Observatorio Exterior de noviembre de 2014. Una publicación con artículos de opinión sobre temas de la actualidad internacional elaborado por el Servicio de Riesgo País de CESCE.
LO QUE NUNCA DEBARIA HABER PASADO PACTO CiU PSC (Roque).pptx
Autocracias África primavera
1. bbsseerrvvaattoorriioo EExxtteerriioorr
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ÁÁÁF FFRRRIIICCCAAA
Autocracias en África: ¿es posible una
“primavera africana”?
El gobierno del presidente Blaise Compaoré, en Burkina Faso, anunció a finales de
octubre su plan de ampliar el número máximo de mandatos presidenciales permitido
por la Constitución. Así, Compaoré podría haberse presentado a las presidenciales de
2015, que habría ganado con altísima probabilidad gracias a la enorme ventaja que
proporciona el respaldo del aparato del Estado. Sin embargo, la propuesta de reforma
desató fuertes protestas y disturbios que incluso terminaron con un asalto al
parlamento. Poco después, el presidente se vio forzado a dimitir, tras 27 años en la
jefatura del Estado. El ejército tomó el control del país.
Con sus similitudes y
diferencias, este relato
recuerda a los sucesos de
la ‘primavera árabe’.
Entonces, las protestas en
Túnez se extendieron por
la región, dando lugar a un
terremoto político de
enorme dimensión. Los
autócratas africanos
observaron con detalle lo
que pasó en la ribera del
mediterráneo durante
esos meses, temerosos de
correr la misma suerte que
Gadafi, Mubarak o Ben Ali. En ese momento intentaron evitar el contagio de las
protestas, combinando una mayor generosidad fiscal con un incremento de la
represión política. Y casi todos tuvieron éxito: las turbulencias no se extendieron por
África Subsahariana. Sin embargo, sigue vigente la posibilidad, pequeña pero
significativa, de que algún acontecimiento desencadene una ola de protestas y de
cambios de gobierno en el continente africano.
2. Los gobiernos más amenazados por una hipotética eclosión de una ‘primavera
africana’ son aquellos de carácter autocrático. En los países que dirigen no hay apenas
derechos políticos. Ahí, la rendición de cuentas de los poderosos es mínima, los críticos
son duramente reprimidos, y es común que la opacidad y la debilidad institucional
alberguen un amplio sistema de redes clientelares, abusos y corruptelas. La mayor
parte de la población mantiene su descontento en privado, por el convencimiento de
que no hay alternativa política viable y por el temor a las represalias. Este sistema se
puede mantener estable por tiempo indefinido pero, en ocasiones, un acontecimiento
puntual da inicio a un ciclo de protestas que son aprovechadas por los opositores –o
incluso por aquellos aliados que súbitamente cambian de bando- para intentar mover
de la silla a los dirigentes.
Buena parte de los gobiernos africanos tienen rasgos autocráticos, y en muchos casos
sus líderes acumulan décadas en el poder. En concreto, Obiang (Guinea Ecuatorial),
dos Santos (Angola), Mugabe (Zimbabue) y Biya (Camerún) han superado ya las tres
décadas en el cargo. Por su parte, Museveni (Uganda), al-Bashir (Sudán), Déby (Chad),
Afewerki (Eritrea) y Jammeh (Gambia), llevan más de veinte años en la jefatura del
Estado, y Sassou-Nguesso (República del Congo), Guelleh (Yibuti), Kagame (Ruanda) y
Kabila (R.D. Congo) superan la década. Bongo (Gabón) y Desalegn (Etiopía) llevan
menos tiempo en el cargo, si bien heredaron el puesto tras el fallecimiento de unos
precursores que sí se mantuvieron en el poder durante mucho tiempo.
En todos estos países las posibilidades de desestabilización son bajas, pero no nulas, y
hay elementos que parecen indicar que los riesgos han aumentado en los últimos
años. Los factores que han incrementado el riesgo para los gobiernos son, en primer
lugar, la extensión de los grupos armados por la zona del Sahel. Muchas de estas
milicias se reforzaron precisamente tras el estallido de los conflictos de la primavera
árabe. Por ejemplo, armándose con los arsenales desprotegidos de Gadafi.
El segundo elemento preocupante para muchas autocracias es la reciente caída del
precio de las materias primas. Sus economías habían despegado en la última década
gracias en gran parte al aumento del precio de estos bienes que, como el petróleo, son
abundantes en África. El reverso negativo es que casi todas las economías de la región
2
3. dependen hoy de la exportación de materias primas tanto para conseguir divisas como
para obtener la mayoría de sus ingresos fiscales. Si los precios de las materias primas
se mantienen bajos durante largo tiempo, muchos gobiernos comenzarán a sentir
estrecheces económicas. El malestar de la población por el empeoramiento de la
situación económica podría entonces combinarse con una mayor escasez de fondos a
repartir a través de las redes clientelares.
En tercer lugar, los acontecimientos de la ‘primavera árabe’ u otros similares, como los
que están pasando ahora en Burkina Faso, implican un incremento del riesgo de
desestabilización para toda la región por simple efecto imitación. Los africanos
descontentos ven caer a los autócratas
extranjeros y en consecuencia revisan al alza su
percepción sobre las posibilidades de tener
éxito en un intento de derribar al gobierno. En
ese mismo sentido, la expansión de internet y
las redes sociales ha tenido un impacto
importante, ya que permiten la difusión de
información no oficial, facilitan la creación de
grupos opositores, y además simplifican la
coordinación de los críticos para, por ejemplo,
potenciar la asistencia a las manifestaciones.
La difusión de una alternativa política a través
de las redes sociales puede ser un reto de
alcance para un gobierno autoritario, ya que cambia el marco de acción y decisión
política de los ciudadanos al abrir la posibilidad de elegir, además incentiva la
demanda de derechos políticos y, por último, potencia el deseo de un cambio de
gobierno. El predominio de la población joven y pobre en África Subsahariana hace aún
más posible un cambio repentino en la actitud política de los ciudadanos.
En definitiva, no se debe desatender la posibilidad de que uno o varios gobiernos
autocráticos africanos caigan tras un acontecimiento imprevisto, más aún si la
coyuntura económica no acompaña. No obstante, este tipo de acontecimientos no son
habituales, y tampoco conviene exagerar la probabilidad de que sucedan. En todo
caso, siempre se debe mantener la prudencia cuando se trata de gobiernos que se
sostienen sobre frágiles pilares sociales e institucionales. Nada asegura que no vayan a
caer antes o después, incluso a pesar de haberse mantenido décadas en el poder.
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4. BBBOOOL LLIIIVVVIIIAAA
Evo Morales, hasta el 2020 y más allá
Evo Morales ha sido reelegido para un tercer mandato en las elecciones del 12 de
octubre de este año, a considerable distancia de la oposición, que no ha logrado
presentar un bloque unido que constituya una autentica alternativa.
