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Conversaciones
Con Antauro Humala
Pedro Saldaña ludeña
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Pedro Saldaña Ludeña
(Lima, 1962)
Es periodista, escritor y politólogo. Ha conducido y dirigido diversos programas radiales y ejerce el
periodismo de opinión y crónicas en diferentes medios de circulación nacional desde 1992. Entre
1980 y 1985, trabajo en Palacio de Gobierno al lado de la entonces primera dama de la nación
Violeta Correa de Belaunde en los programas que ella desarrollo, fue Director de Cooperación
Popular y se desempeñó también como dirigente nacional del Partido Acción Popular, del cual se
alejó en 1998 después de 21 años de militancia partidaria. De 1986 a 1990 radicó en Madrid-
España, donde realizó un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense.
Actualmente conduce el programa "Desde La Trinchera Del Honor" en radio Moderna -A nivel
nacional-, es presidente fundador de la Asociación Civil Legitimidad Democrática -ALD-, constituida
en el año 2000. Y dirige el colectivo católico religioso: "Reafirmación Católica Militante" -RCM-. A
publicado también los siguientes títulos: "Apuntes Periodísticos" "Conversaciones con Antauro
Húmala" (primera edición y edición popular - 2008-),"EI derrocamiento de Belaunde: Cuarenta años
Después", el poemario: "Poemas y Poemitas", y el libro de vivencias "El Manual del Taxista". Es
miembro de la Federación de Periodistas del Perú -FPP-, y de la Asociación Nacional de Periodistas -
ANP-. FONDO EDITORIAL DE LA:
Antauro Húmala, mi amigo, me anunció la preparación del libro.
Conocedor de mi afición, no impune, por la lectura, me pidió leerla. He cumplido. Es un libro
polémico, de entrevista, de un estilo poco común que requiere habilidad del que pregunta y del que
responde. ANTAURO responde con solvencia intelectual, sinceridad y amplio conocimiento de los
hechos. Sus 44 años de vida y sus 22 años de haber egresado de la EMCH, no han transcurrido en
vano, está preparado para cumplir sus propósitos. Para interpretar sus respuestas es necesario
tener prensente la ideología ETNOCACERISTA Y ETNONACIONALISTA que defiende y fomenta con
lealtad.
Sus conclusiones de la Realidad Nacional son resultado de la confrontación crítica de su mundo
interior y el mundo externo nacional y global. Podemos no estar de acuerdo con algunas de sus
respuestas, pero como VOLTAIRE tendríamos que decirle: "daría mi vida para que tengas el derecho
de expresarlas". Las utopías de antaño son las realidades de hoy; y los subversivos de ayer, son los
políticos actuales.
Gral. EP(r) J. Germán Parra H.
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"El libro de Pedro Saldaña, Conversaciones con Antauro Húmala, es una palpitante contribución al
estudio de los acontecimientos recientes del Perú, en especial desde Locumba hasta el
protagonismo actual que gira en torno al clan Húmala. Vale decir, es un aporte esencial para
comprender la entrada de nuestro país al XXI".
Rafael Romero Vásquez
Editor General de RBC Noticias y Conductor de Habla El Pueblo.
Antauro es valiente, inteligente, audaz luchador de la
causa del pueblo y la nación.
Antauro Humala es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nación
peruana. Merece nuestra especial consideración, respeto y aprecio político. Ha formulado
teóricamente genialidades brillantes, hermosas, dignas de ser recogidas y enarboladas por una
vanguardia consecuente; pero también, a vuelta de página ha sostenido “barbaridades políticas”
inaceptables, que tendremos que combatir sin tregua. Mi conclusión por ahora es: 1º El balance de
las formulaciones teóricas deja saldo positivo. 2º Él debe acostumbrarse a actuar políticamente en
base a la reflexión y los acuerdos de un pequeño y muy calificado Colectivo de Dirección, y ganar su
liderazgo. 3º Un balance integral más amplio, modestamente lo ofrezco para cuando cuente con
espacio suficiente.
Ricardo Letts Colmenares - Presidente del Comité Malpica
Antauro es un hombre de ideas claras
La historia del Perú está jalonada de dos partidos: el civilismo histórico y el militarismo plebeyo y/o
institucional. Personajes como Antauro Humala pertenecen a esta ultima vertiente, que viene de
los legionarios de la Independencia, que luego quiso hacerse proyecto nacional pan-andino con ese
gran visionario que fuera el general Andres de Santacruz, continuando con el Ejercito de la Breña
que salvó el honor nacional en la guerra del 79, y que en el siglo XX tuvo en Juan Velasco Alvarado
su desarrollo moderno e institucional. Antauro es un hombre de ideas claras, con las que se puede
discrepar o asentir.No es un delincuente ni un gamberro, como afirman los verdaderos gamberros.
Y tiene predicamento porque quiere hacer en el Perú ese interregno purificador reclamado por los
oprimidos del ande. Por todo esto hay que leer este libro.
Plinio EsquinarilaBellido - Editor General del Diario La Razón
Palpitante contribución
El libro de Pedro Saldaña, Conversaciones con Antauro Humala, es una palpitante contribución al
estudio de los acontecimientos recientes del Perú, en especial desde Locumba hasta el
protagonismo actual que gira en torno al clan Humala. Vale decir, es un aporte esencial para
comprender la entrada de nuestro país al XXI.
Rafael Romero Vásquez - Jefe de la página editorial y editor de
opinión del Diario Expres
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Pedro Saldaña ludeña
Conversaciones
con
Antauro humala
Lima, 2011
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CONTENIDO
Prólogo
Por el Dr. Hernán Fuentes Guzmán
Algunas precisiones
Capítulo I
Desde el nombre... El hombre
Capítulo II
Un “Corpus Christi" en la guerra sucia
Capítulo III
Locumba, el mito y el “mitologizador”
Capítulo IV…
Periodismo sin medias tintas:
¿Un buen mensaje y un excelente mensajero?
Capítulo V
“Los” fraudes del 2006
Capítulo VI
Andahuaylas
Capítulo VII
Partidocracia, inseguridad ciudadana y terrorismo
Capítulo VIII
El etnocacerismo
Capítulo IX
El escritor, los generales y algo de indigenismo
Capítulo X
Educación, proteínas y geopolítica de hambre
Capitulo XI
Chile, el chauvinismo como “necesidad”... y los mapuches
Capítulo XII
Ecuador, "amazonitis” y la Cordillera del Cóndor
Capítulo XIII
¿Homofobia política?
Capítulo XIV
Fusilamientos y "escarmiento histórico”
Capítulo XV
La vladiconstitución del “libre saqueo”
Capítulo XVI
¿Amnistía?
Capítulo XVII
Militarismos, civilismos y utopías
Capítulo XVIII
Señor cautivo, Iglesia tawantinsuyana, planificación familiar y “creced y multiplicaos"
Capítulo XIX
Coca, Irak y algo más
Capítulo XX
Sobre filosofía inkaica.
(Conversación entre el My. Antauro y el Prof. Mario Mayhua Q.)
Epílogo
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PROLOGO
¿Votaríaspor Antauro Humala?Fue la preguntaque se formulóa loselectoresde Apurímac,unade laszonas
más deprimidas del país, la encuesta que fue de este año 2011 y no divulgada, señalaba que si mañana
fueranlaseleccionesparael gobiernoregional de Apurímac,el otro Humala, si postulase ganaría de manera
aplastante.
La prisión de Piedras Gordas busca resolver un problema penal, no resuelve la controversia de exclusión
política.
En 1931 el flamante PartidoComunistaPeruano, para anteponer a la candidatura de Haya de la Torre y Luis
M. SánchezCerro,lanzóa lapresidenciaaJuanQuispe Quispe,quechuahablante yanalfabeto. Los iletrados
no eranciudadanosyel quechuano tenía reconocimiento oficial ni en el Cuzco. Este campesino ni siquiera
pudo registrarse en el padrón electoral. Su postulación era testimonio de la marginación y exclusión que
sufría la mayoría de peruanos. No quería ganar votos, buscaba denunciar al sistema.
Así nació la candidatura anti-sistema. Medio siglo después, un barbudo, Hugo Blanco, aquel del asalto al
puestopolicial de Pucyura, en el valle de la Convención en el Cuzco, donde murió un policía y otros dos en
Mesacancha fue condenadoa25 años de cárcel durante el primer belaundismo y Velasco lo indultó al cabo
de más o menosseisañosde prisión.Seríahumanorecordarque las autoridades reemplazaron la ciudad de
Arequipa, donde se realizaba el juicio, por la ciudad de Tacna con la finalidad de aplacar las simpatías que
levantabanlosprocesadosenlaciudadBlanca.Juzgara Blancoy susseguidores enlaciudadmáslevantiscay
orgullosa de sus rebeliones a lo largo de la historia del Perú, era peligroso, creían. Fue un juicio llevado a
cabo, por un consejo de guerra, a varias decenas de harapientos y débiles campesinos cuzqueños y su
cabecillaHugo Blanco.Tacna le diomayor coberturamediática,ademásde lasolidaridaddelpueblotacneño
con losprocesados.Barbudoque llamólaatenciónde laprensainternacional enlossetenta,al sercandidato
calzado con ojotas y que chacchaba coca, postulando a la Asamblea Constituyente (1978), contra un
socialdemócrata como Haya de la Torre y un derechista cazurro como Luis Bedoya Reyes. En las encuestas,
Hugo Blancono existía;noobstante,bastóque apareciera10 minutos -fue suúnicospot-,en el canal estatal
controladoporel gobiernomilitar,conundiscurso simple: ¡Ni patrones ni generales!, para crearse un mito
electoral. Había surgido el contestatario al status quo predominante; sacó más de 300 mil votos
preferenciales.
Diezañosdespués, ante la debacle del sistema partidario, un entusiasta comunicador se lanzó a la alcaldía
de Lima, enfrentándose a una poderosa alianza de partidos tradicionales, el FREDEMO, Belmont fue
martirizadopor los medios de comunicación: improvisado, locutor de tómbolas, sin experiencia en la cosa
pública,irresponsable,etc.El “hermanón”noencarnabael radicalismo,sinoel hastiócontralapartidocracia.
La consecuenciade este remezónelectoral,fue Fujimori, quienexpresómejor el discurso de la anti-política.
Belmont como “el Chino” eran outsiders que evidenciaban la crisis del sistema político. El anti-sistema no
venía por la izquierda, sino por la derecha. El papel del colorado Belmont, en 1989, fue similar al rol del
cobrizo Juan Quispe Quispe en 1931, demostrar que el sistema era democrático con las fuerzas
hegemónicas, pero excluyente con todo lo emergente.
Los teóricos del sistema proclamaron que con la caída de Fujimori, estas “anomalías” habían quedado
superadas,que losoutsiderseran el insumo de las ideas autoritarias, en tanto los partidos políticos eran la
mejorexpresiónde los valoresdemocráticos.Abundaban,además, que nuestro país -conjuntamente con la
Venezuela del respetado y temido Hugo Chávez- eran los últimos reductos de los discursos anti-partido.
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En mediode estosensueños,se produjolainsurrecciónde Antauro Humala (Lima, 1963) en Andahuaylas, el
1° de enerode 2005, cuandoel país despertaba de la tremenda francachela del año nuevo. El, al mando de
dos centenaresde lealesreservistas del ejército, recibió el 35% del respaldo ciudadano (Encuesta de RPP).
Antauro tenía un discurso a lo Hugo Blanco y poses militaristas a lo Chávez. En pocos días fue derrotado
militarmente,perosuefectopolíticofue descollante:Ollantaganócategóricolaprimera vueltapresidencial.
En la segundavuelta:5de cada 10 votaron por el nacionalismo,habíasembradoparael futuro,habíaechado
raíces; enlo inmediatoen Andahuaylas obtuvo más del 76% de los votos y su hegemonía fue aplastante en
lossectoresC y D. Piensoque enlaactualidad, Antauroesel personajeque mejorencarnael inconformismo
del Perú profundo.
La crisis de legitimidad del sistema político no es exclusivamente peruana. La democracia más estable de
Sudamérica, la chilena, ha sido impactada con la postulación del joven Marco Enriquez-Ominami, hijo del
mítico líder guerrillero del MIR Miguel Enríquez, éste rompe con su gobierno (la Concertación), con
hegemoníagubernamental de dos décadas,renunciaal partidode la Presidenta Bachelet y se postula como
independiente, exigiendo radicalizar la democracia, modernizar el Estado, haciéndolo transparente y
prometiendo probidad. Sólo le falta el “honradez, tecnología y trabajo”, pero con acento Mapocho.
Enríquez-Ominami, no es Fujimori, es una combinación de Lula con discurso de Bill Gates que impugna el
agotamientodel sistemarepresentativo,cuyoslímitesredistributivosyparticipativos son evidentes para los
pobresy losjóvenes, que exigen una mayor calidad de la democracia. Se decía que esto sólo ocurría en los
paísesandinos (Ecuador,BoliviayPerú),congravesproblemas étnicosyde segregación.Sinembargo,no, ya
que esto acontece también en el país con la más potente renta per cápita y país más homogéneo
culturalmente de lareglón. Hoylos mediosde comunicación –aquellos mismos que subestimaron a Quispe
Quispe, Hugo Blanco, Ricardo Belmont, Alberto Fujimori y al propio Ollanta- proclaman que una condena
severacancelaríael “problemaAntauro”;el CódigoPenal resuelve latipicidadde los hechos sangrientos, no
disipa las condiciones sociales incólumes que en siglos han provocado hechos como el andahuaylazo y el
baguazo.
Con AntauroHúmalano tengoafinidadesideológicas; no obstante, sería absurdo invisibilizarlo, sería necio
soslayarlo, pues representa y es “el achoramiento y la rabia arguediana” (“Conversaciones con Antauro
Húmala”, de Pedro Saldaña Ludeña, Edición de Lima, año 2008, 2a edición, p. 65), que según la perspicacia
de sus adversarios, puedeexpresarseenlascallesde maneracruentaopor las ánforasde manera incruenta.
Si a muchos les repugna siquiera oír o leer a Antauro -menos sufragar por sus postulados- entonces están
obligados aradicalizarlademocraciasinningúntipode exclusión partidocráticao étnica, para así evitar a los
incómodosBelmont, AranaoPizango,quienesnosonlacausa de la crisisdel modelo institucional, sino sólo
su explosivaconsecuencia.A Antauro se le debe contradecir políticamente, no censurar o amordazar como
hacen hoy sus "democráticos" carceleros.
Hoy, al salir esta Edición de Bolsillo a circulación, la opinión pública tiene una nueva gran oportunidad de
analizary conocerrealmente el pensamientoAntauro.UnMega-Reportaje,don-de Saldañaconestiloygarra
periodística, encara al personaje sin tratar de ridiculizarlo o satanizarlo, como hacen los verdaderos
periodistas que quierenllegaral fondodel personaje.Porúltimo:Piensoque es un libro que, con el tiempo,
acrecentará su valor.
Dr. Raúl Chanamé Orbe
Constitucionalista y Catedrático principal de la UNMSM
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ALGUNAS PRECISIONES
En la mañana del 17 de febrero de este año, encontrándome en el sur chico de Lima, me telefoneó mi
entrañable amigo,prominenteyjovenabogado,Raúl NoblecillaOlaechea;lohacía para invitarme a cenar en
su residencia de “El Haras” de la Molina, para conversar-como en la mayoría de las veces- temas políticos;
empero,le indiqué que me encontraba fuera de la ciudad y que lo dejáramos para pasado mañana, que ya
estaría yo enLima.Antesde concluirlallamada, le pregunté cuál era su parecer sobre el comentario que le
había hecho hace algunas semanas; me preguntó: “¿a qué te refieres?”. Bueno, le dije, “sobre el libro-
entrevista que pienso hacerle a Antauro Humala”; se quedó callado unos segundos y me respondió de
maneradeterminante:“¡házlo!,porquetodoloque oigode ese hombre enlaprensa son cosas tenebrosas y
en el mejor de los casos contradictorias, entonces creo que a Antauro se le debe escuchar sin satanizarlo;
deduzcoque tiene cosasinteresantesque decir”. Le contesté que le agradecíasu comentario y rápidamente
cortamos. Al rato continué haciendo labores de ocio donde me encontraba, que para eso estaba ahí.
En la noche, al salir a pasear y a comer con una guapa lugareña, no dejaba de pensar en la respuesta tan
clara de Raúl, me dije para mis adentros también: “creo que estoy en lo correcto al intentar concretar este
libro-entrevista,porque nada significativo tendría un material de esta naturaleza -género periodístico, por
cierto,poco usado ennuestromedio- conalgún individuo de vida formal, pero con Antauro será diferente,
por tratarse de uncaso polémico y complicado". No obstante, lo que terminó por convencerme de realizar
este trabajo, fue la oposición visceral que encontré en algunos familiares y amigos muy queridos, que al
enterarse de mi propósito, reaccionaroncomo impulsadosporunresorte.A ningunode ellos respondí, o en
todocaso mi respuestafue el silencioyposteriormente,claro,la publicaciónahorade este libro,tododentro
de la mayor cordialidad.
En cuanto al entrevistado,tengoalgunascosas que referir, comoque loconozcodesde hace muchos años, si
bien no lo he frecuentado. Empero, un lustro atrás he tenido desde ahí en adelante con él encuentros
intercalados. Así mismo, quisiera mencionar que en el desenlace de este trabajo muchos me han
preguntado:¿qué opinióntengode él?,ymi respuestahasido para todos la misma, que es la siguiente: “es
un hombre definido,conideasclaras,yestoyconvencidoque susmanos no están manchadas de sangre por
losluctuosossucesosdel Andahuaylazo, ya que está explicado y demostrado hasta la saciedad quiénes son
los responsables de ello, y es, pienso, la contra-figura de su hermano Ollanta”.
Asimismo, es pertinente subrayar que a lo largo de nuestra rocambolesca vida republicana, sus más
destacadosprotagonistasmayormente tambiénpasaronporlasmazmorras,siempre por razones políticas. Y
dentro de las últimas ocho décadas, por sólo mencionar este último tiempo histórico, muchos fueron
considerados terroristas por insurgir contra el injusto y corrupto orden establecido que hasta hoy sigue
increíble ydescaradamente vigente.Yeneste tiempo,infortunadamente,se flamean los mismos conceptos
económicos y “democráticos” de hace sesenta años, que no dieron resultados ni beneficios a las grandes
mayorías y que llevaron al país hacia más confrontaciones. Siendo así, y por estos días, revisando antiguos
libros estacionados en los anaqueles de una rica y vieja biblioteca, pude corroborar en un interesante
compendiobajoel rótulode La RepúblicaMilitar,Perú1930-1980, obra del reconocidoperiodista Guillermo
Thorndike,cómodistintospersonajesensumomento eran catalogados de terroristas por levantarse contra
el oprobio, la desfachatez de las élites plutocráticas o contra la gangrena permanente de este país: la
corrupción. De tal manera que Thorndike relata didácticamente que fueron, entre otros, considerados
“delincuentes terroristas” personajes como: Haya de la Torre, Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Armando
Villanueva del Campo, Luis de la Puente Uceda, el poeta Javier Heraud, Alejandro Romualdo, José María
Arguedas, Ciro Alegría, Antenor Orrego, los jóvenes de la vanguardista revista “Hora Zero"... todos ellos
pasaronpor las cárcelesdel Estadodecrépito, prepotente y corruptizado. Entre estos, el caso de Villanueva
del Campoesmuy relevante:presovarias veces,definido como un vulgar delincuente prontuariado por las
distintas administraciones reaccionarias, lo catapultan como un líder histórico de los ideales del aprismo
primigenio. Suprimernúmerode presidiario fue 32268, en tiempos en que constituía un delito agravado el
solohechode estar afiliadoal APRA.Hoyendía, desafortunadamente el APRA se ha entregado otravez a los
nuevosbaronesde laderecha. Y algoque espara nocreer,hasta losreaccionariosmismosmandabanpresos
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a sus díscolos compañerosreaccionarios,tal esel casoque hasta PedroBeitrányPedroRoselló,pasaron una
temporada en El Frontón.
Ahora bien, es evidente la motivación política del acto de insurgencia encabezado por Antauro en la
madrugada del 1 de enero del 2005 contra el inmoral Alejandro Toledo, incapaz siquiera de reconocer a su
hijaZaraí (sinohastaque se encontrócontra lascuerdas),mintiendo al país sobre este hecho antes de estar
en el gobierno (y ya estándolo también), y que debió ser destituido por el Congreso declarándose su
incapacidadmoral, lamentablemente nolo hicieron; sin embargo, se hizo todo lo contrario manteniéndolo
en el puesto. Lo correcto era, pues, declarar la vacancia del cargo de Presidente de la República; pero para
“aferrarlo”, incluso nuestro tercermundista Tribunal Constitucional de marras, el 2004, elevó el número
necesario de congresistas para declarar la vacancia del cargo de Presidente de la República. No conforme
con esto,Toledo,asu vez,se dedicóadar respaldoaloscambios que se intentaban hacer mediante la falsa
fórmula de la “Reforma Constitucional” dentro del Parlamento, sin tener éste facultad de Poder
Constituyente, ya que se trataba de un simple Congreso ordinario amén de fundamentalmente ser la
Constitución de 1993 espuria y no proceder dicho mecanismo.
Y al validarel “presidente” Toledo la Constitución fraudulenta del 93, como hasta ahora se sigue validando
de forma miserable, ilegítima e inconstitucional, se puso fuera de la legalidad; Toledo, por lo tanto, ai no
funcionar los mecanismos constitucionales, debió ser relevado del mando por las FFAA, para que
reponiéndose laConstituciónde 1979, concomitantemente se convocase inmediatamente a una Asamblea
Constituyente y nuevas elecciones generales. Hoy el Perú continúa subyugado y su voluntad popular
obviada, enconsecuenciadebemosexigircuantoantesla convocatoriaa una AsambleaConstituyenteque le
devuelvaal pueblosuvoluntadsoberana hoy en cautiverio, de lo contrario tendríamos toda la razón, como
lohizoAntauro,de invocary ejecutarel derechoa lainsurgencia,comoloseñala la legítima Constitución de
1979. Lo que afirmo no significaque necesariamenteconcuerdecon lasideasde Antauro Humala, empero sí
concuerdo con el caso de la legítima insurgencia del Andahuaylazo, y sigo afirmando y sosteniendo la
defensa de dicha rebelión justísima contra el oprobio de la Constitución de 1993. En consecuencia, las
preguntas que todos debemos de formularnos son: ¿Por qué Antauro continúa preso? ¿Por qué los
reservistas que se levantaron contra Alejandro Toledo exigiendo su renuncia continúan presos? En suma,
¿por qué todos ellos continúanpresossi también se levantaron contra la apócrifa Constitución de 1993? De
tal maneraque ha llegadolahorade exigir la libertad de todos ellos por haber salvado el honor de un país.
Esto implicaríaque tambiénhayresponsabilidad en quienes mantuvieron y mantienen aún hoy la ilegítima
“Carta” del 93.
De otro lado, debo confesar que mis pláticas con Antauro para concretar este material, que hoy el lector
tiene frente aél,se han realizadosorteandolasnormas impuestas por el INPE, algunas veces mintiendo de
mi parte para superarlosinterrogatoriosque lesrealizan a los visitantes los encargados de la seguridad del
penal de “Piedras Gordas”,y otras hasta“dejandoun sencillo” para no tener ningún tipo de inconveniente
en mi labor periodística de entrevistador que me propuse cumplir, y la he cumplido toda vez que mi
entrevistado de ordinario sólo puede recibir exclusivamente visitas de sus familiares consanguíneos.
Finalmente, quisiera agradecer a todos aquellos que contribuyeron de distintas formas para que pueda
terminar este proyecto que hoy sale a circulación; entre otros, permítaseme mencionar a mi distinguido
amigoWílderPiscoValverde,especialista gráfico que sin su participación creo que no hubiera sido posible
producir este libro entrevista, al Dr. Gustavo Adolfo Mendoza López por sus constantes sugerencias
intelectuales y por cierto muy didácticas. De otro lado, quisiera agradecer al ing. César Montoya Araujo así
como a todos los integrantes de la Organización Civil Legitimidad Democrática (ALD) por su apoyo
desinteresado para con el objetivo de concluir este trabajo.
San Isidro, 17 de mayo del 2007
PedroSaldaña
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La historia de los pueblos prueba que toda idea nueva fue y es revolucionaria, y que no se mata la idea
suprimiendo a sus defensores.
El socialismo reconoce el hecho de que nadie socialmente es responsable de lo que es; de que los males
socialessonel producto de la pobreza, y que todos debemos evitar y combatir el mal donde se encuentre.
Yo creo que llegaráuntiempoenque sobre las ruinasde la corrupciónse levantará la esplendorosa mañana
de un mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruos anacrónicos de nuestra
época y de nuestras caducas instituciones.
Samuel Fielden,
Héroe de la revuelta de Haymarket
(Chicago, Estados Unidos)
acaecida el 4 de mayo de 1866,
por su defensa de la jornada
laboral de las ocho horas.
Pedro Saldaña
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I
DESDE EL NOMBRE…..
