3. Marie Simon-Pierre se curó de un día para otro del mal
de Parkinson que la aquejaba y que ya prácticamente le
impedía caminar, escribir y conducir un vehículo.
La religiosa dice que se sintió renacer cuando dos
meses después de la muerte del Pontífice, quien falleció
el 2 de abril de 2005, se despertó sanada. Pierre y las
otras hermanas en su convento rogaban en sus
oraciones a Juan Pablo II, quien también padecía de
Parkinson.
4.
5. En marzo de 1979, Kay Kelly tenía cáncer, y pudo cumplir el sueño de
estar cerca de Su Santidad. El ama de casa que vive en Liverpool
pudo saludar al Santo Padre, quien le dio un beso. Kelly asegura que
pocos meses más tarde, desapareció el tumor.
Kay Kelly
6. 1979 Juan Pablo II visitó Irlanda durante el mes de
septiembre. Bernhard y Mary Mulligan habían tenido una
beba con severos problemas renales. El médico que la atendía
les había dado la peor noticia: la pequeña de pocos meses
corría serios riesgos de muerte. La fe de este matrimonio llevó
a que esperaran al Santo Padre entre la multitud y a su paso,
elevaron a la beba para que Wojtyla la viera. Su Santidad la
acarició y los padres aseguran que sanó y hoy vive una vida
normal.
7. En 1980, Juan Pablo II saludaba a los niños, como era su
costumbre. Stefanía Mosca tenía 10 años y sufría de una
especie de autismo por el cual no hablaba y solía negarse a
recibir alimentos. El Papa le dio un beso a la pequeña, que
rápidamente transformó su vida, recuperó la alegría, se
contactó con su alrededor y vivió normalmente.
8. Un terremoto ocurrido en 1980 provocó un accidente
que dejó en silla de ruedas a Emilio Ceconni. En 1984,
en una visita al Santo Padre, éste posó las manos sobre
la cabeza del joven que pocos días más tarde recuperó la
movilidad total de sus piernas, y hasta pudo demostrar
sus antiguas habilidades en el fútbol.
9. 1984, el Papa visitó la isla de Puerto Rico. Allí estaba
Lucía, que a los 17 años sufría de ceguera. El Papa
posó sus manos, y cuando la joven regresó a la casa,
recobró la vista.
10. caso que conmovió a México, fue el que quedó
documentado en las imágenes de TV. En 1990, una de
las últimas visitas del Santo Padre a México, José
Heron Badillo estaba junto a sus padres esperando el
paso del Papa. Su cara demostraba el frágil estado de
salud a partir de una leucemia que habían
diagnosticado como irreversible. El conmovedor
instante grabado por las cámaras de TV, muestra a
Juan pablo II posando sus dos manos en las mejillas del
chico, mientras la madre lo mantiene abrazado.
Poco tiempo después, los médicos diagnosticaron que
su cuerpo ya no tenía nada, que su leucemia había
curado. En el 2002, toda la familia viajó a Roma, para
pedir una audiencia y agradecer al Santo Padre.