En las presidenciales obtuvo el 61,36% de los votos (ha ganado en todos los
departamentos del país salvo en Beni), y en las legislativas ha revalidado los dos tercios
en la Asamblea, cruciales para tener el control total en la toma de decisiones. Si
termina su mandato, Morales se convertirá en el presidente que más años (14) habrá
permanecido en el poder en la democracia boliviana, que acaba de cumplir 32 años.
Samuel Doria Medina (un empresario cementero de centroderecha) quedó en segundo
lugar con el 24,23%, casi 10 puntos más de lo que le aventuraban los últimos sondeos.
El expresidente Tuto Quiroga alcanzó el 9,24% de los votos. Los otros dos candidatos,
el exalcalde de La Paz Juan del Granado y el ambientalista Fernando Vargas, quedaron
a gran distancia en las presidenciales y sus partidos no han logrado el mínimo del 3%
de los votos, con lo que no tendrán representación en la Asamblea Legislativa. Morales
ha logrado también, por primera vez, el triunfo en el departamento de Santa Cruz, el
motor económico del país, bastión
opositor y uno de los focos de más
tensión durante su primer mandato, tras
el desafío autonomista de 2008. Este
resultado refleja cómo, a pesar de
mantener su discurso izquierdista y
anticapitalista, Morales ha asumido gran
parte de las demandas que los
empresarios locales le plantearon el
pasado año. Su consolidación en el
oriente del país va a depender de que
cumpla esos compromisos.
Fuente: Tribunal Supremo Electoral
La decisión del presidente de presentarse por tercera vez a la carrera presidencial no
ha estado exenta de polémica. La Constitución que el mismo Morales promulgó en
2009, por la que se crea el “Nuevo Estado Plurinacional de Bolivia”, prohibía un tercer
mandato presidencial. Sin embargo, Morales decidió presentarse a las elecciones
legislativas y presidenciales del 12 de octubre de 2014, aduciendo que, en realidad, el
primer mandato no contaba, porque tuvo lugar antes de la refundación de Bolivia. Sin
embargo, la cláusula que señala que los mandatos presidenciales previos a su entrada
en vigor “serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos
de funciones”, fue determinante para que la oposición diera su apoyo a la nueva Carta
Magna.
Esta decisión, que la oposición calificó de “golpe a la democracia”, pone de manifiesto
una tendencia preocupante en América Latina, por la cual el afán por prolongar el
4
5. mandato más allá de los límites constitucionales está implicando la desarticulación del
juego de contrapesos que frena los abusos de poder. Los resortes democráticos se
utilizan para ir socavando la democracia, gracias al control progresivo de todos los
estamentos del Estado, incluido el judicial. A este respecto, Evo Morales sigue los
pasos del ecuatoriano Rafael Correa, del nicaragüense Daniel Ortega y del mentor de
todos ellos, el venezolano Hugo Chávez.
Sea como fuere, las urnas han legitimado la política económica que Morales ha
aplicado desde su llegada al poder en 2006. La oposición a las privatizaciones, la
defensa de los recursos naturales y el rechazo al liberalismo económico han sido las
banderas que siempre ha enarbolado el Movimiento al Socialismo (MAS), lo que se
tradujo, una vez en el gobierno, en un repentino proceso de nacionalizaciones, que
revirtió muchas de las privatizaciones que habían tenido lugar en la década de los 90, y
en un mayor intervencionismo en la economía.
5
A partir de mediados de 2010, la
política económica ha comenzado a
adoptar un tono distinto. El gobierno
observa con nerviosismo el deterioro
de la producción minera y la falta de
inversión extranjera. También influye
el ejemplo del vecino Perú, que gracias
a la atracción de inversión hacia su
sector primario protagoniza el mayor
crecimiento de la región, lo que
contrasta con el severo deterioro
económico de su principal aliado
exterior, Venezuela. El ejecutivo comenzó entonces a promover mediante incentivos la
explotación de recursos naturales en colaboración con compañías extranjeras,
principalmente chinas.
Bolivia ha crecido a tasas superiores al 3% en los últimos diez años y ha mostrado,
además, una mayor resistencia que los países de la región frente a la crisis financiera
internacional (en 2009 la tasa de crecimiento medio de Latinoamérica fue del -1,2%,
frente a Bolivia, que creció al 3,3%). Esta etapa expansiva obedece fundamentalmente
a dos factores. En primer lugar, un contexto externo altamente favorable, reflejado en
los altos precios de los principales productos de exportación. El segundo factor ha sido
la ampliación de la capacidad productiva gracias a las inversiones realizadas desde la
segunda mitad de los años 90 en hidrocarburos y minerales, no olvidemos que gran
parte del PIB boliviano procede de las actividades extractivas, específicamente de los
minerales y el gas natural.
6. La posición macroeconómica del país es favorable. Las cuentas públicas registran
superávit y la deuda pública es reducida. La solvencia externa es así mismo aceptable.
Actualmente Bolivia registra superávit corriente, un monto de reservas adecuado y
tanto la deuda externa como el servicio de la misma se encuentran en niveles
cómodos. No obstante, este cuadro descansa excesivamente en el sector de
hidrocarburos, que representa más del 50% de las exportaciones del país y la fuente
principal de ingresos públicos. Además, Bolivia adolece de una elevada inseguridad
jurídica y un complicado clima de negocios que desincentivan la inversión directa
extranjera.
Así pues, Morales ha recibido un espaldarazo electoral a sus políticas, con las que ha
llevado a Bolivia a registrar la mejor situación macroeconómica de la historia. La
mejora del clima de negocios y la imagen en los mercados son todavía asignaturas
pendientes.
6
7. CCCHHHIIINNNAAA
El dato de crecimiento del tercer trimestre se
ajusta a las expectativas del gobierno
El gobierno chino acaba de hacer público el dato de crecimiento económico
correspondiente al tercer trimestre de 2014. La cifra, del 7,3% en términos reales, es
inferior a las de los dos trimestres precedentes (7,4% y 7,5%, respectivamente), al
tiempo que es la tasa de crecimiento trimestral más baja desde el primer trimestre de
2009. El dato parece confirmar la progresiva desaceleración de la segunda economía
mundial y primera potencia comercial. El ejecutivo fijó un objetivo de crecimiento del
7,5% para este año pero, a menos de tres meses de su finalización, la tasa acumulada
se sitúa en el 7,4%. Si finalmente no se alcanzara dicha meta, estaríamos ante un
acontecimiento histórico, no sólo porque nunca ha ocurrido antes, sino porque
ejemplificaría el cambio de actitud de los líderes chinos, que tradicionalmente han
primado la cantidad sobre la calidad.
7
Los actuales dirigentes quieren
emprender la transición de un modelo
económico basado en el crecimiento a
toda costa a golpe de inversión pública
por otro más sostenible, en el que el
consumo interno y el sector privado
ganen protagonismo. Sin embargo, son
conscientes de que el precio a pagar por
ese cambio de modelo va a ser tasas de
crecimiento más bajas en los próximos
años.