EL HOMBRE
- Mayor Antauro, en principio muchas gracias por concedernos esta entrevista, que por cierto va a ser
extensa, y darnos la oportunidad para esclarecer muchos aspectos de su accidentada y discutida vida
política, para que así la opinión pública pueda sacar sus propias conclusiones. Mi intención es sólo
periodística y las preguntas que le formularé estarán sujetas al rigor periodístico que exige objetividad.
Será la ciudadanía la que tenga la palabra final.
-Estoyde acuerdo,no hay problemay le agradezco su interés por la causa etnocacerista. Sólo le voy a pedir
que no interprete mis palabras, sino que las coloque tal como las declaro.
-Pierda cuidado, Mayor, cuéntenos un poco de su infancia.
- Soyel cuarto de siete hermanos,yel penúltimo de los varones que somos cuatro. Nací un veintinueve de
juniode 1963 enLima.Pertenezco, pues,alaprimerageneraciónfamiliarde hijos de migrantes serranos de
aquel éxodoandino, acaecidodesde mediadosdel siglopasadohacialasurbes costeñas,que de a pocos han
ido cholificando una capital que le dio la espalda al país profundo. Estudié primaria y secundaria en el
Franco-Peruanohasta que me expulsaron en quinto de media, razón por la que mis padres me enviaron al
Qosqo,endonde culminé en el Colegio Nacional de “Ciencias”. No se vaya a pensar que esa “deportación”
fue una especie de castigo.Quizáporel contrario,puesportradiciónfamiliar siempre el primogénito -en el
caso de mi familia, el mayor es Ulises- debía culminar sus estudios escolares en el “Ciencias” del Qosqo.
Ahí habían estudiadonuestrohermanomayor, mi padre,mi tío-abueloGenaroyasí ascendentemente desde
nuestros ancestros, los curacas de Pumatampu (Páucar del Sara Sara - Ayacucho), tal como se nos había
entronizadodesde niños.Refiérase que enlaépocainkaicafuncionabaenel Qosqoel Yachayhuasi en donde
se educaban los hijos de los curacas y que ya en la época virreinal aquel centro de estudios pasó a
denominarse “Colegiode Caciques”;el cual,a suvez, -una vez instaurada la República- pasó a denominarse
“ColegioNacional de Cienciasy Artes”,fundadoporBolívar,luegode labatalla de Ayacucho. Esa tradición la
guarda aún mi familia; entonces,mi padre,pese anoseryo “primogénito”,optóporque me empapase de la
mística cusqueña; además mi expulsión se debió más que todo a desavenencias entre él y la dirección del
colegio (era presidente de la APAFA). El Qosqo me impacto de sobre manera y en especial el Colegio
Nacional de “Ciencias”, proviniendo yo de un colegio exclusivo de Lima. Me pareció “sensacional” ver
compañeros de clase ingresando con ojotas y cosas por el estilo. También incursioné en el mundo de la
marihuana,entre el rock y el huayno, entre la rebeldía y la pasión. Aquel 1980 fue decisivo en mi forma de
pensary verlas cosas.Al año siguiente, después de tanto “relajo y librepensamiento”, ingresé a la Escuela
Militar de Chorrillos.
- Por lo que veo, su padre es el patriarca de un clan político. Y corriendo por las venas de los Humala
sangre “regia” de los curacas de Pumatampu, podemos explicarnos su carácter rebelde...
- Creoque como buenpadre,tuvolavirtudde proyectarensushijossus ideales pendientes. Ideales que se
encargó, conjuntamente con mi madre, de interiorizarnos pedagógicamente desde niños. La lectura
individual como colectiva era casi un culto, en una bibliografía especialmente seleccionada. Por supuesto
que había quienes más nos “zambullíamos” (en la biblioteca casera) que otros, que de veras lo veían como
“penitencia”. Si bien es cierto mi padre tuvo formación marxista (contaba que aprendió a deletrear en el
Amauta de Mariátegui cuyos ejemplares llegaban hasta la recóndita aldea de Oyolo - Pumatampu), jamás
dejó de preservar en su esquema mental la etnicidad tawantinsuyana. Etnicidad que, combinada con el
factor clasista,constituyóel summumideológico,si se quiere,de aquel clanfamiliar.Es necesarioreferirque
mi padre estuvovinculadoensusetapaspreparatorias,al contingenteguerrilleroque a mediadosde los 60's
se inmolara con De la Puente Uceda y Lobatón en Mesa Pelada y Púcuta. Incluso llegaron a reunirse en
ciertas ocasiones en su oficina de abogado. Ahí hubo discrepancias insalvables, empezando por el
desconocimiento del kechua y su idiosincrasia por parte de un MIR que hasta en la barba imitaba
estereotipos foráneos. Además no se pusieron de acuerdo en el reconocimiento de una “potencialidad
revolucionaria” dentro de las mismas filas del Ejército. Por último, entiendo que mi madre pudo haber
influido decisivamente para que mi padre terminara por abstenerse de la acción guerrillera. Había por
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entoncescuatrocríos que mantener... De maneraque,deduzco,mi padre endosó en nosotros, obviamente
en quienes asumimos mejor el mensaje, aquella “ansiedad etnorrevolucionaria”. Había, pues, un
compromisogeneracional acumuladode siglos,enuna familiaserranaque de algunamaneralogrópreservar
su memoria milenaria de forma explícita.
- ¿Es cierto que su padre -tal como lo dieron a conocer ciertos articulistas durante la efervescencia del
proceso electoral del 2006- los educó a todos ustedes, los hermanos Humala-Tasso, “para presidentes’’?,
digamos al estilo de unos “Kennedy cholos”; lo cual tiene cierto asidero al haberse dado, quizá como caso
único enel mundo,que un par de hermanoscandidateasen en simultáneo a la presidencia de la república,
tal como acaeció con Ulises y Ollanta.
- Mira, siempre se nos inculcó el “pensar en grande”, en términos “macro”. Incluso uno de los libros que
eran de obligada lectura en el ambiente familiar, era precisamente la magia de pensar en grande y las
biografíasde personajeshistóricos. Cadacual de loshermanos,subconscientemente,yaibaproyectando sus
aspiraciones máximas en la carrera de su vocación...
- Que en el caso de los que escogieronla vida militar, Ud.y Ollanta, culminaba enpalacio de gobierno. ¿No
es así?
- Pero en nuestro caso -tal como nos lo Inculcó nuestro padre- no como un fin de vano poder, sino como
medio de transformación revolucionaria.
- Sin embargo, en el caso de Uds., los hermanos militares, ninguno llegó a ser “espada de honor”, así que
puedo entender que el objetivo se les complicaba...
- Claro,ademásque enla familianohabíatradicióncastrense.No había “pedigree militar” ni vínculo alguno
con lasargollastradicionales. No obstante, pude percatarme que para mi generación aquello de la “clásica
juntamilitar”sudamericana,conformadaíntegramente por generalotes, ya no era viable; es decir que para
nuestrosobjetivos políticosnoconstituíaunrequisitoel generalato,sinounrangointermedio conmando de
tropa y,obviamente,hartoscojones.Yestoes algo que se avizora actualmente en Latinoamérica, en donde
tenemosloscasos del coronel GutiérrezenEcuadorydel comandante ChávezenVenezuela, así como “casi"
el de nosotrosacá. Y esque,la verdad,con la pentagonizaciónde lasFFAA latinoamericanasel generalatoha
colapsadomoralmente. ¿Acasonose les ve poblandolascárcelesen Argentina,Chile, Perú,Ecuadory Bolivia
inclusive (caso García Meza -N. del A.)?
- Me imagino que este “instinto golpista” contaba con el apoyo pleno del clan familiar.
- Quieroaclararte, antes,que si bienesciertoel llamado“golpe de Estado”puede serilegítimoy antipopular
enlas democraciasgenuinas,digamoscomolasdel mundodesarrollado,nosucede tal en el orbe “de color”
subdesarrollado.Muchasveces son legítimos y producto del clamor popular, ante la traición y colonialidad
de las corruptas élites gobernantes. En cuanto al “apoyo conspirativo” del clan familiar, claro que se daba,
pero en sí misma la operación era sólo compartida entre los “hombres de armas”.
-¿Es usted casado?, y si es así, ¿cuántos hijos tiene?
- Estoy casado con la compatriota Isabel Paiva, natural de Tumbes, con quien tengo dos bellos hijitos;
Antaurito y Urpi, de 11 y 9 años respectivamente.
- Siendosus hijostan pequeños,los hechos que Ud. ha protagonizado, si para los adultos son fuertes, para
ellos deben haber sido muy duros.
- Sí que lo fueron;lo cual constituye para mí una permanente espina en el corazón. Pero estoy seguro que,
enel fondo,estostrancesles fortalecenel espírituademás que les tiemplan el carácter. Se les ha inculcado
que deben sentirse orgullosos de lo efectuado y ya han superado con creces la intensidad de los primeros
momentos.A sus cortas edades han asumido una actitud muy madura. En ese aspecto me causan orgullo y
satisfacción, pues tengo la certeza que continuarán por la senda generacional.
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- ¿Lo visitan acá en el penal?
-Una prisiónjamásdeja de ser un lugar inhumano. Por eso decidí con mi esposa que las visitas de nuestros
hijos sean en contadas ocasiones, solamente por nuestros onomásticos. Afortunadamente, son un par de
niños muy inteligentes y valientes, que además cuentan con el apoyo del resto de la familia.
-Los nombresde ustedes,comoOllanta, Ulises,Imasúmac, Kusicoyllor, Antauro y de sus demás hermanos,
son muy emblemáticos y atractivos; esto demuestra que desde la pila bautismal don Isaac ya se traía algo
bajo la manga.
- Simplementeaplicó la coherencia nominativa para con sus hijos, en función de la identidad etnocultural.
Más bien creo que en un ambiente tan desidentificado con su ser colectivo, como es nuestro país, lo que
debería llamar la atención es llamarse “Juan”, por ejemplo. Entonces, cuando noto que alguien se
impresiona por los nombres de mis familiares, capto instantáneamente la gran tarea de “desintoxicación
cultural” pendiente en nuestro medio: ¡lo que debería ser la regla se ha revertido en la excepción! Por
supuesto que, también, me hace evocar-este “mundo al revés”- aquel prólogo de J.P. Sartre a Los
condenados de la Tierra (Frantz Fanón -N. del A.): “... no es imposible convertir a un hombre en bestia”;
empiécese por despojarle de la identidad desde la falsificación de su nombre, o sea, de su linaje. Por
consiguiente, los nombres aplicados en mi familia, en verdad, debieran ser extensivos al grueso de la
población “de color” y de estirpe cobriza, lamentablemente en quincuacentenaria crisis de identidad.
- Yo no me llamo “Juan”, me llamo “Pedro”, y con este nombre latino-castellano no creo, en lo absoluto,
ser deficitario en cuanto a identidad se refiere. Recuerde, Mayor, que somos un país mestizo.
- Claroque lo somos;sin embargo,enlacuantificaciónde ese mestizaje -posiblemente en tu caso particular
no- el grueso poblacional resulta de mayoritaria estirpe nativa, independientemente del complejo que
puedantenerono en asumirse “blancos”.Entonces,cuandoel cholo cree ser medio cholo y el medio cholo
asume ser medio blanco y éste, a su vez, blanco... pues, no debe extrañar la falacia del registro electoral
“mayoritariamente latino” o la surrealista guía telefónica en la que “constatamos” que nuestros apellidos
son casi en un 90% de estirpe euro-occidental, de tal manera que nos vinculamos más con el Mío Cid que
con el “bárbaro” de Manko Qapaq. Por ende, en esa extensión política de aquella falacia nominativa o
bautismal,nosparecerá“correcto"que enun país “de color”como el nuestro,resulte que de los 98 jefes de
estado habidos desde 1532, ya sean virreyes o presidentes, el “monopolio” blanco-criollo haya sido casi
total.
- No deja de ser valedero su enfoque; sin embargo, debe reconocer que ya está generalizada la
nominación castellano-latina, y en todo caso el “nominativo” de su familia es excepcional...
- No lo niego; pero observo esta reversión del sentido común como derivado de la dependencia cultural
impuesta desde el siglo XVI vía la invasión extra continental, con sus bautizadores de “manadas
subhumanas” y sus leyes de Indias que a la postre nos han trastornado colectivamente el seso. Pues bien,
una manera de sanearse es, justamente, reivindicando la memoria y, por ende, la personalidad histórica,
empezando por el “nombre propio”. Mire nomás, el caso homólogo de aquel afro-peruano comentarista
deportivo,Philip Buthler, cuyo apellido resulta ser en verdad del amo blanco que compró a su tatarabuelo
esclavo en algún muelle negrero del Callao o de Chincha... O sino a Teofilo “Cubillas” o a Lucha “Fuentes”,
cuyas negrituras resienten el apellido postizo.
- ¿Nocree que exagera ensu radicalidad, puestoque despuésde todo ya existe un estatu quo al respecto?
- Al igual que existía antes de ser insertados, por los Pizarras y Almagras, como “extremo Oc- cidente". En
cuanto a lode “radicalidad”,efectivamente,esteacomplejamiento es también radicalmente vigente, razón
por la que los nombres originarios "llaman la atención", así como lo saludable en un ambiente enfermo.
- Pero también entenderá que los Mamanis, Condorís y Quispes no son tan mayoritaríos como Ud.
quisiera...
- Craso error. Solamente en la falaz guía telefónica elaborada en función al acomplejado RENIEC o al
inquisidor sacramento bautismal, somos “oficializados” como minoría.
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- ¿Me está diciendo -al igual que el caso de los afrodescendientes- que “los Pérez no son
Pérez y que los Juanes no son Juanes”?
- Eso.Y esque si revisaslascrónicasde la conquista,constatarásque -dentro del marco coactivo de la cruz y
la espada- la “cristianización” de los infieles cobrizos, efectuada por millares de Ciprianis y Valverdes,
implicaba el bautismo “en manada”, la censura del nombre y/o apellido nativo por los del “bautizador”
hispano. Claro ejemplo se tiene en el cronista Felipe Huamán Poma de Ayala, en donde el “de Ayala” lo
determinóel apelativodelinvasor.De esamanera,losmillonesde Quispes y Mamanis se metamorfosearon
enPérez y Sánchez. Además, era una manera de adaptarse al nuevo establishment etnoclasista. Toda esta
fenomenologíahadeterminadoque enlarepubliqueta peruana las minorías demográficas (criollas) actúen
como mayorías oficiales y que, a su vez, las mayorías demográficas actúen como minorías oficiales.
- Confírmeme si sus padres son abogados.
-Ambos lo son; además, mi madre fue maestra.
- Si Ud. estudió en el Franco-Peruano, debe saber hablar y escribir francés con fluidez.
- Leo, hablo y escribo en francés. Hasta he hecho de traductor.
- Ahora bien, su ingreso a la carrera militar ¿en qué se fundamenta, fue decisión suya o imposición de sus
padres?
- Al salirdel colegio,másme inclinabaporla agronomía; pero fue mi vida adolescente, disipada y bohemia,
que -desde el Qosqo- alarmóamispadres.Creo que asumieronrespectoamí el clásico esquema:"... mi hijo
se está descarriando; nadamejorque meterloal Ejército para que se recomponga...”. Es así, que al retornar
a Lima lo primero que hallé al ingresar a mi cuarto de la casa familiar fue el prospecto de Chorrillos, y me
dije: “¡Qué loco!”. Por entonces, además, mi otro hermano mayor -Ollanta- ya era cadete en la Escuela
Militar,así que cuando salióde francoloprimero que hice fue preguntarle “qué tal era la Escuela”, a lo que
me respondiópositivamente. Eso terminó por animarme del todo. Tres meses después estaba ingresando
como cadete del primer año, o sea, como “perro”, lo cual me chocó bastante.
Jamás me gustó Chorrillos y todos los años me impulsaba a solicitar mi baja, siendo siempre disuadido por
mis hermanos mayores. Fue así que, como quien dice “sin querer queriendo” o a regañadientes, egresé
como subteniente de infantería enenerode 1985. Es reciéncomooficial,enmi casoparticular-comoinfante
que era- destacadoa zonas de emergencia como jefe de patrulla en operaciones contra Sendero Luminoso
en los lares recónditos de nuestras serranías, que recién me enamoré de la milicia, y asimismo volví a
retomar el hilo del proyecto familiar. Además, según la tesis paterna, el ejército -tal como lo demostró
Velasco- podíasertambiénun“elementode cambio",conel aval que ahorraría harto costo social.Es enesos
avataresde la guerra interna que, como contrapropuesta a la pentagonización de nuestra praxis y doctrina
contrainsurgente, fundé en 1989 la “Logia Etnocacerista” con un grupo de tenientes de mi promoción.
- En ese año (1985) de su egresoocurrió la masacre de Accomarca, en la que el también subteniente Telmo
Hurtado fue responsable de esta lamentable masacre a sesenta y nueve campesinos... ¿Acaso ambos -
Hurtado y Ud- son promocionales?
- No,él esdos añosmás antiguoque yo.Fue -en la Escuela Militar- mi “aspirante” (cadete de tercer año -N.
del A.) cuando yo era “perro” (cadete de primer año -N. del A.)
- Entonces, evidentemente se conocieron, además -entiendo- ambos pertenecen al arma de infantería...
-Claro que nos conocimos, así como con el actual “padre Martín” que perteneció a la promoción que me
sigue.Enel Ejércitotodosnos conocemos.Esuna característicade la institución.Es más,enel caso de Telmo
Hurtado inclusollegamosaintegrar,conjuntamente conmi hermano Ollanta(cuyapromociónesintermedia
entre la mía y la de Hurtado), el equipo de natación de la Escuela Militar de Chorrillos.
- Telmo fue -mayor Antauro- mi promocional en el Colegio Militar Leoncio Prado... y le digo que toda la
promoción quedó estupefacta ante aquella tragedia. Simplemente no lo podíamos comprender. Es por
esto que en mi labor periodísticahago esfuerzos por explicar -no justificar- aquel “corto circuito” ocurrido
en la mente de un antiguo amigo. Dígame, entonces, ¿qué tipo de “transformación” ético- doctrinal
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castrense pudo tener, al extremo de cometer semejante barbaridad en la sierra ayacuchana? Ése no era el
Telmo adolescente de Leoncio Prado.
- En la EscuelaMilitarde Chorrillosfue uncadete,digamos, “normal”yhasta con cierto don de mando, pues
fue designado al comando de una sección de cadetes de menor rango: La mía.
En cuanto a la matanza de Accomarca, bueno, ahí él fue un simple ejecutor de la doctrina de guerra
contrasubversivaimportadadel Pentágono,que -porcierto- esmonstruosa.Hurtado fue un mero cumplidor
de órdenes“sindudasni murmuraciones”enprode la democracia criolla, tal y conforme les enrrostró a los
miembrosde laComisiónInvestigadoradel Congreso(entre quienesestuvieron Javier Diez Canseco y Javier
Valle-Riestra).
- Esa comisión -recuerde mayor- condenó aquel genocidio.
- Nole quedabamás opción.Todoel mundo lacondenó...y con ello también se impugnaba hipócritamente
el modusoperandi de la“guerra sucia”,puestoque impunemente lasmasacres yfosascomunescontinuaron
por una década más. “Bien muertos, mal matados”, fue -en resumen- la conclusión del Estado criollo. Y es
que el establishmentglobocolonizadorrequierepor“necesidadvital”de susAccomarcas,Cayaras, Frontones
y Cantutas. Por consiguiente, son sus FFAA las que les sacan las castañas del fuego y también a quienes se
condenará,encarcelándoseoproscribiéndoseasusparticularesejecutores. Al respecto, Telmo Hurtado fue
contundente en la respuesta que le dio a la Comisión Investigadora, más o menos con este tenor: "...
Gracias a este accionar que les estremece, están sentados 'democráticamente' donde están. Sin embargo,
lesdigoque estono esagradable, perolohacemospara que lossubversivosnolos dina- miten a Uds. Es por
esto que me necesitan en la línea, en el fondo Uds. me aman...”.
- ¿Acaso no había, o no hay, alternativa... o si no, cómo hizo Ud.?
- Antes de ceñirse a la “obediencia debida”, impugnar la “orden indebida”, lo cual -con el respectivo
argumentoideológico- inevitablemente derivaba,enesas circunstancias,en el etnocacerismo que, a su vez,
desde el saque mandaal tacho todoslosmanualesyreglamentostraducidos del inglés provenientes del US
Army en lo que respecta a contrainsurgencia y guerra de baja intensidad. Obviamente, para adoptar
semejante actitud se debe tener un espíritu hereje en medio de un ambiente en donde la duda y la
murmuraciónsonpenados...Ynuestroex camarada Telmonoera hereje,erasolamente “un ladrillo más en
la pared”, que,porlo tanto,ni dudaba ni murmuraba.Debióhabersidocondecoradopor el AgregadoMilitar
norteamericano y develádose un busto suyo en la plaza de Accomarca, bajo parecido criterio al que ha
determinado que Pizarra lo haya tenido en la plaza mayor de Lima.
II
UN "CORPUS CHRISTI”
EN LA GUERRA SUCIA...
- Ya que aborda el tema de Sendero Luminoso, le pregunto ¿qué fue lo que sucedió para usted de 1980 al
2000: un asunto de represión policial o una guerra interna?
- Si se visitael cenotafioexistente en la parte posterior del Patio de Armas del Cuartel General del Ejército
(“Pentagonito”),se contabilizarán cercade tres millares de nombres correspondientes a los muertos de las
FF.AA. en dicho periodo, entre oficiales, suboficiales y tropa; cifra que basta y sobra para evidenciar
“técnicamente” que se trató de una guerra. Nada menos que la más cruenta del siglo XX en nuestro país,
tanto ensu estadística“externa’’como“interna”.Refiérase que los dos conflictos habidos con Colombia en
1911 y 1933 sumados a los tres acaecidos con Ecuador en 1941, 1981 y el 1995, en su totalidad no nos han
inflingido más de dos mil bajas entre muertos y heridos. Ha sido, pues, la insurgencia senderista, todo un
asuntode guerra civil que hastaha determinadolaconformaciónde una denominadaComisiónde iaVerdad
y Reconciliación,lacual establecióen69 mil muertosel saldo de bajas,fuerade heridosydamnificados, que
tranquilamente pueden completar el cuarto de millón. Ha sido, la guerra interna de 1980/2000, la
manifestacióninsurgente máscontundente enversiónclasistahabidaenel Perú. Digo en “versión clasista’’
porque en“versión etnocultural”máscontundenciahuboenlasinsurrecciones de Manko Inka que cercó en
simultáneo las urbes de Lima y Qosqo, o en las guerras tupacamaristas y pumacahuistas. Lo que queda
evidenciado en la secuencia y magnitud de conflictos internos en nuestra patria, es que el resentir de
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Huamán Poma (“el mundo al revés”) como la rabia arguediana (“el país hirviente”), siguen vigentes desde
1532 y que,históricamente,unchispazopuedeseguirencendiendolapradera,tantobajo consignas étnicas,
clasistas o ambas yuxtapuestas.
- Usted luchó como oficial del Ejército Peruano contra Sendero Luminoso bajo órdenes de dos gobiernos
de turno; cuéntenos cómo fue esa experiencia.
- Técnicamente,desde laperspectivacontrainsurgente,fue una“guerrade tenientes”,o sea, de patrullas de
infanteríainfectadasmentalmente con las reglamentaciones traducidas del inglés del US Army. Vale decir,
enfunción a un modusoperandi inspiradoenla“casuística"del Far Westconjugadacon la aplicada contra el
Vietcong; lo cual, “ejecutado” por los tenientes mestizos en crisis de identidad contra una población
“genéticamente sospechosa”, tenía inevitablemente que producir sus fosas comunes con ADN cobrizo.
