1. República Bolivariana de Venezuela
Instituto Universitario de la Frontera
IUFRONT Sede San Cristóbal
Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR)
Vs
(MERCOSUR)
Mercado Común del Sur
Integrante;
Efrain E. Berbesi A
C.I. 16.958.709
Deisy Olarte
C.I. 19.664.157
San Cristóbal, Junio de 2015
2. Introducción
El clima internacional que se percibe en la actualidad es de incertidumbre
debido a que presenta nuevos signos distintivos como la crisis financiera, con sus
múltiples consecuencias; el advenimiento de un escenario mundial más multipolar,
pero con la lamentable crisis de los organismos multilaterales; las expectativas
que crea el triunfo de Barack Obama, la recesión europea y las incógnitas del
rumbo que tomarán China y las otras economías de Asia y la Ronda de Doha que,
pese a los fracasos, sobrevive.
En medio de esta incertidumbre los reposicionamientos internacionales de
los países de América del Sur son inevitables y es deseable que ocurran. No
obstante, parece haber consenso respecto de que los países latinoamericanos no
pueden implementar estrategias confiables de inserción en el mundo sin
considerar a la región y, menos aún, contra la región. La idea de encarar la
inserción internacional a partir del acuerdo y el consenso regional concretados a
través de esquemas de integración sigue teniendo sustento toda vez que amplía
las capacidades de negociación frente al mundo de estos países que, si bien están
signados por el subdesarrollo, han demostrado tener grandes posibilidades de
crecimiento.
Por otra parte, los gobiernos de América del Sur transitan la ilusión de
compartir una afinidad ideológica, en un supuesto giro hacia la izquierda, que los
moviliza en una transformación positiva de los procesos de integración. Sin
embargo, la llegada de estos gobiernos ha promovido el regreso de intereses
sectoriales, nacionalistas y políticos que no parecen proclives a verdaderas
apuestas integracionistas.
En efecto, si bien existen procesos recientemente creados como la Unasur
o el Alba, los verdaderos empeños integrativos requieren de elevados grados de
institucionalización que implica la creación de un adecuado marco jurídico y
organizativo, pero no se agotan en ella. El uso de las estructuras creadas debe ser
fluido, oportuno y sobre todo privilegiado frente a cualquier otro organismo con
competencias en materias coincidentes. En este sentido, los países integrantes de
3. estos procesos sudamericanos y latinoamericanos, han convenido en la creación
de frondosos marcos institucionales de los que han hecho un escaso y, muchas
veces, inadecuado uso.
La Argentina no escapa a estas conductas generalizadas. Por una parte,
necesita de los procesos de integración, como el resto de los países de América
Latina, para insertarse en el mundo con mayores grados de competitividad. En tal
sentido, participa activamente en dos procesos de integración que tienen alcance
sudamericano, persiguen la gobernabilidad de la región y podrían resultar
complementarios en sus objetivos, se trata del Mercosur y la Unasur. Pero, por
otra parte, sus conductas pueden interpretarse como una falta de interés en
fortalecer las instituciones creadas por tales procesos. En rigor de verdad,
tomamos el caso argentino sólo para valernos de un ejemplo, pero este tipo de
comportamientos se replican en todos y cada uno de sus miembros.
De este modo, el análisis de las posturas argentinas frente a estos procesos
de integración constituye el objeto de este trabajo. Para ello abordaremos, con una
metodología teórico-descriptiva, en primer lugar, una breve comparación de los
procesos de integración del Mercosur y de la Unasur en vistas a corroborar una
posible convergencia de objetivos entre ellos, seguida de un análisis de los
liderazgos emergentes de Brasil y de Venezuela por los que se encuentran
atravesados ambos procesos. En segundo lugar, analizaremos la actitud argentina
frente a estos procesos, a través de tres acontecimientos que consideramos
ilustrativos: la incorporación de Venezuela al Mercosur, la falta de articulación
estratégica en el plano comercial externo por parte de Argentina y Brasil y el
conflicto sobre las papeleras mantenido por Argentina con el Uruguay.
