Las semillas por lo regular son muy pequeñas, pero guardan dentro de sí todo el potencial y el misterio de la información genética de su respectiva especie que puede llegar a ser un manzano, un bebé elefante, una ballena, un cuerpo humano, una tremenda sequoia (redwood) o un impresionante roble (oak).
1. “UN GRANITO DE ARENA”
Por: Jonathan Bravo
Las semillas por lo regular son muy pequeñas, pero guardan dentro de sí todo el potencial
y el misterio de la información genética de su respectiva especie que puede llegar a ser un
manzano, un bebé elefante, una ballena, un cuerpo humano, una tremenda sequoia (redwood) o
un impresionante roble (oak). Aunque el destino de la semilla es caer a la tierra y “morir” (lo
dice Jesús en referencia a sí mismo. Juan 12:24) para llevar mucho fruto. Así es el diseño de
Dios: Traer algo a la existencia de la nada y de lo insignificante hacer cosas formidables.
La humanidad fue horrorizada por la potencia destructiva de la llamada fisión nuclear en
el siglo pasado. Que consiste en manipular el núcleo de átomos de ciertos elementos. Y
actualmente se está hablando de la aceleración de partículas para obtener resultados que
superarían por mucho hasta lo que hoy se conoce.
A mí me impresiona la fotografía de “Los Pilares de La Creación” de donde se dice que
como un inmenso vientre se forman las estrellas. “Los cielos cuentan la gloria de Dios y la
expansión denuncia la obra de sus manos.” (Salmo 19:1) Ya que sus huellas digitales están
por todas partes, no me sorprendería que El Creador se valió de algo del tamaño de una
habichuela (un frijol) para ocasionar “El Big Bang” (La gran explosión) que haya dado origen al
universo descomunal. ¿Y qué tal si “esa habichuela” fue Su Palabra? Lo que estoy tratando de
explicarte es que en nuestro modo de pensar natural, siempre ha estado apreciar las enormes
inversiones, los grandes remedios y menospreciar lo que en nuestro “tanteo” es nada,
insignificante y ordinario. Pero si dejáramos que Dios abriera nuestra vista espiritual, seguro que
podríamos mirar esas cosas extraordinarias a partir de las ordinarias.
Un cuadro que sin duda parece hasta ridículo en La Biblia, (Imagina que por un momento
que estás allí de mirón) Jesús tiene enfrente a un Joven quien le entrega cinco panes y dos
peces. Fácilmente podría haberle dicho ¡Muchas Gracias! O por qué no, compartirlo entre los
dos; pero no, eso fue la gran contribución. Porque en las manos del Señor, al dar gracias al Padre,
¡fue milagrosamente multiplicado y comieron más de cinco mil personas! Se saciaron y
sobraron doce canastas de mendrugos. (Juan 6:5-13). ¡Esas matemáticas me gustan! Es lo
mismo, no ha cambiado. Cuántas veces te habrás preguntado ¿pero yo qué puedo dar? ¿Qué
podría yo hacer si estoy tan limitado? Deja que te pregunte: ¿Sabes sonreír? ¡¿Eso?! Si pudieras
darte cuenta de lo que significa una palabra de ánimo, de consuelo, una palmada en la espalda,
un “tip” o propina, una llamada, un e-mail, cualquier gesto amable o buenos modales en
momentos apropiados? Y si supieras que poniendo tu vida en las manos de Dios, El pondría en ti
La Gracia para bendecir grandemente a otros. ¡Si supieras!
“ Y cualquiera que dé a uno de estos pequeños un vaso de agua fría solamente,
Por cuanto es discípulo, de cierto os digo: No perderá su recompensa.”
(Mateo 10:42)
2. El punto no es el vaso de agua fría, sino ser discípulo. ¿Por qué? Porque un discípulo de
Jesús debe hacer todas las cosas en El Nombre de Jesús. Y es que Su Nombre es sobre todo
nombre que se nombra.
“Porque Dios [El Padre] lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un Nombre que es
sobre todo nombre. Para que: En El Nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en
los cielos, en la tierra y debajo de la tierra. Y toda lengua confiese que Jesucristo es El Señor,
Para la gloria de Dios El Padre.”
(Filipenses 2:9-11)
Entonces: En Su Nombre podemos dar vasos de agua, predicar El Mensaje del Evangelio,
aportar soluciones bíblicas para los problemas de la vida, sanar a los enfermos, liberar a los
esclavizados por los vicios, hacer el bien y mirar la Gloria de Dios. La palabra que en La Biblia
se traduce “Poder” en Griego es “Dynamis” y no tengo que explicar nada. Pero sí debo decirte
que en Hechos 8:18-24, un “mago” le ofreció dinero al Apóstol Pedro, para tener “Dynamis”
porque quería añadir algo a su propio show. Entonces Pedro le reprendió duramente.
“Tu dinero perezca contigo… porque tu corazón no es recto delante de
Dios…Arrepiéntete de tu maldad y ruega a Dios,
quizás te sea
Perdonado el pensamiento de tu corazón.
Porque en amargura Y prisión de maldad veo que estás.”
Hoy tenemos mucha gente interesada en hacer lo que sea con tal de salir en la TV y que
se les reconozca su generosidad. Dios conoce sus corazones. También tenemos a tanta gente con
“mentalidad de damnificado” que cree que todo el mundo debe darle algo. Eso da vergüenza y
lástima; pero entre estas dos especies están los verdaderos cristianos que no deben cansarse de
hacer bien al prójimo en El Nombre de Jesús. Y no importa con qué recursos cuentas, “Dios es
dueño del oro y la plata” posiblemente te identificas con la viuda que en la ofrenda puso solo
dos moneditas, pues era todo lo que ella tenía (Lucas 21:1-4) si eso es TODO lo que tienes, El
Señor lo tomará. Pero entrega al Señor tu vida y aprende que:
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo mucho es fiel;
Y el que en lo muy poco es injusto, también en lo mucho es injusto.”
(Lucas 16:10)