Jules Chéret comenzó a imprimir carteles litográficos en color en París en 1866 gracias a los avances tecnológicos que logró. Incorporó la moda estética del momento y la influencia de muralistas barrocos como Tiépolo a su obra gráfica. A pesar de su tecnología moderna, siguió procesos artesanales al dibujar sobre piedra litográfica. Usó colores planos heredados del decorativismo oriental para lograr cierta ilusión de tridimensionalidad y captar la