Los últimos indicadores de coyuntura arrojan resultados para todos los gustos. En el
lado positivo hay que destacar el dato de producción industrial de septiembre, del 8%.
También crecieron más de lo previsto las exportaciones y las importaciones. Sin
embargo, las ventas al por menor registraron un ligero descenso, al igual que las
ventas de automóviles y la producción eléctrica. Lo más preocupante, no obstante, es
el frenazo del sector inmobiliario, ya que genera entre un 13% y un 16% del PIB,
dependiendo de si incluimos también otros sectores relacionados con la construcción
(acero, cemento, paneles solares, aluminio). Las ventas de viviendas han caído un
10,9% entre enero y agosto en comparación con el mismo periodo del año anterior y
los precios siguen bajando en prácticamente todas las ciudades grandes y medianas
del país. Para amortiguar la caída, los gobiernos locales han relajado los controles a la
compra de viviendas y el Banco del Pueblo (banco central) ha inyectado liquidez a los
principales bancos (81.000 mill.$ el pasado septiembre).
El Primer Ministro Li Keqiang no consideraría un drama si finalmente el crecimiento
para el conjunto de 2014 fuera una o dos décimas inferior al objetivo oficial, y sólo si
peligrasen los niveles de empleo podrían aplicarse medidas de estímulo económico
que, en cualquier caso, nunca serían ya comparables al macro-paquete aplicado a
finales de 2008.
8. IIINNNDDDIIIAAA
Grandes esperanzas, pequeñas decepciones
El nuevo primer ministro de la India, Narenda Modi, ha tenido ya incluso desde la
campaña electoral en la pasada primavera un efecto electrizante en la política nacional
e incluso en la visión que se tiene del futuro del país en el exterior. En buena parte
gracias a este efecto, la India ha conseguido moderar el impacto de las turbulencias
financieras derivadas del fin de la política de expansión cuantitativa de la Reserva
Federal, el llamado QE3, y del deterioro del sentimiento inversor hacia los países
emergentes.
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Acostumbrado a un sistema político
inmovilista y a la pesada maquinaria
burocrática, el discurso reformista de
Modi ha despertado la ilusión no sólo en
sus tradicionales votantes del
nacionalismo hindú de su Partido
Barathiya Janatha (BJP), sino también en
la masa de votantes jóvenes que forman
la mayor parte del electorado indio. De
este modo, obtuvo una espectacular
victoria electoral el pasado mes de mayo,
despertando un enorme optimismo entre la población, especialmente en el ámbito
empresarial. Modi realizó una campaña de estilo presidencial, muy basada en su
carisma de hombre decidido, denunciando la corrupción así como la necesidad de
reformar de una vez por todas el pesado aparato estatal para impulsar el crecimiento.
Podía, además, mostrar sus credenciales de exitosa gestión económica durante más de
diez años al frente del estado de Gujarat, que prometía trasladar al ámbito nacional.
Su ascenso ha coincidido además con la debacle del Partido del Congreso, cuya
popularidad en los últimos años del gobierno de Mahmohan Sigh se fue a pique,
aquejado de escasos apoyos en el legislativo y de sonados casos de corrupción. Así, en
las elecciones de mayo, mientras el
Partido del Congreso sufría una
debacle, Modi obtuvo un resultado
histórico. El BJP se hizo con 282
escaños de los 543 que compone el
Lok Sabha, la cámara baja. Su alianza
de partidos, el DNA, controla ahora
casi dos tercios de la cámara, lo que
supone la mayoría más amplia de la
que ha gozado ningún gobierno en
más de dos décadas y un claro
mandato para su plan de reformas.
Sin embargo, tan solo unos meses después de la victoria se ha extendido cierto
sentimiento de desilusión en el entorno empresarial, ya que el ritmo y alcance de las
reformas están lejos de lo que inicialmente se esperaba. En primer lugar hay que
9. señalar que la posición en el legislativo no es tan cómoda como puede parecer. El
gobierno está en franca minoría en la cámara alta, el Rajya Sabha, cuyos miembros son
nombrados principalmente por los parlamentos estatales y donde imperan los
intereses regionales. Así ha sucedido, por ejemplo, con la reforma para la apertura de
la inversión en el sector de los seguros, que pretendía elevar la participación extranjera
en las empresas de seguros hasta el 49% (la propuesta inicial ya desilusionó), y que fue
bloqueada por el Rajya Sabha.
9
Así, aunque se han adoptado ya un
buen numero de medidas en
distintos ámbitos, parece que Modi
ha optado, al menos inicialmente,
por una táctica política en la que se
aplazan o diluyen las reformas de
mayor calado, y también por ello
las más dolorosas, especialmente
aquellas como la reducción de
subsidios o la reforma laboral, que
tendrían un impacto más directo en
el apoyo electoral. Esta táctica podría responder precisamente a que espera que de
aquí a 2016 se vayan renovando hasta 35 cargos del Rajya Sabha, lo que
presumiblemente le daría una mejor posición para dar un impulso reformista.
Efectivamente, así ha sucedido en las elecciones del pasado mes de octubre en los
estados de Haryana y Maharashtra, donde el BJP obtuvo la victoria, especialmente
clara en el primero de ellos, donde ha pasado de 4 a 47 escaños. Sin embargo, esta
táctica entraña el riesgo de defraudar las expectativas creadas, lo que puede desgastar
su apoyo inicial e incluso provocar algún revés inesperado en elecciones estatales. Por
otra parte, algunas de las leyes que Modi pretende aprobar (como por ejemplo una de
las reformas clave, como es la introducción del impuesto sobre bienes y servicios
(GST)), requieren modificaciones constitucionales, cuya aprobación precisa mayorías
de dos tercios de las cámaras, lo que obliga, por tanto, a una negociación con la
oposición y otros partidos regionales. Por estas razones el gobierno es consciente de
que tampoco puede aplazar excesivamente las reformas y se espera que en la sesión
parlamentaria de este invierno vuelva a plantear un gran paquete de medidas, que
incluiría el GST, la reforma sobre los requisitos de adquisición de tierras, una reforma
laboral para pequeñas empresas y posiblemente un nuevo intento de reforma de los
límites de propiedad extranjera en el sector seguros.
De todas formas, aunque Modi pueda decepcionar las grandes expectativas creadas,
su nuevo gobierno está acometiendo, aunque sea de forma gradual, el esfuerzo más
serio y con mayores posibilidades de éxito que se ha emprendido en décadas para
enfrentar los problemas estructurales del país. De momento, ha conseguido apuntalar
la confianza empresarial y, en buena medida, aislar a la India del deterioro en el
sentimiento inversor internacional hacia los países emergentes y, con ello, frenar las
salidas de capitales y la depreciación de la rupia, que fueron especialmente intensas en
2013. El riesgo a medio plazo es, evidentemente, que este impulso reformista, incluso
en esta forma gradual, vaya perdiendo fuerza, con lo que se revierta el efecto positivo
sobre los mercados en un periodo de crecimiento todavía relativamente débil. Se
10. estima que la India crecerá en 2014 (año fiscal indio 2013-14) un 4,7%. Una cifra algo
baja en comparación al pasado más reciente. En 2015 los analistas confían en que el
efecto Modi se haga sentir y la economía crezca un 5,8%.
