1. 1 de 12 LA MUERTE DE PEDRO INFANTE Para avanzar dar clic abajo en el ícono: No use el de color
2. 2 de 12 En tiempos de Semana Santa, suelo evocar aquella mañana del sábado santo de 1957, cuando caminaba por la playa de Rio Chico y la brisa trajo rodando a
3. 3 de 12 mis pies una hoja de periódico; era del diario EL NACIONAL, y allí se podía leer a todo lo ancho: MUERE PEDRO INFANTE.
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5. 5 de 12 Para ese entonces vivíamos en El Conde, a una cuadra de la Seguridad Nacional. Mi tía Rosarito, fiel a la costumbre de la época, se había sumado al éxodo vacacional
6. 6 de 12 a bordo de su Mercury modelo 1954, que nos llevaría a aquella playa de Rio Chico, donde habíamos acampado desde hacía ya un par de días.
7. 7 de 12 La inmensidad de la playa barloventeña acogía un gigantesco campamento aislado del mundo, que propiciaba la mezcla de los vacacionistas en un caos solidario tan
8. 8 de 12 alborotadamente venezolano. Eran otros tiempos, era la época de la dictadura perezjimenista, no había televisión a colores, ni internet, ni teléfonos móviles.
9. 9 de 12 En cambio, lo que si teníamos en casa era un “pickup”, artefacto muy popular que reproducía todos los domingos, aquella música ranchera que mi tía coleccionaba.
10. 10 de 12 Aquella mañana mi tía Rosarito palideció apenas vio la hoja noticiosa. Acto seguido, el trauma inicial dio paso a la alternancia de la incredibilidad y el llanto,
11. 11 de 12 para finalmente desembocar en una sentencia absolutamente inapelable: ¡Nos vamos para Caracas ya!
12. 12 de 12 Maldita sea mi suerte me dije, tan buenotas las muchachas esas que acamparon anoche… …¡eso me pasa a mi por pendejo, quien me mandaría a traer esa noticia! Fin