Precisamente,el etnocacerismose generaenesasdramáticascircunstancias comonatural reacción nativista
ante aquella“pentagonización”. En cuanto a experiencia personal, hubieron dos casos que me impactaron
de sobremanera, ambosproductode enfrentamientosarmados conpelotonessenderistas.El primero en las
alturasde Tomaykichua(Huánuco),afinesde 1986, cuando luego de darle alcance a uno de esos pelotones
en las orillas de la laguna Chinchobamba, se dio la inevitable balacera nocturna con el saldo de cuatro
senderistas muertos y un soldado herido, además de una menuda jovencita -también combatiente
senderista- impactadaen el brazo y en el tórax, que casi agonizante imploraba agua; ante lo cual le brindé
mi cantimploraayudándolaa sorberel líquido. Se bebió todo el contenido, y en medio de aquel anochecer
serranoagonizabatendidasobre la hierba, conmigo a su lado. Con voz tenue balbuceaba que cuidaran a su
hijitaque estabaental pueblo,cuyo nombre no capté. Y yo no sabía qué decirle, acaso pedirle perdón... Lo
ciertoera que no me sentía“orgulloso”en lo absoluto. Todo lo contrario; por lo menos reconocía para esa
muchacha más respeto que a los pillos del Congreso que cacareaban sobre su repugnante “timocracia”. El
otro caso que me impactó, ocurrió en marzo de 1990 en Jatun Huasi, hacienda abandonada en la
circunscripción de la SAIS “Túpac Amaru” en Junín. Ahí, en medio de un enfrentamiento iniciado al medio
día, fue que al avanzarcon unoscuantos soldados hacia los cadáveres senderistas con intención de recoger
sus fusilesymochilas,aparecieron súbitamente desde las elevaciones, francotiradores que nos obligaron a
“zambullirnos”en unriachuelo próximo, cuyo talud nos serviría de parapeto. Apenas podíamos movernos,
puesel fuegoarreciaba,noquedándonosmás opción que sacar piedras del lecho para “elevar” el parapeto
para estar más a seguro. El otro resto de la patrulla, como a 200 metros, tampoco podía acudir, pues se
encontraba a raya por los francotiradores. Y a nosotros el agua gélida nos acalambraba constantemente. Y
así comenzaron a pasar las horas de hostigamiento. Muchos de nosotros pensamos que de ahí ya no
saldríamos. Fue entonces que me asoló una angustia, no por la posible muerte que veía muy cercana, sino
por no habersiquieraintentadomuchascosas que pretendí...perosinatreverme: decirle a tal chica que me
gustabao increparle atal general que eraun ladrón... pero que “ahora” ya era demasiado tarde. Fue recién
la llegadade lanoche loque nos permitiósalirdel atolladeroy reunimos con el grueso. Desde entonces me
volví “hereje”. Si se quiere, un “achorado” curado contra el susto. Pero más allá de mí casuística personal,
creo que en aquella guerra interna se dieron dos tipos de conductas operativas en el Ejército: los
combatientesy lossicarios. Losprimeros -lagranmayoría- simplemente combatimos “fusil contra fusil” con
las respectivas bajas de ambos lados, en “buena lid” (si así se puede describir una guerra entre
compatriotas). Los segundos, a su vez, jamás combatieron “fusil contra fusil”, sino que ultimaron gente
desarmada, ya sea rendida o ajena al conflicto; degenerándose en los Accomarcas, Cayaras, Ayahuancos,
BarriosAltos,Cantutas,etc...en donde no hubo “enfrentamientos”, sino cobardes asesinatos contra gente
desarmada y/o inerme. Estoy convencido, pues, que entre quienes combatimos como soldados, tanto
subversivoscomo contrasubversivos , sí que puede haber “verdad y reconciliación”, mas no entre quienes
actuaron como despreciables sicarios: cobardes que mancillaron aquel fratricida conflicto. Me parece,
entonces, una distorsión mental que se pretenda generar “héroes” del tipo Giampietri, alias el “Grau del
Frontón”, o del “Aníbal de Cayara” como el Gral. Valdivia... lo cual conllevaría a reconocerle calidad
soldadesca a sicarios como Martín Rivas o Telmo Hurtado. Definitivamente, lo que más lamento de esa
guerraes haberarriesgadoel pellejo poruna“democracia”tan envilecidacomola de laRepubliquetaCriolla,
que por donde se le hinque el dedo sigue reventando pus.
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- Y en todas aquellas bajas que sus patrullas le infligieron a los pelotones senderistas, durante su estadía
de varios años en las zonas de emergencia, podría referir -si no es indiscreción, por cierto- ¿cuántas le
correspondieron específicamente a Ud.?
-Claro que es una Indiscreción de parte suya. ¡Nos matamos entre compatriotas! Y no es que tema, de
revelártelo, las “implicancias” de una investigación... Total, la Comisión de la Verdad ha sabido, si cabe la
palabra, respetar los avatares de los enfrentamientos armados “fusil contra fusil”, ya que su labor se ciñó
específicamente alasviolacionesde losderechoshumanos,cosaque en mi “modus operandi” jamás se dio,
pese a las mañosas conjeturas que podrían tejerse.
-Me acuerdo, en la revista Caretas, que se le tipificó como el “temible Corpus Christi”, acusándolo de
“potencial genocida” en las serranías de Huánuco de a mediados de los 80’, ¿qué respondió al respecto?
- Zileri (Directorde Caretas -N.del A.) ha sido, más bien, estupendamente tipificado por César Hildebrandt
como el “Pedro Navaja de la prensa peruana”. Y, pues, ese Pedro Navaja llegó a acusarme, o mejor dicho
calumniarme,de abigeo,asesino,ladrónyque incluso“nome violé a unaviejitaporque le faltabaundiente”
(risas)...
-¡No le creo!
- Fue textual.
- ¿Y quién fue el autor de ese artículo? No creo que haya sido el mismo Zileri.
- No; fue el animal de Enrique Chávez, que entonces fungía de “humalólogo”.
- Pero,ciertamente,Ud.tuvo como seudónimoel de “Corpus Christi”; vaya, vaya, el cuerpo de Cristo, ¿Por
qué?
- Jamáslo he negado. Ademásnosfueronimpuestos los apelativos. Así se estilaba. Por lo “normal” eran de
índole guerrera o hasta mitológica, como parte de la guerra sicológica. Huelga referir que también los
mandos subversivos y su militancia en general recurrieron a los apelativos o seudónimos, aunque de tipo
común: “Artemio”, “Gonzalo", “Feliciano”, etc.
En mi caso particular-enaquellos años 1985 y 1986- sucedió que los apelativos aplicados por el Mayor Jefe
de Operaciones de mi batallón, o sea, el S-3, fueron originalmente de índole “feroz” para con los oficiales
destacadosa las bases contrasubversivas: Konan, Descuartizador, Hitler, Destripador, Therminator, Bestia,
Destructor, etc., sucediendo que al enterarse el General de la División, que entonces tenía su sede en
Huancayo (31ava. Divisiónde infantería),esteexclamó:“¡Carajo,estos seudónimos parecen que fueran del
pabellónmás hamponezco de Lurigancho! Que no jodan: ahora se denominarán Juan, Lucas, Pedro, Pablo,
Mateo, Simón...”,yamí -comosubteniente jefe de patrulla- ya no me alcanzaron los nombres apostólicos,
que se agotaron con los capitanes jefes de base; me tocó el de “Corpus Christi”.
Así de anecdótico.
- Algo gracioso, sin duda. Bueno, entiendo su reserva en cuantificar sus bajas particulares, pero -
perdóneme la insistencia- ¿cuál fue la sensación en el momento del enfrentamiento mismo, en que se le
dispara y quita la vida al adversario, en esas circunstancias en que defendía al “Estado Criollo’’, tal como
Ud. lo denomina?
-Deboprecisarte,nolo olvides,que soymilitar,hombrede armas.Ésa es mi profesión; por consiguiente, he
sido entrenado para eso. Te diré, entonces, que si bien es cierto es sumamente intenso el momento del
enfrentamiento, osea,de la“balacera”; enel caso, o loscasos particularesque me tocóvivir,tuve la ventaja
de iniciar el enfrentamiento antes que el adversario me lo inicie...
- ¿Qué quiere decir?
- Que yo los vi primero antes que ellos a mí; lo cual es decisivo. El denominador común de todos mis
enfrentamientos fue que siempre, luego de días o semanas de caminata, lograba darles alcance a los
pelotonessenderistasy madrugadosdesde retaguardia,porsupuesto, luegode haberdejadomedia patrulla
rezagada y -cuando nos desplazábamos montados- con varios caballos reventados, o sea, muertos de
cansancio;locual era natural enmediode esa guerra que tambiénse caracterizóporser eminentemente de
movimientos.
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- ¿Acaso los emboscaba?
- No, porque jamás tuve la oportunidad de anticipar sus itinerarios (de los pelotones subversivos) y poder
“aguardarlos” para cogerlos de sorpresa. La verdad sea dicha, jamás me enteré de un solo caso en que el
ejércitoemboscase alossubversivos.Loque sucede es que lafuerzainsurgente porlonormal esclandestina
y, por ende, no se sabe dónde se ubica; lo contrario de la fuerza contrasubversiva, cuya ubicación (bases,
cuarteles,etc.) espúblicay, porconsiguiente,másfácilmente“emboscable”ensusmovimientos.Enmi caso,
sólo lograba darles alcance y avistarles por detrás, por lo que solía abrir con los soldados que me
acompañaban en esos instantes -y sin esperar a los rezagados- los disparos en los primeros diez a veinte
segundos...vale decir,losmásque suficientespara hacerles las primeras dos o tres bajas, ya sean heridos o
muertos...
- Pero, se supone que la reacción senderista sería igual de letal...
- No, por lo menos en aquel primer minuto de combate, ya que la reacción instintiva del adversario
“sorprendido por detrás”, al ver al primer camarada acribillado “desde no sabe dónde”, consiste en
escabullirse detrás de una cubierta o de un abrigo para salvar el pellejo.
Puro instinto de conservación. Es decir, tenían que perder valiosos segundos en correr y “agachar cabeza”,
sicológicamente alterados y angustiados en no saber “de dónde mierda les disparaban”. Ya hasta que
lograsenreaccionaradecuadamente,vale decir,recobrando el contactoentre ellos,yaseapor la voz o por la
vista,para adoptar determinada forma de acción, pues para entonces -pasados varios minutos- ya estaban
arribando mis rezagos, incrementando nuestra potencia de fuegos, no quedándoles a los adversarios más
opción que huir y a nosotros, luego de recoger las armas y demás pertrechos dejados por ellos, seguirles,
pero ya con escasas posibilidades de retomar contacto, dado el agotamiento de la gente.
Más bien, daba cuenta por radio a mi Puesto de Comando, indicando la ruta de huida a fin que los
helicópteros sembrasen las patrullas convenientes, que por lo común, no lograban reubicarlos, o
simplemente-dadalapocadisponibilidad de estas naves- despegaban con días de tardanza, y si la orden se
le daba a determinada base, por la lejanía en varios días de caminata a la zona del enfrentamiento, sus
patrullas rara vez lograban encontrarse con el pelotón senderista.
- ¿Qué procedimiento adoptaban con los heridos?
- Era excepcional hallar, en ambos bandos, heridos. No por “maldad", te lo aseguro.
- ¿Sino por qué?
- Por “seguridad”. Locual es simple de explicar: Cuando queda alguien tendido en medio de la balacera, lo
mejor, si está herido, es que logre cubrirse, de alcanzarle las fuerzas. Sino que rece mientras se hace el
“muertito”,porque todosloscombatientesadversariosle “aplicarán”definitivamente su respectivo “balazo
de seguridad”, ya que el herido puede también disparar. O sea que al herido se le mata y al matado se le
remata.
- ¿Una especie de “repase" a la chilena?
- No;el repase era uncrimende guerra,porque se efectuaba “post combate”, en cambio lo que te describo
se efectuaba en pleno combate. A lo sumo, el herido lograba agonizar en el post combate.
- ¿Y cuál era el procedimiento para con los muertos?
- Identificarlos,paralocual se nos “aconsejaba”portarun tampóny papel,paratomar las huellas dactilares,
que por supuesto muy pocos hacían.
- ¿Acaso, como se ve en las películas de Vietnam, se les “cortaba las manos”?
- Escuché versionesal respecto,peronunca fui testigo de eso. En mi caso, simplemente les enterraba o los
dejabaenel sitio,encargando aloscampesinos de las aldeas más cercanas que les dieran sepultura y hasta
que leshicieranmisa,tal comoefectivamente sucedióen SanJosé de Quero -enlasinmediacionesde la SAIS
Túpac Amaru- en Junín, creo que en marzo de1990.
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- ... Como un buen Corpus Christi.
- ¡Era lo que indicaba el sentido común y no la estúpida reglamentación emanada del Pentágono y que se
repetía como “chicheñó” en nuestra Escuela de Guerra!
III
LOCUMBA, EL MITO
Y EL “MITOLOGIZADOR”
- ¿Y cómo se da ese tránsito entre esa “Logia Etnocacerista” surgida de la guerra sucia (Como reacción
ante la “pentagonización”) y la rebelión de Locumba?
- En aquella logia siempre fuimos conscientes de la necesidad de una rebelión que rompiera la cadena de
mando entre un generalato pentagonizado (y corrupto hasta la médula) y una joven oficialidad libre
pensadoraypor ende emancipadade los parámetros del establishment. Se puede decir que se trató de un
conflictogeneracional-castrense.Losingulareraque aquel “libre pensamiento", o herejía, se sustentaba en
la etnicidad (factor etnocultural) antes que en la lucha de clases (factor clasista). Además esa “cadena de
mando”que prescribe (jerárquica comomoralmente) que el soldadoobedezcaal cabo,este al sargento,este
al oficial subalterno y así sucesivamente hasta el mariscal, hacía mucho tiempo que había colapsado
moralmente,tanto por cuestiones de corrupción como de “guerra sucia”... La institución había ingresado a
una espiral de descomposición que llegaría a su clímax con la vladimirización del Alto Mando. Y es que la
FuerzaArmada-“Ejército”,cadavez más,degenerabaenFuerzaArmada-“banda”. Había,pues,un catalizador
insurgente dentro de los cuarteles ¡La rebelión etnocacerista era inexorable! Es así que cuando era
destacado a cualquier guarnición lo primero que me planteaba, ni bien pisaba mi nuevo cuartel, era la
“técnica”que debía aplicarpara levantarme ala tropay capturarme al (vladi)general.Locual, efectivamente,
hice el 29 de Octubre del 2000 en Locumba, cuando tuve que ponerle una pistola en la sien al General
Bardales, Jefe de la Sexta División Blindada...
- Eso fue en Fuerte “Arica" el 2000...
- Si, en Fuerte Arica, en la madrugada del 29 de Octubre.
- Tengo parientes militares y ya me imagino la repercusión que debe haber causado entre los generales la
“herejía” que un mayor someta a punta de pistola a un general y a un coronel delante de la tropa... Y
bueno ¿cómo fue ese episodio?
- El convoy rebelde, que ya había abandonado el Fuerte, sufrió un percance en la cuesta de Toquepala. Se
había averiado un camión MAN, precisamente el que encabezaba la columna.
El radiador humeaba. Fue entonces que en un jeep me interné por el desierto hasta encontrar un
campamentoendonde recogíagua para enseguidaretornar. Laiday vueltame tomóveinte minutos.Peroal
retorno, me topé con el General, conjuntamente con el Coronel Jefe de Estado Mayor y una pequeña
escolta, que habían dado alcance al convoy. La tropa estupefacta en las tolvas de los camiones y con los
fusiles en ristre no sabía a quién obedecer: si al general o al comandante (mi hermano), los cuales no
atinabana nada, salvomirarse lascaras. Percibíque aquel que metierael “primer carajo” se adueñaría de la
situación, vale decir del mando de tropa. Fue entonces que sin siquiera terminar de bajar del Jeep,
desenfundé mi armay a medidaque me aproximabale apunté al general,aquienle “ordené” que levantara
lasmanos y se laspusieraenla nuca,para a continuacióndespojarle de su armay simultáneamente indicarle
a Ollanta que desarmara al coronel. Así se les hizo prisioneros y la tropa terminó por subordinarse.
- ¿Y cómo así lograron apoderarse de la mina Toquepala (Southern Perú Cooper Corporation); acaso fue
una emulación a la captura de la refinería de Talara (Internacional Petroleum Company) por Velasco,
acaecida 32 años antes?
- En cierta manera, sí. Comprendimos (incluido mi padre, que nos “asesoró” en el planeamiento,
particularmente a mí, cuando lo finiquitaba aún en Lima) que era necesario políticamente capturar el
enclave cupríferotransnacional más importante delpaís,aunque sólofueraporhoras.Había que “mear” ahí.
En cuanto al ingreso a la Mina, tuve que adelantar, ya no en el Jeep, sino en el propio “camionetón” del
general (poniéndolo a él de chofer con un arma apuntándole), con dos sargentos al asiento trasero y tres
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reservistas en la tolva. Así nos presentamos en la garita de ingreso a la Mina, cuyo jefatura de seguridad -
coincidenciasde lavida- estabaacargo de un ex oficial EP que había sido mi “técnico" en la Escuela Militar.
Tuve que fingir que había sucedido una volcadura de un camión del Ejército y que requería de un vehículo
similar para recoger a los heridos y trasbordar los pertrechos. Fue así que envié el reemplazo y el convoy
pudollegar-conOllanta- aToquepala,endonde permanecimosporochohoras, tiempoenel que ademásde
emitir el “Manifiesto Etnocacerista”, nos avituallamos para iniciar la “marcha de remembranza
etnocacerista" (sic) internándonos por las serranías de Puno, Moquegua y Tacna.
- ¿Y este General, al que Ud. había "degradado” a soldado raso, al ponerlo de chofer, que decía?
- Definitivamente,el momentomáscrucial fue enlos“eternos segundos”entre la conminación que le hice -
mientras lo apuntaba con una pistola- para que levantara las manos y las pusiera en la nuca, y el
acatamiento mismo; pues como que percibí, en nuestro cruce de miradas, cierto hálito de resistencia. Es
evidente que si se hubiera negado resueltamente, y encima delante de la tropa, me hubiera puesto en un
gran aprieto, pues no hubiera tenido más alternativa que dispararle a la pierna, dado lo imperativo de las
circunstancias. Ya con el dominio pleno de la situación, una vez embarcado el vladigeneral y su empleo
“como chofer",latensiónhabíadisminuidoparcialmente. Mientras conducía, esporádicamente desviaba la
vistahacia mí como queriendoreconocerme entre lacorporaciónde susoficiales,porsupuesto,inútilmente.
Fue entoncesque,conel finde fijarme unaideade su personalidad,le pregunté si habíaservidoenlas zonas
de emergencia, a lo que lo me respondió afirmativamente. Y esta indagación la hice porque -con mi
experienciade combate enaquellas zonas- podía“medir”,soloconlasrespuestas,el tipode profesional que
tenía ante mí. A continuación le pregunté si había tenido enfrentamientos con los grupos subversivos, a lo
que también respondió afirmativamente. Hasta ahí, todo normal, pero cuando le repregunté “cuántos
(enfrentamientos)habíansido”,se me revelócomountorpe fanfarrón: “sesentisiete”... ¡Ni Andrés Avelino
Cáceres! Ahí terminó por ganarse mi desprecio. Evidentemente, no había pasado de ser un oficial de
escritorioexpertoen“fabricarse”partesde combate yestarprestoa colocarse entre lasargollasde turno de
los corrompidos altos mandos. Además, en aquella selección darwiniana “al revés” que rigió durante el
vladimirismo castrense, el solo haber llegado a general ya era un signo de alta delincuencialidad. Fue
entonces que le ordené que hiciera alto y se pasara, ahora con las manos atadas a la espalda, al asiento
trasero,poniendoaunode los sargentosal volante. Desde entoncesse le tratócomoa cualquier prisionero,
sin consideración especial a su alto rango. Ya en Toquepala, el hombre era un manojo de nervios que
balbuceabacuandole increpabasudeshonorimplícitoal acatarlas órdenesde latiranía.Durante el resto del
trayecto, hasta el caserío de Muylaque, en donde se le liberó (al día siguiente), ya era un individuo
destrozado anímicamente, humillado a consecuencia de su carencia de genuinos valores patrios.
Evidentemente, con la captura de este general, habíamos pasado el “punto de no retorno”.
- Pero también hay algo “nebuloso" en aquella primera rebelión etnocacerista; me refiero a la versión de
la famosa “cortina de humo”, el “Karisma” y el subsecuente vínculo con Montesinos, de lo que mucho se
ha hablado... habida cuenta de la “coincidencia sospechosa” que tanto la insurgencia de Locumba como la
fuga del “Doc” se efectuaron un 29 de octubre, e incluso han salido a la luz varios registros de llamadas
entre un celular asignado a Montesinos y Fuerte “Arica” aquel mismo día. ¿Qué puede decir al respecto?
- Te aseguro que a lo sumo fue “casi” una coincidencia...
- ¿“Casi”, cómo es eso?
- Que enrealidad larebeliónetnocacerista“del 29 de octubre"no fue el 29 sino el “28 de octubre” del 2000.
Si se trata de ser exactos, seámoslo. El sábado 28 de octubre a las 9 PM un grupo de reservistas y yo
estábamos en Camiara aguardando al convoy que -se suponía- saldría de Fuerte Arica (distante a 6 kms)
para embarcarnos y enrumbar hacia Toquepala. Ei convoy no llegó a esa hora, sino tan solo mi hermano
conduciendoun jeep, a eso de la 11:00 PM, para avisarme “que la oficialidad se había chupado" (no habían
retornado de su salida de franco en la ciudad de Tacna), y asimismo me consultaba la posibilidad de
“suspenderloo postergarlo’’,aloque le hice ver que de todas maneras, aún sin más oficiales que nosotros
dos,debíamosseguiradelante, pues-conel serviciode soploneríaque erael SIN- en cuestión de horas ya se
sabría este intento y terminaríamos presos. Fue entonces que me “chimbé” conjuntamente con varios
reservistasenel jeepy juntoconmi hermanoingresamos al Fuerte.Eranaproximadamente las 11:30 PM del
28 de octubre.Nosdemoramoshastalas3 AM, ya de la madrugadadel domingo29 de octubre,para salirdel
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cuartel con las tropas embarcadas y avituallados para la tarea. A las 6 AMde aquel domingo ingresábamos
sorpresivamente a Toquepala y a las 10:00 AM emitíamos el Manifiesto Rebelde. Es decir, que cuando se
efectúan aquellasllamadasdel “Karisma”, nuestro convoy estaba a 80 kms de Fuerte “Arica”. Pero, además
existe un dato inobjetable que termina por despejar toda duda: el Manifiesto Rebelde, tipeado por mi
esposa en computadora, pero con la fecha en blanco, fue llenado a lapicero allá en Toquepala. ¿Por qué?
porque lo confeccioné varios días antes, cuando el vladigeneral Villanueva Ruesta era el Comandante
General del Ejército;sinembargo,nologré enterarme (durante mi trayecto de Limaa Tacna) que latarde del
28 de octubre acababa de ser reemplazado por su colega Walther Chacón Málaga... ¡y en el Manifiesto aún
figuraba el anterior!
- Bueno, esto aclara el panorama y no deja dudas al respecto, que por cierto resurgieron como por arte de
magia en la campaña electoral del 2006... sin embargo quisiera que me dé su interpretación sobre las
llamadas del “Karisma” a Fuerte “Arica”.
- Puedoimaginarme -poniéndome en los zapatos del prófugo Montesinos- que en altamar, al enterarse de
“una rebeliónmilitar”(considérese que el Gral. Bardales es capturado a las 3 AM del 29 de octubre y que el
otro capturado, el coronel Chaparro, que había sido liberado en el mismo sitio en donde dieron alcance al
convoy, avisó a más tardar a las 6 AMdel hecho al cuartel general de la 3ra Región-Militar; determinando
que la informaciónyacorriese como reguero de pólvora por todos los cuarteles de país, y obviamente con
más detallesenel SIN que seguía “fiel”aMontesinos),repito,entoncesel “Doc”al ser informadopor radio o
celular,enel “Karisma”,obviamente tuvocomoprimerareacción indagarsobre el “quién, dónde y cuándo”.
¿Qué debióhacerentonces?Puesllamaral cuartel del Fuerte “Arica”, seguramente esperanzado en que el
vladigeneral Bardales -colocadoporél- se hubierasublevado(asufavor) “contra el chino”.Esto era lógicoen
esasdramáticascircunstancias enlasque -como ya se sabe- se acababa de frustrar un intentode golpe de la
cúpulamilitarcontraFujimori (enla que se pretendió entronizar al “vice” Tudela). Pero, lamentablemente
para Montesinos,la rebelión era por parte de un par de oficiales de mando medio que en su Manifiesto lo
sindicaban, a él y a su socio, como “delincuentes y traidores a la patria”.
- Entonces, aquella rebelión comenzaba a “revolucionarse”, ¿no lo cree?
- Por supuesto; fui siempre consciente de eso:
El desconocimiento de! Alto Mando determinaría también el desconocimiento de la presidencia de la
República, mejor dicho de la “republiqueta". Es decir, de ninguna manera podía ser algo “instituclonal”,
“doméstico”o“sindicalero”,tal como había sidolaconspiración(puesnollegóacristalizarse enrebelión)del
Gral. Salinas el 13 de Noviembre de 1992, que ni siquiera tuvo un Manifiesto Político.
- ¿Pero, todo este “alboroto”político-republicano, si así se le puede denominar, que ustedes los Humala
han generado en el país, estaba planeado, sucediendo que después las cosas se les salieron de control?
- Creoenla desencadenaciónhistóricay –dentrode ella- enlaincidenciadel liderazgo.Ese “alboroto”que tú
aludes, enrealidadconstituye unafase del gradual “cambio de frente” en un Perú cada día más desbordado
por la inexorable cholificación. Y, bueno, nosotros (mi padre y yo, dentro del “clan familiar”) simplemente
procuramos discernirle el rumbo ideológico y político, en base a la reivindicación de una identidad que lo
proteja(aaquel proceso) de lavoracidaddesintegradorade laglobocolonización.Entonces,al margen de un
planteamientoideológicoteníaque haberuna“ejecutividad”plasmadaenunpar de rebelionesarmadas, un
periódico,varioslibrosy -enfin- todounaparato partidarioetnocacerista... Por supuesto que de por medio
fue decisivoel “factorcojones”.Fue,pues, en el aspecto de “fabricación del líder” que erramos. Ollanta -el
menos lector de la familia- no estuvo a la altura de las circunstancias históricas y degeneró de mito (pre-
fabricado) en caricatura precozmente acriollada, muy aparte de sus insalvables vacíos éticos. No obstante,
este errores plenamente superable, puesto que la base social de ese “alboroto republicano” se mantiene
prácticamente intacta.
