1. Tina Turner: "Ya no me odio"
Es un torbellino en el escenario. Sus actuaciones levantan oleadas de una pasión hasta
ahora desconocida. Tina Turner arrasa allí donde actúa. Y sin embargo, toda la fuerza,
toda la entrega de que hace gala, no son sino el resultado de una vida plagada de
frustraciones, desengaños y fracasos, fundamentalmente sentimentales. Hoy brilla con luz
propia.
¿Quieres protagonizar "El color púrpura"?, le preguntó Steven Spielberg a Tina Turner
cuando esaba confeccionando el reparto de la película. "No, gracias", contestó Tina, "se parece
demasiado a mi vida". No le apetecía vivir ante la cámara, aunque fuera ficción, todo lo que le
había ocurrido hasta conseguir el éxito total.
Tina nació un 26 de noviembre de 1939 y llegó a la cima hace hace dos años con su
"Private Dancer", que ha vendido diez millones de copias en todo el mundo y le való tres premios
Grammy. Entre esas dos fechas, la cantante tuvo que pasar un buen calvario; con sus padres,
primero, y con el que fue su marido, después. Así lo cuenta en su autobiografía "Yo, Tina", que
está teniendo un éxito arrollador en las librerías.
Tina Turner confiesa que se ha hechoa sí misma; siempre quiso ser un persona
educada, ése era su sueño dorado: tener clase. Su modelo permanente ha sido Jacqueline
Kennedy Onassis, pero no tuvo ocasión de adquirir una formación adecuada, y eso que nació
en una familia relativamente acomodada de agricultores de Nut Bush, estado de Tennessee.
Sus padres formaban un matrimonio mal avenido, siempre estaban discutiendo y
peleándose, y acabaron abandonando a su hija pequeña, Anna Mae Bullock, el verdadero
nombre de Tina Turner. La madre se fue cuando Tina tenía diez años; tres años más tarde lo
hizo el padre. "Mis padres ni me pertenecían, ni yo era de ellos. Cuando se marcharon es como
si hubieran estado siempre lejos de mí. Nunca le he preguntado a mi madre qué pensaba de su
fuga". Anna Mae Bullock "escogió" a sus padres al nacer, para llegar a ser Tina Turner, de
acuerdo con sus creencias budistas. Esta religión le ha ayudado mucho a superar sus crisis
personales desde hace diez años.
Anna se quedó viviendo con sus abuelos y fue a una escuela para niños de color. Por
aquella época se quedó fascinada con las cabelleras rubias al ver a una niña blanca con la
melena de ese color. "Así era como yo quería ser". Fue también por entoces cuando comenzó a
darse cuenta de lo que era la segregación racial.
La discriminación la sintió en los más profundo de sus ser algún tiempo más tarde.
Entonces ya trabajaba con la familia Henderson como chica para todo. La trataban muy bien y la
consideraban como de la familia. Un día de verano paeaba con uno de sus hijos por la calle,
hacía mucha calor, y le ocurrió llamar a una casa para pedir un vaso de agua. Abrió la puerta una
mujer blanca que, nada más verla, le estampó la puerta en las narices.
Poco después tuvo su primer amor, Harry. Lo vio en la cancha de baloncesto donde
estaba jugando e inmediatamente se enamoró de él. El corazón comenzó a latirle muy deprisa.
Tina siempre ha sido una mujer con recursos, por eso corrió hasta el entrenador del equipo y le
preguntó: "¿Quién es el número nueve?. Se llama Harry, le contestó". El entrenador, entonces, le
dijo a Harry que una chica preguntaba por él. "Harry me miró y no podré olvidar nunca aquel
momento tan maravilloso".
Pero la aventura con Harry terminó de una manera dolorosa. El jugador de baloncesto
resultó ser un "play boy"; tenía muchas admiradoreas hasta que empezó a salir con una tal
Teresa, a la que dejó embarazada y se casó con ella. "Aquella vez estuve todo el día
conteniendo las lágrimas hasta que por la noche ya no pude más y estallé en sollozos".
Cambio radical de vida
Tina, que todavía era sólo Anna Bullock, se fue a vivir a Saint Louis y allí conoció al
hombre que, para bien y para mal, iba a cambiar radicalmente su vida. En la nueva ciudad
acompañaba a su hermana al club donde trabajaba como camarera. Alline era mucho más
bonita que ella y le presentó a Ike Turner, un hombre realmente feo, pero con mucho estilo, que
tenía el grupo musical más marchoso de toda la región. En uno de los ensayos a los que iba
Tina, el batería del conjunto colocó los micrófonos casualmente en frente de ella y, como se se
los hubiesen puesto a propósito, comenzó a cantar. Ike se abalanzó materialmente sobre ella y
2. le dijo: "Chica, no sabía que supieras cantar". Allí empezó su carrera de cantante. "Me cambío el
nombre, me compró vestidos y joyas, tenía un Cadillac y eso que apenas era poco más que una
colegiala".
Tina salía con Raymond, uno de los chicos del cojunto, y se quedó embarazada. No
sabía lo que era un aborto, pero, de todas maneras, quería tener el niño. Asì nació Craig, que
ahora tiene veintiocho años. Después del parto, Ike y todo su equipo grabaron un disco de
prueba; la casa productora sugirió que fuera "la chica" la que hiciera un disco para vender en el
mercado. Tenía veinte años y aún le quedaba por vivir lo más difícil, antes de llegar a las mieles
del triunfo.
