1. PERFIL PSICOLÓGICO DE JULIO CORTÁZAR
Por: Lorena Albarracín De La Cruz1
Nació accidentalmente en Bruselas,
capital de Bélgica en 1914. Vivió un
año y medio en Barcelona, a los 4
años viajó a Argentina con su madre,
una tía y su única hermana Ofelia,
quien era un año menor que él. Tuvo
una infancia muy solitaria, ya que
era muy enfermizo y tenían que tener
sumo cuidado con él. Aprovechaba
ese tiempo que pasaba a solas,
encerrado en su cuarto para poder
leer, leer y leer. Realizó estudios de
letras y Magisterio en una escuela a
la cual calificó de "pésima, una de las
peores escuelas imaginables". Fue profesor de una pequeña ciudad llamada
“Bolívar” en Buenos Aires.
Sus cuentos se encuentran entre los más perfectos del género. Su novela
“Rayuela” conmocionó el panorama cultural dentro de la narrativa
contemporánea.
Fijo su residencia definitiva en París. François Mitterrand le otorga la
nacionalidad francesa. Volvía a Argentina cada cierto tiempo donde era amado
por muchos, tenía muchos seguidores, pero no se llevaba bien con sus
autoridades.
Tuvo tres parejas sentimentales, se casó solo con dos de ellas, pero nunca
procreó, tal vez porque sentía miedo de formar una familia, ya que su padre lo
abandonó cuando él era muy pequeño o simplemente porque no quería que su
“primogénito” lo pueda superar, era una idea egocentrista lo que atravesaba al
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Lorena Albarracín De La Cruz, estudiante de Psicología en la Universidad “Alas Peruanas”, quien elabora
el presente perfil psicológico en correspondencia a la asignatura de Literatura, asesorado por David Auris
Villegas. Perú - 2016.
2. parecer por su cabeza al reusarse a tener descendencia. Quedó muy triste por
la muerte de su esposa Carol en 1982.
Cortázar murió en Paris el 12 de febrero de 1984 a causa de una leucemia. Julio
Cortázar fue un mestizo cultural y gran traductor de inglés y francés.
Sus obras se caracterizan por su estilo que aparentan oscuridad, incoherencias
y ambigüedades.
Los temas recurrentes que usaba en su obra eran el incesto, lo fantasmal, los
juegos lingüísticos que hacían que el lector se adentre más en la obra y descubra
que hay detrás de lo que escribe, descubrir el significado de lo que quería decir
en cada obra, en sus escritos confrontaba al hombre contemporáneo, también
enfrentaba el conflicto por la búsqueda del significado de la vida.
Cortázar prefirió en sus obras la estructura en torno a un motivo que con mucha
frecuencia se convertía en símbolo.
Él era tierno, por la suavidad que mostraba en el diálogo y el tono de confidencia
de una voz grave que arrastraba las erres, por el acento francés que tenía.
Fraterno, él entendía la fraternidad como una forma de la solidaridad humana.
Más que la ideología, lo que lo llevó a defender las causas de Cuba y Nicaragua.
Julio Cortázar reflejaba su compromiso político y su ideología de izquierda.
Era muy humanista, tanto así que viajó hasta Cuba donde defendió los
Derechos Humanos.
Cortázar tenía un dominio del español impecable, porque su español era
exquisito.
Julio sentía una pasión muy grande por su país, como lo dejaba ver en sus
escritos ya que siempre mencionaba calles, lugares, y alguna otra cosa que lo
haga recordar a su país Argentina.
Era muy feliz con su compañera a quién cariñosamente llamaba “osita”, sin
embargo fue de una personalidad introvertida hasta antes de viajar a Cuba,
donde aprendió a desenvolverse de una mejor manera y luchar por los Derechos
Humanos.
Cortázar manifestaba que él no era un escritor profesional, se consideraba un
“aficionado”, un “vago” porque escribía cuando le daba la gana, se tomaba todo
el tiempo que él quisiera para poder terminar una obra. Escribía en presente
absoluto.
Le atraían mucho los lugares de paso, como el metro, los puentes, el tranvía.
3. Era muy enamoradizo y poético, desde muy pequeño le escribía cartas o
pequeños poemas a sus compañeras de clases al igual que le dedicaba versos
a sus familiares por motivos de cumpleaños o cualquier otra ocasión especial.
Se consideraba muy severo, no publicaba hasta que estuviera seguro de no
“estafar” a los lectores, dándole cosas “juveniles” en el buen sentido de la
palabra, solo publicaba cuando valía la pena publicar.
Era muy inseguro, no llegó a publicar su primera obra hasta los 25 años de
edad.
Cortázar decía que “lo esencial de su obra no está escrito”.
Él era muy fantástico, sabía cómo empezarían sus cuentos, pero no sabía cómo
terminarían, dejaba que todo fluyera, que su imaginación lo llevará a terminar
sus cuentos. Era muy creativo ya que las ideas se le venían a la mente cuando
estaba caminando, en el café, meditando…
Julio tenía un gran sentido del humor, el cual aplicaba en sus obras y en su
vida personal.
La inteligencia y la elegancia siempre lo acompañaban, le gustaba reunirse con
sus amigos e ir cenar a restaurantes muy lujosos.
En sus obras aplicaba mucho el drama, se sentía atraído por este tipo de género.
Plasmaba la ironía y lo insólito en sus escritos.
Cortázar tenía una manera de escribir abstracta, era un hombre receptivo, ya
que estaba abierto a escuchar ideas.
Muchas veces se mostró frío al momento de escribir.