- ¿“Intacta”, pese a la “caída libre” electoral de Ollanta que en la primera vuelta de marzo
2006 obtuvo 31%, y que en las regionales de seis meses después (noviembre 2006) no llegó al 7%?
- En tanto la “cholificación hirviente y legítimamente resentida” marque la pauta social en el país, aquel
potencial -más allá de los vericuetos electorales- siempre estará ahí, a veces refugiado en el voto viciado,
nulo o blanco (a manera de repudio político y sociológico), como también en la insurgencia armada, el
achoramiento popular o en el éxodo al extranjero. Lo que a su vez suele “enchufarse” en el liderazgo con
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ejecutoria contestataria in situ, ya sea genuina o postiza (“prefabricada”). Así, podríamos explicarnos el
“efecto cuatro suyos”, el "efecto Locumba" y el “efecto Andahuaylas”... con el “defecto” de haberse
enironizadopostizamenteaToledoe inclusiveaOllanta,que si bienescierto-en el caso de este último- fue
el comandante del batallónsublevado,alasveinticuatrohorasya no teníamos más que dos o tres soldados,
terminando -él- porrefugiarse enunaIglesiayluegoenunapartamentocitadinoenTacna,divorciado de los
millares de reservistas que desde el segundo día subieron a las serranías moqueguanas y desalojaron al
Ejércitode la zona“liberada".Yahí fue mi primera gran desavenencia con mi hermano. Yo quería hacer una
revolución, mientras que él se limitaba al reformismo de tipo doméstico-“sindical“ o meramente
“institucional”. Sin embargo, había que “guardar las apariencias”, y por ser el de más graduación, solo por
éso,se le entronizócomoel "líder”que suscribíael ManifiestoEtnocacerista¡sinsiquierasaberel significado
de ese término! Sin embargo, había nacido el “mito” para unas masas sedientas de esperanza.
- Detálleme, a ver, este aspecto del “nacimiento del mito”... ¿cómo fue?
- Esta, digamos, “ansiedad mítico-social” de los sectores populares, la percibí en mis correrías por las
serranías moqueguanas y tacneñas, al mando de los contingentes reservistas, ya en la etapa “no
convencional"ymásprolongadade aquellaprimerarebelión.Sucedía que en todo caserío o aldea en la que
entrábamos, la gente se apiñaba, dejando sementeras y ganados, para recepcionar jubilosamente a sus
“hermanos reservistas”, y viendo que el que comandaba era yo, se me aproximaban y abrazaban,
llamándome “Ollantay” u “Ollanta”, a lo cual me agotaba en explicarles que no... que “yo no era Ollanta”,
para inmediatamente serauxiliadopor unoque otroreservistaque loscalmabadiciéndoles “no, él es el My.
Antauro, el hermano”. Por supuesto que la efervescencia no menguaba, pero quedaba un hálito de
incertidumbre.Los campesinos, entonces, sin siquiera dejarme saborear los alimentos que nos brindaban,
me asediaban a puntade preguntas:“¿Y dónde estáel comandante?”(estaba-yaenese entonces- refugiado
en la Iglesia de Moquegua, a lo que piadosamente mentía: “¡está al mando de 400 reservistas, marchando
por lasalturas de Arequipa...!”);“Mayor,su hermano debe ser más alto que Ud., ¿no es así?" (Ollanta mide
1.71 y yo 1.77, perotenía que seguirinsuflandoel “mito”,diciendo: “claro, él es mucho más alto que yo”); y
como me veían todo hambriento, flaco, barbado y huesudo, por lo extenuante de la campaña, ellos
proseguían: “Mayor, ¿acaso el comandante Ollanta es así, ‘tan flacuchento’ como Ud.?” (Ollanta es
“guatón”, pero yo respondía inoculándoles optimismo, pensando con perspectiva sicosocial: “¡No! él es
recontra-maceteadazo”)... Y es así que me iba percatando que mientras no lo vieran, tanto mejor, además
estocontribuíaa colorearde excitaciónrebeldelacotidianidadde nuestrassencillasgentes;de manera que,
así, “imaginado”, Ollanta carecería de defectos y se endilgaría todas las virtudes. La idealización se
mantendría, pues, en tanto menos visualización directa tuviera. Ese sería el secreto del mito.
- ¿Y su hermano estuvo de acuerdo?
- Su acuerdo o desacuerdo era irrelevante; estaba siempre ausente. Primero, en aquella primera rebellón
etnocacerista, como ya es sabido, desde el segundo día ya estaba refugiado en la Catedral de Moquegua
para despuéstrasladarse aTacna, endonde se escondióenlacasa de una parienta en donde vio la rebelión
por TV.Luego,una vez amnistiadosylibresse mantendría“encapsulado”dentrode la institución castrense,
a la que había sido reincorporado para después “recontra ausentarse” en las agregadurías de París y Seúl.
- No causa menos que sorpresa el “escondite” en la iglesia de Moquegua, y la verdad, a él -Ollanta- casi ni
se le vio en aquella gesta, más bien sí a Ud... Pero, dígame ¿acaso esto no le resta a la “heroicidad mítica”
que Ud. propugnaba en su hermano?
- Claro,motivo porlo que lomantuve enreserva,peroque ahora ya no se justifica. La verdad, yo me enteré
de su “escondite”, sino hasta la segunda o tercera semana de la rebelión aquella, cuando ingresé a
Moqueguaal mandode ochocientos reservistas. Es más, sería mi hermano Ulises quien -casi jocosamente-
me confirmaría esto,conlo anecdóticoque el propioDefensordel Pueblo (Santistebande Noriega-N.del A),
también lo supo y que inclusive lo llegó a encontrar.
- Y no lo hizo público...
- Susrazonestendría.Creo que tambiénpercibióque eramásconvenientemantenerlageneración del mito;
total, lo principal era que Fujimori cayera.
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- ¿A propósito... y donde se refugió Ud., pues trascendió que se quedó entre las serranías de
Moquegua y Tacna?
- Luego de llegar con todo el convoy motorizado hasta el pueblo de Calacoa, en el alto Moquegua, dado el
agotamiento del combustible, decidimos
-amboshermanos- separarnosparareunimos en Muylaque. Ollanta iría en unos cuantos vehículos que aún
teníanalgo de petróleo,llevando mediadocenade soldadosyal general prisionero;yyo, con el grueso de la
tropa -una cincuentena- a pie, debería trepar la altura y bajar hasta Muylaque en ocho horas de marcha. La
reunión jamás se logró, pues cuando coronábamos el "abra” aparecieron los helicópteros, provocando
-luegode unbreve intercambio de disparos- la dispersión de la tropa. Solo logramos pasar ese abra, quien
habla,un suboficial (“Amilcar”) y dos soldados; siendo el resto capturados en el trascurso de las siguientes
horas y días.Como avistamosque enMuylaque había aterrizado un helicóptero, decidí bajar a la quebrada,
en donde pernoctamos en una cueva. En los siguientes días, “esquivando” las patrullas del Ejército,
alternaríamos entre las chozas de los campesinos, los cuales no cesaban de apoyarnos, hasta que los
contingentesreservistas,pasados tres o cuatro días, comenzaron a llegar a la zona. Fue entonces que pude
tomar contacto con ellos e iniciar la segunda fase de la rebelión, de marchas y contramarchas en la cual,
dada la magnitudde lamovilizaciónreservista,el ejércitoactivooptópordesocuparlazona a fin de evitar el
desprestigio de enfrentar a sus ex soldados.
- Dígame, ¿a qué cantidad de efectivos llegaron los contingentes reservistas?
- Su apogeo fue enlasegundasemanade noviembre. Ahí, en la “lista de revista” que ordené efectuar en el
caserío de Quinistaquillas (cerca de Ornate), se llegó a contabilizar casi dos mil reservistas, en su mayoría
tacneños, moqueguanos, puneños y arequipeños.
- ...Bueno, es claro que su hermano se caracterizó por su “mítica ausencia”, durante y después de aquella
rebelión... quedando Ud. acá, como el Humala “de carne y hueso”, ¿o no?
- Efectivamente, y así, una vez desvelado nuestro mensaje político-ideológico etnocacerista, concentraría
hacia mi todos los ataques furibundos de la prensa y politicastros criollos, cual “puntero mentiroso” que
atraería a toda la defensa enemiga para luego “centrar” hacia el mito que bajaría del avión, tan solo para
meter la cabeza para el gol del triunfo...
- Sin embargo falló, no obtuvo la presidencia.
- El “torpe” le dio en el travesaño.
- ¿Cómo lo explica?
- Por algo“trascendentalmentesimple”:Cuando se fabrica un mito mesiánico, se hace para el pueblo, para
que así atice su “fe revolucionaria” en cuanto ansiedad colectiva. Es decir, consiste –ese mito- en la
excitaciónde laesperanzapopular... Peroel personaje en sí,osea ese sujetomitificado,nodebe creerse -él-
ensi mismo“unmito”.¡Y mucho menos cuando se lo han prefabricado! Y él (Ollanta) se lo creyó todo... en
mediode unacampaña electoral ¡endonde losdefectossonacrecentadosyexplotados por los adversarios!
- O porque no le costó nada, o casi nada, aquella empresa...
- Claro, claro... uno no valora lo que no le cuesta.
- Empresa que -reitero- de todas formas se les salió de control, ¿o no lo cree así?
- Nodel todo,pues el proyectosocial consu respectivaempresapolíticacontinúaimparablemente, más allá
del desborde electoral,ahoramás experimentadoy, porqué nodecirlo,“escarmentado”,pero también más
sapiente.
- Definitivamente,que hubo un trabajo titánico entre Locumba del 2000 y Andahuaylas del 2005; lo cual es
un indiscutible méritosuyo y de los reservistas,¿perocree Ud., que esa, digamos,“batida de campo” en el
aspecto político tuvo su correlato en el ámbito electoral, o sea en la “intención de voto” que el
Andahuaylazo le endosóa Ollanta cuando el “mito” descendía de las escalinatas del avión proveniente de
Seúl, estando Ud. ya cautivo en Piedras Gordas?
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- Me dediqué,en efecto,durante loscincoaños subsiguientes a expandir el mito con su contenido político-
ideológico... hasta el “Andahuaylazo" de enero del 2005. Y es que había que ser CONSECUENTE entre el
dicho y el hecho. Agregando que eso serviría como formidable trampolín electoral para el “Mesías” que
llegaba del “exilio”, por más dorado que fuese. Si bien es cierto que por lo de Andahuaylas tuvimos -los
etnocaceristas- muertos, heridos y cientos de presos...
aquel costo social se justificaba en la medida que proyectábamos, a quien suponíamos uno de los
“nuestros”, a Palacio de Gobierno. Refiérase –y esto es un dato que jamás pudo “digerir" Ollanta las veces
que discutíamoscuandome visitaba, acá mismo,enestacelda de Piedras Gordas que a las dos semanas del
“Andahuaylazo”, cuando la TV y prensa criolla pasaban cada diez minutos (mañana, tarde y noche), la
ultimación a sangre fría de un policía herido sobre el pavimento de un puente por el llamado “Centinela”
(que resultóserunmiembroactivo del Ejército, infiltrado)... pues en esa coyuntura la Universidad de Lima
publicaba una encuesta circunscrita a Lima Metropolitana que otorgaba al etnocacerismo 34.9% de
aceptación.¡Yeso que siempre nuestraaceptacióna“nivel nacional”duplicao triplicabanuestros márgenes
“urbano-limeños”!,OllantajamáslogrósuperarenLimael 18%. Conestoquiero evidenciar que el “endose”
que le dimoselectoralmentefue disminuidoporél a causa del acriollamientode sudiscursoyel subsecuente
abandono de aquella radicalidad, que precisamente encarna el “achoramiento y rabia arguediana” que su
postizo entorno -ya no el "clan Familiar" con el cual rompió- miraba y mira con pavor. Por lo tanto, fue él
quien se divorció de aquella “potencialidad” genuina que, de todas formas -más allá de la decepción
electorera- sigue ahí:explosivaya laexpectativa.Se puede decir,entonces, que lo que se “salió de control”
fue solamente el envilecimiento de mi hermano y no la “adrenalina electoral” del país profundo.
- Entiendoentoncesque Ollanta nunca fue etnocacerista, a pesar de ser un proyectopolíticodonde losdos
eran los más importantes líderes, usted como lugarteniente “in situ” y él como máximo dirigente “extra
situ”. Pero en definitiva: ¿en qué momento y en sí porqué se distanciaron específicamente?
- Mi hermanojamásfue etnocacerista.Noformó,porconsiguiente,aquella“Logia”de tenientes fundada en
1989, ni tampocollegóa ser“fichado”,tal como acaeció con nosotros, como “proto subversivo”, por el SIN.
No teníalo que se dice “inquietudsocial”.En1990, una disposicióninterna del Ejército nos quitaba “mando
de tropa” a los etnocacerlstas, por considerar- nos “oficiales no confiables”, más aún en medio de la
coyuntura de la Guerra Interna. Y si no nos dieron de baja, fue porque en los hechos resultábamos ser -los
etnocaceristas- elementos de destacada operatividad en la lucha contra los pelotones senderistas. En mi
caso, yo tenía en mi haber siete enfrentamientos armados y una herida de bala; mis compatriotas de la
Logia, también estaban por ahí y además varios de entre ellos ya habían muerto emboscados... Entonces,
dentrodel análisisdel SIN,esonoshacía“admisibles”dentrode laInstituciónaun- que sin lograr “descifrar”
enqué consistíanuestra“proto subversiónypoca confiabilidad”. En todo caso, a mi hermano lo endilgaron
como “el hermano del subversivo”. Y ante tal “vigilancia”, que a la postre dificultaría nuestra carrera
ascendente,es que optamos -los etnocaceristas- por un “perfil bajo” para estar aptos para los procesos de
ascenso,así como de recuperarla “confianza”ante un Alto Mando cada vez más vladimirizado. No se pudo;
para 1998, año enque fui pasado al retiro, ya no quedaría un solo etnocacerista en el Ejército. No quedaba
otra alternativa que esperanzarse en el “hermano” para nuestros planes rebeldes. Además de alguna
maneraél tambiénhabría absorbido -asumanera- algode laformaciónideológicapaterna.Enese entonces,
si bienesciertoya percibíasu faltade solidezideológica, entendí que podía compensarse en su proceso de
maduración política así como por el vínculo filial. No imaginé que su posterior estadía en el extranjero le
terminase “globocolonizandoel seso”.En cuantoa lo de Locumba,debe recordarse que OllantaeraTeniente
Coronel yyo Mayor, o sea que él -además de ser más antiguo- tenía mayor graduación y el mando efectivo
de la tropa por estarenactividady yoen retiro.Le correspondía“reglamentariamente”el mando técnico de
la operación.Sóloeso;puesenel aspecto ideológico-políticoestaba“perdido”,locual se reflejó en el hecho
que el respectivoManifiesto Político-elaboradopormí- lofirmasinsiquieraleerlo, allá en Toquepala. Es ahí
en donde se darían los primeros distanciamientos... Como ya lo dije antes: revolución vs. reforma. A él le
“espantaban”loscontingentesreservistasque organicé enlasalturas de Moquegua y Tacna, que a la postre
sostuvieron en una secuencia de marchas y contramarchas aquella insurgencia. Debe entenderse
previamente que aquella primera rebelión etnocacerista tuvo dos etapas. La primera “convencional”, con
tropas regulares (cincuentay nueve soldados) que apenasduró dos días en los que casi todos “desertaron”;
a su vez,la segundaetapa“noconvencional”,fue protagonizadapor tropas irregulares (dos mil reservistas)
que providencialmente -desde Tacna, Moquegua, Puno y Arequipa- convergieron hacia las serranías de
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Calacoa logrando hacer contacto conmigo, iniciándose así la “desocupación” de la zona por el Ejército; la
cual duró(esaetapa“no convencional") cincooseissemanas, hasta la fuga de Fujimori anunciada por radio
enlosmomentosenque ya ingresabaaTacna al mando de ochocientoslicenciados.Ollantaestuvoajeno,no
solooperativamente sinotambién políticamente,atodoeste avatarreservista. Resulta que el reservista, es
decirel licenciadodel Servicio Militar (o “mita castrense”), termina por lo general en la desocupación civil,
vale deciren lasfaucesde aquel otro-máscruel- "ejércitode desempleados”, resintiendo en mucho mayor
grado que el soldadoactivounacrisisrepublicanaenlaque el Estadole trata como “entenado” en su propia
tierra. Entonces, para esta gente, aquello de las “reformitas” para preservar el Sistema estaban fuera de
lugar.¡Había que “tirarse"al Sistemamismo!Porsuparte,el soldadoactivo,“autistasocio-políticamente”, a
losumo que aspirabaeracobrar supropinade fin de mesy que su pailaestuvierallena.Se puede decirque -
efectivamente- esa fue la diferencia de perspectiva entre mi hermano y yo: Reforma Vs. Revolución.
Diferenciaque pocoa poco iría agravándose hasta la ruptura tota!, obviamente acelerado por sus falencias
éticas elementales.
- ¿Por qué cree que su hermano actuó así; cuales fueron los factores o personas que influyeron en él para
dejar el etnocacerismo (por lo menos teóricamente, ya que según usted él nunca fue etnocacerista) y
terminar siendo “solo nacionalista”, construyendo tienda aparte?
- Por faltade perspectivahistórica,principalmente,comoyalodije al inicio,y lo repito ahora de la siguiente
manera:porque está“catequizado"en funciónalosconceptosconvencionales de la Izquierda caviar que es
“el límite de su radicalidad”, si asíse le pudiera llamar. Al respecto, el actual protagonismo de Carlos Tapia,
nada menos que como “materia gris” del seudo nacionalismo, no puede ser más sintomático. Si a eso le
agregamosla ansiedadmonetariaque generala“tía” Nadine (esprimade nuestramadre),nosexplicaremos
el acriollamiento precoz de esa agrupación que cada día se desintegra más. Existe una famosa máxima
respecto del generalato latinoamericano, que afirma: “no hay un general que resista un cañonazo de un
millón de dólares"; pues bien, tengo la convicción que el “monetarismo” tuvo un rol determinante en la
prostituciónelectoral de aquellafase del proyectoque giróespecíficamente en torno al “Comandante”. Fue
así como la meritocraciamilitantese sustituyóporlachequeraoportunista,yesenese nuevoescenarioque,
aprovechandomi cautiverio,se expulsó alosveteranos yaguerridoscuadrosetnocaceristasparasustituirlos
por los Martín Belaunde, Alvaro Gutiérrez, Torres Caro, Meckler y compañía, viciando el proyecto; a tal
extremo,que hubo unatemporadaenque bastabapronunciar mi nombre para que los “nuevos dirigentes”
purgasen sin atenuantes al genuino militante fundador. Es decir, se toleraban simpatías hasta por Lourdes
Flores, Toledo o Kuczinsky, pero en absoluto por el “monstruo de Piedras Gordas”.
- ¿Cómose podría explicar,entonces,la compra del “kit electoral”,en julio del 2005, por su hermano? ¿No
indicaba, acaso, que era “etnocacerista”?
- Reitero:jamás fue etnocacerista. Y compró el kit para evitar, aprovechando mi cautiverio, que alguien de
mi entornopartidariopordisposición míalohiciera. De esamanera, Ollanta, lograba anticiparse a cualquier
campaña de recolección específicade firmas “etnocaceristas” que obviamente yo apoyaría resueltamente.
Entiéndase que según las normas de la ONPE, basta con que cualquier particular adquiera un kit con
determinadonombre,paraque nadie -enel períodoque tiene ese kit de validez (dos años)- pueda adquirir
otro con nombre similaroparecido.Esasí que al hacerse poseedordel nombre “etnocacerista” mi hermano
felonamente evitabacualquieriniciativade mi parte.Podíaentoncesconcentrar el esfuerzoenlarecolección
para la agrupación partidariadenominada“PartidoNacionalistaPeruano”cuyo kit también había adquirido.
Debe tenerse en cuenta, que el nombre de una agrupación política es fundamental cuando de procesos
electorales se trata.
- ¿Pero, entonces porqué aguardó hasta después del Andahuaylazo para optar por la vía electoral? ¿Por
qué no inscribió al etnocacerismo antes?
- Es que todo era parte de un proceso. Como se dice vulgarmente, “uno no puede limpiarse y después
hacer...”. Y hasta antes del Andahuaylazo se estaba en la etapa contestataria, antisistema, insurgente e
incendiaria, en la que no cabía recolectar firmas, pues hubiera resultado un “corto circuito" en nuestro
modusoperandi expansivo.Yesque debíamosdemostrar, antes, que éramos consecuentes entre nuestros
dichos y nuestros hechos, a fin que nuestras palabras no cayeran ante el pueblo como un discurso hueco.
Fue entonces, recién a partir de la rebelión en Apurímac, que adquiríamos -ante el pueblo- la suficiente
28
solvenciamoral para ingresar a la siguiente etapa de inscripción partidaria. Además, con la llegada del tan
promocionadoOllanta,conjugadaconel heroicocautiveriode losreservistas y la trascendencia épica de las
barricadas andahuaylinas, se calculaba -tal como efectivamente acaeció- que en menos de seis meses se
lograría la inscripción electoral. Lamentablemente, no se previó la felonía.
- Es evidente que la inscripción del Partido Nacionalista se debió a la efervescencia popular generada por
los etnocaceristas, pero entonces ¿por qué, si Ud. ya avizoraba la felonía, apoyó -pues fue público que los
reservistas eran los principales recolectores de firmas- aquella inscripción?
- No había más alternativa. Se suponía, además, que mi hermano era nuestra llave de libertad.
Además,porentonces,aúnnose definíadel todo su posterior “deschave”. Créame que lo evalué desde mi
celda de Piedras Gordas. No había más opción que apoyar, más aún cuando prácticamente se había
impregnado en la mente popular una especie de “indisolubilidad” entre Antauro y Ollanta, que para gran
parte del electorado era una sola persona, o, sino que aquella “pugna” no era más que una “estrategia”.
Encima, la dramática intensidad de aquellos meses de persecución y cargamontón “oficial” contra los
etnocaceristas, mi enclaustramientoycasi la total incomunicación con el exterior, definitivamente que me
tenían mancornado.
-¿Qué le dice el hecho que su hermano subraye el haber creado él el “Proyecto Nacionalista”?
- Que,por miopíapolítica,confunde lagestación de unniñoconla partidade nacimiento.El parto de unniño
requiere todo un proceso iniciado desde el romance precursor de los padres, la cópula, la gestación y el
parto dolorosoysangrientode lamadre.Lo que ya viene después, la partida de nacimiento, no pasa de ser
un detalle administrativoounmeroformalismo.Análogamente,el proyecto(etnonacionalista) se engendra
desde lamemoriageneracional “pumatampu”,gestándoseluegoenlasenseñanzaspaternasde labiblioteca
familiar, con la fundación de la logia etnocacerista, para después plasmarse en el parto de Locumba y la
cesáreade Andahuaylas,bajolaspautasideológicasdel periódico que fundé. Es decir, todo un proceso que
hasta llega a contabilizar sus mártires ahogados en el río Ene (distribuyendo el evangelio etnocacerista) o
inmolados en las barricadas de Apurímac, así como sus centenares de prisioneros en las cárceles criollas.
Esto, por supuesto, es "inentendible” para mi hermano que cree que “todo empezó” por generación
espontáneacuandose fue a la ONPE a comprar el kit electoral... o sea, que todo “costó” setenta u ochenta
solesque eralo que valía ese kit.Por ahí unose puede explicar unenanismomentalque,porsupuesto,debe
satisfacera laembajadanorteamericanaque hace tiempolocontrolacomooposicióndomesticada gracias a
elementos como Tapia y Murrugarra, voceros del “neo-nacionalismo caviar”.
- ¿Está tratando de decirme, entonces, que Ollanta no sólo cometió una felonía ideológica, sino una más
grave: de sangre. Ya que usted, no era, no es, el amigo “equis”; era el hermanísimo, y el que lo catapultó
hasta llegar donde llegó; quedándose en el umbral de la puerta grande de Palacio, y ahí por sus marchas y
contra-marchas, increíblemente, hizo abortar el proyecto, o más precisamente su fase electoral?
