Luisa de Marillac Animadora de las Cofradías de la Caridad
Nuestra incredulidad
1. “Venciendo la incredulidad”
Nos referiremos a Marcos 9.23, cuando un hombre le dice a Jesús “si creo,
ayúdame a vencer la incredulidad”.
Desde el punto de vista humano, es irónico la frase, ¿creo, pero ayúdame a
vencer la incredulidad?. Un hombre que estaba con Dios, en primera instancia
duda cuando le dice ¡si puedes¡.
Pero este no es el único caso de personas que han estado con Dios enfrente y sin
embargo dudan ante determinadas situaciones, del poder de Dios.
Los Israelitas, quienes han observado como Dios los saca de Egipto, como parte
un mar en dos para que ellos pasen, como cierra nuevamente el mar para que sus
enemigos perezcan, como los alimenta en el desierto con mana, con codornices,
sacia la sed, entre otros; y en varias ocasiones renegaron y dudaron del poder de
Dios.
Estudiemos los siguientes textos, tomados de la biblia Reina-Valera 1960
(RVR1960).
Éxodo 14.10-12
Exodo. 14. 10
Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los
egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a
Jehová.
11
Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el
desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?
12
¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor
nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.
Éxodo 15:23-25
23
Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le
pusieron el nombre de Mara.[a]
24
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
25
Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se
endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;
Éxodo 16:3
3
y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de
Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues
nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
Éxodo 32. El pueblo hace un becerro
Números 11:1-4
2. Jehová envía codornices
11 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se
encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.
2
Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió.
3
Y llamó a aquel lugar Tabera,
[a]
porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.
4
Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también
volvieron a llorar y dijeron: !!Quién nos diera a comer carne!
Números 14:2
2
Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud:
!!Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!
Números 20:2-5
2
Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.
3
Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: !!Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros
hermanos delante de Jehová!
4
¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí
nosotros y nuestras bestias?
5
¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de
sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.
Números 21:5
5
Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que
muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan
liviano.
Pero no solo el pueblo dudó o se quejó, Pablo, quien vivió el poder del Señor,
nuestroSeñor Jesús, quien observó el poder, sus milagros; había visto como Jesús
caminaba sobre las aguas y ante la solicitud de Pedro, Jesús lo invita a caminar
sobre las aguas, Pedro accede, pero luego de un momento duda y se sumerge.
Mateo 14:22-33
29
—Ven —dijo Jesús.Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en
dirección a Jesús.30
Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse,
gritó:—¡Sálvame, Señor!.
A nuestros ojos, nos parece imposible o difícil de entender como personas
teniendo la presencia de Dios, que han observado la Gloria de Dios; cuando llega
la tormenta, cuando el cuerpo les exige; dudan del poder de Dios. Creo que
muchos dirían cosas como, “yo si hubiera creído a estos hombres que les
pasaba”, o expresar en nuestro cuerpo la irracionalidad o falta de lógica de estos
hombres.
3. Pero la situación no es diferente, pese a que nosotros caminamos por gracia,
muchas son las oportunidades que hemos reconocido que Dios ha obrado en
nuestras vidas, hemos reconocido su poder, la verdad del mensaje, la forma
sobrenatural que ha beneficiado nuestra vida. Creemos en Jesús, creemos en su
resurrección y el poder de esta, pero dudamos se su respaldo, de sus promesas o
de su compañía cuando enfrentamos necesidades, cuando la comida se acaba,
cuando el dinero escasea, cuando nuestros hijos siguen en vida mundana, cuando
nuestro compañero o compañera se ausentan. En fin, no es diferente nuestra
situación con la que vivieron estos hombres de la historia.
«Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan» (Stg. 2:19).
Pero este hombre que observamos en Marcos 9.24, nos da la solución a nuestra
falta de FE o incredulidad, le dice a Jesús “si creo, ayúdame a vencer la
incredulidad”; esto es un reconociendo de la necesidad de que no solo obre en los
acontecimientos de la vida, sino que también impacte y transforme nuestro
espíritu, nuestra FE.
Jesús no solo nos ha salvado, Jesús nos respalda, Jesús está con nosotros. Jesús
nos advierte de lo que padeceremos, pero nos garantiza que estará con nosotros y
que el ha vencido el mundo.
Gracias, CRISTO, mi CRISTO, por salvarme, por pagar por mi el precio de mis
pecados, por vencer a la muerte. Gracias Señor, hoy reconozco que mi naturaleza
pecaminosa me lleva a dudar de tus promesas, de tu poder, de tu respaldo. Pero
como ese hombre te pido “Señor, creo en ti, ayúdame a vencer esta incredulidad.