Este documento resume el capítulo 3 del libro "La antorcha de la fe". Explica que Jesús no vino a invalidar la ley sino a cumplirla plenamente en todos sus aspectos. Jesús cumplió la ley históricamente, vicariamente, sacrificialmente y exegéticamente al revelar su verdadero significado espiritual. Además, Jesús estableció que la justicia de sus discípulos debía ser mayor que la de los fariseos, quienes reducían la ley a meras formalidades externas en lugar de amor
3. “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido
para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que
pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasara de la ley; hasta que
todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de
estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy
pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los
haga y los enseñe , éste será llamado grande en el reino de los cielos”
(v. 17-19).
Con esta contundente declaración el Señor logro un doble propósito. Por
un lado, disipo la sospecha de los judíos devotos del ala derecha, cuyo
conservadurismo y reverencia por la Ley les hacia desconfiar de toda
innovación. Hay gente así en todas las comunidades religiosas. Por otra
parte, al mismo tiempo aquieto las expectativas y esperanzas
revolucionarias de los radicales de izquierda, que estaban siempre ávidos
de insurrección.
De esta manera les aseguro a sus oyentes que de ninguna manera había
falta de armonía entre su reino y la revelación del Antiguo Testamento
correctamente interpretado. Pero enseguida demostró que estaba en total
desacuerdo con las interpretaciones tradicionales y superficiales de los
escribas y fariseos.
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4. Jesús no era un iconoclasta revolucionario. Su misión era
constructiva no destructiva. No había venido para recortar o invalidar
la Ley que reverenciaba por ser la palabra misma de su Padre. No la
descarto, ni la denuncio, sino que la exalto y la enalteció. Su
reinterpretación d ella indicaba que las demandas morales de su
nuevo orden eran aun mas estrictas y penetrantes que las de los
fariseos. Profundizo en la importancia de los requisitos de la Ley, e
intensifico su significado y aplicación.
Tampoco era un antinomiano descuidado. No debilitaba los
requisitos de la Ley, ni liberaba a los hombres de sus obligaciones
espirituales y morales. Es cierto que sus discípulos ya no estaban
bajo “la ley” como medio de salvación o de justificación (Ro. 3:20 ;
Gá. 3:11,13), pero “la justicia de la ley” aun debía ser cumplida en
ellos (Ro. 8.4), y siempre estarían “bajo la ley de Cristo” (1Co. 9:21).
Pero esta era la única diferencia. Como dijera un comentarista: “
Como deudores ya no tienen que tratar con el enemigo que reclama
su muerte, sino con el Amigo que les ha rescatado con su poder”. La
antigua relación de la ley se ha transformado en una relación de
amor.
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5. CUMPLIR LA LEY
La palabra “abolir” tiene el significado de “aflojar, como las cuerdas de
una carpa, o “invalidar”. “Cumplir” significa “llenar plenamente, como en
Mateo 23:32. Jesús vino a completar y a cumplir plenamente la Ley, y a
revelar toda la profundidad de su significado.
En este sentido. Jesús cumplió los aspectos ceremoniales de la Ley
que lo señalaban a él, como también la ley moral, que observo
escrupulosamente. Sus enseñanzas en el Sermón ponen en claro que,
si bien los aspectos ceremoniales ya no eran necesarios pues tenían
perfecto cumplimiento en él, los principios morales y espirituales que
encierra la ley son perpetuos y de continua validez.
¿ En que sentido, entonces, cumplió Jesús la ley?
1.- Históricamente
2.- Vicariamente
3.- Sacrificialmente
4.- Exegéticamente
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6. 1.- Históricamente al hacerse hombre, “nacido de mujer, nacido bajo la ley”
(Gá. 4:4). Solo así tuvieron cumplimiento las tipologías y profecías del Antiguo
Testamento. En su muerte en la cruz, no menos de treinta y tres profecías
fueron cumplidas. En el Evangelio, Mateo resalta especialmente este aspecto
de la verdad con la frase que repite muy a menudo: “para que se cumpliese la
Escritura”.