- Creo que incluso ello es parte de un proceso histórico. Me voy a explicar más claramente como no lo he
hecho antes: una vez amnistiados por lo de Locumba, como es público mi hermano es reincorporado al
activo, pero yo no. Y es que el haberme “llevado” a un vladigeneral con una pistola apuntándole a la sien
delante de todo un contingente de tropa estupefacta, entre Fuerte “Arica” y Toquepala, sumados a mis
antecedentes “etnocaceristas”, resultaba una herejía espantosa para el Alto Mando así como para un
Ministro de Defensa como Ledesma (gobierno de Valentín Paniagua) que -como general que era- se
solidarizabaconel enojodel generalato ante tal “afrenta”.Al respecto,mi hermano Ulises me comentó que
el General Cano (Comandante General de la Región Militar del Sur durante la insurgencia en Locumba) le
había expresadoque "...lode Ollantaera‘pasable’, más no así la humillación que Antauro le había inferido
al general Bardales,Jefe de Fuerte Arica...”.Pormi parte, consciente del potencialpolíticode losreservistas,
así como de lanecesidadde unmediode expresiónque llenara el vacío (etnonacionalista), es que fundé el
periódico“Ollanta”cuyonombre tuvolaanuenciade mi hermano.La verdad es que toda la familia pensaba
que mi iniciativa sería un fracaso “que a lo sumo llegaría a su tercer o cuarto número”. Fue un éxito total,
políticocomo empresarial. Enochomesesyase superabael tiraje de ciento sesenta mil ejemplares y sin un
centímetrocuadradode publicidad,¿Cuál fue el secreto?Pues el mensaje y el mensajero: tanto el discurso
polémico (etno)nacionalista, como el reservista uniformado que -como si fuera en una patrulla
desplazándose por los lugares más recónditos de las zonas de emergencia- distribuía aquel “Evangelio
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Conversaciones conanturo

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  • 3. 3 Pedro Saldaña Ludeña (Lima, 1962) Es periodista, escritor y politólogo. Ha conducido y dirigido diversos programas radiales y ejerce el periodismo de opinión y crónicas en diferentes medios de circulación nacional desde 1992. Entre 1980 y 1985, trabajo en Palacio de Gobierno al lado de la entonces primera dama de la nación Violeta Correa de Belaunde en los programas que ella desarrollo, fue Director de Cooperación Popular y se desempeñó también como dirigente nacional del Partido Acción Popular, del cual se alejó en 1998 después de 21 años de militancia partidaria. De 1986 a 1990 radicó en Madrid- España, donde realizó un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense. Actualmente conduce el programa "Desde La Trinchera Del Honor" en radio Moderna -A nivel nacional-, es presidente fundador de la Asociación Civil Legitimidad Democrática -ALD-, constituida en el año 2000. Y dirige el colectivo católico religioso: "Reafirmación Católica Militante" -RCM-. A publicado también los siguientes títulos: "Apuntes Periodísticos" "Conversaciones con Antauro Húmala" (primera edición y edición popular - 2008-),"EI derrocamiento de Belaunde: Cuarenta años Después", el poemario: "Poemas y Poemitas", y el libro de vivencias "El Manual del Taxista". Es miembro de la Federación de Periodistas del Perú -FPP-, y de la Asociación Nacional de Periodistas - ANP-. FONDO EDITORIAL DE LA: Antauro Húmala, mi amigo, me anunció la preparación del libro. Conocedor de mi afición, no impune, por la lectura, me pidió leerla. He cumplido. Es un libro polémico, de entrevista, de un estilo poco común que requiere habilidad del que pregunta y del que responde. ANTAURO responde con solvencia intelectual, sinceridad y amplio conocimiento de los hechos. Sus 44 años de vida y sus 22 años de haber egresado de la EMCH, no han transcurrido en vano, está preparado para cumplir sus propósitos. Para interpretar sus respuestas es necesario tener prensente la ideología ETNOCACERISTA Y ETNONACIONALISTA que defiende y fomenta con lealtad. Sus conclusiones de la Realidad Nacional son resultado de la confrontación crítica de su mundo interior y el mundo externo nacional y global. Podemos no estar de acuerdo con algunas de sus respuestas, pero como VOLTAIRE tendríamos que decirle: "daría mi vida para que tengas el derecho de expresarlas". Las utopías de antaño son las realidades de hoy; y los subversivos de ayer, son los políticos actuales. Gral. EP(r) J. Germán Parra H.
  • 4. 4 "El libro de Pedro Saldaña, Conversaciones con Antauro Húmala, es una palpitante contribución al estudio de los acontecimientos recientes del Perú, en especial desde Locumba hasta el protagonismo actual que gira en torno al clan Húmala. Vale decir, es un aporte esencial para comprender la entrada de nuestro país al XXI". Rafael Romero Vásquez Editor General de RBC Noticias y Conductor de Habla El Pueblo. Antauro es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nación. Antauro Humala es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nación peruana. Merece nuestra especial consideración, respeto y aprecio político. Ha formulado teóricamente genialidades brillantes, hermosas, dignas de ser recogidas y enarboladas por una vanguardia consecuente; pero también, a vuelta de página ha sostenido “barbaridades políticas” inaceptables, que tendremos que combatir sin tregua. Mi conclusión por ahora es: 1º El balance de las formulaciones teóricas deja saldo positivo. 2º Él debe acostumbrarse a actuar políticamente en base a la reflexión y los acuerdos de un pequeño y muy calificado Colectivo de Dirección, y ganar su liderazgo. 3º Un balance integral más amplio, modestamente lo ofrezco para cuando cuente con espacio suficiente. Ricardo Letts Colmenares - Presidente del Comité Malpica Antauro es un hombre de ideas claras La historia del Perú está jalonada de dos partidos: el civilismo histórico y el militarismo plebeyo y/o institucional. Personajes como Antauro Humala pertenecen a esta ultima vertiente, que viene de los legionarios de la Independencia, que luego quiso hacerse proyecto nacional pan-andino con ese gran visionario que fuera el general Andres de Santacruz, continuando con el Ejercito de la Breña que salvó el honor nacional en la guerra del 79, y que en el siglo XX tuvo en Juan Velasco Alvarado su desarrollo moderno e institucional. Antauro es un hombre de ideas claras, con las que se puede discrepar o asentir.No es un delincuente ni un gamberro, como afirman los verdaderos gamberros. Y tiene predicamento porque quiere hacer en el Perú ese interregno purificador reclamado por los oprimidos del ande. Por todo esto hay que leer este libro. Plinio EsquinarilaBellido - Editor General del Diario La Razón Palpitante contribución El libro de Pedro Saldaña, Conversaciones con Antauro Humala, es una palpitante contribución al estudio de los acontecimientos recientes del Perú, en especial desde Locumba hasta el protagonismo actual que gira en torno al clan Humala. Vale decir, es un aporte esencial para comprender la entrada de nuestro país al XXI. Rafael Romero Vásquez - Jefe de la página editorial y editor de opinión del Diario Expres
  • 6. 6
  • 7. 7 CONTENIDO Prólogo Por el Dr. Hernán Fuentes Guzmán Algunas precisiones Capítulo I Desde el nombre... El hombre Capítulo II Un “Corpus Christi" en la guerra sucia Capítulo III Locumba, el mito y el “mitologizador” Capítulo IV… Periodismo sin medias tintas: ¿Un buen mensaje y un excelente mensajero? Capítulo V “Los” fraudes del 2006 Capítulo VI Andahuaylas Capítulo VII Partidocracia, inseguridad ciudadana y terrorismo Capítulo VIII El etnocacerismo Capítulo IX El escritor, los generales y algo de indigenismo Capítulo X Educación, proteínas y geopolítica de hambre Capitulo XI Chile, el chauvinismo como “necesidad”... y los mapuches Capítulo XII Ecuador, "amazonitis” y la Cordillera del Cóndor Capítulo XIII ¿Homofobia política? Capítulo XIV Fusilamientos y "escarmiento histórico” Capítulo XV La vladiconstitución del “libre saqueo” Capítulo XVI ¿Amnistía? Capítulo XVII Militarismos, civilismos y utopías Capítulo XVIII Señor cautivo, Iglesia tawantinsuyana, planificación familiar y “creced y multiplicaos" Capítulo XIX Coca, Irak y algo más Capítulo XX Sobre filosofía inkaica. (Conversación entre el My. Antauro y el Prof. Mario Mayhua Q.) Epílogo
  • 8. 8 PROLOGO ¿Votaríaspor Antauro Humala?Fue la preguntaque se formulóa loselectoresde Apurímac,unade laszonas más deprimidas del país, la encuesta que fue de este año 2011 y no divulgada, señalaba que si mañana fueranlaseleccionesparael gobiernoregional de Apurímac,el otro Humala, si postulase ganaría de manera aplastante. La prisión de Piedras Gordas busca resolver un problema penal, no resuelve la controversia de exclusión política. En 1931 el flamante PartidoComunistaPeruano, para anteponer a la candidatura de Haya de la Torre y Luis M. SánchezCerro,lanzóa lapresidenciaaJuanQuispe Quispe,quechuahablante yanalfabeto. Los iletrados no eranciudadanosyel quechuano tenía reconocimiento oficial ni en el Cuzco. Este campesino ni siquiera pudo registrarse en el padrón electoral. Su postulación era testimonio de la marginación y exclusión que sufría la mayoría de peruanos. No quería ganar votos, buscaba denunciar al sistema. Así nació la candidatura anti-sistema. Medio siglo después, un barbudo, Hugo Blanco, aquel del asalto al puestopolicial de Pucyura, en el valle de la Convención en el Cuzco, donde murió un policía y otros dos en Mesacancha fue condenadoa25 años de cárcel durante el primer belaundismo y Velasco lo indultó al cabo de más o menosseisañosde prisión.Seríahumanorecordarque las autoridades reemplazaron la ciudad de Arequipa, donde se realizaba el juicio, por la ciudad de Tacna con la finalidad de aplacar las simpatías que levantabanlosprocesadosenlaciudadBlanca.Juzgara Blancoy susseguidores enlaciudadmáslevantiscay orgullosa de sus rebeliones a lo largo de la historia del Perú, era peligroso, creían. Fue un juicio llevado a cabo, por un consejo de guerra, a varias decenas de harapientos y débiles campesinos cuzqueños y su cabecillaHugo Blanco.Tacna le diomayor coberturamediática,ademásde lasolidaridaddelpueblotacneño con losprocesados.Barbudoque llamólaatenciónde laprensainternacional enlossetenta,al sercandidato calzado con ojotas y que chacchaba coca, postulando a la Asamblea Constituyente (1978), contra un socialdemócrata como Haya de la Torre y un derechista cazurro como Luis Bedoya Reyes. En las encuestas, Hugo Blancono existía;noobstante,bastóque apareciera10 minutos -fue suúnicospot-,en el canal estatal controladoporel gobiernomilitar,conundiscurso simple: ¡Ni patrones ni generales!, para crearse un mito electoral. Había surgido el contestatario al status quo predominante; sacó más de 300 mil votos preferenciales. Diezañosdespués, ante la debacle del sistema partidario, un entusiasta comunicador se lanzó a la alcaldía de Lima, enfrentándose a una poderosa alianza de partidos tradicionales, el FREDEMO, Belmont fue martirizadopor los medios de comunicación: improvisado, locutor de tómbolas, sin experiencia en la cosa pública,irresponsable,etc.El “hermanón”noencarnabael radicalismo,sinoel hastiócontralapartidocracia. La consecuenciade este remezónelectoral,fue Fujimori, quienexpresómejor el discurso de la anti-política. Belmont como “el Chino” eran outsiders que evidenciaban la crisis del sistema político. El anti-sistema no venía por la izquierda, sino por la derecha. El papel del colorado Belmont, en 1989, fue similar al rol del cobrizo Juan Quispe Quispe en 1931, demostrar que el sistema era democrático con las fuerzas hegemónicas, pero excluyente con todo lo emergente. Los teóricos del sistema proclamaron que con la caída de Fujimori, estas “anomalías” habían quedado superadas,que losoutsiderseran el insumo de las ideas autoritarias, en tanto los partidos políticos eran la mejorexpresiónde los valoresdemocráticos.Abundaban,además, que nuestro país -conjuntamente con la Venezuela del respetado y temido Hugo Chávez- eran los últimos reductos de los discursos anti-partido.
  • 9. 9 En mediode estosensueños,se produjolainsurrecciónde Antauro Humala (Lima, 1963) en Andahuaylas, el 1° de enerode 2005, cuandoel país despertaba de la tremenda francachela del año nuevo. El, al mando de dos centenaresde lealesreservistas del ejército, recibió el 35% del respaldo ciudadano (Encuesta de RPP). Antauro tenía un discurso a lo Hugo Blanco y poses militaristas a lo Chávez. En pocos días fue derrotado militarmente,perosuefectopolíticofue descollante:Ollantaganócategóricolaprimera vueltapresidencial. En la segundavuelta:5de cada 10 votaron por el nacionalismo,habíasembradoparael futuro,habíaechado raíces; enlo inmediatoen Andahuaylas obtuvo más del 76% de los votos y su hegemonía fue aplastante en lossectoresC y D. Piensoque enlaactualidad, Antauroesel personajeque mejorencarnael inconformismo del Perú profundo. La crisis de legitimidad del sistema político no es exclusivamente peruana. La democracia más estable de Sudamérica, la chilena, ha sido impactada con la postulación del joven Marco Enriquez-Ominami, hijo del mítico líder guerrillero del MIR Miguel Enríquez, éste rompe con su gobierno (la Concertación), con hegemoníagubernamental de dos décadas,renunciaal partidode la Presidenta Bachelet y se postula como independiente, exigiendo radicalizar la democracia, modernizar el Estado, haciéndolo transparente y prometiendo probidad. Sólo le falta el “honradez, tecnología y trabajo”, pero con acento Mapocho. Enríquez-Ominami, no es Fujimori, es una combinación de Lula con discurso de Bill Gates que impugna el agotamientodel sistemarepresentativo,cuyoslímitesredistributivosyparticipativos son evidentes para los pobresy losjóvenes, que exigen una mayor calidad de la democracia. Se decía que esto sólo ocurría en los paísesandinos (Ecuador,BoliviayPerú),congravesproblemas étnicosyde segregación.Sinembargo,no, ya que esto acontece también en el país con la más potente renta per cápita y país más homogéneo culturalmente de lareglón. Hoylos mediosde comunicación –aquellos mismos que subestimaron a Quispe Quispe, Hugo Blanco, Ricardo Belmont, Alberto Fujimori y al propio Ollanta- proclaman que una condena severacancelaríael “problemaAntauro”;el CódigoPenal resuelve latipicidadde los hechos sangrientos, no disipa las condiciones sociales incólumes que en siglos han provocado hechos como el andahuaylazo y el baguazo. Con AntauroHúmalano tengoafinidadesideológicas; no obstante, sería absurdo invisibilizarlo, sería necio soslayarlo, pues representa y es “el achoramiento y la rabia arguediana” (“Conversaciones con Antauro Húmala”, de Pedro Saldaña Ludeña, Edición de Lima, año 2008, 2a edición, p. 65), que según la perspicacia de sus adversarios, puedeexpresarseenlascallesde maneracruentaopor las ánforasde manera incruenta. Si a muchos les repugna siquiera oír o leer a Antauro -menos sufragar por sus postulados- entonces están obligados aradicalizarlademocraciasinningúntipode exclusión partidocráticao étnica, para así evitar a los incómodosBelmont, AranaoPizango,quienesnosonlacausa de la crisisdel modelo institucional, sino sólo su explosivaconsecuencia.A Antauro se le debe contradecir políticamente, no censurar o amordazar como hacen hoy sus "democráticos" carceleros. Hoy, al salir esta Edición de Bolsillo a circulación, la opinión pública tiene una nueva gran oportunidad de analizary conocerrealmente el pensamientoAntauro.UnMega-Reportaje,don-de Saldañaconestiloygarra periodística, encara al personaje sin tratar de ridiculizarlo o satanizarlo, como hacen los verdaderos periodistas que quierenllegaral fondodel personaje.Porúltimo:Piensoque es un libro que, con el tiempo, acrecentará su valor. Dr. Raúl Chanamé Orbe Constitucionalista y Catedrático principal de la UNMSM
  • 10. 10 ALGUNAS PRECISIONES En la mañana del 17 de febrero de este año, encontrándome en el sur chico de Lima, me telefoneó mi entrañable amigo,prominenteyjovenabogado,Raúl NoblecillaOlaechea;lohacía para invitarme a cenar en su residencia de “El Haras” de la Molina, para conversar-como en la mayoría de las veces- temas políticos; empero,le indiqué que me encontraba fuera de la ciudad y que lo dejáramos para pasado mañana, que ya estaría yo enLima.Antesde concluirlallamada, le pregunté cuál era su parecer sobre el comentario que le había hecho hace algunas semanas; me preguntó: “¿a qué te refieres?”. Bueno, le dije, “sobre el libro- entrevista que pienso hacerle a Antauro Humala”; se quedó callado unos segundos y me respondió de maneradeterminante:“¡házlo!,porquetodoloque oigode ese hombre enlaprensa son cosas tenebrosas y en el mejor de los casos contradictorias, entonces creo que a Antauro se le debe escuchar sin satanizarlo; deduzcoque tiene cosasinteresantesque decir”. Le contesté que le agradecíasu comentario y rápidamente cortamos. Al rato continué haciendo labores de ocio donde me encontraba, que para eso estaba ahí. En la noche, al salir a pasear y a comer con una guapa lugareña, no dejaba de pensar en la respuesta tan clara de Raúl, me dije para mis adentros también: “creo que estoy en lo correcto al intentar concretar este libro-entrevista,porque nada significativo tendría un material de esta naturaleza -género periodístico, por cierto,poco usado ennuestromedio- conalgún individuo de vida formal, pero con Antauro será diferente, por tratarse de uncaso polémico y complicado". No obstante, lo que terminó por convencerme de realizar este trabajo, fue la oposición visceral que encontré en algunos familiares y amigos muy queridos, que al enterarse de mi propósito, reaccionaroncomo impulsadosporunresorte.A ningunode ellos respondí, o en todocaso mi respuestafue el silencioyposteriormente,claro,la publicaciónahorade este libro,tododentro de la mayor cordialidad. En cuanto al entrevistado,tengoalgunascosas que referir, comoque loconozcodesde hace muchos años, si bien no lo he frecuentado. Empero, un lustro atrás he tenido desde ahí en adelante con él encuentros intercalados. Así mismo, quisiera mencionar que en el desenlace de este trabajo muchos me han preguntado:¿qué opinióntengode él?,ymi respuestahasido para todos la misma, que es la siguiente: “es un hombre definido,conideasclaras,yestoyconvencidoque susmanos no están manchadas de sangre por losluctuosossucesosdel Andahuaylazo, ya que está explicado y demostrado hasta la saciedad quiénes son los responsables de ello, y es, pienso, la contra-figura de su hermano Ollanta”. Asimismo, es pertinente subrayar que a lo largo de nuestra rocambolesca vida republicana, sus más destacadosprotagonistasmayormente tambiénpasaronporlasmazmorras,siempre por razones políticas. Y dentro de las últimas ocho décadas, por sólo mencionar este último tiempo histórico, muchos fueron considerados terroristas por insurgir contra el injusto y corrupto orden establecido que hasta hoy sigue increíble ydescaradamente vigente.Yeneste tiempo,infortunadamente,se flamean los mismos conceptos económicos y “democráticos” de hace sesenta años, que no dieron resultados ni beneficios a las grandes mayorías y que llevaron al país hacia más confrontaciones. Siendo así, y por estos días, revisando antiguos libros estacionados en los anaqueles de una rica y vieja biblioteca, pude corroborar en un interesante compendiobajoel rótulode La RepúblicaMilitar,Perú1930-1980, obra del reconocidoperiodista Guillermo Thorndike,cómodistintospersonajesensumomento eran catalogados de terroristas por levantarse contra el oprobio, la desfachatez de las élites plutocráticas o contra la gangrena permanente de este país: la corrupción. De tal manera que Thorndike relata didácticamente que fueron, entre otros, considerados “delincuentes terroristas” personajes como: Haya de la Torre, Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Armando Villanueva del Campo, Luis de la Puente Uceda, el poeta Javier Heraud, Alejandro Romualdo, José María Arguedas, Ciro Alegría, Antenor Orrego, los jóvenes de la vanguardista revista “Hora Zero"... todos ellos pasaronpor las cárcelesdel Estadodecrépito, prepotente y corruptizado. Entre estos, el caso de Villanueva del Campoesmuy relevante:presovarias veces,definido como un vulgar delincuente prontuariado por las distintas administraciones reaccionarias, lo catapultan como un líder histórico de los ideales del aprismo primigenio. Suprimernúmerode presidiario fue 32268, en tiempos en que constituía un delito agravado el solohechode estar afiliadoal APRA.Hoyendía, desafortunadamente el APRA se ha entregado otravez a los nuevosbaronesde laderecha. Y algoque espara nocreer,hasta losreaccionariosmismosmandabanpresos
  • 11. 11 a sus díscolos compañerosreaccionarios,tal esel casoque hasta PedroBeitrányPedroRoselló,pasaron una temporada en El Frontón. Ahora bien, es evidente la motivación política del acto de insurgencia encabezado por Antauro en la madrugada del 1 de enero del 2005 contra el inmoral Alejandro Toledo, incapaz siquiera de reconocer a su hijaZaraí (sinohastaque se encontrócontra lascuerdas),mintiendo al país sobre este hecho antes de estar en el gobierno (y ya estándolo también), y que debió ser destituido por el Congreso declarándose su incapacidadmoral, lamentablemente nolo hicieron; sin embargo, se hizo todo lo contrario manteniéndolo en el puesto. Lo correcto era, pues, declarar la vacancia del cargo de Presidente de la República; pero para “aferrarlo”, incluso nuestro tercermundista Tribunal Constitucional de marras, el 2004, elevó el número necesario de congresistas para declarar la vacancia del cargo de Presidente de la República. No conforme con esto,Toledo,asu vez,se dedicóadar respaldoaloscambios que se intentaban hacer mediante la falsa fórmula de la “Reforma Constitucional” dentro del Parlamento, sin tener éste facultad de Poder Constituyente, ya que se trataba de un simple Congreso ordinario amén de fundamentalmente ser la Constitución de 1993 espuria y no proceder dicho mecanismo. Y al validarel “presidente” Toledo la Constitución fraudulenta del 93, como hasta ahora se sigue validando de forma miserable, ilegítima e inconstitucional, se puso fuera de la legalidad; Toledo, por lo tanto, ai no funcionar los mecanismos constitucionales, debió ser relevado del mando por las FFAA, para que reponiéndose laConstituciónde 1979, concomitantemente se convocase inmediatamente a una Asamblea Constituyente y nuevas elecciones generales. Hoy el Perú continúa subyugado y su voluntad popular obviada, enconsecuenciadebemosexigircuantoantesla convocatoriaa una AsambleaConstituyenteque le devuelvaal pueblosuvoluntadsoberana hoy en cautiverio, de lo contrario tendríamos toda la razón, como lohizoAntauro,de invocary ejecutarel derechoa lainsurgencia,comoloseñala la legítima Constitución de 1979. Lo que afirmo no significaque necesariamenteconcuerdecon lasideasde Antauro Humala, empero sí concuerdo con el caso de la legítima insurgencia del Andahuaylazo, y sigo afirmando y sosteniendo la defensa de dicha rebelión justísima contra el oprobio de la Constitución de 1993. En consecuencia, las preguntas que todos debemos de formularnos son: ¿Por qué Antauro continúa preso? ¿Por qué los reservistas que se levantaron contra Alejandro Toledo exigiendo su renuncia continúan presos? En suma, ¿por qué todos ellos continúanpresossi también se levantaron contra la apócrifa Constitución de 1993? De tal maneraque ha llegadolahorade exigir la libertad de todos ellos por haber salvado el honor de un país. Esto implicaríaque tambiénhayresponsabilidad en quienes mantuvieron y mantienen aún hoy la ilegítima “Carta” del 93. De otro lado, debo confesar que mis pláticas con Antauro para concretar este material, que hoy el lector tiene frente aél,se han realizadosorteandolasnormas impuestas por el INPE, algunas veces mintiendo de mi parte para superarlosinterrogatoriosque lesrealizan a los visitantes los encargados de la seguridad del penal de “Piedras Gordas”,y otras hasta“dejandoun sencillo” para no tener ningún tipo de inconveniente en mi labor periodística de entrevistador que me propuse cumplir, y la he cumplido toda vez que mi entrevistado de ordinario sólo puede recibir exclusivamente visitas de sus familiares consanguíneos. Finalmente, quisiera agradecer a todos aquellos que contribuyeron de distintas formas para que pueda terminar este proyecto que hoy sale a circulación; entre otros, permítaseme mencionar a mi distinguido amigoWílderPiscoValverde,especialista gráfico que sin su participación creo que no hubiera sido posible producir este libro entrevista, al Dr. Gustavo Adolfo Mendoza López por sus constantes sugerencias intelectuales y por cierto muy didácticas. De otro lado, quisiera agradecer al ing. César Montoya Araujo así como a todos los integrantes de la Organización Civil Legitimidad Democrática (ALD) por su apoyo desinteresado para con el objetivo de concluir este trabajo. San Isidro, 17 de mayo del 2007 PedroSaldaña
  • 12. 12 La historia de los pueblos prueba que toda idea nueva fue y es revolucionaria, y que no se mata la idea suprimiendo a sus defensores. El socialismo reconoce el hecho de que nadie socialmente es responsable de lo que es; de que los males socialessonel producto de la pobreza, y que todos debemos evitar y combatir el mal donde se encuentre. Yo creo que llegaráuntiempoenque sobre las ruinasde la corrupciónse levantará la esplendorosa mañana de un mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruos anacrónicos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones. Samuel Fielden, Héroe de la revuelta de Haymarket (Chicago, Estados Unidos) acaecida el 4 de mayo de 1866, por su defensa de la jornada laboral de las ocho horas. Pedro Saldaña