10
11. L LLÍÍÍBBBAAANNNOOO
Líbano: la “Suiza de Medio Oriente”, otra vez
al borde del precipicio
Desde el asesinato del primer ministro Rafiq Hariri, en febrero de 2005, nunca el
Líbano ha atravesado una crisis tan peligrosa para su propia existencia como la actual.
El pequeño país, poco más extenso que una provincia media española (10.500 km2) y
extremadamente poblado (4,5 millones de habitantes, a los que hay que sumar cerca
de 2 millones de refugiados), ya ha tenido que soportar en los últimos cuarenta años
dos guerras civiles y la ocupación de los ejércitos de Israel y Siria. Pero en estos últimos
meses, el conflicto sirio, el más destructor de la época moderna que ha sufrido la
región, ha transferido su violencia al Líbano, haciéndole correr el riesgo de una nueva
guerra civil.
En los años 60 y principios de los 70, Líbano era considerado como un ejemplo
modélico de estado multiconfesional, donde 18 religiones convivían pacíficamente.
Atraía a los turistas del Medio Oriente, en particular a los de las monarquías del Golfo,
11
y era un refugio seguro para
los capitales de la región
gracias a un sector bancario
bien estructurado. La guerra
árabe-israelí hizo llegar
400.000 refugiados palestinos,
desestabilizando el pequeño
Estado y destruyendo por
primera vez la convivencia
entre comunidades y gran
parte del país. A partir de ese
momento se sucedieron dos
guerras civiles (durante 17 años), crisis políticas de repetición, la ocupación siria e
israelí, la aparición de las milicias chiítas de Hezbolá e innumerables incidentes con
asesinatos, atentados y violencia política de todo tipo. En el 2008, los acuerdos de
Doha reestablecieron una cierta tregua entre facciones, en particular entre sunís y
chiís, dando el pistoletazo de salida de la reconstrucción nacional. Poco duró la tregua.
A partir de los primeros meses de 2011, el intento fallido de derrocamiento del
régimen de Bashar el Assad y la guerra de todos contra todos en Siria, colocó de nuevo
al Líbano al borde del precipicio. La llegada de entre un millón y un millón y medio de
refugiados sirios provenientes de todos los bandos y confesiones ha colapsado el país,
reactivando las viejas rivalidades entre comunidades y religiones.
Ciertamente la situación política siempre ha sido complicada. El Estado libanés se rige
por una constitución muy compleja, donde el Presidente debe ser cristiano maronita,
el primer ministro suní y el presidente del parlamento chiíta. El parlamento tiene que
estar constituido por una mitad de diputados musulmanes y la otra mitad de diputados
cristianos, cada uno representando a una zona geográfica específica. Con esta carta
magna tan particular los equilibrios son difíciles de encontrar y solo pueden ser
frágiles. Por si esto fuera poco, los partidos son profundamente “clánicos”, y
12. representan normalmente los intereses de familias que controlan sus zonas de
influencia desde hace generaciones. En los últimos años la clase política ha discutido y
negociado periódicamente la desconfesionalización de la constitución. Pero es
evidente que las élites libanesas son incapaces de sobrepasar sus contradicciones y dar
el paso hacia un nuevo marco político que, por otra parte, nada garantiza que fuera a
lograr una convivencia pacífica mejor que el viejo sistema de reparto por confesiones.
Entre tanto, los últimos gobiernos se denominan eufemísticamente “de unidad
nacional”, y en ellos las carteras se reparten según los diferentes partidos
confesionales, clanes y territorios. De los veinticuatro ministros nombrados en febrero
de 2014, ocho son de influencia chiíta, liderados por Hezbolá; otros ocho pertenecen a
la “Alianza del 14 de marzo”,
que agrupa fundamentalmente
a sunís y cristianos, liderados
por el ex primer ministro suní
Saad Hariri, hijo a su vez del
también ex primer ministro
Rafiq Hariri, asesinado en 2005.
Las ocho carteras restantes las
ocupan independientes,
partidarios del actual
presidente en funciones Michel
Suleiman y del líder druso
Walid Jumblatt. El parlamento,
elegido en el 2009 ha estado
“en funciones” desde
noviembre de 2013 por la imposibilidad de organizar nuevos comicios al no ponerse de
acuerdo sobre la ley electoral. A principios de noviembre de 2014 ha decidido
prolongar su mandato hasta junio de 2017, escandalizando a propios y extraños y a
gran parte de la población, que lanzó huevos y tomates a los diputados a la salida de la
sesión que votó una ley tan poco democrática. De la misma manera, tras ocho
tentativas, las diferentes facciones representadas en el parlamento no han logrado
ponerse de acuerdo para nombrar a un nuevo Presidente. Y para completar el
panorama, conviven en el gobierno los chiís, partidarios y aliados activos de Bashar el
Assad y seguramente responsables del magnicidio de 2005, y los sunís, apoyados por
las monarquías del Golfo y acérrimos enemigos del dictador de Damasco. La política de
distanciación del conflicto sirio que intentó poner en práctica el anterior gobierno voló
en pedazos con la intervención de los milicianos de Hezbolá en apoyo de Damasco.
Sumemos a todo ello un altísimo índice de corrupción y un Estado inexistente en
amplias zonas del país. Se cita a menudo como ejemplo de corrupción la
reconstrucción de Beirut, donde las empresas de la familia Hariri compraron a bajo
precio las casas destruidas y, con la ayuda financiera internacional, las reconstruyeron
y las vendieron a precio de mercado, haciendo crecer exponencialmente su fortuna.
De la misma manera, en las zonas controladas por las milicias chiítas (llanura de la
Bekaa y sur del Líbano), la autoridad es Hezbolá. En estas zonas los habitantes no
pagan la energía eléctrica que produce y distribuye la compañía estatal. ¿Quién se
atrevería a ir a cobrar el recibo de la luz?.
12
13. La situación económica es igualmente compleja. El turismo ha desaparecido en su
práctica totalidad, desaconsejando los países del Golfo a sus nacionales que viajen al
país. La construcción, base del fuerte crecimiento anterior a 2011, también se ha
paralizado. Los millonarios del Golfo, que eran los financiadores del nuevo boom
inmobiliario libanés, están esperando a ver cómo evoluciona la situación para
continuar invirtiendo. De manera difícilmente explicable, lo que parece que sigue
funcionado es el sector bancario. Los libaneses siguen confiando en su Banco Central
13
que, con el ejército, son las
instituciones que
estructuran el país.
Paradójicamente el
fenómeno de los refugiados
ha permitido que el país siga
creciendo. El millón y medio
de personas que han
llegado gastan sus ahorros
en dólares para sobrevivir.
