13. - Cangrejo de río ( Austrapotamobius pallipes ) - Jabalí ( Sus scrofa ) - Ratonero común ( Buteo buteo ) - Garcilla bueyera (Bulbuculus ibis) - Lavandera cascadeña ( Motacilla cinerea ) - Mirlo común ( Turdus merula ) - Zorzal común ( Turdus philomelos ) - Verdecillo ( Serinus serinus ) - Pito real ( Picus viridis ) - Curruca capirotada ( Sylvia atricapilla ) - Carbonero común ( Parus major ) - Pinzón vulgar ( Fringilla coelebs ) - Golondrina daúrica ( Hirundo daurica ) - Avión roquero ( Ptyonoprogne rupestris ) - Avión común ( Delichon urbica ) - Estornino negro ( Sturdus unicolor ) ALGUNAS ESPECIES ANIMALES OBSERVADAS EN EL ITINERARIO ARROYO PEDROCHE Y DE SANTO DOMINGO. 7 DE FEBRERO DE 2.008
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18. “ Por lo que pertenece a los Aqueductos de los Romanos en Córdoba, se registran hoi todavía con admiracion de todos… Uno de estos descendia del pago Peña Tajada hacia los llanos de la Campiñuela. Desde la Hacienda de los Martyres bajaban por ambas riberas del Arroyo de Pedroche dos aqueductos soberbios, de los cuales uno descendía hacia el pago de la Campiñuela, según demuestran sus vestigios. Otro pasando el arroyo por un Arco grande de Cantería, cuyos fundamentos perseveran, descendía por la ribera citerior al pago de Miraflores, donde dura un albercón de veite i cinco varas en quadro. I el muro del acueducto, fabricado de Cantería, i argamassa, tiene por partes seis varas de alto, para vencer desigualdades del terreno, con el grueso de quasi dos varas, durando la canal por medio, i persistiendo por partes el muro no interrumpido por espacio de mas de cien varas” F.RUANO. Historia General de Córdoba. 1760
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29. “ Llegó Quintín al lugar de la romería, una pradera próxima al arroyo de Los Pedroches. Desparramada en aquel prado, en grupos, estaba la gente. De lejos brillaban al sol los trajes raros y vistosos de las muchachas, destacándose en el fondo verde de la pradera. Quintín se acercó al lugar de la fiesta; en unos grupos se merendaba; en otros tocaban la guitarra y bailaban.” … -Ahora vamos a la sierra. Avanzó Quintín cuesta arriba durante una media hora. Iba cayendo la tarde; las sombras de los árboles se alargaban en la hierba; nubes blancas, densas, como bloques de mármol, con las entrañas incendiadas, avanzaban lentamente por encima de la sierra, el aire tenía sabor a romero y a tomillo. Córdoba, envuelta en un polvillo de oro, aparecía en la llanura, tras ella ondulaban colinas bajas de un verde claro, y estas colinas se escalonaban unas con otras, hasta perderse a lo lejos en una bruma dorada producida por la vibración de la luz. Sobre los tejados del pueblo se erguían las torres de las iglesias, las cúpulas pizarrosas, los cipreses negros y puntiagudos. Entre las tapias de una huerta, con el tronco muy alto, y torcido, se levantaba una gigantesca palmera, como una araría pegada al cielo…” PÍO BAROJA. “La feria de los discretos”. Capítulo 13. Una romería y un paseo
30. “… Un arroyo como el de Pedroches, sombreado por matorrales de adelfas, romero e hinojo, pudiera muy bien evocar la metamorfosis fluvial de Acis. El espeso y viejo soto próximo a la Torrecilla (como se le llamó hasta hace poco a la casa de la Huerta) pudo ser el aludido en la letrilla 188, escrita en 1620 en Madrid. “ No vayas, Gil al sotillo que yo sé quien novio al sotillo fue y volvió después novillo” El soto de la letrilla está surcado además por un arroyo, como el de la Huerta de Don Marcos, que fluía por espeso bosque de álamos y moreras. “ Al sotillo floreciente no vayas, Gil, sin temores, pues mientras miras sus flores, te enraman toda la frente; hasta el agua transparente te dirá tu perdición viendo en ella tu armazón que es más que la de un castillo…
31. La famosa descripción de la gruta de Polifemo, “ de este, pues, formidable de la tierra bostezo, el melancólico vació a Polifemo, horror de aquella sierra bárbara choza es…” ¿No podría vincularse con la cueva de las Mesas de la Marquesa, situada aguas arriba del arroyo de Pedroches a dos o tres kilómetros de la Huerta de Don Marcos? ¿La conoció Góngora? ¿Llegaría a las Mesas en sus excursiones venatorias por la sierra? ¿Repararía en aquella cueva que abre su boca en la cima aplanada de la montaña? Es muy probable que así ocurriera. RICARDO MOLINA. Córdoba Gongorina. Huerta de Don Marcos: proyección de su paisaje en la poesía de Góngora.