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Vidayobra de ramon castilla
1. Vida y obra de ramón castilla Cadete: GARCÍA ULLOA.A GRADO Y SECCION: 5TO “A” PROFESOR:LUIS RAMIRES 2011
2. Ramón Castilla y Marquesado (Tarapacá, 31 de agosto de 1797 - Tivilichi, 30 de mayo de 1867) fue un militar y políticoperuano que asumió el cargo de Presidente del Perú en cuatro ocasiones. Es considerado patrono del Arma de Caballería del Ejército Peruano. Asumió el gobierno por primera vez luego de la muerte del generalDomingo Nieto por un corto período en 1844. Luego asumió en 1845 y gobernó hasta 1851; más tarde, de 1855 a 1862, y, finalmente, durante un breve periodo en 1863.
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4. Primeros años Nació en el poblado de San Lorenzo de Tarapacá el 31 de agosto de 1797 durante el Virreinato del Perú, fue hijo del bonaerense Pedro de Castilla y de Doña Juana Marquesado Romero. Su abuelo, el español Pedro Pablo Castilla, fue empleado de hacienda durante el virreinato. En 1812[1] se enroló, junto con su hermano Leandro, en el ejército realista. Contaba entonces con quince años. Participó activamente en las campañas contra la patria vieja chilena. Tras la derrota de los insurrectos independentistas recibió en Santiago, en 1816, el despacho de cadete efectivo en el regimiento de caballería Dragones de la Frontera.[2] A los veinte años, como oficial de escolta del Brigadier Casimiro Marcó del Pont en el ejército español, cayó prisionero con él tras la Batalla de Chacabuco el 12 de febrero de 1817 en la hacienda "Las Tablas" cercana a El Quisco. Enviado al campo de detención de Las Bruscas en Buenos Aires, logra escapar junto al también prisionero realista Fernando Cacho en cuya compañía retorna al Perú en una marcha a pie que duró 5 meses atravesando 7 mil millas, muchas veces por territorios salvajes, y que resulta de por si una hazaña no repetida. Reintegrado al ejército real, en 1820 recibe el grado de teniente, continua en filas realistas hasta 1821 año en que proclamada la independencia del Perú, se une al ejército patriota al mando del general Don José de San Martín. Al renunciar San Martín al Protectorado del Perú, Castilla se pone a favor de José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete. Tras las batallas de Junín y Ayacucho, en esta última fue herido dos veces,[3] ascendió a teniente coronel. En el hospital de sangre donde fue conducido para atender sus heridas tendría ocasión de reencontrarse con su hermano Leandro quien habíase mantenido leal a la causa del rey y como él también había resultado herido.[4][5] En 1825 pide licencia para visitar a su familia en su provincia natal, a su paso por Arequipa conoce personalmente a Simón Bolívar, quien como recompensa a sus servicios lo nombra prefecto de la provincia de Tarapacá.
5. Presidencia de la República Castilla gana las elecciones de 1845, juramentando el cargo de Presidente Constitucional el 20 de abril de ese año, para un mandato de 6 años, de acuerdo con la Constitución peruana de 1839. Gobernó hasta 1851, realizando muchas obras en todos los campos, saneando la paz interna y la organización del país. Lo sucede el general José Rufino Echenique cuyo gobierno suscita levantamientos. En enero de 1854 la rebelión se concentró en Arequipa terminando por acaudillar el mismo Castilla. El 3 de diciembre de 1854 en la ciudad de Huancayo, se dio la ley de abolición de la esclavitud. La ley se aplica en cuanto Castilla derrota a Echenique en la Batalla de La Palma el 5 de enero de 1855. En reacción a la abolición los principales diarios de Lima se alarmaron de las futuras consecuencias de la liberación de los esclavos, y los principales hacendados del país formaron una junta presidida por Antonio Salinas y Castañeda, hacendado del valle de Huaura, para plantear el monto de una indemnización y representar al latifundio ante el gobierno. Ese mismo año, los mismos hacendados impusieron al gobierno un reglamento de policía rural muy estricto para prevenir los esperados desbordes consiguientes a la abolición. En enero de 1855 Castilla es elegido Presidente Provisorio. El 19 de octubre de 1856 proclama una nueva Constitución, que ocasiona la Guerra Civil de 1856 hasta 1858. Al finalizar la guerra, Castilla convoca a un Congreso el 24 de octubre de 1858 que lo ratifica como Presidente Constitucional hasta 1862. Este congreso será relevado de sus funciones instalándose uno nuevo en 1860.
6. Efigie de Castilla Ramón Castilla durante su segundo gobierno. Como dijo una vez Jorge Basadre; Ramón Castilla es en resumen lo mejor de nuestros primeros cincuenta años, es aquella figura a la que todos llaman taita, el libertador del negro, el redentor del indio, un hombre realmente muy sencillo y del pueblo, y que llegó con su nombre muy adentro de las multitudes. Por eso era que al grito de: ¡Viva Castilla! La gente se iba a Matar, y al grito de: ¡Viva Castilla! Se hicieron y deshicieron Revoluciones hasta el mismo dio de su muerte, sobre el escribió Carlos Augusto Salaverry diciendo: La pluma de la historia dirá un día, Cuando su cetro la verdad recobre:"Fue tan patriota como se podía, Y aunque el oro a sus plantas esparcía; El pueblo le bendijo: Murió pobre." Leyendo su biografía podemos decir: “Aquí se aprende a triunfar”. Con el vencedor de Barón, de Yungay, de Intiorco, de Cuevillas, de Pachía, de San Antonio, de Carmen Alto, de Iscuchaca, de la Palma, de Arequipa, de Mapasingue , cabe decir: He Aquí un guerrero peruano cuya exaltación puede hacerse sin lamentaciones de “yaraví". Recordemos que en la Batalla de Yungay cuando el general Manuel Bulnes se retiraba tuvo su famoso encuentro con Castilla y le dijo: "Nos han sobado, retirémonos a San Miguel donde podremos proseguir el ataque", “No hemos venido a correr”, le respondió Castilla. Y tomando unos batallones los condujo a la boca de la quebrada de Ancash y decidió la batalla.
7. Reconocimiento Por ley aprobada en el congreso de la república el 25 de junio de 1867 hizo que se tomaron las disposiciones necesarias para los funerales de Castilla, el gobierno del Coronel Prado (contra el que se había sublevado) ordeno gastar 16 mil soles en el mausoleo del Mariscal que debía llevar la inscripción: “El Perú al Gran Mariscal Ramón Castilla”. El 9 de diciembre de 1940 el teniente coronel del ejército argentino Raúl Aguirre Molina pronunció el siguiente discurso al entregar una placa conmemorativa al monumento de Castilla: “En mi tierra, en su más bello ambiente, el de los gauchos, un criollo conquista fama y nombradía, cuando en las justas camperas, no pudiendo dominar la ferocidad del redomón, el jinete cae a tierra con las riendas en la mano. Castilla sublimizó la proeza. Cuando su trompa de órdenes tocó ¡Alto! Al final de la jornada, el jefe hecho pie a tierra, apoyó la cabeza sobre el pecho de su ayudante, y, como buen soldado de caballería murió con las riendas en la mano”.