2. El Misterio del Lago
Una niña muy bella se encontraba a la orilla de un lago, en camino a
su morada con su tierna mirada contemplaba el horizonte, sus ojos
marrones claros como la miel
chispeaban al mirar, tenia una
inmensa dulzura en
su mirada y revelaba
un mundo de belleza interior que
con un simple
parpadear de
sus enormes
pestañas
deslumbraba
a cualquier
mortal . Ella
entretenía
su mirada y
solo encontraba un bosque espeso de
grandes árboles
cuyo follaje de
intenso color verde
revelaban unos
misterios que decían
haber en tal espesura;
presentía que al seguir mirando se iba penetrando en el embrujo que
emanaba ese bosque virgen, e impenetrable, tétrico hasta ahora,
muchas leyendas existían de ese bosque, y del lago que existia junto
a el tal como los que percibía la bella niña, eso la asustaba mucho,
su aspecto angelical
hacía contraste con
lo ignoto del lugar.
que por una
casualidad ella
se encontraba allí, casi
perdida
, pero no la
asustaba
tal situación
mas
bien se lleno
de una
curiosidad de
cómo un
precioso bosque
con arboles
tan inmensos llenos de
verdor pensaba
que albergaría infinidad de seres
que no los conocía esperaba
encontrar en esos momentos vio parar un enjambre de mariposas que
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3. Mis Pequeños Cuentos Magicos
se internaban en ese bosque al que decidió seguir , caminando entre raíces de arboles , troncos caidos ramas sueltas seguía a aquellas mariposas
que alegremente revoloteaban y seguía internándose en ese bosque que
cada ves se hacia mas
espeso pero no era dificultad para ella
Llevaba en
su brazo una canasta llena
de flores de
múltiples
fragancias y
colores,
las mas bellas
eran las
rosas rojas
encarnadas, las
violetas de
grandes pétalos
recién cogidas
que expedían un
exquisito perfume,
los alhelís de blancos
capullos, las hortensias rosadas que palidecían ante la belleza de la niña
contrastaban con el lugar que se asemejaba a un eden por
Ella que se llamaba Hortencia era de un aspecto
muy frágil, con el
cabello caído hacia
los
hombros
formaban
torbellinos
con la brisa
que salía
del lago,
su aspecto
angelical
resaltaba con
el vestido
blanco
que
llevaba, le
caía desde
los hombros hasta cubrirle los pies
, se dejaba ver su
cuello terso de lívido color casi marmoleo y
sus pequeñas orejas eran
cubiertas con la caída de su cabello, sus labios finos y rosados ligeramente entre abiertos estaban propenso a una sonrisa angelical y cautivadora,
hacían juego con su sutil belleza, solo le faltaba una diadema para ser
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4. una reina .
Mis Pequeños
La tarde se tornaba cada vez mas lúgubre, pues las sombras de la noche
amenazaban con una tenue oscuridad, y ella debía iniciar su regreso del
lejano lugar de dond venia , de pronto se llenó de penumbra la escena,
ella dubitativa como buscando algun lugar que guarecerse en
la penumbra se llenó
de pánico, las sombras
de la noche parecían formar distintas
figuras en la
penumbra , ella asia
con toda sus
fuerzas lsu canasta
de flores temia
perderlas , pero de
pronto asomó
una inmensa claridad en medio
del bosque el motivo de tal claridad,
eran que cientos de
luciérnagas comenzaron a alumbrar el camino
que debía seguir;ella presurosa enrumbó hacia el norte, guiándose también por la estrella polar que en ese momento de la noche se hacía más
visible. La bella niña siguió por el camino que les era iluminado por el
ejercito de luciérnagas , caminó hasta quedar exhausta, solo allí se tomó
un descanso bajo un frondoso árbol de cedro y un profundo sueño se
apoderó de ella.
Las luciérnagas quedaron a la espera que despertara velando el sueño de
la niña que parecía haber salido de un cuento de hadas, nada perturbaba ese momento el ambiente , la oscuridad de la noche parecía haberse
detenido para admirar y contemplar el sueño profundo de aquel ser que
permanecía dormida, el bosque ya no se presentaba impenetrable en
ese momento todo era distinto el aroma que se sentía era de una paz
increíble el mal pareciera que había sido ahuyentado. Un visible halo
de luz rodeaba a la niña, su canasta de flores parecía brillar, además
seguían emanando el perfume de las flores y se veían más frescas; los
capullos parecían abrirse, brotando nuevos pétalos que se iban elevando
formando una cortina de múltiples colores al son de una extraña melodía
jamás escuchada por su bellas notas , como si un coro de ángeles estuviera cantando, la niña esbozaba una delicada sonrisa en medio de su sueño
como si estuviera flotando en un prado con múltiples rollizos serafines
que la invitaban al juego de la dicha y felicidad, súbitamente todas las
luces se apagaron en una oscuridad total y la luna alumbraba en lo alto
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5. creando el reflejo un espejo de plata en el lago y la niña se elevó en ese
momento, con dirección alMis Pequeños
cielo, unas bellas y enormes alas se advirtieron en su frágil cuerpo, que sutilmente las agitaba y desaparecía en la
inmensidad del cielo: ELLA ERA UN ANGEL DEL CIELO.
Autor: Ernesto Castillo Tafur
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