2. INTRODUCCION
La arquitectura neoclásica es un estilo arquitectónico que produjo el movimiento
neoclásico que comenzó a mediados del siglo XVIII, por una reacción contra el estilo
barroco de ornamentación naturalista así como por el resultado de algunos rasgos
clasicistas nacidos en el barroco tardío. Se prolongó durante el siglo XIX,
confluyendo a partir de entonces con otras tendencias, como la arquitectura
historicista y el eclecticismo arquitectónico. Algunos historiadores denominan el
periodo de la arquitectura neoclásica de la primera mitad del siglo XIX como
clasicismo romántico, a pesar del oxímoron (oposición de términos), dado que,
además de coincidir en el tiempo con el romanticismo, estilísticamente comparte
rasgos con la estética romántica, al añadir cierta expresividad y espíritu exaltado a la
sencillez y claridad de las estructuras clásicas grecorromanas.[
Factores fundamentales que influyeron en la creación de la arquitectura neoclásica
fueron los determinantes en el contexto político, social y económico de la época, en
que se incluyen destacadamente la revolución industrial, la crisis del Antiguo
Régimen, la Ilustración, el enciclopedismo, la fundación de las Academias, el
despotismo ilustrado, etc.
3. ARQUITECTURA NEOCLASICA
La arquitectura neoclásica reproduce las formas generadas por los griegos y los
romanos, mas no tarda en suprimir toda referencia a las medidas del cuerpo,
prefiriendo el nuevo sistema métrico adoptado por los franceses y favoreciendo la
monumentalidad
Usa los símbolos y motivos redescubierto en los muebles y edificios de Pompeya y
Herculano (hallazgos arqueológicos que marcan el comienzo del neoclasicismo
dando lugar a nuevas formas, el génesis del arte neoclásico), copia fachadas con
frontones griegos, emplea dos famosas órdenes de la arquitectura clásica griega:
dórico (columnas estriadas y capitel sin molduras), y el jónico (columnas esbeltas,
apoyadas sobre basa, fuste escalonado, capitel decorado con volutas, arquitrabe de
tres franjas y friso libre de decoración), además prefiere el mármol blanco; de los
romanos toma las espaciosas cúpulas y bóvedas.
Tras el Barroco y el Rococó, el neoclasicismo representa una simplificación: las
líneas rectas dominan sobre las curvas, existen menos contrastes de volúmenes,
menos adornos, dinteles y columnas reemplazan los arcos. Los frontones
triangulares sustituyen los circulares y las balaustradas reaparecen sobre los
edificios. Vemos en definitiva formas más sencillas y simétricas, hay mayor
racionalidad compositiva, sobriedad decorativa y orden, que concuerda a la
perfección con los valores de la burguesía y las necesidades del despotismo
ilustrado.
5. CARACTERISTICAS
GENERALES
· Las dimensiones llegan a ser colosales, con un regusto por la pomposidad muy marcado. Las
formas decorativas se sirven de materiales atractivos y fastuosos.
· La evolución recorre, en su misma sucesión histórica, todos los estilos dependientes de la antigua
construcción por columnas: arquitectura griega, romana, se imita la basílica paleocristiana, el
Renacimiento.
· Las tendencias clasicistas se manifiestan en aquellos arquitectos que anteponen la forma medida
a la sentida, la exactamente delimitada a la dinámica. El clasicismo defiende su lenguaje de formas
estereométricas básicas, como el cubo, la esfera, el cilindro y la pirámide. Construye volúmenes
corpóreos y macizos.
· Se utiliza preferentemente el orden dórico con fuste acanalado; la columna recuperará su antigua
importancia y vuelven los frontones cargados de columnas.
· De Roma se toma la concepción espacial, con especial preferencia por las formas con cúpula, que
ahora presentan varios modelos a imitar. En el interior de los edificios suele haber una clara y
ordenada distribución de la planta y en el exterior predominan los grandes volúmenes
rectangulares, de apariencia sólida y equilibrada. · En líneas generales predomina la copia sobre la
imaginación creadora o renovadora. Esta arquitectura será la preferida para los edificios públicos,
pues a los Estados de la época (autoritarios) les convenía la sensación de orden y autoridad que
transmiten estas construcciones.
· Una novedad es la adaptación del templo griego al culto cristiano; y hacen lo que se había
intentado durante el Renacimiento: copiar el templo clásico desde el frontón, con sus grupos
escultóricos, hasta sus columnatas y sus gradas, y no solo para el templo, sino para toda clase de
monumentos civiles. El Neoclasicismo, aún después de pasado de moda llenará el mundo de
Partenones.
6. Las características generales de la arquitectura neoclásica
son:
Se busca la belleza ideal basada en las líneas puras, en la
simetría y en las proporciones. Predomina la horizontalidad que
da sensación de equilibrio.
Utiliza elementos básicos de la arquitectura clásica: columnas,
órdenes clásicos –con predominio del dórico–, frontones, arcos
de medio punto, bóvedas, cúpulas, etc.
