3. La primera mujer del
continente americano
declarada santa
mereció un elogio
admirable:
"Probablemente no ha
habido en la América
un misionero que con
sus predicaciones haya
logrado más
conversiones que las
que Rosa de Lima
4. Isabel Flores de Oliva, hija de
Gaspar de Flores y María de
Oliva, nació en Lima el 30 de
Abril de 1586 y murió el 24 de
agosto de 1617. El nombre de
Rosa se lo dio su nativa
nodriza, Mariana,, cuando, vio
a la niña, aún en la cuna, con
el rostro transmutado en una
bella rosa.
El arzobispo de Lima, al darle la
confirmación ratificó definitivamente el
nombre de Rosa. Usó ella tal apelativo de
"Rosa" al que ella añadió "de Santa María".
5. Cuando Santa Rosa de Lima
nació, la sociedad virreinal
del Perú aspiraba sólo a la
posesión de más y más
bienes materiales. Había
entonces unas pocas
familias pudientes, otras de
pequeños propietarios y la
gran mayoría de
campesinos nativos, y
esclavos negros y mulatos.
La familia de Rosa era de aquellos
pequeños propietarios. Sus padres se
esforzaron por darle una cierta educación
además de proporcionarle una firme fe.
6. Desde pequeñita Rosa tuvo
una gran inclinación a la
oración y a la meditación.
Un día rezando ante una
imagen de la Virgen María
le pareció que el niño Jesús
le decía: "Rosa conságrame
a mí todo tu amor". Y en
adelante ella se propuso no
vivir sino para amar a
Jesucristo. Y al oír a su
hermano decir que si
muchos hombres
se enamoraban perdidamente era por la
atracción de una larga cabellera ó de una piel
muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso
llevar el rostro cubierto con un velo, para no
ser motivo de tentaciones para nadie. Quería
7. Rosa en su interior
vivía un dilema: por
un lado sentía
vocación de religiosa
contemplativa y, por
otro, percibía la
imperiosa llamada a
realizar esta vocación
en el interior de su
familia, trabajando
por el Reino de Dios
desde fuera del
convento. A sus 20
años encuentra el
8. El día en que su
madre la reprendió
por atender en su
casa a pobres y
enfermos, Santa
Rosa de Lima
respondió:
"Cuando servimos
a los pobres y a los
enfermos,
servimos a Jesús.
No debemos
9. Rosa vino a saber de
la más famosa
terciaria dominica
Santa Catalina de
Siena y se propuso
estudiar su vida e
imitarla en todo. Y lo
logró de manera
admirable. Se fabricó
una túnica blanca y
el manto negro y el
velo también negro
para la cabeza, y así
10. El Papa Clemente X
canonizó a Santa Rosa en
Su padre fracasó en el
negocio de una mina y
la familia quedó en
gran pobreza. Rosa se
dedicó varias horas de
cada día a cultivar un
huerto en el solar de la
casa y varias horas de la
noche a hacer costuras,
para ayudar a los
gastos del hogar. Daba
clases a los niños,
incluyendo aprendizaje
11. Lima contaba ya con
una comunidad
religiosa fundadora
de la evangelización:
el Convento del
Rosario, de la orden
de Santo Domingo.
Allí los seglares
podían participar en
la liturgia, reunirse a
meditar la Palabra
de Dios y colaborar
12. Ermita de Santa Rosa en el
huerto de su casa.
Participaba en la
Eucaristía en el templo
de Santo Domingo. Al
fondo de su casa, en la
huerta de sus padres,
construyó una
cabañita, una ermita,
con el fin de asimilar
más el Evangelio en la
oración; allí entraba
en comunión con Dios,
con los hombres y con
la naturaleza. Sólo
13. Ya que gracia no se
adquiere sin padecer
aflicciones,
‘Auméntame, Señor,
los sufrimientos,
Pero en la misma
medida , acreciéntame
tu amor’
14. Frente a sus
prójimos era una
mujer
comprensiva:
disculpaba los
errores de los
demás, perdonaba
las injurias, se
empeñaba en
hacer retornar al
buen camino a los
15. Lo primero que
Rosa se propuso
mortificar fue su
orgullo, su amor
propio, su deseo
de aparecer y de
ser admirada y
conocida. Y en
ella, como en
todas las almas
humildes se
cumplió lo que
16. Pozo de los ruegos por la
intercesión de Santa Rosa.
Los últimos años Rosa
vivía continuamente
en un ambiente de
oración mística, con la
mente casi ya más en
el cielo que en la
tierra. Su oración y sus
penitencias conseguían
numerosas
conversiones de
pecadores, y aumento
de fervor en muchos
religiosos y sacerdotes.
17. Rosa, muchacha de pobre condición y
sin muchos estudios, mereció un funeral
poco común en la ciudad de Lima. La
primera cuadra llevaron su ataúd los
monseñores de la catedral, como lo hacían
cuando moría un arzobispo. La segunda
cuadra lo llevaron los oidores, como lo
hacían cuando moría un virrey. Y la
tercera cuadra lo llevaron los religiosos de
las Comunidades, para demostrarle su
gran veneración. El entierro hubo que
posponerlo porque inmensas multitudes
20. Canción a Santa Rosa (1680 )
de Tomás de Torrejón y Velasco, Maestro de Capilla de la Catedral de Lima
Es mi ROSA bella
del cielo primor
y es de la hermosura
toda admiración,
¡Del cielo primor!
¡El alba la admire,
celébrela el sol!
En el campo de LOS REYES
donde ROSA se plantó
a toda flor, la Fragante
en su afán usurpó
¡El alba la admire,
celébrela el sol!
En la gracia de sus ojos
tales virtudes mostró
que es para todo veneno
la triaca superior
¡El alba la admire,
celébrela el sol!
¡Es en todo tan hermosa,
que si mira la atención
hallará cuando la mira
divino objeto de un Dios!
¡El alba la admire,
celébrela el sol!