  • 13. 13 I DESDE EL NOMBRE….. EL HOMBRE - Mayor Antauro, en principio muchas gracias por concedernos esta entrevista, que por cierto va a ser extensa, y darnos la oportunidad para esclarecer muchos aspectos de su accidentada y discutida vida política, para que así la opinión pública pueda sacar sus propias conclusiones. Mi intención es sólo periodística y las preguntas que le formularé estarán sujetas al rigor periodístico que exige objetividad. Será la ciudadanía la que tenga la palabra final. -Estoyde acuerdo,no hay problemay le agradezco su interés por la causa etnocacerista. Sólo le voy a pedir que no interprete mis palabras, sino que las coloque tal como las declaro. -Pierda cuidado, Mayor, cuéntenos un poco de su infancia. - Soyel cuarto de siete hermanos,yel penúltimo de los varones que somos cuatro. Nací un veintinueve de juniode 1963 enLima.Pertenezco, pues,alaprimerageneraciónfamiliarde hijos de migrantes serranos de aquel éxodoandino, acaecidodesde mediadosdel siglopasadohacialasurbes costeñas,que de a pocos han ido cholificando una capital que le dio la espalda al país profundo. Estudié primaria y secundaria en el Franco-Peruanohasta que me expulsaron en quinto de media, razón por la que mis padres me enviaron al Qosqo,endonde culminé en el Colegio Nacional de “Ciencias”. No se vaya a pensar que esa “deportación” fue una especie de castigo.Quizáporel contrario,puesportradiciónfamiliar siempre el primogénito -en el caso de mi familia, el mayor es Ulises- debía culminar sus estudios escolares en el “Ciencias” del Qosqo. Ahí habían estudiadonuestrohermanomayor, mi padre,mi tío-abueloGenaroyasí ascendentemente desde nuestros ancestros, los curacas de Pumatampu (Páucar del Sara Sara - Ayacucho), tal como se nos había entronizadodesde niños.Refiérase que enlaépocainkaicafuncionabaenel Qosqoel Yachayhuasi en donde se educaban los hijos de los curacas y que ya en la época virreinal aquel centro de estudios pasó a denominarse “Colegiode Caciques”;el cual,a suvez, -una vez instaurada la República- pasó a denominarse “ColegioNacional de Cienciasy Artes”,fundadoporBolívar,luegode labatalla de Ayacucho. Esa tradición la guarda aún mi familia; entonces,mi padre,pese anoseryo “primogénito”,optóporque me empapase de la mística cusqueña; además mi expulsión se debió más que todo a desavenencias entre él y la dirección del colegio (era presidente de la APAFA). El Qosqo me impacto de sobre manera y en especial el Colegio Nacional de “Ciencias”, proviniendo yo de un colegio exclusivo de Lima. Me pareció “sensacional” ver compañeros de clase ingresando con ojotas y cosas por el estilo. También incursioné en el mundo de la marihuana,entre el rock y el huayno, entre la rebeldía y la pasión. Aquel 1980 fue decisivo en mi forma de pensary verlas cosas.Al año siguiente, después de tanto “relajo y librepensamiento”, ingresé a la Escuela Militar de Chorrillos. - Por lo que veo, su padre es el patriarca de un clan político. Y corriendo por las venas de los Humala sangre “regia” de los curacas de Pumatampu, podemos explicarnos su carácter rebelde... - Creoque como buenpadre,tuvolavirtudde proyectarensushijossus ideales pendientes. Ideales que se encargó, conjuntamente con mi madre, de interiorizarnos pedagógicamente desde niños. La lectura individual como colectiva era casi un culto, en una bibliografía especialmente seleccionada. Por supuesto que había quienes más nos “zambullíamos” (en la biblioteca casera) que otros, que de veras lo veían como “penitencia”. Si bien es cierto mi padre tuvo formación marxista (contaba que aprendió a deletrear en el Amauta de Mariátegui cuyos ejemplares llegaban hasta la recóndita aldea de Oyolo - Pumatampu), jamás dejó de preservar en su esquema mental la etnicidad tawantinsuyana. Etnicidad que, combinada con el factor clasista,constituyóel summumideológico,si se quiere,de aquel clanfamiliar.Es necesarioreferirque mi padre estuvovinculadoensusetapaspreparatorias,al contingenteguerrilleroque a mediadosde los 60's se inmolara con De la Puente Uceda y Lobatón en Mesa Pelada y Púcuta. Incluso llegaron a reunirse en ciertas ocasiones en su oficina de abogado. Ahí hubo discrepancias insalvables, empezando por el desconocimiento del kechua y su idiosincrasia por parte de un MIR que hasta en la barba imitaba estereotipos foráneos. Además no se pusieron de acuerdo en el reconocimiento de una “potencialidad revolucionaria” dentro de las mismas filas del Ejército. Por último, entiendo que mi madre pudo haber influido decisivamente para que mi padre terminara por abstenerse de la acción guerrillera. Había por
  • 14. 14 entoncescuatrocríos que mantener... De maneraque,deduzco,mi padre endosó en nosotros, obviamente en quienes asumimos mejor el mensaje, aquella “ansiedad etnorrevolucionaria”. Había, pues, un compromisogeneracional acumuladode siglos,enuna familiaserranaque de algunamaneralogrópreservar su memoria milenaria de forma explícita. - ¿Es cierto que su padre -tal como lo dieron a conocer ciertos articulistas durante la efervescencia del proceso electoral del 2006- los educó a todos ustedes, los hermanos Humala-Tasso, “para presidentes’’?, digamos al estilo de unos “Kennedy cholos”; lo cual tiene cierto asidero al haberse dado, quizá como caso único enel mundo,que un par de hermanoscandidateasen en simultáneo a la presidencia de la república, tal como acaeció con Ulises y Ollanta. - Mira, siempre se nos inculcó el “pensar en grande”, en términos “macro”. Incluso uno de los libros que eran de obligada lectura en el ambiente familiar, era precisamente la magia de pensar en grande y las biografíasde personajeshistóricos. Cadacual de loshermanos,subconscientemente,yaibaproyectando sus aspiraciones máximas en la carrera de su vocación... - Que en el caso de los que escogieronla vida militar, Ud.y Ollanta, culminaba enpalacio de gobierno. ¿No es así? - Pero en nuestro caso -tal como nos lo Inculcó nuestro padre- no como un fin de vano poder, sino como medio de transformación revolucionaria. - Sin embargo, en el caso de Uds., los hermanos militares, ninguno llegó a ser “espada de honor”, así que puedo entender que el objetivo se les complicaba... - Claro,ademásque enla familianohabíatradicióncastrense.No había “pedigree militar” ni vínculo alguno con lasargollastradicionales. No obstante, pude percatarme que para mi generación aquello de la “clásica juntamilitar”sudamericana,conformadaíntegramente por generalotes, ya no era viable; es decir que para nuestrosobjetivos políticosnoconstituíaunrequisitoel generalato,sinounrangointermedio conmando de tropa y,obviamente,hartoscojones.Yestoes algo que se avizora actualmente en Latinoamérica, en donde tenemosloscasos del coronel GutiérrezenEcuadorydel comandante ChávezenVenezuela, así como “casi" el de nosotrosacá. Y esque,la verdad,con la pentagonizaciónde lasFFAA latinoamericanasel generalatoha colapsadomoralmente. ¿Acasonose les ve poblandolascárcelesen Argentina,Chile, Perú,Ecuadory Bolivia inclusive (caso García Meza -N. del A.)? - Me imagino que este “instinto golpista” contaba con el apoyo pleno del clan familiar. - Quieroaclararte, antes,que si bienesciertoel llamado“golpe de Estado”puede serilegítimoy antipopular enlas democraciasgenuinas,digamoscomolasdel mundodesarrollado,nosucede tal en el orbe “de color” subdesarrollado.Muchasveces son legítimos y producto del clamor popular, ante la traición y colonialidad de las corruptas élites gobernantes. En cuanto al “apoyo conspirativo” del clan familiar, claro que se daba, pero en sí misma la operación era sólo compartida entre los “hombres de armas”. -¿Es usted casado?, y si es así, ¿cuántos hijos tiene? - Estoy casado con la compatriota Isabel Paiva, natural de Tumbes, con quien tengo dos bellos hijitos; Antaurito y Urpi, de 11 y 9 años respectivamente. - Siendosus hijostan pequeños,los hechos que Ud. ha protagonizado, si para los adultos son fuertes, para ellos deben haber sido muy duros. - Sí que lo fueron;lo cual constituye para mí una permanente espina en el corazón. Pero estoy seguro que, enel fondo,estostrancesles fortalecenel espírituademás que les tiemplan el carácter. Se les ha inculcado que deben sentirse orgullosos de lo efectuado y ya han superado con creces la intensidad de los primeros momentos.A sus cortas edades han asumido una actitud muy madura. En ese aspecto me causan orgullo y satisfacción, pues tengo la certeza que continuarán por la senda generacional.
  • 15. 15 - ¿Lo visitan acá en el penal? -Una prisiónjamásdeja de ser un lugar inhumano. Por eso decidí con mi esposa que las visitas de nuestros hijos sean en contadas ocasiones, solamente por nuestros onomásticos. Afortunadamente, son un par de niños muy inteligentes y valientes, que además cuentan con el apoyo del resto de la familia. -Los nombresde ustedes,comoOllanta, Ulises,Imasúmac, Kusicoyllor, Antauro y de sus demás hermanos, son muy emblemáticos y atractivos; esto demuestra que desde la pila bautismal don Isaac ya se traía algo bajo la manga. - Simplementeaplicó la coherencia nominativa para con sus hijos, en función de la identidad etnocultural. Más bien creo que en un ambiente tan desidentificado con su ser colectivo, como es nuestro país, lo que debería llamar la atención es llamarse “Juan”, por ejemplo. Entonces, cuando noto que alguien se impresiona por los nombres de mis familiares, capto instantáneamente la gran tarea de “desintoxicación cultural” pendiente en nuestro medio: ¡lo que debería ser la regla se ha revertido en la excepción! Por supuesto que, también, me hace evocar-este “mundo al revés”- aquel prólogo de J.P. Sartre a Los condenados de la Tierra (Frantz Fanón -N. del A.): “... no es imposible convertir a un hombre en bestia”; empiécese por despojarle de la identidad desde la falsificación de su nombre, o sea, de su linaje. Por consiguiente, los nombres aplicados en mi familia, en verdad, debieran ser extensivos al grueso de la población “de color” y de estirpe cobriza, lamentablemente en quincuacentenaria crisis de identidad. - Yo no me llamo “Juan”, me llamo “Pedro”, y con este nombre latino-castellano no creo, en lo absoluto, ser deficitario en cuanto a identidad se refiere. Recuerde, Mayor, que somos un país mestizo. - Claroque lo somos;sin embargo,enlacuantificaciónde ese mestizaje -posiblemente en tu caso particular no- el grueso poblacional resulta de mayoritaria estirpe nativa, independientemente del complejo que puedantenerono en asumirse “blancos”.Entonces,cuandoel cholo cree ser medio cholo y el medio cholo asume ser medio blanco y éste, a su vez, blanco... pues, no debe extrañar la falacia del registro electoral “mayoritariamente latino” o la surrealista guía telefónica en la que “constatamos” que nuestros apellidos son casi en un 90% de estirpe euro-occidental, de tal manera que nos vinculamos más con el Mío Cid que con el “bárbaro” de Manko Qapaq. Por ende, en esa extensión política de aquella falacia nominativa o bautismal,nosparecerá“correcto"que enun país “de color”como el nuestro,resulte que de los 98 jefes de estado habidos desde 1532, ya sean virreyes o presidentes, el “monopolio” blanco-criollo haya sido casi total. - No deja de ser valedero su enfoque; sin embargo, debe reconocer que ya está generalizada la nominación castellano-latina, y en todo caso el “nominativo” de su familia es excepcional... - No lo niego; pero observo esta reversión del sentido común como derivado de la dependencia cultural impuesta desde el siglo XVI vía la invasión extra continental, con sus bautizadores de “manadas subhumanas” y sus leyes de Indias que a la postre nos han trastornado colectivamente el seso. Pues bien, una manera de sanearse es, justamente, reivindicando la memoria y, por ende, la personalidad histórica, empezando por el “nombre propio”. Mire nomás, el caso homólogo de aquel afro-peruano comentarista deportivo,Philip Buthler, cuyo apellido resulta ser en verdad del amo blanco que compró a su tatarabuelo esclavo en algún muelle negrero del Callao o de Chincha... O sino a Teofilo “Cubillas” o a Lucha “Fuentes”, cuyas negrituras resienten el apellido postizo. - ¿Nocree que exagera ensu radicalidad, puestoque despuésde todo ya existe un estatu quo al respecto? - Al igual que existía antes de ser insertados, por los Pizarras y Almagras, como “extremo Oc- cidente". En cuanto a lode “radicalidad”,efectivamente,esteacomplejamiento es también radicalmente vigente, razón por la que los nombres originarios "llaman la atención", así como lo saludable en un ambiente enfermo. - Pero también entenderá que los Mamanis, Condorís y Quispes no son tan mayoritaríos como Ud. quisiera... - Craso error. Solamente en la falaz guía telefónica elaborada en función al acomplejado RENIEC o al inquisidor sacramento bautismal, somos “oficializados” como minoría.
  • 16. 16 - ¿Me está diciendo -al igual que el caso de los afrodescendientes- que “los Pérez no son Pérez y que los Juanes no son Juanes”? - Eso.Y esque si revisaslascrónicasde la conquista,constatarásque -dentro del marco coactivo de la cruz y la espada- la “cristianización” de los infieles cobrizos, efectuada por millares de Ciprianis y Valverdes, implicaba el bautismo “en manada”, la censura del nombre y/o apellido nativo por los del “bautizador” hispano. Claro ejemplo se tiene en el cronista Felipe Huamán Poma de Ayala, en donde el “de Ayala” lo determinóel apelativodelinvasor.De esamanera,losmillonesde Quispes y Mamanis se metamorfosearon enPérez y Sánchez. Además, era una manera de adaptarse al nuevo establishment etnoclasista. Toda esta fenomenologíahadeterminadoque enlarepubliqueta peruana las minorías demográficas (criollas) actúen como mayorías oficiales y que, a su vez, las mayorías demográficas actúen como minorías oficiales. - Confírmeme si sus padres son abogados. -Ambos lo son; además, mi madre fue maestra. - Si Ud. estudió en el Franco-Peruano, debe saber hablar y escribir francés con fluidez. - Leo, hablo y escribo en francés. Hasta he hecho de traductor. - Ahora bien, su ingreso a la carrera militar ¿en qué se fundamenta, fue decisión suya o imposición de sus padres? - Al salirdel colegio,másme inclinabaporla agronomía; pero fue mi vida adolescente, disipada y bohemia, que -desde el Qosqo- alarmóamispadres.Creo que asumieronrespectoamí el clásico esquema:"... mi hijo se está descarriando; nadamejorque meterloal Ejército para que se recomponga...”. Es así, que al retornar a Lima lo primero que hallé al ingresar a mi cuarto de la casa familiar fue el prospecto de Chorrillos, y me dije: “¡Qué loco!”. Por entonces, además, mi otro hermano mayor -Ollanta- ya era cadete en la Escuela Militar,así que cuando salióde francoloprimero que hice fue preguntarle “qué tal era la Escuela”, a lo que me respondiópositivamente. Eso terminó por animarme del todo. Tres meses después estaba ingresando como cadete del primer año, o sea, como “perro”, lo cual me chocó bastante. Jamás me gustó Chorrillos y todos los años me impulsaba a solicitar mi baja, siendo siempre disuadido por mis hermanos mayores. Fue así que, como quien dice “sin querer queriendo” o a regañadientes, egresé como subteniente de infantería enenerode 1985. Es reciéncomooficial,enmi casoparticular-comoinfante que era- destacadoa zonas de emergencia como jefe de patrulla en operaciones contra Sendero Luminoso en los lares recónditos de nuestras serranías, que recién me enamoré de la milicia, y asimismo volví a retomar el hilo del proyecto familiar. Además, según la tesis paterna, el ejército -tal como lo demostró Velasco- podíasertambiénun“elementode cambio",conel aval que ahorraría harto costo social.Es enesos avataresde la guerra interna que, como contrapropuesta a la pentagonización de nuestra praxis y doctrina contrainsurgente, fundé en 1989 la “Logia Etnocacerista” con un grupo de tenientes de mi promoción. - En ese año (1985) de su egresoocurrió la masacre de Accomarca, en la que el también subteniente Telmo Hurtado fue responsable de esta lamentable masacre a sesenta y nueve campesinos... ¿Acaso ambos - Hurtado y Ud- son promocionales? - No,él esdos añosmás antiguoque yo.Fue -en la Escuela Militar- mi “aspirante” (cadete de tercer año -N. del A.) cuando yo era “perro” (cadete de primer año -N. del A.) - Entonces, evidentemente se conocieron, además -entiendo- ambos pertenecen al arma de infantería... -Claro que nos conocimos, así como con el actual “padre Martín” que perteneció a la promoción que me sigue.Enel Ejércitotodosnos conocemos.Esuna característicade la institución.Es más,enel caso de Telmo Hurtado inclusollegamosaintegrar,conjuntamente conmi hermano Ollanta(cuyapromociónesintermedia entre la mía y la de Hurtado), el equipo de natación de la Escuela Militar de Chorrillos. - Telmo fue -mayor Antauro- mi promocional en el Colegio Militar Leoncio Prado... y le digo que toda la promoción quedó estupefacta ante aquella tragedia. Simplemente no lo podíamos comprender. Es por esto que en mi labor periodísticahago esfuerzos por explicar -no justificar- aquel “corto circuito” ocurrido en la mente de un antiguo amigo. Dígame, entonces, ¿qué tipo de “transformación” ético- doctrinal
  • 17. 17 castrense pudo tener, al extremo de cometer semejante barbaridad en la sierra ayacuchana? Ése no era el Telmo adolescente de Leoncio Prado. - En la EscuelaMilitarde Chorrillosfue uncadete,digamos, “normal”yhasta con cierto don de mando, pues fue designado al comando de una sección de cadetes de menor rango: La mía. En cuanto a la matanza de Accomarca, bueno, ahí él fue un simple ejecutor de la doctrina de guerra contrasubversivaimportadadel Pentágono,que -porcierto- esmonstruosa.Hurtado fue un mero cumplidor de órdenes“sindudasni murmuraciones”enprode la democracia criolla, tal y conforme les enrrostró a los miembrosde laComisiónInvestigadoradel Congreso(entre quienesestuvieron Javier Diez Canseco y Javier Valle-Riestra). - Esa comisión -recuerde mayor- condenó aquel genocidio. - Nole quedabamás opción.Todoel mundo lacondenó...y con ello también se impugnaba hipócritamente el modusoperandi de la“guerra sucia”,puestoque impunemente lasmasacres yfosascomunescontinuaron por una década más. “Bien muertos, mal matados”, fue -en resumen- la conclusión del Estado criollo. Y es que el establishmentglobocolonizadorrequierepor“necesidadvital”de susAccomarcas,Cayaras, Frontones y Cantutas. Por consiguiente, son sus FFAA las que les sacan las castañas del fuego y también a quienes se condenará,encarcelándoseoproscribiéndoseasusparticularesejecutores. Al respecto, Telmo Hurtado fue contundente en la respuesta que le dio a la Comisión Investigadora, más o menos con este tenor: "... Gracias a este accionar que les estremece, están sentados 'democráticamente' donde están. Sin embargo, lesdigoque estono esagradable, perolohacemospara que lossubversivosnolos dina- miten a Uds. Es por esto que me necesitan en la línea, en el fondo Uds. me aman...”. - ¿Acaso no había, o no hay, alternativa... o si no, cómo hizo Ud.? - Antes de ceñirse a la “obediencia debida”, impugnar la “orden indebida”, lo cual -con el respectivo argumentoideológico- inevitablemente derivaba,enesas circunstancias,en el etnocacerismo que, a su vez, desde el saque mandaal tacho todoslosmanualesyreglamentostraducidos del inglés provenientes del US Army en lo que respecta a contrainsurgencia y guerra de baja intensidad. Obviamente, para adoptar semejante actitud se debe tener un espíritu hereje en medio de un ambiente en donde la duda y la murmuraciónsonpenados...Ynuestroex camarada Telmonoera hereje,erasolamente “un ladrillo más en la pared”, que,porlo tanto,ni dudaba ni murmuraba.Debióhabersidocondecoradopor el AgregadoMilitar norteamericano y develádose un busto suyo en la plaza de Accomarca, bajo parecido criterio al que ha determinado que Pizarra lo haya tenido en la plaza mayor de Lima. II UN "CORPUS CHRISTI” EN LA GUERRA SUCIA... - Ya que aborda el tema de Sendero Luminoso, le pregunto ¿qué fue lo que sucedió para usted de 1980 al 2000: un asunto de represión policial o una guerra interna? - Si se visitael cenotafioexistente en la parte posterior del Patio de Armas del Cuartel General del Ejército (“Pentagonito”),se contabilizarán cercade tres millares de nombres correspondientes a los muertos de las FF.AA. en dicho periodo, entre oficiales, suboficiales y tropa; cifra que basta y sobra para evidenciar “técnicamente” que se trató de una guerra. Nada menos que la más cruenta del siglo XX en nuestro país, tanto ensu estadística“externa’’como“interna”.Refiérase que los dos conflictos habidos con Colombia en 1911 y 1933 sumados a los tres acaecidos con Ecuador en 1941, 1981 y el 1995, en su totalidad no nos han inflingido más de dos mil bajas entre muertos y heridos. Ha sido, pues, la insurgencia senderista, todo un asuntode guerra civil que hastaha determinadolaconformaciónde una denominadaComisiónde iaVerdad y Reconciliación,lacual establecióen69 mil muertosel saldo de bajas,fuerade heridosydamnificados, que tranquilamente pueden completar el cuarto de millón. Ha sido, la guerra interna de 1980/2000, la manifestacióninsurgente máscontundente enversiónclasistahabidaenel Perú. Digo en “versión clasista’’ porque en“versión etnocultural”máscontundenciahuboenlasinsurrecciones de Manko Inka que cercó en simultáneo las urbes de Lima y Qosqo, o en las guerras tupacamaristas y pumacahuistas. Lo que queda evidenciado en la secuencia y magnitud de conflictos internos en nuestra patria, es que el resentir de
  • 18. 18 Huamán Poma (“el mundo al revés”) como la rabia arguediana (“el país hirviente”), siguen vigentes desde 1532 y que,históricamente,unchispazopuedeseguirencendiendolapradera,tantobajo consignas étnicas, clasistas o ambas yuxtapuestas. - Usted luchó como oficial del Ejército Peruano contra Sendero Luminoso bajo órdenes de dos gobiernos de turno; cuéntenos cómo fue esa experiencia. - Técnicamente,desde laperspectivacontrainsurgente,fue una“guerrade tenientes”,o sea, de patrullas de infanteríainfectadasmentalmente con las reglamentaciones traducidas del inglés del US Army. Vale decir, enfunción a un modusoperandi inspiradoenla“casuística"del Far Westconjugadacon la aplicada contra el Vietcong; lo cual, “ejecutado” por los tenientes mestizos en crisis de identidad contra una población “genéticamente sospechosa”, tenía inevitablemente que producir sus fosas comunes con ADN cobrizo. Precisamente,el etnocacerismose generaenesasdramáticascircunstancias comonatural reacción nativista ante aquella“pentagonización”. En cuanto a experiencia personal, hubieron dos casos que me impactaron de sobremanera, ambosproductode enfrentamientosarmados conpelotonessenderistas.El primero en las alturasde Tomaykichua(Huánuco),afinesde 1986, cuando luego de darle alcance a uno de esos pelotones en las orillas de la laguna Chinchobamba, se dio la inevitable balacera nocturna con el saldo de cuatro senderistas muertos y un soldado herido, además de una menuda jovencita -también combatiente senderista- impactadaen el brazo y en el tórax, que casi agonizante imploraba agua; ante lo cual le brindé mi cantimploraayudándolaa sorberel líquido. Se bebió todo el contenido, y en medio de aquel anochecer serranoagonizabatendidasobre la hierba, conmigo a su lado. Con voz tenue balbuceaba que cuidaran a su hijitaque estabaental pueblo,cuyo nombre no capté. Y yo no sabía qué decirle, acaso pedirle perdón... Lo ciertoera que no me sentía“orgulloso”en lo absoluto. Todo lo contrario; por lo menos reconocía para esa muchacha más respeto que a los pillos del Congreso que cacareaban sobre su repugnante “timocracia”. El otro caso que me impactó, ocurrió en marzo de 1990 en Jatun Huasi, hacienda abandonada en la circunscripción de la SAIS “Túpac Amaru” en Junín. Ahí, en medio de un enfrentamiento iniciado al medio día, fue que al avanzarcon unoscuantos soldados hacia los cadáveres senderistas con intención de recoger sus fusilesymochilas,aparecieron súbitamente desde las elevaciones, francotiradores que nos obligaron a “zambullirnos”en unriachuelo próximo, cuyo talud nos serviría de parapeto. Apenas podíamos movernos, puesel fuegoarreciaba,noquedándonosmás opción que sacar piedras del lecho para “elevar” el parapeto para estar más a seguro. El otro resto de la patrulla, como a 200 metros, tampoco podía acudir, pues se encontraba a raya por los francotiradores. Y a nosotros el agua gélida nos acalambraba constantemente. Y así comenzaron a pasar las horas de hostigamiento. Muchos de nosotros pensamos que de ahí ya no saldríamos. Fue entonces que me asoló una angustia, no por la posible muerte que veía muy cercana, sino por no habersiquieraintentadomuchascosas que pretendí...perosinatreverme: decirle a tal chica que me gustabao increparle atal general que eraun ladrón... pero que “ahora” ya era demasiado tarde. Fue recién la llegadade lanoche loque nos permitiósalirdel atolladeroy reunimos con el grueso. Desde entonces me volví “hereje”. Si se quiere, un “achorado” curado contra el susto. Pero más allá de mí casuística personal, creo que en aquella guerra interna se dieron dos tipos de conductas operativas en el Ejército: los combatientesy lossicarios. Losprimeros -lagranmayoría- simplemente combatimos “fusil contra fusil” con las respectivas bajas de ambos lados, en “buena lid” (si así se puede describir una guerra entre compatriotas). Los segundos, a su vez, jamás combatieron “fusil contra fusil”, sino que ultimaron gente desarmada, ya sea rendida o ajena al conflicto; degenerándose en los Accomarcas, Cayaras, Ayahuancos, BarriosAltos,Cantutas,etc...en donde no hubo “enfrentamientos”, sino cobardes asesinatos contra gente desarmada y/o inerme. Estoy convencido, pues, que entre quienes combatimos como soldados, tanto subversivoscomo contrasubversivos , sí que puede haber “verdad y reconciliación”, mas no entre quienes actuaron como despreciables sicarios: cobardes que mancillaron aquel fratricida conflicto. Me parece, entonces, una distorsión mental que se pretenda generar “héroes” del tipo Giampietri, alias el “Grau del Frontón”, o del “Aníbal de Cayara” como el Gral. Valdivia... lo cual conllevaría a reconocerle calidad soldadesca a sicarios como Martín Rivas o Telmo Hurtado. Definitivamente, lo que más lamento de esa guerraes haberarriesgadoel pellejo poruna“democracia”tan envilecidacomola de laRepubliquetaCriolla, que por donde se le hinque el dedo sigue reventando pus.