Los refugiados tienen
necesidades de todo tipo,
en particular de vivienda, y
mantienen el consumo
interno a un nivel muy elevado. A este fenómeno se suma la importante entrada de
divisas procedentes de la ayuda internacional (estimada en 3.000 mill.$ al año), que
también activa el consumo. El contrabando de todo tipo de mercancías destinadas a
Siria, cuya economía ya no produce prácticamente nada, amplía el proceso. Con todo
ello la situación económica es relativamente soportable si se hace abstracción de las
fortísimas tensiones provocadas por tal aluvión de gente en el mercado de trabajo y en
los servicios sociales. Líbano podría crecer este año y el que viene a una tasa cercana al
2% del PIB, y se ha convertido en un gigantesco “Hub” de distribución que aprovisiona
a los refugiados y donde se generan verdaderas fortunas con el contrabando con Siria.
La situación política y económica podría ser sostenible si no existiera un cada vez
mayor contagio de la violencia del país vecino. Entre los centenares de miles de
refugiados han llegado extremistas de todos los bandos, y atraviesan la frontera
milicias yihadistas que utilizan ciertas zonas suníes como bases de repliegue. La
situación empezó a tensarse cuando el ejército detuvo en el mes de agosto de 2014 a
un cabecilla suní próximo a Al- Qaeda. Desde entonces varios incidentes bélicos entre
el ejército libanés y los extremistas islámicos hacen que la situación sea explosiva. Tras
la batalla de Ersal, al noroeste del país, se estableció una especie de modus-vivendi.
Las fuerzas armadas libanesas
pactaron una retirada
honrosa de los guerrilleros
sunís para apaciguar a los
predicadores salafistas
partidarios del Ejercito
Islámico (EI). Pero durante
estas últimas semanas los
incidentes se han trasladado
14. a Trípoli, donde los enfrentamientos entre los alauitas del barrio de Jabel Moshsen y
los sunís de Bab Al-Tebbaneh han provocado otra intervención de las fuerzas armadas.
El ejército sigue siendo una de las instituciones más valoradas del país, dirigido por
oficiales generalmente maronitas y sunís. Sus intervenciones contra los yihadistas,
apoyadas por las milicias de Hezbolá, han dado al Ejército Islámico argumentos para
remover los sentimientos anti-chíis entre los sunís libaneses. Resumiendo la situación,
han transmitido la idea de que el ejército ya no es imparcial, y de que está colaborando
con el enemigo contra “los hermanos sunís”. En los barrios pobres de Sidón, Trípoli y
Beirut este mensaje es una bomba de relojería.
Francia, EE.UU. y Arabia Saudí quieren apoyarse en las fuerzas armadas libanesas, que
consideran el soporte básico para mantener una cierta estabilidad en el Líbano. Van a
14
aportar 3.000 mill.$ en equipamiento
y 1.000 mill.$ en tesorería (a través de
Saad Hariri) para mantener su
capacidad de respuesta ante milicias
mejor equipadas y motivadas. Pero,
¿qué pasará después de que el
ejército libanés logre controlar a los
yihadistas (si es que lo consigue)? ¿Se
enfrentará a Hezbolá en una fase
posterior? Semejante ejercicio sería
complicado, ya que se estima que el
ejército libanés no dispone de más de
8.000 soldados operativos, contra
15.000 milicianos chiís fuertemente armados, entrenados y motivados. ¿Y quién
garantiza que el material entregado por las potencias occidentales no terminará entre
las manos de los yihadistas o de Hezbolá, como ya ocurrió en episodios pasados de la
historia del país?.
15. Distribución geográfica de la población del
Líbano por confesión religiosa
15
Fuente: Daleel-mandani.org
Sunítas
Chiítas
Alauitas
Drusos
Ortodoxos griegos
Ortodoxos sirios
Cristianos maronitas
Católicos (rito griego)
Católicos romanos
Cristianos evangélicos
Cristianos asirios
Ortodoxos armenios
Católicos armenios
16. L LLI IIBBBEEERRRI IIAAA,,, GGGUUUIIINNNEEEAAA YYY SSSIIIEEERRRRRRAAA LLLEEEOOONNNAAA
Ébola: continúa expandiéndose la epidemia
de muerte y miedo
Resulta difícil imaginar el inmenso dolor y el pánico que el ébola está causando en
Liberia, Guinea y Sierra Leona, los tres países de África Occidental desgarrados por la
enfermedad. Ahí, la situación es terrible: por ahora hay contabilizados más de 13.000
contagios y 5.000 muertes, aunque las cifras reales podrían ser dos o tres veces
superiores, ya que muchos casos ni se reportan ni se tratan. La Organización Mundial
de la Salud (OMS) pronostica que la epidemia continuará hasta el segundo trimestre
16
del año que viene, y también
teme que si no se consigue
frenar la expansión, a finales
de 2014 podrían contagiarse
de 5.000 a 10.000 personas
cada semana, lo que causaría
que a mediados de 2015 los
fallecidos se contasen por
muchas decenas de miles. El
escenario más catastrófico,
publicado por el Centro de
Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., avisa de que una epidemia
descontrolada podría elevar los contagios por encima del millón en apenas unos
meses. El único aspecto ligeramente esperanzador es que el ritmo de crecimiento de
nuevos contagios ha descendido en la nación más afectada, Liberia, del 30% mensual
hace unas semanas hasta un 8% en la actualidad. Este hecho podría indicar que las
medidas de prevención e información podrían estar funcionando mejor de lo
esperado, aunque la excepcionalidad del dato y la baja fiabilidad de las estadísticas
aconsejan mantener la prudencia.
El brote actual comenzó a finales de 2013, posiblemente a causa del mordisco de un
murciélago a un niño de 2 años. En marzo del 2014, con 60 muertos confirmados, la
OMS declaró una emergencia de salud pública internacional, y llamó a los gobiernos a
volcarse contra el ébola. Sin embargo, los recursos internacionales destinados a la
lucha contra esta enfermedad han sido claramente insuficientes, en particular
teniendo en cuenta las carencias
de los sistemas sanitarios del oeste
africano. Se estima que Liberia,
Guinea y Sierra Leona, con una
población conjunta de 20 millones
de personas, necesitarían hoy
5.000 camas hospitalarias con sus
correspondientes equipos para
tratar el ébola, pero apenas
cuentan con 1.100 camas que en
muchos casos no cumplen con los
requisitos de seguridad necesarios.
17. La consecuencia de la falta de material adecuado es que numerosos trabajadores
sanitarios han caído enfermos, lo que ha causado el hundimiento del número de
profesionales de la salud, bien por la propia enfermedad o bien porque, asustados y
con pocos medios, muchos no se atreven a acudir a sus puestos de trabajo.
