2. 2/10
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo
por qué gloriarme; porque me es
impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio!”. 1 Corintios
9:16
• ¡El único Hijo “Unigénito” de Dios fue un
predicador!
3. 3/10
A. En la vida de predicadores no hay
lugar para el orgullo.
→ Cuando predicamos o anunciamos el
evangelio, no hacemos más que nuestra
“obligación”.
→ Predicar es un deber intransferible e
impostergable. Dios no tiene nietos.
4. 4/10
→ “Nadie piense que se halla en libertad para
cruzarse de brazos y no hacer nada. El
que alguien pueda salvarse en la
indolencia e inactividad es completamente
imposible”. SC, 105, 106.
→ “Dios le pedirá cuenta si no hace el trabajo que
le asignó”. SC, 101.
5. 5/10
B. El peso de la obligación individual.
→ “Obligación”, griego: Anagke → necesidad,
compulsión y obligación, en la forma
adverbial, indica algo hecho por
compulsión, coacción y obligación.
→ Dios no tiene nietos, solamente hijos; o sea, la
salvación de otro no sirve para mí.
6. 6/10
→ “En el cielo no habrá ningún
salvado con una corona sin
estrellas. Si entráis allí, habrá
algún alma en las cortes de gloria
que ha entrado por vuestro
intermedio”. Eventos finales, 286.
7. 7/10
→ “Pesa”, griego: Epikeimai → presionar
alrededor, presionar sobre, mostrarse
urgente, e imponer a…
→ En este contexto, predicar el evangelio, parece
algo ajeno a su voluntad, o sea un camino de
mano única, solamente una opción - ¡Anunciar!
8. 8/10
C. “¡Ay de mí si no anunciare el
evangelio!”
→ “Ay”, griego: “Ouai” → expresa el sentido
de dolor o lamento, una tristeza íntima.
→ “Haced alguna cosa, hacedla pronto, con todas
las fuerzas; inclusive el ala de un ángel
desfallecería con un reposo muy largo; y el
mismo Dios, si estuviera inactivo, no sería más
bendito”. Testimonies, vol. 5, 308.
9. 9/10
→ Si hubo un tiempo oportuno para
predicar, ese tiempo ya llego, hoy
es la ocasión más apropiada.
→ La gloria del evangelio es de Cristo,
nosotros somos co-participantes.
El peso de la obligación es el
resultado natural del conocimiento
del plan de la salvación.
10. 10/10
→ “Nuestra situación delante de Dios
depende, no de la cantidad de luz que
hemos recibido, sino del empleo que
damos a lo que tenemos”. SC, 121.
→ ¿Cómo el mundo sabrá de la grandeza de
nuestro Dios, sin cristianos comprometidos?