Tina rompió con Raymond y vivió una temporada sin cariño. Los chicos del conjunto la
pretendían durante las giras. Para defenderse de los intrusos en sus habitación, una noche optó
por pedir ayuda a Ike, que por entonces se había separado de su mujer y no tenía novia.Tina
entró en su habitación y la mecha se encontró con la yesca, porque ya no salió de allí en
dieciséis años, con un matrimonio tempestuoso, un hijo, Ronni, y un divorcio de por medio.
Ike era un buen músico y un mejor don Juan, pero en sus violentos años de matrimonio
lo peor para Tina fue el trato físico que su marido le daba. No importaba el éxito que ambos
tenían en sus actuación ante el público. Ike le pegaba con saña, incluso con la culata de una
pistola que tenía, y luego, sádicamente, la violaba. Era una relación traumática que hizo a Tina
muy infeliz durante todo ese tiempo. Alguna vez que pretendió escaparse en el primer autobús
de línea que encontraba, al final del trayecto estaba Ike aguardándola.
Le iba tan mal a Tina que en una ocasión se tomó una sobredosis de valium para poner
fin a su vida. Fue un intento de suicidio fallido, gracias, probablemente, a que el distino y su fe
budista le habían reservado la suerte de llegar a ser una gran estrella de la canción. Finalmente
le dejó en 1976 y se quedó en la calle y sin un duro. Nunca más ha vuelto a ver a Ike, que ahora
vagabundea por algún lugar de California y de vez en cuando le pide dinero por telegrama. El
éxito en solitario vino en 1979, año en que le presentaron a su manager, Roger Davies, que
consiguió catapultarla hacia la fama.
Su modelo de hombre
Tina no tiene hoy a ningún hombre en su vida, y a pesar de la experiencia vivida no cree
que todos los hombres sean igual de violentos. "Me gusta el hombre fuerte, pero generoso. No
quiero que sea muy presumido, pero sí que tenga su propia personalidad. No es necesario que
sea guapo, me gusta lo que se llama un feo resultón. Lo primero que miro en un hombre son sus
manos, y luego, sus pies. Me desagrada que huela demasiado a colonia, simplemente quiero
que huela a limpio. Y tiene que ser muy masculino". Desde que se divorció de Ike ha salido con
hombres de raza blanca, "porque no he vivido últimamente en círculos en los que haya gente de
color".
Fue muy sonada una actuación de Tina con Mick Jagger, el día que el "rolling stone" le
arrancó la falda en pleno escenario. "Nunca pensé que pudiera hacer una cosa así, a menos que
ya estutéramos de acuerdo. #Voy a cambiar de traje#, me dijo, y yo le contesté, #si vas a
cambiar de traje, quítame la falda# . Estábamos inmersos en el clima creativo que vivíamos en
aquel preciso instante de la actuación. Mick es como un niño travieso. Ya la primera vez que
intervinimos juntos intentó ponerme el micrófono en la entrepierna".
Tina no está sorprendida por la dirección que ha tomado su vida, "porque esto siempre
es lo que he querido ser. Puede que aún tenga que aprender una lección más de la vida en el
caso de que quiera algo y no sea capaz de conseguirlo. En el fondo, por decirlo así, he vuelto a
ser una esclava". Está contenta con su trabajo en los escenarios "Antes odiaba mis actuaciones,
odiaba mi imagen de chica sexy, las fotos de propaganda. Ahora actúo a gusto en escena y en
cuanto dejo las canciones vuelvo a ser Tina otra vez. Ya no me odio".
Michel A. LITTLEFAT. 14-Enero-1987. Interviú
TINA VISTA POR ELLA MISMA
De ninguna manera soy guapa. Las mujeres etíopes sí que son guapas; sus caras
esculturales, las narices, la línea del pelo... Las escandinavas también lo son; adoro sus cabellos
tan rubios, que casi brillan, y son tan blancas... Yo no tengo una gran figura, pero sé cómo
vestirme. Mis piernas son bonitas y conozco la manera de calzarme para que las pantorrillas
3. luzcan todo su esplendor. Sé cómo aparecer con buena presencia, pero no soy una mujer bonita;
pertenezco a esa clase de personas que "están bien".
¿Alguien puede entender que un montón fde hombres se sienten intimidados ante la
Tina Turner que ven en el escenario, esa mujer sexy, apasionada, vestida de cuero minifalda y
medias de malla? Es curioso, porque todas esas prendas las he elegido por razones prácticas.
Las medias de malla son más resistentes que las corrientes; no se me ocurrió pensar si a los
chicos les gustaría o no. Creo que no me visto especialmente para los hombres.
Las faldas cortas se explican porque tengo poco torso y, en cambio, mis piernas son
bonitas, aparte de que necesito estar cómoda para bailar y moverme. El cuero lo empecé a usar
porque necesitaba un material que no mostrase el sudor. En mi actuación termino empapada por
la trasporación y con unos vaqueros la gente se daría cuenta.
Desde el escenario nunca me dirijo a los hombres; siempre trabajo para las mujeres
porque si las tiens de tu parte, los chicos los tendrás por añadidura. Por eso miro a las chicas y
además me siento menos avergozada. Durtante la actuación nunca me verán, siempre sonrío.
Mis canciones está hechas un poco de las vidas de los que me están escuchando.