4. UNASUR
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es una comunidad política y
económica entre doce países suramericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela),
concebida el 8 de diciembre de 2004, en Cuzco (Perú), en la Tercera Cumbre
Suramericana. El 23 de mayo de 2008, se firmó, en Brasilia, el Tratado
Constitutivo que estructuró y oficializó esta organización, y está ratificado por
todos los miembros.
El Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno es el órgano máximo de la
Unasur y el encargado de establecer los lineamientos políticos, planes de acción,
programas y proyectos del proceso de integración. La presidencia pro témpore es
ejercida sucesivamente por cada uno de los Estados miembros, por el término de
un año.
El Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores implementa las
decisiones del Consejo de Jefes de Estado y realiza el seguimiento de la
integración del bloque. Ambos son asistidos por el Consejo de Delegados.
La Secretaría General es el órgano que, bajo la conducción del secretario
general –designado por el Consejo de Jefes de Estado–, ejecuta los mandatos
que le confieren los órganos del bloque, ejerce su representación y no puede ser
sucedido por una persona de la misma nacionalidad.
La Unasur es un gran paso superador de la concertación y la integración.
Concertar es un mecanismo por el cual dos o más gobiernos actúan
conjuntamente en el terreno estatal, por lo general en el ámbito diplomático, con
fines predominantemente políticos frente a actores individuales o colectivos.
Integrar es un proceso amplio, intenso, complejo y profundo que implica
vinculación e interpenetración en dos o más naciones: comprende los ámbitos
5. económico, cultural, social, político, científico, militar, educativo, energía y medio
ambiente.
La Unión es una estructura institucional y territorial que, a modo de
confederación o federación, constituye una entidad política organizada y
reconocida internacionalmente.
En Suramérica, la concertación tiende a oscilar, la integración progresa
lentamente y la unión –aunque concebida recientemente– es un paso superador
de ambas.
El subcontinente tiene 400 millones de habitantes y una superficie de
17.500 millones km². Tiene un producto interno bruto (PIB) aproximado de 4,8
billones de dólares y un ingreso per cápita promedio del orden de los 10.000
dólares.
6. MERCOSUR
El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es un proceso de integración
regional instituido inicialmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay al cual
en fases posteriores se han incorporado Venezuela y Bolivia, ésta última en
proceso de adhesión.
EL MERCOSUR es un proceso abierto y dinámico. Desde su creación tuvo
como objetivo principal propiciar un espacio común que generara oportunidades
comerciales y de inversiones a través de la integración competitiva de las
economías nacionales al mercado internacional. Como resultado ha establecido
múltiples acuerdos con países o grupos de países, otorgándoles, en algunos
casos, carácter de Estados Asociados –es la situación de los países
sudamericanos–. Estos participan en actividades y reuniones del bloque y cuentan
con preferencias comerciales con los Estados Partes. El MERCOSUR también ha
firmado acuerdos de tipo comercial, político o de cooperación con una diversa
cantidad de naciones y organismos en los cinco continentes.
Desde sus inicios el MERCOSUR ha promovido como pilares
fundamentales de la integración los principios de Democracia y de Desarrollo
Económico, impulsando una integración con rostro humano. En línea con estos
principios, se han sumado diferentes acuerdos en materia migratoria, laboral,
cultural, social, entre tantos otros a destacar, los que resultan de suma importancia
para sus habitantes.
Estos acuerdos significaron la incorporación de las dimensiones Ciudadana,
Social y de Integración Productiva, entre otras, para las cuales, por un lado, fue
necesario adaptar y ampliar la institucionalidad del bloque en toda la región
atendiendo nuevas demandas y profundizando la participación efectiva de la
ciudadanía por diferentes medios; y por otro, debió dotarse de mecanismos de
financiamiento solidarios propios, como es el Fondo para la Convergencia
Estructural del MERCOSUR (FOCEM), entre otros fondos. El FOCEM, a través de
7. un aporte anual de 100 millones de dólares, financia proyectos que buscan
promover la competitividad, la cohesión social y la reducción de asimetrías entre
los integrantes del proceso.
Las potencialidades del MERCOSUR en las más diversas áreas son
inconmensurables puesto que en su territorio de casi 15 millones de km2 cuenta
con una gran variedad de riquezas y tesoros naturales que posee la humanidad:
agua, biodiversidad, recursos energéticos y tierras fértiles. No obstante, su mayor
riqueza reside en su gente, puesto que gracias a una población de más de 295
millones de personas, posee un patrimonio invaluable de diversidad cultural,
étnica, lingüística y religiosa, la cual convive armónicamente convirtiendo al
MERCOSUR en una región de paz y desarrollo.