Aun en la hora de la muerte Jesús estaba preocupado de que ninguna
profecía concerniente a él, como el Mesías prometido, quedara sin
cumplimiento. A través de toda esa difícil prueba, no salió de su boca ninguna
expresión de la agonía física que soportaba. Solo abriría sus labios para
expresar proféticamente la voluntad de su Padre: “Para que la Escritura se
cumpliese, dijo: ¡Tengo sed !”
2.- Vicariamente en su vida perfecta aquí en la tierra. Israel, y ciertamente
todos los hombres, habían fracasado al no obedecer perfectamente a Dios,
por incumplir los mandamientos que la Ley requería; de manera que Jesús se
coloco en la brecha. Según lo expresan los teólogos: “Satisfizo las demandas
de la Ley por su obediencia tanto activa como pasiva”, con el feliz resultado de
que sus discípulos han sido “redimidos de la maldición de la Ley”.
Incorporo sus principios a su propia vida y ministerio, y los cumplió para
beneficiarnos a nosotros, que tan manifiestamente hemos fracasado. De este
modo, reunió los requisitos necesarios para poder ocupar nuestro lugar.
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7. 3.- Sacrificialmente. Su único y perfecto sacrificio expiatorio
satisfizo todas las demandas de la Ley, porque él cargo en su
cuenta nuestra deuda y la pago. En su muerte satisfizo
plenamente las sanciones de la Ley por medio de su propia
sangra, y cargo sobre si el castigo de nuestro incumplimiento.
4.- Exegéticamente, Al demostrar su verdadero significado y al
revelar su profunda aplicación espiritual. Al repudiar los
agregados tradicionalistas de los fariseos. Jesus ayudo a sus
discípulos a apreciar su belleza y significado. Promulgo una etica
del amor que es el cabal cumplimiento de la Ley. (Ro. 13:10)
Sus declaraciones también confirmaron la armonía, unidad y
continuidad tanto del antiguo orden como del nuevo que estaba
iniciando. Como ambos provenían de la misma fuente, formaban
una sola pieza. El Antiguo Testamento es el evangelio en capullo,
el Nuevo Testamento es el evangelio en flor. Aunque no era
imperfecta, la antigua revelacion era incompleta y Jesús vino a
completarla.
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8. JUSTICIA SUPERIOR
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, no entrareis en el reino de los cielos” (v,20).
Es decir, debían ser mejores que los mas religiosos de su época. ¿ En que
sentido debía su justicia exceder la de los fariseos? No en cantidad ni en lo
puntilloso. Los fariseos superescrupulosos habían reducido su justicia a una
conformidad exterior, no espiritual, a la Ley musaica, que pasaba por alto
totalmente el espíritu de la Ley. No había sentimiento ni sinceridad en eso. Lo
mas importante era la observancia exacta de las ceremonias, no el amor a Dios
ni el mostrar misericordia para con las personas. Toda su vida religiosa se había
vuelto artificial y superficial.
Jesús enfatizo la necesidad de lo genuino, de lo real, no menos necesario hoy
que ayer. Demando que sus discípulos tuvieran, en aquel entonces al igual que
hoy, una expresión mas espiritual de ferviente y sacrificado amor a Dios y al
hombre; porque la esencia de la ley no es el cumplimiento de los reglamentos,
sino el mostrar misericordia, no la legislación sino el amor.
Habiendo descartado las ideas equivocadas y falsas concernientes a la Ley,
Jesús, como Supremo Legislador, afirmo su derecho de reemplazarla, así como
lo completo reemplaza lo incompleto. Él profundiza en su aplicación y la
ensancha. Un autor tiene el derecho de hacer lo que quiera con su escrito,
porque solamente él conoce el significado profundo de su obra.
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9. Cinco veces Jesús cito la Ley en el resto del capitulo 5. En
cada caso contradijo la interpretación de los fariseos y la
sustituyo por la suya propia. Sin consultar a nadie, tuvo la
audacia “de corregir los escritos mas sagrados con su propia
sabiduría”. Seis veces emplea la audaz formula: “Oísteis que
fue dicho….. Pero yo os digo…”.
Al decir esto, no estaba señalando fallas en la ley de
Moisés, sino corrigiendo la interpretación y comprensión
tradicional de ella. Al decir “Oísteis” y no: “Esta escrito”.
Jesús, con astucia, hace una distinción entre el texto mismo
y los comentarios de los fariseos.
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