Esa otra cara del negocio minero tiene rasgos de despojo de territorios, de división de comunidades, de desastre ambiental, de perjuicios a ríos, cuerpos de agua, mantos freáticos, tierras, árboles, cultivos y frutos. La otra cara del negocio minero, lamentablemente, también está asociada a amenazas, presiones, golpes e incluso asesinatos de defensores de los derechos de los pueblos
Conversación traducida de amenazas contra la periodista.pdf
La otra cara del negocio minero en México
1. La otra cara del negocio minero
Miércoles 08 de Mayo de 2013. Escrito por El Economista. Fuente
OCMAL
La minería es un gran negocio, nadie duda de ello. Las empresas del
ramo, agrupadas en la Cámara Minera de México (Camimex),
presumen que se han colocado como la cuarta actividad económica
generadora de divisas en el país con 23,000 millones de dólares
(mdd) en 2012, solo debajo de la industria automotriz (88,377 mdd),
la industria electrónica (56,388 mdd) y la extracción petrolera
(53,078 mdd).
Los mineros organizados sostienen que han sido de las ramas con
más empleos creados en los últimos años para un total de 337 mil
puestos de trabajo directos y 1.6 millones indirectos; además de
presumirse como palanca del desarrollo con la construcción de
ciudades, carreteras, ferrocarriles, comunicaciones, redes de agua
potable, electrificación y difusión de tecnología. Las mineras, además,
se presumen como socialmente responsables y que 80 por ciento de
los asociados a la Camimex están certificados como industrias
limpias.
Pero algo no checa en el discurso de los empresarios mineros y la
realidad. Y esa realidad dice que el negocio minero tiene otra cara,
distinta a la que difunden los empresarios mexicanos y extranjeros.
Esa otra cara del negocio minero tiene rasgos de despojo de
territorios, de división de comunidades, de desastre ambiental, de
perjuicios a ríos, cuerpos de agua, mantos freáticos, tierras, árboles,
cultivos y frutos. La otra cara del negocio minero, lamentablemente,
también está asociada a amenazas, presiones, golpes e incluso
asesinatos de defensores de los derechos de los pueblos.
2. Hay casos recientes preocupantes. En Jalisco, el domingo 5 de mayo
los ejidatarios del poblado de Tequisquitlán, del municipio de
Cuatitlán de García Barragán decidieron parar la mina de la empresa
china Gan-Bo Minera Internacional.
Los habitantes de este poblado de Jalisco decidieron actuar
directamente debido a la ineficacia de los recursos legales que han
interpuesto, así como los compromisos incumplidos de las
autoridades y de la empresa china. Denunciaron que desde hace
cuatro años enfrentan problemas ambientales, contaminación de
mantos freáticos con dos lagunas al aire libre, daños severos a la
agricultura, además de una intensa extracción de agua, indicó el
presidente del comisariado ejidal, Gregorio Zamora Escobar (La
Jornada Jalisco, 6 mayo de 2013).
Algo semejante ocurrió el pasado mes de noviembre en Zautla,
Puebla, donde los pobladores dieron un ultimátum a la empresa china
JDC Minerals para que desalojaran la mina “La Lupe”, en la
comunidad de Tlamanca (Proceso, 23 noviembre 2012).
Los casos de los pueblos que paran las actividades mineras se
multiplican. Pero las autoridades de todos los niveles siguen
empeñadas respaldar las explotaciones mineras sin reparar en los
altos costos sociales que esta actividad económica está generando.
Solo una mirada interesada podría dejar de advertir que en buena
parte de las concesiones y explotaciones mineras, las relaciones
comunitarias se trastocan peligrosamente debido a la división de los
pobladores provocado por el negocio minero; es común además que
las empresas contraten a guardias privados de seguridad que han
sido denunciados como causantes de agresiones a quienes encabezan
la resistencia a las mineras.
Un caso concreto es el de Mariano Abarca, líder indígena de la
comunidad de Chicomuselo, Chiapas y quien fue asesinado el 27 de
noviembre de 2009. Un informe de la agrupación canadiense Mining
Watch Canada, reveló que la embajada de Canadá en el país encubrió
a la empresa Blackfire, vinculada al asesinato de Abarca (Alejandra
Guillén, Proceso, 6 mayo 2013).
En San José del Progreso, Oaxaca, en apenas tres meses dos
dirigentes de la resistencia contra la minera Cuzcatlán, fueron
asesinados: Bernardo Méndez (el 28 de enero de 2012) y Bernardo
Vázquez (15 de marzo de 2012).
Las evidencias de la otra cara del negocio minero han sido
suficientemente denunciadas por las comunidades que padecen este