Este documento discute el papel de las redes sociales como una "mezquita virtual" para los moderados en Irán durante las protestas postelectorales de 2009. Argumenta que Facebook, Twitter y otros sitios permitieron a los moderados organizarse y movilizarse fuera del control del estado, al igual que las mezquitas lo hicieron para los islamistas durante la revolución iraní. Sin embargo, advierte que los moderados aún enfrentan desafíos por parte de los regímenes autoritarios y los islamistas armados.
Por la designación de la jueza transitoria del Juzgado de Instrucción nº 1 de...
Editorial Del Universo
1. La mezquita virtual
Thomas L. Friedman
EE. UU. |
Al estar viendo los sucesos que se desarrollan en Teherán, surgen en mí tres intrigantes
dudas: ¿Es Facebook para la Revolución Moderada de Irán lo que fue la mezquita para
la Revolución Islámica de Irán? ¿Es Twitter para moderados iraníes lo que fueron los
muecines para mulas iraníes? Y finalmente, ¿hay algo positivo en esto para los judíos,
particularmente para el primer ministro de Israel, Bibi Netanyahu?
Esta es la razón por la cual pregunto: a lo largo de los últimos ocho años, se abrieron
espacios para más elecciones democráticas en Iraq, Líbano, los territorios palestinos y
en menor medida, Egipto. Esto es una buena noticia. Para mala fortuna, los grupos que
tuvieron el mayor respaldo de las bases populares y capacidad de movilización –así
como los partidarios con mayor energía para aprovechar este nuevo espacio fueron los
islamistas. Esto es, Hizbulá en Líbano, Hamas en la Franja de Gaza y la ribera
occidental (Cisjordania), los diversos partidos sunitas y chiítas islamistas en Iraq y la
Hermandad Musulmana en Egipto. La corriente popular del centro no estaba por
ninguna parte.
Una de las razones de mayor importancia por las cuales los islamistas fueron capaces de
organizarse y movilizarse furtivamente, así como estar preparados cuando se aflojaran
un poco las tuercas en sus sociedades, se debió a que tenían una mezquita –un sitio de
reunión, de educación y de inspiración para sus seguidores fuera del control total del
Estado.
En casi todos estos casos, los islamistas tuvieron una mano demasiado pesada. En
Líbano, Hizbulá llevó al país a una desastrosa e impopular guerra. Lo mismo Hamas en
la Franja de Gaza. Los islamistas sunitas y chiítas en Iraq intentaron imponer un estilo
de vida religioso a sus comunidades, al tiempo que los mulás en Irán aplastaron a los
reformistas. Sin embargo, a lo largo del año pasado, los integrantes de línea dura en
todos estos países han enfrentado una repercusión de las mayorías centristas, mismas
que detestan a estos grupos islamistas.
Hizbulá fue derrotado en las elecciones libanesas. Hamas enfrenta a un vigorizado Fatah
en la Cisjordania, siendo cada vez más impopular en Gaza. Los iraquíes sunitas ya
expulsaron a los yihadíes gracias al movimiento tribal Despertar, al tiempo que el
mayor partido a favor de Irán en Iraq fue derrotado en el reciente desempate electoral de
la provincia.
Además en Irán, millones de habitantes que anhelan mayor libertad se formaron detrás
del candidato presidencial Mir Hussein Moussavi, obligando al actual presidente
Mahmoud Ahmadinejad a robarse la elección. (Si él realmente ganó la elección iraní,
como alega, por un margen de dos a uno, ¿acaso no invitaría a todo el mundo a que
contara de nuevo los sufragios? ¿Por qué no lo ha hecho?)
2. Lo que resulta fascinante para mí es el grado hasta el cual las fuerzas más seculares de
moderación en Irán hoy día –así como en Líbano han usado tecnologías como
Facebook, Flickr, Twitter, blogs y mensajes de texto como su mezquita virtual, como el
lugar en el cual ellos ahora pueden reunirse, movilizarse, planear, informar y vigorizar a
sus partidarios, fuera del control del Estado.
Por primera vez, los moderados, quienes siempre estuvieron varados ente regímenes
autoritarios que tenían todo los poderes del Estado e islamistas que tenían todo los
poderes de la mezquita, actualmente tienen su propio lugar para unirse y proyectar
poder: la red. El New York Times informó que el grupo de seguidores de Moussavi tan
solo en Facebook ha crecido a más de 50.000 integrantes. Eso seguramente equivale a
más personas de las que podría albergar cualquier mezquita; razón por la cual el
Gobierno actualmente intenta bloquear estos sitios.
Pero, aunque eso pone a la corriente popular de los moderados a la par con los
islamistas en términos de comunicación, no deberíamos dejarnos llevar por las
emociones. En primer lugar, “moderados” es un término relativo. El primer ministro de
Iraq, Nouri Kamal al-Maliki, si bien es más secular y nacionalista que los islamistas del
extremismo iraquí, quiere centralizar el poder y cimentar a su grupo Dawa como el
partido gobernante.
En segundo, incluso si son derrotados electoralmente, los islamistas y sus regímenes
tienen un as bajo la manga: armas. Las armas superan a los teléfonos celulares. Bang-
bang derrota a ring-ring. El Despertar sunita en Iraq tuvo éxito debido a que los
moderados allá estaban armados. Dudo que Ahmadinejad se vaya en paz.
Y eso me lleva a Netanyahu. Israel fue tomado por sorpresa por los sucesos en Líbano e
Irán. Además, funcionarios de Israel han estado diciendo que preferirían, por mucho,
que Ahmadinejad siga prevaleciendo en Irán; no debido a que los israelíes realmente lo
prefieran sino debido a que ellos creen que su conducta facinerosa y antisemítica refleja
el verdadero e inmutable carácter del régimen iraní. Además, los israelíes temen que si
un moderado llegara a asumir el control, eso no auguraría un solo cambio real en Irán, o
en sus ambiciones nucleares, sino meramente las disfrazaría mejor.
No obstante lo anterior, existen señales –aún débiles– en cuanto a que otra tendencia
pudiera estar surgiendo en la región. Todo parece indicar que el régimen iraní se está
dividiendo en la cima. Esto podría desafiar el marco de seguridad de Netanyahu. Israel
no debe sentirse seducido por estas señales ni mostrarse indiferente a ellas. Tiene que
estar abierto a ellas y debe entender que la forma en que se relacione con los palestinos
y los asentamientos puede contribuir con estas tendencias en las márgenes. Sin
embargo, muchas cosas empiezan en las márgenes.
“El ascenso de estas fuerzas moderadas, si es real y sostenido, sería la contribución más
significativa para la seguridad nacional de Israel en el largo plazo”, argumentó Gidi
Grinstein, el presidente del Instituto Reut, centro de análisis estratégico. “Si algunas de
estas fuerzas moderadas empezaran a converger, entonces el estatus general de la
seguridad israelí mejoraría de manera drástica”. Aún es muy pronto para saberlo, dijo,
“pero Israel necesita estar perceptivo a este proceso y no depender meramente de su
viejo marco”.