1. Las primeras décadas del siglo XX marcan en nuestro país el inicio de la vida democrática con la sanción de la Ley Sáenz Peña y la llegada a la presidencia de Hipólito Yrigoyen en 1916. Esta apertura favoreció el surgimiento de una nueva búsqueda de identidad artística. Dos grupos llamados antagónicos, Florida y Boedo, definieron buena parte de las letras y la pintura nacionales, sentando un precedente en el futuro del arte nacional. El primero, formado por artistas de la “élite” e influenciado por la vanguardia europea, se alineó con el modernismo y las corrientes estéticas y filosóficas de la época proclamando una renovación y un refinamiento en el estilo. El segundo, comprometido con la realidad social e influenciado por la Revolución Rusa, se conformó con hijos de inmigrantes y artistas de los suburbios de la ciudad. Utilizaron la pluma y el pincel para retratar a las clases excluidas con un estilo llano y realista.

2. Como toda manifestación cultural, el arte está íntimamente ligado a la realidad histórica y social de una época. Durante la presidencia de Yrigoyen se produjeron movimientos y conflictos sociales muy importantes: la huelga de los trabajadores de la Patagonia, la Semana Trágica y la Reforma Universitaria, entre otros. Estas manifestaciones tuvieron origen en la lucha de clases entre la oligarquía, aún detentora del poder, y las clases trabajadoras herederas de la inmigración europea en la Argentina.