El autor argumenta que los inversores se enfrentan actualmente a un dilema entre "susto o muerte" debido a las extremadamente altas valoraciones en los mercados de renta fija y variable. Ante este escenario, acudir a los mercados en solitario sería arriesgado. La mejor opción es contratar a un asesor financiero profesional regulado que pueda guiar a los inversores de manera segura a través de los mercados volátiles.
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OPINIÓN
¿Susto o muerte?
Publicado el 22 de Agosto de 2017 - 00: 34
Carlos De Fuenmayor
cdfeafi@kesslercasadevall.com@cdefuenmayor
En una más de las “americanadas” que tanto nos gusta importar a los
españoles, la extraña y antiestética celebración de la víspera del día de
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Los inversores se enfrentan a un dilema complejo en unos mercados extremadamente caros.
2. españoles, la extraña y antiestética celebración de la víspera del día de
todos los Santos -que por aquellos lares denominan Halloween- se ha
ido colando en nuestra costumbre y desde hace años, con céltica
perseverancia, va acumulando el poso que en poco tiempo supondrá el
carpetazo sustitutivo de la tradición autóctona.
La tradición irlandesa celebraba que “la delgada línea” que separa el
mundo de los vivos del de los muertos esa noche era aún más delgada.
Así que era la fecha ideal para acoger a los familiares fallecidos. El resto
de rituales servían para evitar que se colaran otros entes en las casas.
Con los años la parte más gore de la tradición se ha ido acentuando y
convirtiendo en una apología de un terror y un miedo del todo
innecesario, sobre todo con el menú de sustos reales como la vida
misma con que nos desayunamos día sí y noche también.
Aunque la exaltación del miedo para ahuyentarlo solo nos devuelve una
imagen retorcida y nada edificante del mismo y a pesar de la
intrascendencia de su repertorio, quizás algunas de sus manifestaciones
si puedan servirnos para extraer alguna lección práctica aplicable a
otros ángulos de nuestra existencia.
En concreto me refiero a una de las más absurdas derivadas del evento
en cuestión que consiste en elegir al azar a un interfecto del vecindario,
plantarse en su puerta y si acude a la llamada del grupo de fantoches
disfrazados de calaveras, momias, fantasmas, vampiros, o un adlátere
cualquiera de la familia Adams que aporrean su puerta, espetarle que
manifieste su elección entre susto o muerte.
Ante tan funesta elección, obviamente casi todo el mundo dice susto,
recibiendo una broma en forma de grito acompañada después de un
sentencioso “ahhhh, podías haber elegido muerte”.
Es a esa perversa diatriba -a la que cualquiera en su sano juicio
respondería: ¿Y por qué tengo que elegir entre dos cosas odiosas?- a la
que más pronto que tarde y con unos mercados en valoraciones
3. que más pronto que tarde y con unos mercados en valoraciones
extremadamente elevados, los inversores van a tener que enfrentarse.
El ahorrador se va a plantar ante la puerta de un mercado que en la
actual tesitura de valoraciones elevadísimas (tanto en renta fija como
variable) solo puede ofrecer una respuesta tan desasosegada como la
elegible: susto o muerte.
En esta coyuntura, acudir a los mercados en soledad se antoja una
aventura auténticamente suicida y aunque el miedo dispara los niveles
de adrenalina y forma parte de la propia vida, el inversor en solitario ya
tiene de sobra afrontando los miedos cotidianos y sobreponiéndose a
ellos, como para zamparse unos miedos “extras” de postre. El miedo
siempre es menos si se afronta en comandita.
Otra opción sería no acudir al mercado y dejar que nos cobren por tener
nuestro dinero ocioso en el banco y erosionado por una inflación en
crecimiento modesto pero sostenido o custodiarlo en nuestra casa
rezando porque no nos lo roben. Opciones que no dejan de ser
versiones edulcoradas y engañosas del binomio susto o muerte y por lo
tanto de escasa aplicación efectiva.
Para intentar obtener rentabilidad toca entonces, valor y el apoyo de
compañías arrojadas. La llamada a la puerta de un mercado que no es
un vecino apacible ni receptivo sino más bien un voraz gigante que,
como Saturno, se devora a sus hijos en cada desayuno, exige la
experiencia, la cabeza fría y el master nivel avanzado en mindfullness
de profesionales acreditados, regulados y bregados en las jornadas
tenebrosas que suponen las finanzas cada cierto tiempo. Sosias del Dr.
Van Helsing, expertos en ahuyentar criaturas nocturnas que quieren
drenarnos los caudales a base de sustos mortíferos.
“Con unos mercados extremadamente caros los inversores
deben enfrentarse al dilema de susto o muerte
4. Por lo que si desean ahuyentar la parte oscura de los mercados y
recorrer sin miedo sus vericuetos les sugiero que contraten los servicios
de un asesor financiero profesional, regulado, intrépido e
independiente. En poco tiempo verán que a pesar de las dificultades y el
temor, con su ayuda podrán disfrutar de la parte luminosa frente a la
oscura de los mercados, de la vida sobre la muerte, de la confianza
sobre el miedo y de la gratitud de una colaboración exitosa frente al
homenaje al terror en que se convierten los mercados cuando empiezan
a sufrir –como ahora mismo- del pavoroso mal de alturas.
Habrá sustos pero triunfará la vida.
Carlos de Fuenmayor es director de Kessler&Casadevall AF
Publicado en:
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