1. LAS VUELTAS DE LA VIDA
Por Moshé Rozén
Desde Nir Itzjak, Israel
Cuando Canaro y Romero compusieron en el año 1928 "Las vueltas de la
vida", no pensaron en las elecciones israelies del 2013. Pero la letra de aquel
tango describe la sensación de algunos candidatos –como Shaul Mofaz- que hace
unos meses ocupaban sillones de gobierno y hoy, la gente a su lado "casi sin
mirar, les tira limosna al pasar": el partido Kadima, de Olmert y Sharón, corre el
riesgo de no obtener el mínimo de votos requerido para asegurar su presencia en la
escena parlamentaria.
Tzipi Livni, por su parte, encabeza una fracción escindida de Kadima y trata de ampliar
su márgen de influencia liderando un bloque de centro, pero sus eventuales socios –el
Partido Laborista y el movimiento "Hay Futuro"- perciben que esa alianza, en lugar de
sumar votantes, consolidará el liderazgo personal de Livni frente a Netanyahu,
cercenando el ámbito específico de sus propias listas.
Netanyahu y su partido Likud –aliado ahora a Lieberman, lo que otorga a su campaña
una carácter decididamente radicalizado hacia la derecha nacionalista- goza de la
competencia entre los partidos liberales y de centro. Hoy por hoy, ante la ausencia de
una oposición mayoritaria, el primer ministro no ve amenazada su re-elección.
Los próximos días probablemente traerán cambios tácticos, pero no se perfila un cambio
revolucionario en la estrategia electoral del eje gubernamental y sus frentes opositores.
La marea propagandística –avisos radiales y televisivos, carteles en las calles- coloca
temas importantes al márgen de la atención pública. Uno de ellos es la declaración
efectuada por Yuval Diskin, ex-director de la Inteligencia Interna, en una extensa
entrevista publicada el viernes cuatro de enero en el diario Yediot Ajronot (Ultimas
Noticias): "Estamos ante una crisis de liderazgo y de valores básicos. Netanyahu opera
en zigzag; su accionar elevó el rango político de Hamás y redujo el de Abu Mazen. Los
pasos gubernamentales alejan la posibilidad de concretar acuerdos de paz". Barak y
Netanyahu, según Diskin, empujan a una ofensiva espectacular contra Irán,
desconsiderando las condiciones militares y diplomáticas elementales para un operativo
de tal envergadura. Diskin añade que "justamente por haber combatido contra el terror y
haber visto tanta muerte, llega un momento que se comprende el deber de hacer todo
para aproximarnos a un acuerdo".
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2. Al peligro de una aventurera política exterior y de seguridad se agrega el temor por el
desmembramiento del tejido social de Israel: el activista kibutziano y candidato de
Meretz, Abshalom (Abu) Vilán, alertó –en conferencia realizada el día ocho de enero-
sobre la profundización de la brecha clasista y el derrumbe de los cimientos del
cooperativismo y las estructuras del bienestar social, ante la creciente ola de
privatización capitalista e intereses sectoriales. Vilán subrayó que, más allá de la batalla
electoral, van a hacer falta largos años de esfuerzo frontal y mancomunado de la
oposición, en el estrado parlamentario y en la esfera social, para recuperar los logros de
la economia solidaria de épocas anteriores.
Otros tiempos: publicidad electoral del Partido Obrero Unificado,1949
Vilán y Meretz representan el pensamiento de izquierdas, pero –en los últimos días-
inclusive el conglomerado religioso expresa su desconfianza en lo que parecía ser su
aliadoo más leal, el Likud: los diarios de la ortodoxia, Yeted Neemán y Hamodía,
definen de soberbia la campaña electoral del partido gobernante y advierten de un
eventual apoyo –por parte sus partidos - a una coalición altenativa al bloque nacionalista
de Netanyahu.
Por último, cabe consignar que si en otros comicios ser de derecha era una ofensa (los
dirigentes nacionalistas manejaban códigos publicitarios del liberalismo de centro), hoy,
el Likud y sus partidos satélites se asumen abiertamente como derecha, no sólo en
términos de política exterior y de seguridad: el discurso social del Likud tiene acentos
similares a los del Partido Republicano en los EEUU.
La simpatía evidenciada por el premier israelí hacia los candidato republicano, perdedor
en la última contienda comicial norteamericano, fué, obviamente, registrada por el
presidente Obama. Si se confirman las encuestas y el Likud seguirá en la conducción, es
previsible que la administración estadounidense implemente ese registro para
incrementar su presión sobre el binomio Lieberman-Netanyahu y modificar el rumbo
proclamado en Jerusalem en relación a temas-clave como Palestina e Irán.
Lo que se dice: las vueltas de la vida...
Moshé (Moty) Rozén es corresponsal en Israel
de www.nuevasion.com.ar de Buenos Aires.
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