  • 19. 19 - Y en todas aquellas bajas que sus patrullas le infligieron a los pelotones senderistas, durante su estadía de varios años en las zonas de emergencia, podría referir -si no es indiscreción, por cierto- ¿cuántas le correspondieron específicamente a Ud.? -Claro que es una Indiscreción de parte suya. ¡Nos matamos entre compatriotas! Y no es que tema, de revelártelo, las “implicancias” de una investigación... Total, la Comisión de la Verdad ha sabido, si cabe la palabra, respetar los avatares de los enfrentamientos armados “fusil contra fusil”, ya que su labor se ciñó específicamente alasviolacionesde losderechoshumanos,cosaque en mi “modus operandi” jamás se dio, pese a las mañosas conjeturas que podrían tejerse. -Me acuerdo, en la revista Caretas, que se le tipificó como el “temible Corpus Christi”, acusándolo de “potencial genocida” en las serranías de Huánuco de a mediados de los 80’, ¿qué respondió al respecto? - Zileri (Directorde Caretas -N.del A.) ha sido, más bien, estupendamente tipificado por César Hildebrandt como el “Pedro Navaja de la prensa peruana”. Y, pues, ese Pedro Navaja llegó a acusarme, o mejor dicho calumniarme,de abigeo,asesino,ladrónyque incluso“nome violé a unaviejitaporque le faltabaundiente” (risas)... -¡No le creo! - Fue textual. - ¿Y quién fue el autor de ese artículo? No creo que haya sido el mismo Zileri. - No; fue el animal de Enrique Chávez, que entonces fungía de “humalólogo”. - Pero,ciertamente,Ud.tuvo como seudónimoel de “Corpus Christi”; vaya, vaya, el cuerpo de Cristo, ¿Por qué? - Jamáslo he negado. Ademásnosfueronimpuestos los apelativos. Así se estilaba. Por lo “normal” eran de índole guerrera o hasta mitológica, como parte de la guerra sicológica. Huelga referir que también los mandos subversivos y su militancia en general recurrieron a los apelativos o seudónimos, aunque de tipo común: “Artemio”, “Gonzalo", “Feliciano”, etc. En mi caso particular-enaquellos años 1985 y 1986- sucedió que los apelativos aplicados por el Mayor Jefe de Operaciones de mi batallón, o sea, el S-3, fueron originalmente de índole “feroz” para con los oficiales destacadosa las bases contrasubversivas: Konan, Descuartizador, Hitler, Destripador, Therminator, Bestia, Destructor, etc., sucediendo que al enterarse el General de la División, que entonces tenía su sede en Huancayo (31ava. Divisiónde infantería),esteexclamó:“¡Carajo,estos seudónimos parecen que fueran del pabellónmás hamponezco de Lurigancho! Que no jodan: ahora se denominarán Juan, Lucas, Pedro, Pablo, Mateo, Simón...”,yamí -comosubteniente jefe de patrulla- ya no me alcanzaron los nombres apostólicos, que se agotaron con los capitanes jefes de base; me tocó el de “Corpus Christi”. Así de anecdótico. - Algo gracioso, sin duda. Bueno, entiendo su reserva en cuantificar sus bajas particulares, pero - perdóneme la insistencia- ¿cuál fue la sensación en el momento del enfrentamiento mismo, en que se le dispara y quita la vida al adversario, en esas circunstancias en que defendía al “Estado Criollo’’, tal como Ud. lo denomina? -Deboprecisarte,nolo olvides,que soymilitar,hombrede armas.Ésa es mi profesión; por consiguiente, he sido entrenado para eso. Te diré, entonces, que si bien es cierto es sumamente intenso el momento del enfrentamiento, osea,de la“balacera”; enel caso, o loscasos particularesque me tocóvivir,tuve la ventaja de iniciar el enfrentamiento antes que el adversario me lo inicie... - ¿Qué quiere decir? - Que yo los vi primero antes que ellos a mí; lo cual es decisivo. El denominador común de todos mis enfrentamientos fue que siempre, luego de días o semanas de caminata, lograba darles alcance a los pelotonessenderistasy madrugadosdesde retaguardia,porsupuesto, luegode haberdejadomedia patrulla rezagada y -cuando nos desplazábamos montados- con varios caballos reventados, o sea, muertos de cansancio;locual era natural enmediode esa guerra que tambiénse caracterizóporser eminentemente de movimientos.
  • 20. 20 - ¿Acaso los emboscaba? - No, porque jamás tuve la oportunidad de anticipar sus itinerarios (de los pelotones subversivos) y poder “aguardarlos” para cogerlos de sorpresa. La verdad sea dicha, jamás me enteré de un solo caso en que el ejércitoemboscase alossubversivos.Loque sucede es que lafuerzainsurgente porlonormal esclandestina y, por ende, no se sabe dónde se ubica; lo contrario de la fuerza contrasubversiva, cuya ubicación (bases, cuarteles,etc.) espúblicay, porconsiguiente,másfácilmente“emboscable”ensusmovimientos.Enmi caso, sólo lograba darles alcance y avistarles por detrás, por lo que solía abrir con los soldados que me acompañaban en esos instantes -y sin esperar a los rezagados- los disparos en los primeros diez a veinte segundos...vale decir,losmásque suficientespara hacerles las primeras dos o tres bajas, ya sean heridos o muertos... - Pero, se supone que la reacción senderista sería igual de letal... - No, por lo menos en aquel primer minuto de combate, ya que la reacción instintiva del adversario “sorprendido por detrás”, al ver al primer camarada acribillado “desde no sabe dónde”, consiste en escabullirse detrás de una cubierta o de un abrigo para salvar el pellejo. Puro instinto de conservación. Es decir, tenían que perder valiosos segundos en correr y “agachar cabeza”, sicológicamente alterados y angustiados en no saber “de dónde mierda les disparaban”. Ya hasta que lograsenreaccionaradecuadamente,vale decir,recobrando el contactoentre ellos,yaseapor la voz o por la vista,para adoptar determinada forma de acción, pues para entonces -pasados varios minutos- ya estaban arribando mis rezagos, incrementando nuestra potencia de fuegos, no quedándoles a los adversarios más opción que huir y a nosotros, luego de recoger las armas y demás pertrechos dejados por ellos, seguirles, pero ya con escasas posibilidades de retomar contacto, dado el agotamiento de la gente. Más bien, daba cuenta por radio a mi Puesto de Comando, indicando la ruta de huida a fin que los helicópteros sembrasen las patrullas convenientes, que por lo común, no lograban reubicarlos, o simplemente-dadalapocadisponibilidad de estas naves- despegaban con días de tardanza, y si la orden se le daba a determinada base, por la lejanía en varios días de caminata a la zona del enfrentamiento, sus patrullas rara vez lograban encontrarse con el pelotón senderista. - ¿Qué procedimiento adoptaban con los heridos? - Era excepcional hallar, en ambos bandos, heridos. No por “maldad", te lo aseguro. - ¿Sino por qué? - Por “seguridad”. Locual es simple de explicar: Cuando queda alguien tendido en medio de la balacera, lo mejor, si está herido, es que logre cubrirse, de alcanzarle las fuerzas. Sino que rece mientras se hace el “muertito”,porque todosloscombatientesadversariosle “aplicarán”definitivamente su respectivo “balazo de seguridad”, ya que el herido puede también disparar. O sea que al herido se le mata y al matado se le remata. - ¿Una especie de “repase" a la chilena? - No;el repase era uncrimende guerra,porque se efectuaba “post combate”, en cambio lo que te describo se efectuaba en pleno combate. A lo sumo, el herido lograba agonizar en el post combate. - ¿Y cuál era el procedimiento para con los muertos? - Identificarlos,paralocual se nos “aconsejaba”portarun tampóny papel,paratomar las huellas dactilares, que por supuesto muy pocos hacían. - ¿Acaso, como se ve en las películas de Vietnam, se les “cortaba las manos”? - Escuché versionesal respecto,peronunca fui testigo de eso. En mi caso, simplemente les enterraba o los dejabaenel sitio,encargando aloscampesinos de las aldeas más cercanas que les dieran sepultura y hasta que leshicieranmisa,tal comoefectivamente sucedióen SanJosé de Quero -enlasinmediacionesde la SAIS Túpac Amaru- en Junín, creo que en marzo de1990.
  • 21. 21 - ... Como un buen Corpus Christi. - ¡Era lo que indicaba el sentido común y no la estúpida reglamentación emanada del Pentágono y que se repetía como “chicheñó” en nuestra Escuela de Guerra! III LOCUMBA, EL MITO Y EL “MITOLOGIZADOR” - ¿Y cómo se da ese tránsito entre esa “Logia Etnocacerista” surgida de la guerra sucia (Como reacción ante la “pentagonización”) y la rebelión de Locumba? - En aquella logia siempre fuimos conscientes de la necesidad de una rebelión que rompiera la cadena de mando entre un generalato pentagonizado (y corrupto hasta la médula) y una joven oficialidad libre pensadoraypor ende emancipadade los parámetros del establishment. Se puede decir que se trató de un conflictogeneracional-castrense.Losingulareraque aquel “libre pensamiento", o herejía, se sustentaba en la etnicidad (factor etnocultural) antes que en la lucha de clases (factor clasista). Además esa “cadena de mando”que prescribe (jerárquica comomoralmente) que el soldadoobedezcaal cabo,este al sargento,este al oficial subalterno y así sucesivamente hasta el mariscal, hacía mucho tiempo que había colapsado moralmente,tanto por cuestiones de corrupción como de “guerra sucia”... La institución había ingresado a una espiral de descomposición que llegaría a su clímax con la vladimirización del Alto Mando. Y es que la FuerzaArmada-“Ejército”,cadavez más,degenerabaenFuerzaArmada-“banda”. Había,pues,un catalizador insurgente dentro de los cuarteles ¡La rebelión etnocacerista era inexorable! Es así que cuando era destacado a cualquier guarnición lo primero que me planteaba, ni bien pisaba mi nuevo cuartel, era la “técnica”que debía aplicarpara levantarme ala tropay capturarme al (vladi)general.Locual, efectivamente, hice el 29 de Octubre del 2000 en Locumba, cuando tuve que ponerle una pistola en la sien al General Bardales, Jefe de la Sexta División Blindada... - Eso fue en Fuerte “Arica" el 2000... - Si, en Fuerte Arica, en la madrugada del 29 de Octubre. - Tengo parientes militares y ya me imagino la repercusión que debe haber causado entre los generales la “herejía” que un mayor someta a punta de pistola a un general y a un coronel delante de la tropa... Y bueno ¿cómo fue ese episodio? - El convoy rebelde, que ya había abandonado el Fuerte, sufrió un percance en la cuesta de Toquepala. Se había averiado un camión MAN, precisamente el que encabezaba la columna. El radiador humeaba. Fue entonces que en un jeep me interné por el desierto hasta encontrar un campamentoendonde recogíagua para enseguidaretornar. Laiday vueltame tomóveinte minutos.Peroal retorno, me topé con el General, conjuntamente con el Coronel Jefe de Estado Mayor y una pequeña escolta, que habían dado alcance al convoy. La tropa estupefacta en las tolvas de los camiones y con los fusiles en ristre no sabía a quién obedecer: si al general o al comandante (mi hermano), los cuales no atinabana nada, salvomirarse lascaras. Percibíque aquel que metierael “primer carajo” se adueñaría de la situación, vale decir del mando de tropa. Fue entonces que sin siquiera terminar de bajar del Jeep, desenfundé mi armay a medidaque me aproximabale apunté al general,aquienle “ordené” que levantara lasmanos y se laspusieraenla nuca,para a continuacióndespojarle de su armay simultáneamente indicarle a Ollanta que desarmara al coronel. Así se les hizo prisioneros y la tropa terminó por subordinarse. - ¿Y cómo así lograron apoderarse de la mina Toquepala (Southern Perú Cooper Corporation); acaso fue una emulación a la captura de la refinería de Talara (Internacional Petroleum Company) por Velasco, acaecida 32 años antes? - En cierta manera, sí. Comprendimos (incluido mi padre, que nos “asesoró” en el planeamiento, particularmente a mí, cuando lo finiquitaba aún en Lima) que era necesario políticamente capturar el enclave cupríferotransnacional más importante delpaís,aunque sólofueraporhoras.Había que “mear” ahí. En cuanto al ingreso a la Mina, tuve que adelantar, ya no en el Jeep, sino en el propio “camionetón” del general (poniéndolo a él de chofer con un arma apuntándole), con dos sargentos al asiento trasero y tres
  • 22. 22 reservistas en la tolva. Así nos presentamos en la garita de ingreso a la Mina, cuyo jefatura de seguridad - coincidenciasde lavida- estabaacargo de un ex oficial EP que había sido mi “técnico" en la Escuela Militar. Tuve que fingir que había sucedido una volcadura de un camión del Ejército y que requería de un vehículo similar para recoger a los heridos y trasbordar los pertrechos. Fue así que envié el reemplazo y el convoy pudollegar-conOllanta- aToquepala,endonde permanecimosporochohoras, tiempoenel que ademásde emitir el “Manifiesto Etnocacerista”, nos avituallamos para iniciar la “marcha de remembranza etnocacerista" (sic) internándonos por las serranías de Puno, Moquegua y Tacna. - ¿Y este General, al que Ud. había "degradado” a soldado raso, al ponerlo de chofer, que decía? - Definitivamente,el momentomáscrucial fue enlos“eternos segundos”entre la conminación que le hice - mientras lo apuntaba con una pistola- para que levantara las manos y las pusiera en la nuca, y el acatamiento mismo; pues como que percibí, en nuestro cruce de miradas, cierto hálito de resistencia. Es evidente que si se hubiera negado resueltamente, y encima delante de la tropa, me hubiera puesto en un gran aprieto, pues no hubiera tenido más alternativa que dispararle a la pierna, dado lo imperativo de las circunstancias. Ya con el dominio pleno de la situación, una vez embarcado el vladigeneral y su empleo “como chofer",latensiónhabíadisminuidoparcialmente. Mientras conducía, esporádicamente desviaba la vistahacia mí como queriendoreconocerme entre lacorporaciónde susoficiales,porsupuesto,inútilmente. Fue entoncesque,conel finde fijarme unaideade su personalidad,le pregunté si habíaservidoenlas zonas de emergencia, a lo que lo me respondió afirmativamente. Y esta indagación la hice porque -con mi experienciade combate enaquellas zonas- podía“medir”,soloconlasrespuestas,el tipode profesional que tenía ante mí. A continuación le pregunté si había tenido enfrentamientos con los grupos subversivos, a lo que también respondió afirmativamente. Hasta ahí, todo normal, pero cuando le repregunté “cuántos (enfrentamientos)habíansido”,se me revelócomountorpe fanfarrón: “sesentisiete”... ¡Ni Andrés Avelino Cáceres! Ahí terminó por ganarse mi desprecio. Evidentemente, no había pasado de ser un oficial de escritorioexpertoen“fabricarse”partesde combate yestarprestoa colocarse entre lasargollasde turno de los corrompidos altos mandos. Además, en aquella selección darwiniana “al revés” que rigió durante el vladimirismo castrense, el solo haber llegado a general ya era un signo de alta delincuencialidad. Fue entonces que le ordené que hiciera alto y se pasara, ahora con las manos atadas a la espalda, al asiento trasero,poniendoaunode los sargentosal volante. Desde entoncesse le tratócomoa cualquier prisionero, sin consideración especial a su alto rango. Ya en Toquepala, el hombre era un manojo de nervios que balbuceabacuandole increpabasudeshonorimplícitoal acatarlas órdenesde latiranía.Durante el resto del trayecto, hasta el caserío de Muylaque, en donde se le liberó (al día siguiente), ya era un individuo destrozado anímicamente, humillado a consecuencia de su carencia de genuinos valores patrios. Evidentemente, con la captura de este general, habíamos pasado el “punto de no retorno”. - Pero también hay algo “nebuloso" en aquella primera rebelión etnocacerista; me refiero a la versión de la famosa “cortina de humo”, el “Karisma” y el subsecuente vínculo con Montesinos, de lo que mucho se ha hablado... habida cuenta de la “coincidencia sospechosa” que tanto la insurgencia de Locumba como la fuga del “Doc” se efectuaron un 29 de octubre, e incluso han salido a la luz varios registros de llamadas entre un celular asignado a Montesinos y Fuerte “Arica” aquel mismo día. ¿Qué puede decir al respecto? - Te aseguro que a lo sumo fue “casi” una coincidencia... - ¿“Casi”, cómo es eso? - Que enrealidad larebeliónetnocacerista“del 29 de octubre"no fue el 29 sino el “28 de octubre” del 2000. Si se trata de ser exactos, seámoslo. El sábado 28 de octubre a las 9 PM un grupo de reservistas y yo estábamos en Camiara aguardando al convoy que -se suponía- saldría de Fuerte Arica (distante a 6 kms) para embarcarnos y enrumbar hacia Toquepala. Ei convoy no llegó a esa hora, sino tan solo mi hermano conduciendoun jeep, a eso de la 11:00 PM, para avisarme “que la oficialidad se había chupado" (no habían retornado de su salida de franco en la ciudad de Tacna), y asimismo me consultaba la posibilidad de “suspenderloo postergarlo’’,aloque le hice ver que de todas maneras, aún sin más oficiales que nosotros dos,debíamosseguiradelante, pues-conel serviciode soploneríaque erael SIN- en cuestión de horas ya se sabría este intento y terminaríamos presos. Fue entonces que me “chimbé” conjuntamente con varios reservistasenel jeepy juntoconmi hermanoingresamos al Fuerte.Eranaproximadamente las 11:30 PM del 28 de octubre.Nosdemoramoshastalas3 AM, ya de la madrugadadel domingo29 de octubre,para salirdel
  • 23. 23 cuartel con las tropas embarcadas y avituallados para la tarea. A las 6 AMde aquel domingo ingresábamos sorpresivamente a Toquepala y a las 10:00 AM emitíamos el Manifiesto Rebelde. Es decir, que cuando se efectúan aquellasllamadasdel “Karisma”, nuestro convoy estaba a 80 kms de Fuerte “Arica”. Pero, además existe un dato inobjetable que termina por despejar toda duda: el Manifiesto Rebelde, tipeado por mi esposa en computadora, pero con la fecha en blanco, fue llenado a lapicero allá en Toquepala. ¿Por qué? porque lo confeccioné varios días antes, cuando el vladigeneral Villanueva Ruesta era el Comandante General del Ejército;sinembargo,nologré enterarme (durante mi trayecto de Limaa Tacna) que latarde del 28 de octubre acababa de ser reemplazado por su colega Walther Chacón Málaga... ¡y en el Manifiesto aún figuraba el anterior! - Bueno, esto aclara el panorama y no deja dudas al respecto, que por cierto resurgieron como por arte de magia en la campaña electoral del 2006... sin embargo quisiera que me dé su interpretación sobre las llamadas del “Karisma” a Fuerte “Arica”. - Puedoimaginarme -poniéndome en los zapatos del prófugo Montesinos- que en altamar, al enterarse de “una rebeliónmilitar”(considérese que el Gral. Bardales es capturado a las 3 AM del 29 de octubre y que el otro capturado, el coronel Chaparro, que había sido liberado en el mismo sitio en donde dieron alcance al convoy, avisó a más tardar a las 6 AMdel hecho al cuartel general de la 3ra Región-Militar; determinando que la informaciónyacorriese como reguero de pólvora por todos los cuarteles de país, y obviamente con más detallesenel SIN que seguía “fiel”aMontesinos),repito,entoncesel “Doc”al ser informadopor radio o celular,enel “Karisma”,obviamente tuvocomoprimerareacción indagarsobre el “quién, dónde y cuándo”. ¿Qué debióhacerentonces?Puesllamaral cuartel del Fuerte “Arica”, seguramente esperanzado en que el vladigeneral Bardales -colocadoporél- se hubierasublevado(asufavor) “contra el chino”.Esto era lógicoen esasdramáticascircunstancias enlasque -como ya se sabe- se acababa de frustrar un intentode golpe de la cúpulamilitarcontraFujimori (enla que se pretendió entronizar al “vice” Tudela). Pero, lamentablemente para Montesinos,la rebelión era por parte de un par de oficiales de mando medio que en su Manifiesto lo sindicaban, a él y a su socio, como “delincuentes y traidores a la patria”. - Entonces, aquella rebelión comenzaba a “revolucionarse”, ¿no lo cree? - Por supuesto; fui siempre consciente de eso: El desconocimiento de! Alto Mando determinaría también el desconocimiento de la presidencia de la República, mejor dicho de la “republiqueta". Es decir, de ninguna manera podía ser algo “instituclonal”, “doméstico”o“sindicalero”,tal como había sidolaconspiración(puesnollegóacristalizarse enrebelión)del Gral. Salinas el 13 de Noviembre de 1992, que ni siquiera tuvo un Manifiesto Político. - ¿Pero, todo este “alboroto”político-republicano, si así se le puede denominar, que ustedes los Humala han generado en el país, estaba planeado, sucediendo que después las cosas se les salieron de control? - Creoenla desencadenaciónhistóricay –dentrode ella- enlaincidenciadel liderazgo.Ese “alboroto”que tú aludes, enrealidadconstituye unafase del gradual “cambio de frente” en un Perú cada día más desbordado por la inexorable cholificación. Y, bueno, nosotros (mi padre y yo, dentro del “clan familiar”) simplemente procuramos discernirle el rumbo ideológico y político, en base a la reivindicación de una identidad que lo proteja(aaquel proceso) de lavoracidaddesintegradorade laglobocolonización.Entonces,al margen de un planteamientoideológicoteníaque haberuna“ejecutividad”plasmadaenunpar de rebelionesarmadas, un periódico,varioslibrosy -enfin- todounaparato partidarioetnocacerista... Por supuesto que de por medio fue decisivoel “factorcojones”.Fue,pues, en el aspecto de “fabricación del líder” que erramos. Ollanta -el menos lector de la familia- no estuvo a la altura de las circunstancias históricas y degeneró de mito (pre- fabricado) en caricatura precozmente acriollada, muy aparte de sus insalvables vacíos éticos. No obstante, este errores plenamente superable, puesto que la base social de ese “alboroto republicano” se mantiene prácticamente intacta. - ¿“Intacta”, pese a la “caída libre” electoral de Ollanta que en la primera vuelta de marzo 2006 obtuvo 31%, y que en las regionales de seis meses después (noviembre 2006) no llegó al 7%? - En tanto la “cholificación hirviente y legítimamente resentida” marque la pauta social en el país, aquel potencial -más allá de los vericuetos electorales- siempre estará ahí, a veces refugiado en el voto viciado, nulo o blanco (a manera de repudio político y sociológico), como también en la insurgencia armada, el achoramiento popular o en el éxodo al extranjero. Lo que a su vez suele “enchufarse” en el liderazgo con
  • 24. 24 ejecutoria contestataria in situ, ya sea genuina o postiza (“prefabricada”). Así, podríamos explicarnos el “efecto cuatro suyos”, el "efecto Locumba" y el “efecto Andahuaylas”... con el “defecto” de haberse enironizadopostizamenteaToledoe inclusiveaOllanta,que si bienescierto-en el caso de este último- fue el comandante del batallónsublevado,alasveinticuatrohorasya no teníamos más que dos o tres soldados, terminando -él- porrefugiarse enunaIglesiayluegoenunapartamentocitadinoenTacna,divorciado de los millares de reservistas que desde el segundo día subieron a las serranías moqueguanas y desalojaron al Ejércitode la zona“liberada".Yahí fue mi primera gran desavenencia con mi hermano. Yo quería hacer una revolución, mientras que él se limitaba al reformismo de tipo doméstico-“sindical“ o meramente “institucional”. Sin embargo, había que “guardar las apariencias”, y por ser el de más graduación, solo por éso,se le entronizócomoel "líder”que suscribíael ManifiestoEtnocacerista¡sinsiquierasaberel significado de ese término! Sin embargo, había nacido el “mito” para unas masas sedientas de esperanza. - Detálleme, a ver, este aspecto del “nacimiento del mito”... ¿cómo fue? - Esta, digamos, “ansiedad mítico-social” de los sectores populares, la percibí en mis correrías por las serranías moqueguanas y tacneñas, al mando de los contingentes reservistas, ya en la etapa “no convencional"ymásprolongadade aquellaprimerarebelión.Sucedía que en todo caserío o aldea en la que entrábamos, la gente se apiñaba, dejando sementeras y ganados, para recepcionar jubilosamente a sus “hermanos reservistas”, y viendo que el que comandaba era yo, se me aproximaban y abrazaban, llamándome “Ollantay” u “Ollanta”, a lo cual me agotaba en explicarles que no... que “yo no era Ollanta”, para inmediatamente serauxiliadopor unoque otroreservistaque loscalmabadiciéndoles “no, él es el My. Antauro, el hermano”. Por supuesto que la efervescencia no menguaba, pero quedaba un hálito de incertidumbre.Los campesinos, entonces, sin siquiera dejarme saborear los alimentos que nos brindaban, me asediaban a puntade preguntas:“¿Y dónde estáel comandante?”(estaba-yaenese entonces- refugiado en la Iglesia de Moquegua, a lo que piadosamente mentía: “¡está al mando de 400 reservistas, marchando por lasalturas de Arequipa...!”);“Mayor,su hermano debe ser más alto que Ud., ¿no es así?" (Ollanta mide 1.71 y yo 1.77, perotenía que seguirinsuflandoel “mito”,diciendo: “claro, él es mucho más alto que yo”); y como me veían todo hambriento, flaco, barbado y huesudo, por lo extenuante de la campaña, ellos proseguían: “Mayor, ¿acaso el comandante Ollanta es así, ‘tan flacuchento’ como Ud.?” (Ollanta es “guatón”, pero yo respondía inoculándoles optimismo, pensando con perspectiva sicosocial: “¡No! él es recontra-maceteadazo”)... Y es así que me iba percatando que mientras no lo vieran, tanto mejor, además estocontribuíaa colorearde excitaciónrebeldelacotidianidadde nuestrassencillasgentes;de manera que, así, “imaginado”, Ollanta carecería de defectos y se endilgaría todas las virtudes. La idealización se mantendría, pues, en tanto menos visualización directa tuviera. Ese sería el secreto del mito. - ¿Y su hermano estuvo de acuerdo? - Su acuerdo o desacuerdo era irrelevante; estaba siempre ausente. Primero, en aquella primera rebellón etnocacerista, como ya es sabido, desde el segundo día ya estaba refugiado en la Catedral de Moquegua para despuéstrasladarse aTacna, endonde se escondióenlacasa de una parienta en donde vio la rebelión por TV.Luego,una vez amnistiadosylibresse mantendría“encapsulado”dentrode la institución castrense, a la que había sido reincorporado para después “recontra ausentarse” en las agregadurías de París y Seúl. - No causa menos que sorpresa el “escondite” en la iglesia de Moquegua, y la verdad, a él -Ollanta- casi ni se le vio en aquella gesta, más bien sí a Ud... Pero, dígame ¿acaso esto no le resta a la “heroicidad mítica” que Ud. propugnaba en su hermano? - Claro,motivo porlo que lomantuve enreserva,peroque ahora ya no se justifica. La verdad, yo me enteré de su “escondite”, sino hasta la segunda o tercera semana de la rebelión aquella, cuando ingresé a Moqueguaal mandode ochocientos reservistas. Es más, sería mi hermano Ulises quien -casi jocosamente- me confirmaría esto,conlo anecdóticoque el propioDefensordel Pueblo (Santistebande Noriega-N.del A), también lo supo y que inclusive lo llegó a encontrar. - Y no lo hizo público... - Susrazonestendría.Creo que tambiénpercibióque eramásconvenientemantenerlageneración del mito; total, lo principal era que Fujimori cayera.
