1. ¡Aguanta, aguanta!
Cuando Moisés dirigía al pueblo de Israel hacia la tierra prometida, después de haber salido de
Egipto, los descendientes de Jacob, exclamaron “Déjanos en paz, déjanos seguir siendo esclavos
de los egipcios”. Es mejor ser un esclavo en Egipto, que un cadáver en el desierto.(Éxodo 14.12)
Cuando Dios, nos llama, es normal que comencemos a sufrir calamidades, Satanás quiere que
volvamos hacia el, que sintamos miedo de los caminos del Señor, que nos arrepentimos de
seguirlo. El pueblo Hebreo sintió miedo, lo que estaban afrontado era duro, ellos estaban
acostumbrados a un estilo de vida del mundo y comenzar a andar por los caminos del Señor se les
estaba haciendo difícil, ante el obstáculo y la visión de sufrir sintieron miedo. Satanás te quiere
como esclavo del mundo, te has acostumbrado a un estilo de vida y de seudogozo mundano, que
salir de esa zona, te afecta.
Pero Dios, no nos ha llamado a ser esclavos, no nos ha llamado a ser cola. Dios quiere que seamos
libres en Cristo Jesús, a ser cabeza, la esclavitud no va con Dios. Por eso, el príncipe de las tinieblas
siempre buscara esclavizarte, se inventara cualquier cosa, para esclavizarte. Pero la intención de
este escrito no es este. Cuando comenzamos a caminar en el Señor, probablemente se levantaran
cosas. Dios dijo “En el mundo tendrás aflicciones, pero no temas, yo he vencido el mundo”(Juan
16.33).
Pero continuando, ante el clamor de esclavitud de los hebreos, los descendientes de Abraham,
Dios le comunicó a su pueblo por medio de Moisés “No tengan miedo. Solo quédense quietos y
observen como El Señor los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos. El
Señor mismo peleara por ustedes. Solo quédense tranquilos. Expresándoles el Señor que siguieran
la marcha(Éxodo 14.15).
Quedarse quietos no es sentarse a dormir y no hacer nada, quedarse quietos en confiar que Dios
tiene el control de todo y cuando le clamamos Él nos escucha. Es descansar en sus promesas y sus
palabras. No es ir a buscar ayudas fuera de la palabra de Dios, es sostenerse en la palabra. Jesús
ante las tentaciones de Satanás cuando se encontraba en el desierto, resistió al diablo, se quedó
quieto, confiado en El Señor, utilizaba la palabra del Señor, las promesas para contrarrestar al
diablo.
MATEO 4
1- Entonces JESUS fue llevado por el Espíritu Santo al desierto, para ser tentado por el diablo.
2- Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3- Y vino el tentador, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan.
4- El respondió y dijo: Escrito está (La Palabra de Dios); No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios.
2. 5- Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el tabernáculo del templo, 6- y le dijo; Si eres el Hijo de Dios
(La duda) échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de tí (El diablo conoce la palabra) y en sus
manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
7- Jesús le respondió; Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.10- Vete, satanás, porque escrito está : Al Señor
tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 11- El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.
Además, el Señor nos dice, continúen la marcha. Es decir, hay que seguir con el Señor. No mirar
hacia atrás, no sentir temor del mundo, porque debemos estar confiados que hay un Dios que nos
dice “estecen quietos, confíen en mí, Yo he vencido el mundo”
Este pueblo tenia a los egipcios por detrás y un mar por delante, en las fuerzas humanas, no tenían
salida, pero nuestra salida es Dios. Tenemos un pasado que intenta mortificarnos y un futuro que
los observamos difícil, pero cuando clamamos a Dios, El solucionara el problema, hay que
mantener la marcha.
Dice Exodo 14.19 que el ángel del Señor, quien iba delante, se pasó atrás de los hebreos, entre
ellos y los egipcios, también la columna de nube se trasladó y durante la noche la columna se
convirtió en fuego y no dejó que se acercaran los egipcios a los israelitas. Mientras el Ángel del
Señor y la columna controlaba a los egipcios, el Señor actuaba por delante, hizo que Moisés
separara el mar el dos, y permitió que pasaran los israelitas, más no los egipcios.
Santiago 4.7, también nos dice que debemos resistir al Diablo y esta huira.
Tú no eres el único que pasa por esto, Daniel resistió, se basó en la palabra del Señor. José resistió,
se basó en la palabra del Señor. Ellos continuaron la marcha, tranquilos en el Señor. Ninguno
utilizó otra cosa que no fuera la palabra de Dios.