A partir de un breve recuento de la historia del cine se lleva el lector a mirar Internet como un medio que demanda una escritura propia, un lenguaje adecuado a sus propiedades y potenciales.
1. “COPIAR-PEGAR” NO “FUNCIONAR”
(Marcelo Luis B. Santos - @celoo)
Cuando nacieron los procesadores digitales de texto, una de las aplicaciones
que han popularizado el computador personal, todas las profesiones que tienen intensa
producción textual migraron poco a poco, configurando una verdadera revolución en su
cotidiano. Como dice Steven Johnson en el libro Cultura de la Interface: “… el
computador transforma fundamentalmente la manera como concebimos nuestras
sentencias, el proceso de pensamiento que se desarrolla paralelamente al proceso de
escribir (…) para no mencionar los comandos de deshacer y verificador ortográfico…”.
Profesionales como periodistas, escritores, publicistas, investigadores,
académicos e innúmeros otros se adaptaron gradualmente a las nuevas herramientas
en la medida en que los beneficios se convertían, un una especie de aritmética
subjetiva de costo-beneficio, mayores que la inercia del hábito adquirido. Hasta que
llegó Internet.
El surgimiento de la Internet ha sido percibido en su principio como una
extensión del computador personal de cada individuo en vez de ser entendido como un
medio per se. El investigador redacta un texto en su procesador, destinado a ser
publicado en una revista científica por ejemplo; el periodista desarrolla su historia para
un diario impreso; el escritor escribe un cuento de 10 páginas; y, simplemente, todos
copian y pegan en la Internet. Pero… ¿funciona?
Desde el periodo de emergencia hasta que se llegue a una cierta madurez de un
nuevo medio, es natural que se reproduzcan los medios predecesores en un proceso
de mimesis, reforzando los lenguajes ya conocidos, familiares, tratando de salvar los
hábitos adquiridos previamente, tal vez una ley del mínimo esfuerzo. El devenir de la
fotografía ha cambiado sobremanera la pintura. Se podría decir que gracias a aquella,
los pintores han descubierto potencialidades hasta aquél momento inimaginables en el
2. arte pictórico, generando inmediatamente un movimiento de pierda del realismo en la
pintura, que empieza en el impresionismo, se desarrolla en el expresionismo, luego
cubismo, abstraccionismo etc. La pintura escapa del marco, surgen diferentes soportes
que la tela, artistas trabajan el acaso (Jean-Michel Basquiat es un buen ejemplo), le
tiran tinta al azar, hacen agujeros o queman sus sagradas “obras”, en fin… el lenguaje
se desarrolla de manera auténtica y extrapola los conceptos iniciales.
Figura 1: Presentación de la película Ciudadano Kane, de Orson Welles
Hago clic en el DVD. La obra prima de Orson Welles es presentada como
“Citizen Kane, an RKO Radio Picture production”. ¿Radio Picture? En sus primordios,
el cine era efectivamente llamado “Moving Picture”, es decir, “Imagen en Movimiento”,
cosa que efectivamente lo era. Pero en la medida en que el lenguaje cinematográfico
se desarrolla, maestros desvelan poco a poco el lenguaje naciente: un operador de
3. cámara de los hermanos Lumière, al filmar de dentro de una góndola en Venecia,
descubrió, cuándo su barco se movió, un recurso que hoy llamamos “Travelling”; un
ilusionista llamado Méliès, gracias a un grano de arena que interrumpió su filmación,
se dio cuenta que al juntar dos escenas diferentes se provoca un efecto muy
interesante y sobrepuso una mujer a una flor en la escena galardeada como la primera
metáfora del cine; En “El Acorazado Potemkin”, de 1925, Sergei Eisenstein hizo un
montaje histórico narrando diversos conflictos simultáneamente con la captación de la
escena a través de innúmeras cámaras, sumando un total de ¡108 diferentes planos en
menos de 10 minutos de película! Juntamente con otras técnicas como el close y el
pan, los efectos especiales y animaciones incorporadas a la narrativa, las cámaras
digitales, el avance de los softwares de edición entre otras cosas, el cine innova a cada
nueva película, alejándose más y más del tal “Moving Picture”. La película “Arca Rusa”
de Aleksandr Sokurov se hizo famosa por ser el primer largo-metraje internacional
hecho en una única toma ininterrumpida1, durante el cual el cinegrafista recorrió no
menos que 1,3 km del palacio Hermitage, reducto de los zares con la cámara atada al
cuerpo, sin recreo ni once y sin poder equivocarse, mezclando todas las técnicas pero
acercándose nuevamente de nuestra mirada natural. El cine empezó con una cámara
estática mostrando trabajadores saliendo de una fábrica por 50 segundos, dio una
vuelta por la galaxia semiótica para volver a imitar nuestra mirada. Pero ahora con
intención artística.
