La evaluación de los contenidos debe realizarse de forma diferente dependiendo del tipo de contenido. Para los hechos, la evaluación se centra en la memoria, mientras que para los conceptos debe enfocarse en la comprensión. Al evaluar procedimientos, se debe observar la imitación de modelos, la aplicación en nuevas situaciones y la automatización. La evaluación de actitudes implica observación externa, autoevaluación y el uso de instrumentos como cuestionarios y escalas.