El estilo clásico de decoración se caracteriza por el uso de detalles elegantes y maderas finas, así como por la abundancia de elementos como cuadros, porcelanas y lámparas. Busca crear ambientes cálidos y acogedores mediante el refinamiento y el lujo de los materiales y colores suaves. La porcelana, las plantas y las flores son elementos fundamentales en este estilo que se mantiene fiel a las tradiciones y pocas veces admite conceptos innovadores.