Hasta hace poco, la falta de compromiso internacional sólo contaba con las honrosas
excepciones de Médicos Sin Fronteras (con 3.000 sanitarios) y Cuba (con 265
sanitarios, a los que ahora planea añadir otros 200). Los contagios en el mundo
Occidental ocurridos en octubre han logrado por fin disparar la atención de la prensa,
de la sociedad y, por tanto, de las autoridades. En consecuencia, los medios
comprometidos han aumentado con fuerza en las últimas semanas. EE.UU. ha
comprometido 1.000 mill.$ y enviar 4.000 efectivos a la zona, el Banco Mundial 500
mill.$, el FMI y el Banco Africano de Desarrollo unos 130 mill.$ cada uno entre
donaciones y créditos blandos, Gran Bretaña 190 mill.$ y otros países como Japón,
Dinamarca, Suecia, Emiratos o China también han realizado aportaciones relevantes.
Asimismo, las donaciones privadas han aumentado notablemente, llegando incluso a
superar en muchos países las contribuciones del sector público.
Las ramificaciones económicas también son de inmensa gravedad. El miedo paraliza la
actividad y hunde más en la pobreza a millones de personas que ya antes se
encontraban en peligro de hambruna. Muchos trabajadores no acuden a sus puestos
de trabajo, algunos negocios cierran, los viajeros son rechazados, y se propaga la
superstición y el resentimiento. Las cifras de comercio e inversión de la zona han caído
con fuerza. Costa de Marfil y Senegal han cerrado sus fronteras con estos países. De las
tres economías, la peor parada es la de Liberia, ya que concentra la mitad de los
enfermos y, además, los contagios están sucediendo en Monrovia, la capital y centro
económico del país.
Los análisis preliminares del Banco Mundial estiman que, de no controlarse, el impacto
económico negativo para África Occidental puede llegar a los 32.600 mill.$ para finales
de 2015, una cifra que dobla el PIB anual conjunto de Liberia, Guinea y Sierra Leona. En
ese escenario negativo, existe un riesgo no menor de que las instituciones de estos
tres países colapsen y pasen a ser Estados fallidos. Los escenarios más optimistas
reducen el impacto para la región a unos 4.000 mill.$, una cantidad aún enorme pero
17
18. muy inferior a los cálculos más pesimistas, lo que refleja la importancia de actuar
rápido y con gran determinación para controlar cuanto antes la expansión de la
enfermedad.
La epidemia de ébola es un reto para la comunidad internacional. Una actuación
inmediata y decidida en los países afectados es fundamental para frenar el sufrimiento
humano, y para evitar la propagación del virus tanto en África Occidental como en el
resto del mundo. En un mundo globalizado, las sociedades que ignoren los problemas
de salud pública ajenos pueden acabar pagando un precio muy alto en casa.
18
19. RRRUUUSSSIIIAAA
Rusia, condenada y sancionada, roza la recesión
La escalada de la violencia en el conflicto de Ucrania ha forzado al bloque comunitario
a tomar medidas que van más allá de la dialéctica. Rusia ha sido duramente condenada
por la comunidad internacional por su participación en la crisis ucraniana, apoyo a los
separatistas prorrusos y anexión ilegítima de la península de Crimea. En un juego
táctico condicionado por la fuerte dependencia europea del gas ruso, la UE trató de
mediar por vía diplomática, pero sin éxito. Desde entonces, la imposición de sanciones
19
a Rusia ha seguido un enfoque
gradualista, ligado a los avances
en la colaboración y resolución de
la crisis. Inicialmente las
sanciones fueron tímidas: incluían
la congelación de activos y
retirada de visados de personas
de influencia en las élites rusas,
así como la suspensión de
cualquier tipo de colaboración
financiera del Banco Europeo de
Reconstrucción y Desarrollo y del
Banco Europeo de Inversiones.
No obstante, la tragedia del derribo del avión malasio el pasado 17 de julio, con la
muerte de casi 300 personas, fue el desencadenante del primer paquete de sanciones
de calado. El 29 de julio el Consejo Europeo impuso a Rusia unas durísimas sanciones
que giran en torno a cuatro ejes:
Embargo de armas: se prohíbe la venta, suministro, transferencia o exportación a
Rusia de armamento y material relacionado.
Tecnología de doble uso: se prohíbe la venta, suministro, transferencia o
exportación de productos de doble uso que incluya cualquier tipo de aplicación
militar, lo que incluye al sector aeronáutico y del espacio.
Sector petrolero: se prohíbe la venta, suministro, transferencia o exportación de
bienes destinados a la prospección o producción de petróleo en aguas profundas y
en el Ártico, así como a los proyectos relacionados con el petróleo de esquisto.
Sanciones financieras: prohibición de cualquier forma de negociación en relación a
bonos, obligaciones, acciones o instrumentos de financiación similares con
vencimiento superior a 90 días emitidos a partir del 1 de agosto. Varias grandes
entidades de crédito son objeto de sanción (Sberbank, VTB Bank, Gazprombank,
entre otras), así como aquellas entidades propiedad o bajo el control del Estado
ruso en más del 50% y cualquier persona jurídica que sea propiedad en más del 50%
de una entidad sancionada.
20. 20
En septiembre se ampliaron estas
sanciones. Las financieras pasaron a
prohibir la emisión de instrumentos
de financiación a un plazo inferior
(de tan solo treinta días), lo que
ahoga todavía más la financiación
exterior. Además, en cuanto al
sector petrolero, ya no solo se
prohíbe la transferencia de bienes
sino también la prestación de
servicios y, además, se limita la financiación a petroleras. El capital europeo no podrá
financiar a las empresas petroleras en las que el Kremlin ostente un 50% de la
propiedad, que facturen más de un billón de rublos (31.000 millones de euros) y que
obtengan al menos la mitad de ese dinero de la venta de petróleo. Con esta
descripción, las medidas afectan a tres de las grandes empresas del sector: la división
petrolera de Gazprom, Rosneft y Transneft, gestora de oleoductos. Queda fuera, de
momento, el sector del gas. Además, se añaden otras 24 personas a la lista de
sancionados por Europa, que suma ya 119 individuos y 23 empresas.
La aplicación de estas sanciones conlleva grandes riesgos y dificultades a la hora de
operar en el país. En primer lugar, en cuanto a las sanciones financieras, su correcta
aplicación implica conocer la estructura jurídica de las sociedades con las que se vaya a
operar para saber si efectivamente las personas físicas o jurídicas sancionadas
ostentan más del 50% de propiedad de la
empresa en cuestión. A su vez, en cuanto
a las sanciones sectoriales, los bienes que
requieren licencias a la exportación se
circunscriben al sector petrolero, pero el
mero hecho de requerir licencia y la
dificultad de deslindar el uso al que se
dirigen determinados materiales, podría
dificultar la exportación de bienes que
también son empleados en otros sectores
no objeto de sanción. El caso es claro con
el sector del gas, ya que mucho equipamiento es común a ambos sectores. Además, en
la práctica existen problemas de interpretación; por ejemplo, no todos los países
europeos entienden de igual forma el concepto “aguas profundas”.
