entrega su vida (Juan 10:10).
Los "No" no se aplicarían a él o a Adán en su estado original. Adán eligió
rechazar la ley que gobernaba su existencia. Ahora, el mundo que nos
rodea muestra adónde lleva el pecado (Romanos 6:23).
A través de la gracia de su carácter, Jesús se convirtió en el retoño de
Adán y vivió acorde a la Ley de Dios. Jesús, sin mancha alguna, tomó
los pecados de Adán y sus descendientes como si fueran suyos. Pagó el
precio (la muerte) y ganó vida eterna: la victoria sobre la muerte (1 Co-
rintios 15:57). Cristo compartirá su victoria y su vida con aquellos que
estén dispuestos a aceptar su vida como si fuera la de ellos y, a través
del Espíritu Santo, vivir como él lo hace. Cristo toma la responsabilidad
de sostener la relación una vez que la persona lo elige.
La elección es nuestra. El trabajo es suyo (Josué 24:15; Mateo 7:7).
Biblia en mano
¿De qué modo Romanos 6:23; 7:24 y Efesios 2:1 describen el Impacto del
pecado?
Muchas personas creen que la vida no tiene significado porque siempre ter-
mina en la muerte. Por eso, a la larga, nada de lo que hagamos importará.
Es difícil discutir esa lógica, ¿verdad? Si todo lo que alguna vez hicimos y
cada persona sobre la cual hemos influido se perderán para siempre y serán
olvidados, ¿qué puede significar la vida?
JUEVES
29Mayo
66 | Lección para jóvenes

7. RECUERDA VIERNES
30Mayo
Aunque muchos ven la Ley de Dios como una fuerza condenatoria,
que existe solo para señalar sus pecados, las personas que están en
Jesús aprender a verla como una luz. La Ley no nos oprime. En lugar
de eso, ilumina nuestras vidas para que podamos ver áreas en las que
no estamos viviendo como nuestro Salvador. Por eso, no podemos ver
la Ley como si no fuera importante porque es una parte instrumental
al construir una relación cercana con Jesús. Después de todo, aunque
deberíamos ser condenados por nuestros pecados, ¡el regalo de Jesús
de morir en la cruz nos da la gloriosa esperanza de un futuro! ¡Él es
nuestra llave al cielo! ¡Aleluya!
Lección para jóvenes | 67
CONSIDERA
Evalúa de qué maneras estás tomando la Ley de Dios a la ligera o»
dejándola completamente de lado. Haz un plan para hacer de su
Ley lo más importante de tu vida.
Vuelve a leer los versículos de esta semana. Márcalos en tu Biblia»
(resáltalos, subráyalos, etc.). Cuando pienses que empiezas a en-
tender qué significa obedecer la Ley de Dios, léelos de nuevo para
orientarte mejor..
Dibuja o pinta una imagen que muestre cómo la Ley es un espejo»
(ve a la lección de Testimonio de esta semana). Comparte tu ilus-
tración con tu clase de Escuela Sabática.
Memoriza el texto clave de esta semana (Juan 1:17). Desafía a un»
amigo, a tu novia/o, etc., a memorizarlo contigo.
Parafrasea el versículo de memoria de esta semana (Juan 1:17).»
Escribe sobre cómo se aplica a ti y cómo deberías cambiar algunas
de tus perspectivas o de tus decisiones en cuanto a tu estilo de vida.
Analiza con un amigo de qué manera la Ley ha iluminado el pecado»
en tu vida. Pide a tu amigo que ore por ti, y pregúntale qué necesi-
dades específicas tiene para orar por él o ella.
AMPLÍA
Salmo 119:1-16.
El Deseado de todas las gentes, pp. 15,64,65, 68,176, 253, 273-
275, 362, 710.
Colaboraron esta semana: Carl Henry, Atlanta, Georgia, EE.UU.; Paula Olivier, Maplewood, New Jer-
sey, EE.UU.; Mark Henry, Phillipsburg, New Jersey, EE.UU.; Carol Joy Elder, Mandeville, Jamaica;
Beverly Henry, Mandeville, Jamaica; O. Patricia Haakmat, Mandeville, Jamaica; Allison Sauceda,
Centerville, Ohio, EE.UU.
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