2. El domingo pasado
se nos decía que
debíamos ser luz;
pero no por cuenta
propia, sino reflejo
de Jesús.
Por lo cual nos
interesa vivamente
conocer el
pensamiento de
Jesús.
3. Hoy Jesús nos habla
sobre los
mandamientos: la
Ley y los profetas. El
judaísmo ponía el
ideal en la fidelidad a
las leyes. Y algunos,
como los fariseos,
llegaban a ser
esclavos de las
leyes.
4. Jesús nos propone una interpretación
diferente de la que tienen los fariseos y
maestros de la ley.
Jesús
proclama
que lo
importante
es el
corazón, la
parte
interna.
5. A lo que dice cada mandamiento, Jesús añade:
Se necesitaba mucha autoridad para contradecir a los que
se creían sabios y custodios de la Ley.
6. El evangelio de este do-
mingo es de san Mateo.
Sigue el sermón de la
montaña: Mt 5, 17-37.
Se puede dividir en
cuatro partes. La 1ª
formula una
sentencia general. En
las otras tres partes
Jesús comenta tres
mandamientos de la
Ley de Dios. Dice la primera parte:
7. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"No creáis que he venido a abolir la Ley y los
profetas: no he venido a abolir, sino a dar
plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo
y la tierra que deje de cumplirse hasta la última
letra o tilde de la Ley. El que se salte uno sólo
de los preceptos menos importantes, y se lo
enseñe así a los hombres será el menos
importante en el reino de los cielos. Pero quien
los cumpla y enseñe será grande en el reino de
los cielos. Os lo aseguro: Si no sois mejores
que los escribas y fariseos, no entraréis en el
reino de los cielos.
8. La primera idea
de Jesús es
que él no ha
venido a abolir
la Ley, sino a
darle plenitud.
Jesús no
desprecia las
leyes antiguas
(las cumplía);
pero quiere
darles vida.
9. Los fariseos le veían a Jesús curar en sábado y hablar
demasiado sobre el amor y la importancia de la parte
interior de la persona.
Creían por ello
que despreciaba
la ley
promulgada,
aunque en
realidad sólo
faltaba a lo que
los fariseos o los
maestros habían
añadido.
10. Jesús buscaba la perfección: Cumplía la ley externa; pero
insistía en que lo importante es el amor. Es el que nos une
verdaderamente con la voluntad de Dios.
11. Por eso proclama Jesús que quien quiera ser discípulo
suyo debe ser mejor que los escribas y fariseos para
poder entrar en el Reino de los cielos.
Es
necesario
por tanto
mirar al
espíritu
de la ley.
12. El salmo responsorial
nos dice hoy: “Dichoso
el que camina en la
voluntad del Señor”.
Esta voluntad del Señor
se manifestó, a través
de Moisés, por medio
de los mandamientos;
pero hoy Jesús nos
muestra mejor esa
voluntad de Dios
17. Los fariseos eran
tenidos por
cumplidores
exactos de la ley. Y
sin embargo Jesús
nos dice que sus
discípulos deben
ser mejores que los
fariseos y los
maestros de la ley.
18. Nos quiere
decir que
hay algo
más
importante
que
cumplir la
letra de la
ley. Es
cumplir el
espíritu de
la ley.
Y nos pone ejemplos siguiendo algunos de los
mandamientos. Comienza con el «No matarás»:
19. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el
que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que
esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno
llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante
el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena
del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda
sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano
tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y
vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces
vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito,
procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de
camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al
alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no
saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.
2ª parte del evangelio:
20. Algunos creen
que sólo es
pecado matar
externamente.
Por eso Jesús
añade: “Pero yo
os digo”.
Comienza Jesús comentando el mandamiento que dice:
21. Pecado es el despreciar, insultar, enojarse gravemente, el
odio, el rencor. Todo lo que sea desear un mal al prójimo.
Si el insulto
es de muerte,
quiere decir
que se ha
decretado la
muerte en el
corazón.
23. De tal manera que, si vamos
a hacer un acto de culto y
nos acordamos que
estamos a mal con algún
hermano, es más
importante ponerse primero
en amistad con ese
hermano.
25. Jesús nos dice que antes de ofrecer el
sacrificio es necesario no sólo pedir perdón
sino perdonar a quien te haya ofendido.
Para Jesús el
verdadero
mandamiento se
da en el corazón.
El que más ama
es el que mejor
cumple el
mandamiento.
26. Jesús nos habla después
sobre otro mandamiento:
“No cometerás adulterio”.
Como nos cuenta el libro
de Daniel sobre aquellos
dos “viejos” que
“deseaban” a Susana.
Como la experiencia nos
dice que el deseo
consentido induce al acto,
si hay una posibilidad,
Jesús condena esa clase de
pensamientos y deseos. Ya
lo indicaban libros del
Antiguo Testamento.
27. 3ª parte del evangelio:
Habéis oído el mandamiento "no cometerás
adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una
mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con
ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer,
sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro
que ser echado entero en el infierno. Si tu mano
derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más
te vale perder un miembro que ir a parar entero al
infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su
mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo:
El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de
impureza, la induce al adulterio, y el que se case
con la divorciada comete adulterio.