La decoración es sencilla y austera. Está inspirada en el arte
clásico a base de ovas, guirnaldas, decoración floral, escudos,
trofeos etc, y también en el arte egipcio.
Además de iglesias y palacios construyen hospitales,
bibliotecas, museos, teatros, etc., ya que creen que el arte debe
estar al servicio de la sociedad y ser útil. También embellecen
las ciudades con plazas y jardines.
7.
8. FRANCIA
-En la fase inicial de la arquitectura neoclásica francesa se
realizan numerosos puentes y pabellones para París diseñados
en su mayoría por Claude Nicholas Leboux, el cual comienza
una prometedora carrera pero más tarde se enfrascará en un
proyecto para construir la ciudad ideal de la época donde los
edificios quedan reducidos a formas geométricas
desornamentadas.
-En la época napoleónica, los arquitectos oficiales, Charles
Percier y Pierre Francois Fontaine hacen realidad los deseos del
emperador de transformar París en la gran capital europea, un
sueño cercano al del mencionado Leboux. Observamos una
arquitectura de estilo imperial ejemplificado claramente en
edificios como el Arco del Triunfo(Percier y Fontaine) y los
Campos Eliseos(Fontaine)
9. Grand Théâtre, Burdeos.
Petit Trianon, Versalles.
Palacio de Justicia, Lyon
Plaza de la Concordia, al fondo, iglesia de
la Madeleine, París.
Interior del Panteón de París.
10. ALEMANIA Los modelos greco-romanos dieron lugar a una arquitectura
monumental que reproduce frecuentemente el templo clásico para
darle un nuevo sentido en la sociedad civil. El perfil de los
Propileos de Atenas le sirvió a Carl Gotthard Langhans para
configurar su Puerta de Brandeburgo en Berlín (1789 a 1791),[15] un
tipo muy repetido como atestigua la entrada al Downing College de
Cambridge (1806) obra del inglés William Wilkins o los Propyläen
de la Königsplatz (que cierran el conjunto de la plaza junto con la
Gliptoteca de Múnich y el Staatliche Antikensammlungen) de Leo
von Klenze.[16] En Viena, Pietro Nobile construyó dos complejos
neogriegos: el Theseustempel (1820-1823) y el Äußeres Burgtor
(1824)
Königsplatz de Múnich.
11. ITALIA
Italia prefirió recrear sus
modelos antiguos ya bien
avanzado el siglo XVIII y en
los comienzos del siglo XIX.
El modelo del Panteón de
Agripa en Roma se repite en
un gran número de templos,
como el de la Iglesia de la
Gran Madre de Dios (Turín) y
Iglesia de San Francisco de
Paula (Nápoles), ambos
terminados en 1831, que
reproducen el pórtico octástilo
y el volumen cilíndrico del
Panteón.
Iglesia de la Gran Madre de Dios (Turín).
Iglesia de San Francisco de Paula (Nápoles).
12. ESPAÑA En España, el barroco del siglo XVII y la primera mitad del siglo
XVIII, en todas sus expresiones, dejaba una sorprendente serie de
monumentos religiosos y de palacios, residencias y colegios. El
contraste entre la arquitectura churrigueresca y la modalidad
académica o neoclásica fue tan rudo, que parecían fenómenos
artísticos en dos mundos opuestos. En la segunda mitad del siglo
XVIII, se impuso el gusto neoclásico impulsado por la Academia de
Bellas Artes de San Fernando. En Madrid se desarrollaron grandes
proyectos de modificación urbana, el principal diseñado por Juan
de Villanueva en torno al Salón del Prado y sus inmediaciones (el
Real Observatorio Astronómico, el Hospital de San Carlos, el
Jardín Botánico, el actual Museo del Prado -para gabinete de
ciencias-), y otros importantes, como San Francisco el Grande
(Francisco Cabezas, Francesco Sabatini -autor también de la
Puerta de Alcalá). Fuera de Madrid destaca la obra de Ventura
Rodríguez (catedral de Pamplona, capilla de Nuestra Señora del
Pilar), que también diseñó las fuentes monumentales del Prado
madrileño (fuente de Cibeles, fuente de Neptuno.
13. Museo del Prado, Juan de Villanueva.
Catedral de Pamplona, Ventura Rodríguez.
14. AMERICA
ESTADOS UNIDOS En Estados Unidos, triunfó el palladianismo en el diseño de villas rurales. Entre
los arquitectos estadounidenses de finales del XVIII y comienzos del XIX
destacan Benjamin Latrobe (penitenciaría de Richmond, Banco de
Pennsilvania, Capitolio de Washington -muy ampliado en la segunda mitad del
XIX-) y el político Thomas Jefferson (Monticello -la casa de su propiedad-,
Capitolio de Richmond, Universidad de Virginia). El propio Latrobe sugirió a
Jefferson la solución de la Rotonda para la Universidad de Virginia.