El concepto de “Escritura Web” es una cosa bastante discutida y muchas reglas
y prácticas más eficientes ya aceptadas por las distintas comunidades de redactores
Web. Lo más probable, sin embargo, es que mucho del trabajo de aprender o enseñar
dicha técnica sería innecesario si no fuera por el famoso “Copiar-Pegar” de tan
intrínseco a la cultura digital. Pregunto: al escribir una reportaje, ¿el periodista no
considera el medio el que será publicada? Al escribir un texto para una campaña, ¿el
1
http://www.terra.com.br/cinema/noticias/2002/05/23/001.htm en 2004, confirmado en mayo/2009
4. publicista no lo cambia si es radio, tele, diario o revista? ¿Por qué en la Web serviría el
“Copiar-Pegar”?
Si bien por un lado, algunos medios de comunicación son Internet – el portal
Terra es Interne – otras han creado áreas para producción exclusiva, siguiendo
prácticas y convenciones que se van estableciendo y cambiando dinámicamente, cómo
lo pide el mismo medio. Un buen ejemplo es la BBC inglesa, pionera en tener
periodismo en Internet y benchmark de la escritura web. Pero la gran mayoría de las
corporaciones no tiene la misma percepción y hace mal uso del medio, minimizando
sus resultados, por ejemplo al perder la atención del usuario o induciéndolo a una
lectura entrecortada, interrumpida con publicidad o enlaces inadecuados. Por ejemplo,
si al final del texto hay una síntesis conclusiva – como es natural en un texto impreso
argumentativo como un reporte o una tesis académica – y el lector no llega al fin del
texto porque es muy largo, el mismo puede terminar sin entender la intención real del
autor. Otro caso común es cuando el titular y subtitular o el enlace hipertextual que
llevan a una noticia hacen una promesa que el texto no entrega, dejando la imagen del
medio comprometida – la noticia gana la primera batalla, la atención del lector, pero
con el tiempo pierde la guerra ya que el usuario puede irse para siempre.
Es fundamental desarrollar la escritura para Internet considerando el medio con
características y propiedades propias, las cuales deben ser respetadas, por ejemplo, en
la producción textual. Así como el cine hoy tiene elementos de lenguaje que lo hacen
un medio único, así como la escritura ganó alas y se independizó del habla, cada
medio evoluciona y nuestra episteme tiene que correr para absorber sus novedades y
potenciales. Las empresas, gobierno, medios de comunicación y demás instituciones
tienen que asumir este medio como una parte considerable, sino la más importante, de
su comunicación y no como una tarea demás que el funcionario incorpora en su rutina
diaria: “copiar-pegar”. Con los años de uso y la intensificación de su presencia y
acceso, Internet y el ambiente digital ya no es novedad. El acceso no dejará de
5. aumentar, la calidad y ancho de banda deben seguir mejorando y hasta la movilidad se
incorpora a la ecuación. Un universo cada vez mayor utiliza estos medios y dispositivos
de acceso a información cada vez más masivamente y los productores de información
tienen que: (i) entender las especificidades del soporte que lleva sus escritos al usuario
final; (ii) valorizar el saber-hacer de los expertos que investigan el área; y (iii)
preparar equipos delegando responsabilidades y entrenando adecuadamente. Sólo a
partir de esta conciencia, especialmente al nivel organizacional, podrá madurar aún
más este medio, tornándose cada vez más accesible y digerible a los nativos e
inmigrantes digitales.
São Paulo, 2003, actualizado en Santiago, septiembre de 2012.