Todavía es pronto para evaluar el impacto de las sanciones. Las que golpearán más
seriamente a la economía serán sin duda las financieras, cuyos efectos ya han
comenzado a notar algunas empresas dependientes de la financiación exterior. La
restricción del acceso a los mercados europeos de capitales es especialmente
preocupante por las necesidades de inversión tanto en el sector de los hidrocarburos,
piedra angular de la economía, como en el resto de sectores. La mayor parte de los
yacimientos actualmente en producción ya han entrado en fase de estancamiento o
declive, por lo que actualmente hay un intenso proceso de exploración en Siberia
oriental y en el Ártico. No obstante, el coste de esta exploración es prohibitivo por
falta de infraestructuras y por las condiciones extremas donde están localizados. Por
21. ello es fundamental lograr inversiones así como el acceso a tecnología y participación
de empresas extranjeras, otro aspecto restringido por las sanciones. La extrema
dependencia del sector de hidrocarburos aconseja la diversificación a otros sectores
que difícilmente podrán despegar sin vías de financiación de nuevos proyectos.
21
Por el momento, se sabe que Rosneft, la
petrolera más grande de Rusia, ha
solicitado al gobierno un subsidio de más
de 49.000 mill.$. Rosneft ha crecido
mucho en los últimos años gracias a
importantes adquisiciones, entre las que
se incluye la de TNK-BP, operación por la
que se endeudo fuertemente en 2012.
También Gazprombank, VEB y el Banco
Agrícola Ruso habrían pedido apoyo al
Gobierno a través de fondos del Estado.
El estallido de la crisis en Ucrania se produjo en un momento en el que la economía
rusa ya había entrado en fase de desaceleración como consecuencia de sus propios
problemas domésticos que, sin duda, se han exacerbado con la coyuntura geopolítica
actual. La tasa de crecimiento en 2012 y 2013, fue del 3,4% y 1,3% respectivamente,
cuando la tasa media de crecimiento entre 1999 y 2008 había estado próxima al 7%. La
extrema dependencia del sector de los hidrocarburos (un tercio de los ingresos
públicos y dos tercios de las exportaciones dependen de este sector), el deficiente
clima de negocios y las ineficiencias del sistema financiero son los rasgos estructurales
que ya estaban haciendo mella en la economía rusa. En este contexto, la imposición de
sanciones, junto con la evolución a la baja del precio del petróleo, ha golpeado
duramente a la economía, que se
prevé que crezca un 0% este año y
posiblemente entre en recesión el
año próximo. La masiva salida de
capitales, acelerada a raíz de la
crisis de Ucrania, ha provocado el
desplome del rublo, cuya
cotización ha caído más del 20%
desde principios de año, y ha
favorecido que la inflación se
disparase hasta el 8% en
septiembre, lejos de la meta del
5% fijada por el banco central. La
autoridad monetaria ha priorizado
la estabilidad financiera y ha
aprobado sucesivas subidas de los tipos de interés en los últimos meses, hasta el 9,5%
el pasado 31 de octubre, con el objetivo de aumentar el atractivo de los activos rusos a
ojos de los inversores y frenar las presiones sobre los precios. La aplicación de una
política monetaria restrictiva en un contexto de desaceleración dificultará la
recuperación.
22. Por el momento el escenario más probable a corto plazo es el de un conflicto
“congelado”, en el que se mantiene el “statu quo” actual. La solvencia del soberano
está fuera de debate actualmente, ya que cuenta con casi 9 meses de importaciones
en reservas, la deuda pública es baja (en torno al 11% del PIB), la balanza por cuenta
corriente todavía es superavitaria y el endeudamiento externo del sector público es
bajo. En cambio, el grueso del endeudamiento exterior está de manos del sector
corporativo y financiero. En el caso de que se mantuviesen las sanciones a medio plazo
es muy posible que el gobierno tuviera que apoyar a empresas en dificultades. La
mayoría de los analistas coinciden en que es improbable que se produzcan problemas
de impagos al menos hasta finales de 2015. La otra amenaza que encara la economía
rusa es el descenso del precio del petróleo, dada la enorme dependencia de las
cuentas exteriores y los ingresos públicos de las exportaciones de crudo. El barril de
Brent, que llego a superar los 100 dólares en septiembre, actualmente está próximo a
los 80 dólares.
22
23. TTTAAAI IIL LLAAANNNDDDIIIAAA
La junta militar se afianza en el poder
El pasado 22 de mayo, el general Prayut
Chan-Ocha, jefe de las FF.AA. tailandesas,
protagonizó un golpe militar incruento.
Tras detener a la ex Primera Ministra
Yingluk Shinawatra y a las principales
figuras de su gabinete, los militares
disolvieron el parlamento y establecieron
el toque de queda por tiempo indefinido.
La asonada militar fue sancionada por el
anciano rey Bhumibol, quien reconoció al
general Chan-Ocha como líder de la
nación.
En los cinco meses transcurridos desde el golpe, la junta militar, autodenominada
Consejo Nacional para la Paz y el Orden (CNPO) ha ido reforzando su presencia en las
instituciones. Así, el general Prayut Chan-Ocha, además de ser el líder del CNPO, ha
constituido un gobierno y se ha autonombrado Primer Ministro. El actual gobierno lo
integran únicamente militares y tecnócratas, sin que haya en él ningún político. En
agosto se constituyó un nuevo parlamento, en el que tampoco hay ningún político
profesional, ya que todos sus miembros son también tecnócratas y militares.
La razón del golpe militar fue acabar con el clima de creciente crispación, violencia y
polarización política vivido en Tailandia desde diciembre de 2013. Entonces era
Primera Ministra Yingluk Shinawatra, cuyo partido, Pheu Thai, había ganado por
mayoría absoluta las elecciones legislativas celebradas en 2011. Yingluk aprovechó el
tirón de su hermano Thaksin Shinawatra, quien también ejerció el cargo de Primer
Ministro en el periodo 2001-2006, siendo en septiembre ese último año derrocado por
un golpe militar. Desde entonces vive en un dorado exilio en Dubai ya que, de pisar
suelo tailandés, se arriesgaría a ir a la cárcel por tener causas pendientes por
corrupción y abuso de poder. Toda esta sucesiva serie de victorias electorales de la
familia Shinawatra ha constituido un duro revés para el “establishment” político
tradicional del país, que está integrado por el ejército, la monarquía y las clases medias
urbanas, en contraposición a los votantes del empobrecido centro y norte de Tailandia,
mayoritariamente campesinos, entre los que Thaksin mantiene una enorme
popularidad. La asonada, pues, debe de ser vista como un restablecimiento al frente
de la política tailandesa de quienes la han controlado entre los años ochenta y 2001.
Una Asamblea Constituyente está ahora mismo redactando una nueva constitución
que, posiblemente, sólo deje participar en futuras elecciones legislativas a partidos
políticos vinculados a las FF.AA. –lo que por otro lado ha sido una constante entre
1992 (año del restablecimiento de la democracia) y el año 2001, en el que empezó a
ganar elecciones el clan Shinawatra. Una vez terminada la nueva constitución se fijará
fecha para las nuevas elecciones legislativas, aunque no es probable que éstas se
celebren antes de 2016. Como se ve, los militares no tienen, pues, intención de ceder
el poder tan rápidamente.
