El documento resume cómo los jesuitas recibieron las parroquias de Urcos, Huaro y Andahuaylillas del obispo Durand para que los seminaristas obtuvieran experiencia trabajando con comunidades quechuas rurales. Los jesuitas se dieron cuenta que no bastaba con el apoyo espiritual, sino que también era necesario promover el desarrollo social y la capacitación de los jóvenes. Por lo tanto, decidieron fundar centros de capacitación profesional que aún 59 años después siguen formando emprendedores, incluyendo