El barniz arrugado dona un elegante efecto arrugado a las superficies pintadas. Emplea este producto para decorar salpicaderos, depósitos y componentes metálicos.
1. Barniz arrugado | Barniz efecto óxido
El barniz arrugado dona un elegante efecto arrugado a las superficies pintadas.
Emplea este producto para decorar salpicaderos, depósitos y componentes
metálicos.
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En los años 80 el barniz arrugado se utilizaba para dar un efecto picado a
salpicaderos de coches, cámaras, depósitos de motocicletas y muchos otros
componentes metálicos. Actualmente este barniz es otra vez de moda y se
emplea sobre todo para la restauración de coches y motocicletas, además que
para la decoración de muebles, gafas, artículos para el hogar y joyas. Sus
propiedades antideslizantes lo hacen ideal también para el uso en el sector
náutico.
El efecto arrugado que se obtiene utilizando un barniz arrugado es especialmente
útil para enmascarar los defectos sobre las superficies; al mismo tiempo, su
efecto arrugado da un aspecto elegante y refinado. El color más utilizado es el
negro, pero es posible solicitar también otros colores.
Uso y aplicación del barniz arrugado
Antes de comenzar a pintar una superficie, hay que asegurarse que esta sea sin
residuos de pintura anterior. En caso se desee barnizar un material metálico,
podría resultar necesario limpiar la superficie. Algunas superficies, en cambio,
necesitarán la aplicación de una imprimación.
2. Se recomienda aplicar el barniz arrugado con aerógrafo. Gracias a este
instrumento, es posible regular el tamaño de las arrugas según el gusto. Para una
eficaz aplicación, la boquilla del aerógrafo debe tener un diámetro comprendido
entre 1,8 y 2,5 mm y debe ejercer una presión igual a 3-4 atmósferas. Se
recomienda aplicar una capa de barniz del espesor de 300 micras.
Para hacer que este barniz de base disolvente obtenga el típico efecto arrugado,
es necesario hacer secar el objeto pintado a una temperatura de 80° C durante
20 minutos. Es posible utilizar un horno o lámparas de rayos infrarrojos. Para
obtener el resultado deseado, hay que prestar atención a no subestimar la
importancia de una temperatura correcta. Si el barniz se seca a temperatura
ambiente, en efecto, la superficie resultaría lisa; a una temperatura alta, pero
inferior a 80, se obtendría un resultado intermedio y por tanto, no
completamente satisfactorio.