  • 25. 25 - ¿A propósito... y donde se refugió Ud., pues trascendió que se quedó entre las serranías de Moquegua y Tacna? - Luego de llegar con todo el convoy motorizado hasta el pueblo de Calacoa, en el alto Moquegua, dado el agotamiento del combustible, decidimos -amboshermanos- separarnosparareunimos en Muylaque. Ollanta iría en unos cuantos vehículos que aún teníanalgo de petróleo,llevando mediadocenade soldadosyal general prisionero;yyo, con el grueso de la tropa -una cincuentena- a pie, debería trepar la altura y bajar hasta Muylaque en ocho horas de marcha. La reunión jamás se logró, pues cuando coronábamos el "abra” aparecieron los helicópteros, provocando -luegode unbreve intercambio de disparos- la dispersión de la tropa. Solo logramos pasar ese abra, quien habla,un suboficial (“Amilcar”) y dos soldados; siendo el resto capturados en el trascurso de las siguientes horas y días.Como avistamosque enMuylaque había aterrizado un helicóptero, decidí bajar a la quebrada, en donde pernoctamos en una cueva. En los siguientes días, “esquivando” las patrullas del Ejército, alternaríamos entre las chozas de los campesinos, los cuales no cesaban de apoyarnos, hasta que los contingentesreservistas,pasados tres o cuatro días, comenzaron a llegar a la zona. Fue entonces que pude tomar contacto con ellos e iniciar la segunda fase de la rebelión, de marchas y contramarchas en la cual, dada la magnitudde lamovilizaciónreservista,el ejércitoactivooptópordesocuparlazona a fin de evitar el desprestigio de enfrentar a sus ex soldados. - Dígame, ¿a qué cantidad de efectivos llegaron los contingentes reservistas? - Su apogeo fue enlasegundasemanade noviembre. Ahí, en la “lista de revista” que ordené efectuar en el caserío de Quinistaquillas (cerca de Ornate), se llegó a contabilizar casi dos mil reservistas, en su mayoría tacneños, moqueguanos, puneños y arequipeños. - ...Bueno, es claro que su hermano se caracterizó por su “mítica ausencia”, durante y después de aquella rebelión... quedando Ud. acá, como el Humala “de carne y hueso”, ¿o no? - Efectivamente, y así, una vez desvelado nuestro mensaje político-ideológico etnocacerista, concentraría hacia mi todos los ataques furibundos de la prensa y politicastros criollos, cual “puntero mentiroso” que atraería a toda la defensa enemiga para luego “centrar” hacia el mito que bajaría del avión, tan solo para meter la cabeza para el gol del triunfo... - Sin embargo falló, no obtuvo la presidencia. - El “torpe” le dio en el travesaño. - ¿Cómo lo explica? - Por algo“trascendentalmentesimple”:Cuando se fabrica un mito mesiánico, se hace para el pueblo, para que así atice su “fe revolucionaria” en cuanto ansiedad colectiva. Es decir, consiste –ese mito- en la excitaciónde laesperanzapopular... Peroel personaje en sí,osea ese sujetomitificado,nodebe creerse -él- ensi mismo“unmito”.¡Y mucho menos cuando se lo han prefabricado! Y él (Ollanta) se lo creyó todo... en mediode unacampaña electoral ¡endonde losdefectossonacrecentadosyexplotados por los adversarios! - O porque no le costó nada, o casi nada, aquella empresa... - Claro, claro... uno no valora lo que no le cuesta. - Empresa que -reitero- de todas formas se les salió de control, ¿o no lo cree así? - Nodel todo,pues el proyectosocial consu respectivaempresapolíticacontinúaimparablemente, más allá del desborde electoral,ahoramás experimentadoy, porqué nodecirlo,“escarmentado”,pero también más sapiente. - Definitivamente,que hubo un trabajo titánico entre Locumba del 2000 y Andahuaylas del 2005; lo cual es un indiscutible méritosuyo y de los reservistas,¿perocree Ud., que esa, digamos,“batida de campo” en el aspecto político tuvo su correlato en el ámbito electoral, o sea en la “intención de voto” que el Andahuaylazo le endosóa Ollanta cuando el “mito” descendía de las escalinatas del avión proveniente de Seúl, estando Ud. ya cautivo en Piedras Gordas?
  • 26. 26 - Me dediqué,en efecto,durante loscincoaños subsiguientes a expandir el mito con su contenido político- ideológico... hasta el “Andahuaylazo" de enero del 2005. Y es que había que ser CONSECUENTE entre el dicho y el hecho. Agregando que eso serviría como formidable trampolín electoral para el “Mesías” que llegaba del “exilio”, por más dorado que fuese. Si bien es cierto que por lo de Andahuaylas tuvimos -los etnocaceristas- muertos, heridos y cientos de presos... aquel costo social se justificaba en la medida que proyectábamos, a quien suponíamos uno de los “nuestros”, a Palacio de Gobierno. Refiérase –y esto es un dato que jamás pudo “digerir" Ollanta las veces que discutíamoscuandome visitaba, acá mismo,enestacelda de Piedras Gordas que a las dos semanas del “Andahuaylazo”, cuando la TV y prensa criolla pasaban cada diez minutos (mañana, tarde y noche), la ultimación a sangre fría de un policía herido sobre el pavimento de un puente por el llamado “Centinela” (que resultóserunmiembroactivo del Ejército, infiltrado)... pues en esa coyuntura la Universidad de Lima publicaba una encuesta circunscrita a Lima Metropolitana que otorgaba al etnocacerismo 34.9% de aceptación.¡Yeso que siempre nuestraaceptacióna“nivel nacional”duplicao triplicabanuestros márgenes “urbano-limeños”!,OllantajamáslogrósuperarenLimael 18%. Conestoquiero evidenciar que el “endose” que le dimoselectoralmentefue disminuidoporél a causa del acriollamientode sudiscursoyel subsecuente abandono de aquella radicalidad, que precisamente encarna el “achoramiento y rabia arguediana” que su postizo entorno -ya no el "clan Familiar" con el cual rompió- miraba y mira con pavor. Por lo tanto, fue él quien se divorció de aquella “potencialidad” genuina que, de todas formas -más allá de la decepción electorera- sigue ahí:explosivaya laexpectativa.Se puede decir,entonces, que lo que se “salió de control” fue solamente el envilecimiento de mi hermano y no la “adrenalina electoral” del país profundo. - Entiendoentoncesque Ollanta nunca fue etnocacerista, a pesar de ser un proyectopolíticodonde losdos eran los más importantes líderes, usted como lugarteniente “in situ” y él como máximo dirigente “extra situ”. Pero en definitiva: ¿en qué momento y en sí porqué se distanciaron específicamente? - Mi hermanojamásfue etnocacerista.Noformó,porconsiguiente,aquella“Logia”de tenientes fundada en 1989, ni tampocollegóa ser“fichado”,tal como acaeció con nosotros, como “proto subversivo”, por el SIN. No teníalo que se dice “inquietudsocial”.En1990, una disposicióninterna del Ejército nos quitaba “mando de tropa” a los etnocacerlstas, por considerar- nos “oficiales no confiables”, más aún en medio de la coyuntura de la Guerra Interna. Y si no nos dieron de baja, fue porque en los hechos resultábamos ser -los etnocaceristas- elementos de destacada operatividad en la lucha contra los pelotones senderistas. En mi caso, yo tenía en mi haber siete enfrentamientos armados y una herida de bala; mis compatriotas de la Logia, también estaban por ahí y además varios de entre ellos ya habían muerto emboscados... Entonces, dentrodel análisisdel SIN,esonoshacía“admisibles”dentrode laInstituciónaun- que sin lograr “descifrar” enqué consistíanuestra“proto subversiónypoca confiabilidad”. En todo caso, a mi hermano lo endilgaron como “el hermano del subversivo”. Y ante tal “vigilancia”, que a la postre dificultaría nuestra carrera ascendente,es que optamos -los etnocaceristas- por un “perfil bajo” para estar aptos para los procesos de ascenso,así como de recuperarla “confianza”ante un Alto Mando cada vez más vladimirizado. No se pudo; para 1998, año enque fui pasado al retiro, ya no quedaría un solo etnocacerista en el Ejército. No quedaba otra alternativa que esperanzarse en el “hermano” para nuestros planes rebeldes. Además de alguna maneraél tambiénhabría absorbido -asumanera- algode laformaciónideológicapaterna.Enese entonces, si bienesciertoya percibíasu faltade solidezideológica, entendí que podía compensarse en su proceso de maduración política así como por el vínculo filial. No imaginé que su posterior estadía en el extranjero le terminase “globocolonizandoel seso”.En cuantoa lo de Locumba,debe recordarse que OllantaeraTeniente Coronel yyo Mayor, o sea que él -además de ser más antiguo- tenía mayor graduación y el mando efectivo de la tropa por estarenactividady yoen retiro.Le correspondía“reglamentariamente”el mando técnico de la operación.Sóloeso;puesenel aspecto ideológico-políticoestaba“perdido”,locual se reflejó en el hecho que el respectivoManifiesto Político-elaboradopormí- lofirmasinsiquieraleerlo, allá en Toquepala. Es ahí en donde se darían los primeros distanciamientos... Como ya lo dije antes: revolución vs. reforma. A él le “espantaban”loscontingentesreservistasque organicé enlasalturas de Moquegua y Tacna, que a la postre sostuvieron en una secuencia de marchas y contramarchas aquella insurgencia. Debe entenderse previamente que aquella primera rebelión etnocacerista tuvo dos etapas. La primera “convencional”, con tropas regulares (cincuentay nueve soldados) que apenasduró dos días en los que casi todos “desertaron”; a su vez,la segundaetapa“noconvencional”,fue protagonizadapor tropas irregulares (dos mil reservistas) que providencialmente -desde Tacna, Moquegua, Puno y Arequipa- convergieron hacia las serranías de
  • 27. 27 Calacoa logrando hacer contacto conmigo, iniciándose así la “desocupación” de la zona por el Ejército; la cual duró(esaetapa“no convencional") cincooseissemanas, hasta la fuga de Fujimori anunciada por radio enlosmomentosenque ya ingresabaaTacna al mando de ochocientoslicenciados.Ollantaestuvoajeno,no solooperativamente sinotambién políticamente,atodoeste avatarreservista. Resulta que el reservista, es decirel licenciadodel Servicio Militar (o “mita castrense”), termina por lo general en la desocupación civil, vale deciren lasfaucesde aquel otro-máscruel- "ejércitode desempleados”, resintiendo en mucho mayor grado que el soldadoactivounacrisisrepublicanaenlaque el Estadole trata como “entenado” en su propia tierra. Entonces, para esta gente, aquello de las “reformitas” para preservar el Sistema estaban fuera de lugar.¡Había que “tirarse"al Sistemamismo!Porsuparte,el soldadoactivo,“autistasocio-políticamente”, a losumo que aspirabaeracobrar supropinade fin de mesy que su pailaestuvierallena.Se puede decirque - efectivamente- esa fue la diferencia de perspectiva entre mi hermano y yo: Reforma Vs. Revolución. Diferenciaque pocoa poco iría agravándose hasta la ruptura tota!, obviamente acelerado por sus falencias éticas elementales. - ¿Por qué cree que su hermano actuó así; cuales fueron los factores o personas que influyeron en él para dejar el etnocacerismo (por lo menos teóricamente, ya que según usted él nunca fue etnocacerista) y terminar siendo “solo nacionalista”, construyendo tienda aparte? - Por faltade perspectivahistórica,principalmente,comoyalodije al inicio,y lo repito ahora de la siguiente manera:porque está“catequizado"en funciónalosconceptosconvencionales de la Izquierda caviar que es “el límite de su radicalidad”, si asíse le pudiera llamar. Al respecto, el actual protagonismo de Carlos Tapia, nada menos que como “materia gris” del seudo nacionalismo, no puede ser más sintomático. Si a eso le agregamosla ansiedadmonetariaque generala“tía” Nadine (esprimade nuestramadre),nosexplicaremos el acriollamiento precoz de esa agrupación que cada día se desintegra más. Existe una famosa máxima respecto del generalato latinoamericano, que afirma: “no hay un general que resista un cañonazo de un millón de dólares"; pues bien, tengo la convicción que el “monetarismo” tuvo un rol determinante en la prostituciónelectoral de aquellafase del proyectoque giróespecíficamente en torno al “Comandante”. Fue así como la meritocraciamilitantese sustituyóporlachequeraoportunista,yesenese nuevoescenarioque, aprovechandomi cautiverio,se expulsó alosveteranos yaguerridoscuadrosetnocaceristasparasustituirlos por los Martín Belaunde, Alvaro Gutiérrez, Torres Caro, Meckler y compañía, viciando el proyecto; a tal extremo,que hubo unatemporadaenque bastabapronunciar mi nombre para que los “nuevos dirigentes” purgasen sin atenuantes al genuino militante fundador. Es decir, se toleraban simpatías hasta por Lourdes Flores, Toledo o Kuczinsky, pero en absoluto por el “monstruo de Piedras Gordas”. - ¿Cómose podría explicar,entonces,la compra del “kit electoral”,en julio del 2005, por su hermano? ¿No indicaba, acaso, que era “etnocacerista”? - Reitero:jamás fue etnocacerista. Y compró el kit para evitar, aprovechando mi cautiverio, que alguien de mi entornopartidariopordisposición míalohiciera. De esamanera, Ollanta, lograba anticiparse a cualquier campaña de recolección específicade firmas “etnocaceristas” que obviamente yo apoyaría resueltamente. Entiéndase que según las normas de la ONPE, basta con que cualquier particular adquiera un kit con determinadonombre,paraque nadie -enel períodoque tiene ese kit de validez (dos años)- pueda adquirir otro con nombre similaroparecido.Esasí que al hacerse poseedordel nombre “etnocacerista” mi hermano felonamente evitabacualquieriniciativade mi parte.Podíaentoncesconcentrar el esfuerzoenlarecolección para la agrupación partidariadenominada“PartidoNacionalistaPeruano”cuyo kit también había adquirido. Debe tenerse en cuenta, que el nombre de una agrupación política es fundamental cuando de procesos electorales se trata. - ¿Pero, entonces porqué aguardó hasta después del Andahuaylazo para optar por la vía electoral? ¿Por qué no inscribió al etnocacerismo antes? - Es que todo era parte de un proceso. Como se dice vulgarmente, “uno no puede limpiarse y después hacer...”. Y hasta antes del Andahuaylazo se estaba en la etapa contestataria, antisistema, insurgente e incendiaria, en la que no cabía recolectar firmas, pues hubiera resultado un “corto circuito" en nuestro modusoperandi expansivo.Yesque debíamosdemostrar, antes, que éramos consecuentes entre nuestros dichos y nuestros hechos, a fin que nuestras palabras no cayeran ante el pueblo como un discurso hueco. Fue entonces, recién a partir de la rebelión en Apurímac, que adquiríamos -ante el pueblo- la suficiente
  • 28. 28 solvenciamoral para ingresar a la siguiente etapa de inscripción partidaria. Además, con la llegada del tan promocionadoOllanta,conjugadaconel heroicocautiveriode losreservistas y la trascendencia épica de las barricadas andahuaylinas, se calculaba -tal como efectivamente acaeció- que en menos de seis meses se lograría la inscripción electoral. Lamentablemente, no se previó la felonía. - Es evidente que la inscripción del Partido Nacionalista se debió a la efervescencia popular generada por los etnocaceristas, pero entonces ¿por qué, si Ud. ya avizoraba la felonía, apoyó -pues fue público que los reservistas eran los principales recolectores de firmas- aquella inscripción? - No había más alternativa. Se suponía, además, que mi hermano era nuestra llave de libertad. Además,porentonces,aúnnose definíadel todo su posterior “deschave”. Créame que lo evalué desde mi celda de Piedras Gordas. No había más opción que apoyar, más aún cuando prácticamente se había impregnado en la mente popular una especie de “indisolubilidad” entre Antauro y Ollanta, que para gran parte del electorado era una sola persona, o, sino que aquella “pugna” no era más que una “estrategia”. Encima, la dramática intensidad de aquellos meses de persecución y cargamontón “oficial” contra los etnocaceristas, mi enclaustramientoycasi la total incomunicación con el exterior, definitivamente que me tenían mancornado. -¿Qué le dice el hecho que su hermano subraye el haber creado él el “Proyecto Nacionalista”? - Que,por miopíapolítica,confunde lagestación de unniñoconla partidade nacimiento.El parto de unniño requiere todo un proceso iniciado desde el romance precursor de los padres, la cópula, la gestación y el parto dolorosoysangrientode lamadre.Lo que ya viene después, la partida de nacimiento, no pasa de ser un detalle administrativoounmeroformalismo.Análogamente,el proyecto(etnonacionalista) se engendra desde lamemoriageneracional “pumatampu”,gestándoseluegoenlasenseñanzaspaternasde labiblioteca familiar, con la fundación de la logia etnocacerista, para después plasmarse en el parto de Locumba y la cesáreade Andahuaylas,bajolaspautasideológicasdel periódico que fundé. Es decir, todo un proceso que hasta llega a contabilizar sus mártires ahogados en el río Ene (distribuyendo el evangelio etnocacerista) o inmolados en las barricadas de Apurímac, así como sus centenares de prisioneros en las cárceles criollas. Esto, por supuesto, es "inentendible” para mi hermano que cree que “todo empezó” por generación espontáneacuandose fue a la ONPE a comprar el kit electoral... o sea, que todo “costó” setenta u ochenta solesque eralo que valía ese kit.Por ahí unose puede explicar unenanismomentalque,porsupuesto,debe satisfacera laembajadanorteamericanaque hace tiempolocontrolacomooposicióndomesticada gracias a elementos como Tapia y Murrugarra, voceros del “neo-nacionalismo caviar”. - ¿Está tratando de decirme, entonces, que Ollanta no sólo cometió una felonía ideológica, sino una más grave: de sangre. Ya que usted, no era, no es, el amigo “equis”; era el hermanísimo, y el que lo catapultó hasta llegar donde llegó; quedándose en el umbral de la puerta grande de Palacio, y ahí por sus marchas y contra-marchas, increíblemente, hizo abortar el proyecto, o más precisamente su fase electoral? - Creo que incluso ello es parte de un proceso histórico. Me voy a explicar más claramente como no lo he hecho antes: una vez amnistiados por lo de Locumba, como es público mi hermano es reincorporado al activo, pero yo no. Y es que el haberme “llevado” a un vladigeneral con una pistola apuntándole a la sien delante de todo un contingente de tropa estupefacta, entre Fuerte “Arica” y Toquepala, sumados a mis antecedentes “etnocaceristas”, resultaba una herejía espantosa para el Alto Mando así como para un Ministro de Defensa como Ledesma (gobierno de Valentín Paniagua) que -como general que era- se solidarizabaconel enojodel generalato ante tal “afrenta”.Al respecto,mi hermano Ulises me comentó que el General Cano (Comandante General de la Región Militar del Sur durante la insurgencia en Locumba) le había expresadoque "...lode Ollantaera‘pasable’, más no así la humillación que Antauro le había inferido al general Bardales,Jefe de Fuerte Arica...”.Pormi parte, consciente del potencialpolíticode losreservistas, así como de lanecesidadde unmediode expresiónque llenara el vacío (etnonacionalista), es que fundé el periódico“Ollanta”cuyonombre tuvolaanuenciade mi hermano.La verdad es que toda la familia pensaba que mi iniciativa sería un fracaso “que a lo sumo llegaría a su tercer o cuarto número”. Fue un éxito total, políticocomo empresarial. Enochomesesyase superabael tiraje de ciento sesenta mil ejemplares y sin un centímetrocuadradode publicidad,¿Cuál fue el secreto?Pues el mensaje y el mensajero: tanto el discurso polémico (etno)nacionalista, como el reservista uniformado que -como si fuera en una patrulla desplazándose por los lugares más recónditos de las zonas de emergencia- distribuía aquel “Evangelio