El estilo neoclásico estadounidense se consolidó en la primera mitad del siglo
XIX con Robert Mills (iglesias de planta centralizada en Filadelfia, Columna de
Washington en Baltimore, edificios de severos pórticos en la ciudad de
Washington y, para la misma capital, el diseño inicialmente escogido para el
Monumento a Washington) y William Strickland (Second Bank of the United
States, Bolsa de Filadelfia y Capitolio de Nashville). A mediados del siglo XIX
trabajaron Ithiel Town (Capitolio de New Haven) y Thomas Walter (Capitolio de
Ohio en Columbus, 1838, y el Girard College de Filadelfia).
Ya a finales del XIX destaca la Biblioteca de la Columbia University de Nueva
York (1893), de Charles Follen McKim y asociados.
15. Rotonda de la Universidad de Virginia, de Benjamin Latrobe y Thomas Jefferson (1817).
Diseño para el monumento a Washington, Robert Mills, 1836
16. AMERICA
IBEROAMERICA
A los imperios americanos de España y Portugal llegó el estilo neoclásico a través de proyectos
diseñados en Europa o bien realizados localmente por arquitectos europeos o criollos formados en las
academias de las metrópolis.
También hay ejemplos de la adaptación al lenguaje arquitectónico local, que durante los siglos
anteriores había realizado una síntesis o sincretismo de los elementos europeos y precolombinos en el
denominado barroco colonial. Un ejemplo de ello es la Catedral de Tulancingo, México (1788, José
Damián Ortiz de Castro).
A criterios más clásicos pertenecen el Palacio de Minería (1797-1813, Manuel Tolsá) y el Hospicio
Cabañas de Guadalajara (1804-1810, del mismo arquitecto), ambos en México, o el Palacio de
Gobierno de Quito (también llamado de Carondelet, 1790 o 1801, Antonio García).[21]
Ya tras la independencia de Hispanoamérica, se desarrollaron programas constructivos en para las
nuevas repúblicas. En Colombia se construyó el Capitolio Nacional de Colombia en Bogotá (1847,
Thomas Reed, formado en la Academia de Berlín); en Perú la Catedral de Arequipa (1844, Lucas
Poblete).
Brasil, que se convirtió en la sede de la corte de la monarquía portuguesa, independizándose de su
metrópoli como Imperio del Brasil, también utilizó los recursos de la arquitectura para la glorificación del
poder político, y se optó por recurrir a arquitectos formados en la Real Academia de París. A esta época
pertenece la portada de la Academia de Bellas Artes de Río de Janeiro o Academia Imperial (1822)[22] y
el Palacio Imperial de Petrópolis (década de 1840)
18. MÉXICO
Con el Neoclásico se han reconstruido varios templos modificando su estructura
original como la Catedral de Toluca y la mayoría de los templos que incuyen ese
estilo. Finalmente algunas catedrales son construcciones recientes que tienen una
arquitectura moderna y que son igualmente interesantes.
En el siglo XIX el movimiento neoclásico surge como respuesta a los objetivos de la
nación republicana, uno de sus ejemplos son el Hospicio Cabañas donde la plástica
estricta de las órdenes clásicas están representadas en sus elementos
arquitectónicos, también surgen nuevos edificios religiosos, civiles y militares que
demuestran la presencia del neoclasicismo.
Durante el porfiriato, apareció un grupo de intelectuales y estudiosos, los científicos,
que pensaron que la dictadura porfirista podría ser útil para conseguir la
modernización de México. Por eso, el porfiriato se caracterizó por una extraña
mezcla de progresismo y conservadurismo.
Díaz fue reelegido presidente de la República en siete ocasiones. Sus principales
aliados fueron la Iglesia y los grandes propietarios de la tierra (los terratenientes).
Durante su dictadura, México logró un importante progreso económico, apoyado por
el crecimiento de la población del país. Los latifundios (las grandes propiedades
agrícolas de los terratenientes) también crecieron (a costa de las tierras de las
comunidades indígenas, principalmente). La exportación de productos agrícolas se
incrementó de forma espectacular. Así, México recibió importantes cantidades de
dinero del extranjero, con las que el Estado financió su programa de desarrollo. En
éste tuvieron mucha importancia la construcción de vías ferroviarias y la explotación
de las minas de plata.
19.
20.
21. En el se ve reflejado en la arquitectura de su tiempo que
abarca, desde finales del "romanticismo" hasta el
"modernismo". La Ciudad de México al ser la capital de la
Republica va a manifestar más claramente el proceso, las
tendencias y condiciones dentro de las cuales se
desarrolló la arquitectura de esta singular época y que
refleja las contradicciones de la sociedad porfiriana. El
Eclecticismo, la permanencia de esquemas y gustos
académicos provenientes de las Escuelas de Bellas Artes
europeas, que influyeron tanto durante el Neoclásico, la
necesidad y el deseo de una buena parte de la sociedad
por el "revival", y al mismo tiempo su interés por
integrarse a la modernidad del "nouveau", junto con el
deseo "nacionalista", basado en la interpretación y el
"renacimiento" de lo prehispánico, retratan claramente, el
desarrollo y evolución de una sociedad que con gusto, a
cambio del "progreso" se sometía a una dictadura.