28. Jesús quiere dignificar a la mujer, que en aquel tiempo
estaba demasiado discriminada. Y quiere salvar el
matrimonio, cuando es verdadero, con un pacto de amor
ante Dios. Hoy nos dice que el matrimonio es una vida.
Y como
vida, debe
ir
creciendo
en lo
principal
que es el
amor.
29. Jesús nos habla de la indisolubilidad del matrimonio. Se
entiende, que cuando es verdadero, cuando el pacto de
amor ha sido pleno.
30. El rey David
llegó al
adulterio
porque
comenzó
pecando
primero con
la vista
“detenida”
para llegar al
mal deseo.
Por eso se necesita defenderlo “con uñas y dientes”.
Y una defensa normal es el apartar pensamientos y
deseos que vayan contra la virtud.
32. Por eso Jesús nos dice que hay que apartarse de lo que
pueda inducir a un adulterio, aunque a uno le cueste
como le costaría si le tuvieran que quitar un ojo o una
mano. Claro, que uno no se tiene que quitar el ojo.
Son
expresiones
significativas
para
expresar el
fuerte
rechazo a
una mala
acción.
33. En esta que hemos
puesto dice “excepto
en caso de impureza”.
La conferencia de
obispos españoles
traduce: “no hablo de
unión ilegítima”.
Parece ser que quiere
hablar de aquellos que
hacen la ceremonia,
pero les faltan
condiciones. Por eso
en la Iglesia hay
anulaciones.
Jesús pone una excepción en la posibilidad de divorcio,
que todavía es duda sobre lo que exactamente quiso
decir. Por eso hay diferentes traducciones.
34. Jesús no admite divorcio por molestar. En el
matrimonio, como en todo lo de la religión, Jesús busca
la felicidad. Jesús quiere nuestro amor total.
Y si usa
palabras
fuertes
es para
preservar
el amor.
35. Si el que fue amor
verdadero en el
matrimonio falla, es
porque le pasa lo que
a algunas flores que,
por descuido o por
maldad, el jardinero
no las ha querido
regar. Pero el amor, si
es amor de verdad, no
tiene por qué morir.
52. que igual que las flores aquellas,
si no se cultivan, no puede crecer.
53. que igual que
las flores
aquellas, si no
se cultivan,
no puede
crecer.
Hacer CLICK
54. Termina el evangelio de hoy explicando Jesús otro
mandamiento de la ley de Dios. Viene a ser el segundo
mandamiento juntamente con el ocho. Se trata sobre los
juramentos y la verdad. Se trata de ser fieles a la palabra
dada, sin necesidad de poner testigos superiores a
nosotros mismos.
Dice así:
55. Habéis oído que se dijo a los antiguos:
"No jurarás en falso" y "Cumplirás tus
votos al Señor". Pues yo os digo que no
juréis en absoluto: ni por el cielo, que es
el trono de Dios; ni por la tierra, que es
estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que
es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu
cabeza, pues no puedes volver blanco o
negro un solo pelo. A vosotros os basta
decir "si" o "no". Lo que pasa de ahí
viene del Maligno."
56. No debe ser necesario
el juramento, es decir,
el poner a una
autoridad, como Dios,
por testigo de lo que se
dice.
El invocar a Dios para
que me crean es signo
de inmadurez.
57. Hay personas que, seguramente porque están
acostumbrados a decir mentiras, tienen que jurar por algo
sagrado para que les crean. Si siempre dijéramos la
verdad, la gente nos creería enseguida.
58. Es famosa la historia de
aquel pastorcillo embustero
que, porque se aburría
cuidando las ovejas, quiso
dar una broma a los
vecinos. Comenzó a gritar:
“que viene el lobo”. Y todos
acudieron a defenderle y a
matar al lobo. Pero era
mentira. De nuevo lo repitió
y pocos acudieron. A la
tercera vez vino de verdad
el lobo. El muchacho gritó
lo que pudo; pero nadie
acudió y el lobo hizo
estragos en las ovejas.
59. Jesús se encontró con otro problema sobre los
juramentos entre sus paisanos: si una persona juraba
por el nombre de Dios, no sólo estaba muy mal visto,
sino que esa persona estaba obligada a cumplir su
juramento;
pero, si hacía
un juramento
por el Cielo, o
por la Tierra,
o por
Jerusalén, o
por su
cabeza, se
sentía
perfectamente
libre para
cumplirlo o
no.
60. Hoy Jesús nos dice que eso tampoco se debe hacer,
porque Dios está en todo: en el cielo, en la tierra y en
nosotros mismos.
61. Los mandamientos estaban formulados en forma
negativa.
Jesús nos enseña la parte positiva. No se trata de prohibir,
sino de colaborar en nuestra vida con la gracia y la amistad
positiva con Dios.
62. Hoy se trata de imitar la verdad y sinceridad de
Dios. Varias veces se nos dice en la Biblia:
“Dios sí cumple las promesas”.
63. Al cristiano le debe bastar decir: “Sí”
o “No”. “Lo demás es del maligno”,
nos dice hoy Jesús.
64. Por todo ello
nos interesa
mucho
conocer la
voluntad de
Dios para
cumplirla.