4. • Identificar por que Dios debe estar presente en
nuestras vidas, para poder vivir amenamente
• Promover a los no creyentes a que busquen el
camino de Dios
• Realizar un excelente trabajo para que los lectores
estén a gusto
5. • Constatamos a diario que la vida no es un lecho de
rosas. No podemos comprar con dinero ni la salud, ni el
amor verdadero, ni la ausencia de dificultades... y vivir
como si éstas no existieran no tiene sentido: llegarán
igual. La única postura realista es aceptar lo que venga...
aunque no nos guste lo que llegue. Por esta razón,
existe una respuesta a la cual se le atribuye todo y es
Dios, quien en los momentos más difíciles y oscuros se
encuentra ahí para nosotros.
6. • Es evidente que esta existencia nuestra tiene que tener
un porqué, que no es fruto de la casualidad ni del azar,
que no somos como esas setas que crecen en los
lugares más imprevisibles de forma espontanea, sino
que estamos aquí porque alguien (Alguien) lo quiso. La
razón es, que Dios nos puso en el mundo para llevar a
cabo la misión de seguirlo y demostrar en cada rincón
del mundo, que la respuesta siempre será Dios
7. • “Estamos llamados a poner en marcha, no a llevar a
término”. Pensamos en un cierto final, un cierto objetivo,
cada vez que tenemos un proyecto entre manos,
sencillo o complejo, da igual, pero... ¿quién sabe si
seremos nosotros, o sólo nosotros, quienes lo
terminemos, o si ese final será como lo hemos previsto
en un principio, necesariamente adaptado según se
sucedan los acontecimientos, o si...?. Lo importante es
que Dios siempre estará a nuestro lado para guiarnos el
buen camino.
8. • “Todos te pueden amar, Señor, y a sabios y no sabios, a
ricos y pobres, a chicos y grandes, a mozos y viejos, a
hombres y mujeres, y a todo estado y a toda edad es
común el amor. Ninguno es flaco, ninguno es pobre y
ninguno es viejo para amar. Como quieres, clementísimo
Señor, la gloria para todos, así la pusiste en precio que
todos la puedan comprar.” (Fray Diego de Estella.
Escritor y franciscano español del siglo XVI. De
“Meditaciones del Amor de Dios”, Citado por el P.
Clemente de la Serna -Abad de Silos- en “Para
encontrar a Dios”)