23
24. A corto plazo, el golpe ha traído consigo el retorno a la estabilidad política perdida en
los seis meses previos. Sin embargo, está por ver si se mantiene en el medio y largo
plazo, ya que va a ser muy difícil que los militares logren reconciliar a un país tan
polarizado como Tailandia, por lo que es posible que en cuanto se celebren elecciones
y los militares bajen la guardia, se reanuden los enfrentamientos entre los partidarios y
detractores del clan Shinawatra.
A nivel económico, la junta militar ha
tomado una serie de medidas para
reactivar el crecimiento económico y
prevenir la aparición de tensiones.
Así, por ejemplo, se han revitalizado
proyectos de inversión en
infraestructuras por valor de unos
22.000 mill.$, que se habían
paralizado en los meses previos al
golpe a causa de la situación de
inestabilidad socio-política. Los
militares también han activado un
programa de pagos en metálico a los agricultores de arroz para compensarles por los
bajos precios internacionales de esta materia prima, y van a retrasar la revisión al alza
de los precios internos del gas para acercarlos a los internacionales. Estas dos medidas
tienen un cierto tufillo populista y pretenden congraciar al nuevo régimen con los
campesinos y las clases más humildes, votantes tradicionales del clan Shinawatra. A
pesar de que la mayor estabilidad política está propiciando la reactivación del turismo,
el consumo privado se está viendo lastrado por el fuerte endeudamiento de las
economías domésticas, que equivale a un 80% del PIB. Por todo ello, no se espera que
el PIB en 2014 crezca por encima del 1,5%, en lo que será la tasa más baja de entre los
principales países miembros de ASEAN (Indonesia, Malasia, Filipinas).
24
25. En los meses previos al golpe militar, Tailandia experimentó importantes salidas de
capitales que debilitaron al Baht, que también se vio afectado por la decisión de los
EE.UU. de iniciar el “tapering” o la reducción de las compras masivas de bonos del
Tesoro. El retorno -provisional- a la estabilidad política tras el golpe ha frenado las
salidas de capitales y ha reflotado algo la cotización de la moneda frente al dólar, algo
en lo que también ha jugado un papel la decisión estadounidense de retrasar una
hipotética subida de tipos de interés que, posiblemente, no se produzca antes de la
próxima primavera, como pronto.
Las tres principales agencias de
calificación dan a Tailandia el
“Grado de Inversión” y ninguna de
ellas ha rebajado el rating del
reino tras el golpe militar. En ello
ha influido la notable solvencia
externa del país, cuyas reservas de
divisas equivalían el pasado junio a
6,7 meses de importaciones de
bienes y servicios, siendo además
superiores a toda la deuda
exterior. Además, la deuda pública es moderada (no llega al 46% del PIB) y está en un
94% en manos de residentes, lo que disminuye la vulnerabilidad en caso de
depreciación del Baht.
25
26. Z ZZAAAMMMBBBIIIAAA
“Adiós a King Cobra y a la ventaja minera”
El pasado 28 de octubre, a los 77 años, el presidente zambiano Michael Sata, también
conocido como King Cobra debido a su lengua viperina, decía adiós a familiares y
amigos en la capital británica.
26
Desde comienzos de 2014 había
comenzado a quebrarse la aparente
estabilidad política de la que gozaba
el país. La reiterada ausencia del
“Rey Cobra” en numerosos eventos
había desencadenado tensiones
entre los principales líderes políticos,
ya que algunos denunciaban
constantemente que Sata continuase
ocupando la jefatura del Estado en
tan crítica situación de salud.
Aún se desconoce quién será el futuro presidente del país. De manera provisional ha
ocupado el cargo el hasta ahora vicepresidente Guy Scott. Deben convocarse
elecciones en el plazo de 90 días, a las que Scott no podrá presentarse, ya que sus
padres no son de origen zambiano, lo cual supone el incumplimiento de una de las
principales condiciones constitucionales de la presidencia.
No se puede descartar que se produzcan fricciones entre los posibles sucesores de
Sata. Por ejemplo, Scott retiró de la presidencia del partido del Gobierno (el Frente
Patriótico) a Edgar Lungu, actual ministro de Defensa y Justicia y uno de los principales
candidatos a la jefatura del Estado, y se ha visto obligado a devolverlo a ese puesto
ante las protestas populares.
A pesar de la incertidumbre política, la situación económica parece evolucionar de
forma favorable. Desde hace más de 4 años, Zambia ha registrado niveles de
crecimiento superiores al 6%. En 2013, creció al 6,2% y debido a las expectativas de
aumento de producción de cobre, se espera que alcance un 7,3% en 2014.
Desde 2006, el fuerte impulso de la inversión extranjera y las elevadísimas
condonaciones de deuda en el marco de la iniciativa de HIPC permitieron mejorar las
cuentas exteriores y despedirse del déficit por cuenta corriente. Además, Zambia
consiguió prescindir de su fuerte dependencia de los flujos de ayuda internacional, que
han pasado a representar el 5-10% de los ingresos fiscales en la actualidad, frente al
40% de 2006. Por otra parte, durante el gobierno de Michael Sata se implementaron
sucesivas políticas monetarias restrictivas que hicieron posible el control de la
depreciación del Kwacha y de la tendencia inflacionista. Ahora se mantiene un nivel de
inflación estable en torno al 6,5% aproximadamente.
27. Sin embargo, este periodo de crecimiento continúa muy condicionado por la fuerte
dependencia del sector minero, lo que cuestiona la sostenibilidad a largo plazo del
actual modelo de desarrollo.
Zambia produce más del 6% de la extracción mundial de cobre. Se sitúa en la octava
posición entre los principales países suministradores del mundo, por detrás de Chile,
China, Perú, EEUU, Australia y la República Democrática del Congo. Sus exportaciones
durante el primer cuatrimestre de 2014 ascendieron a 400.000 toneladas y se prevé
que continuarán incrementándose en un 2% en 2015, alcanzando 1,5 millones de
toneladas anuales.
Esta enorme capacidad de producción minera,
además de representar una ventaja
competitiva, supone también una fuerte
vulnerabilidad, ya que este sector determina
directamente la posición exterior del país, por
cuanto este mineral representa el 80% de las
ventas exteriores.
Durante 2014, la evolución del precio del cobre ha experimentado una caída gradual
del 5%. Por el momento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el precio
se mantendrá estable. Sin embargo, si la tendencia bajista continuara, se produciría un
acusado descenso en el valor de las exportaciones, con lo que Zambia regresaría a su
situación deficitaria en poco tiempo.
A pesar de esta situación de vulnerabilidad, el país podría contar con el apoyo del FMI,
que en la actualidad mantiene una propuesta para llegar a un acuerdo con Zambia que
incluya un programa de consolidación fiscal. Sin embargo, la incertidumbre política
generada por la muerte de Sata no favorece el cierre de este acuerdo y la posibilidad
de hacer frente a su crítica situación económica.
27