Protocolo de Ouro Preto
Es un protocolo adicional al Tratado de Asunción, aprobado en diciembre
de 1994 en la Cumbre de Presidentes de Ouro Preto. Allí se estableció la
estructura institucional del MERCOSUR, se lo dotó de personalidad jurídica
internacional y se adoptaron los instrumentos fundamentales que caracterizan hoy
a la entidad en materia de política comercial común, que rigen la zona de libre
comercio y la unión aduanera, encabezados por el arancel externo común.
8. Semejanzas entre Unasur y Mercosur
Ambas iniciativas apuntan a la gobernabilidad de la región sudamericana.
Tienen contenido económico, pero con objetivos políticos. Hacen a las relaciones
de poder entre las naciones que comparten este espacio geográfico. Tienen que
ver con sus estrategias de inserción internacional. Aspiran a generar bienes
públicos regionales que permitan neutralizar eventuales tendencias a la
fragmentación en el subsistema político internacional, que ha sido históricamente y
que es hoy la América del Sur. Son iniciativas similares en algunos aspectos. Pero
también son diferentes
Diferencias
MERCOSUR UNASUR
El Mercosur es una realidad
asentada en compromisos
jurídicos ya asumidos por sus
países miembros.
Está basado no sólo en una
voluntad política de trabajar
juntos de los países miembros,
pero sobre todo en un pilar
fundamental para la integración
productiva conjunta
La UNASUR, en cambio, debe
aún superar el proceso de
ratificación de por lo menos 9 de
los países signatarios.
La UNASUR no tiene previsto
nada similar
9. Conclusión
El Mercosur y la Unasur constituyen dos procesos de integración
internacional que, en la actualidad, tienden a otorgar gobernabilidad a
Sudamérica. Si bien ambos tienen componentes de orden tanto político como
económico, algunas de sus especificidades podrían permitir vislumbrar cierto
grado de complementación entre ambos sistemas.
El Mercosur cuenta con más arraigo jurídico e institucional y con el diseño
de una estrategia basada en la complementariedad económica entre sus
miembros, mediante la adopción de acuerdos sectoriales para optimizar la
utilización y movilidad de los factores de producción y para alcanzar escalas
operativas eficientes en términos económicos.
La Unasur en cambio, persigue objetivos que si bien se vinculan con
cuestiones de la más diversa índole -social, económica, energética, financiera,
educativa, etc.- en última instancia tiende a la construcción de un espacio de
integración política entre sus miembros que podría, incluso, constituirse en una
instancia capaz de enfrentar los conflictos en la región y que paulatinamente
pueda reemplazar a la Organización de Estados Americanos, en la que Estados
Unidos mantiene un rol fundamental.
De este modo, es posible vislumbrar una dinámica regional que contemple
al Mercosur como el eje de un espacio económico común destinado a propiciar
decisiones de inversión productiva y a la Unasur como el ámbito de concertación
política entre sus miembros. Para que este contexto, que aparece como el más
deseable, sea posible es necesario que cada uno de los integrantes de estos
procesos los jerarquice como prioritarios a la hora de diseñar e implementar su
política exterior, así como a la de resolver sus conflictos.
Este concepto es de una importancia fundamental y entraña básicamente
el respeto y uso adecuado de las instituciones que se crean en virtud de los
procesos de integración. En este sentido, los procesos de integración en la región
han demostrado tener una amplia capacidad de creación de instituciones que en
10. muchos casos, podría afirmarse, exceden las necesidades operativas de los
procesos. Sin embargo, la dificultad que se observa está dada por el uso
inapropiado y hasta infrecuente que se hace de ellas.
De este modo se ha observado cómo la Argentina, al igual que el resto de
los integrantes de estos procesos de integración, no insiste en propiciar el
privilegio de los espacios de integración como ámbitos adecuados para la
concertación de estrategias políticas, económicas y ni siquiera comerciales
comunes que permitan potenciar la competitividad de todos y cada uno de sus
miembros.
La integración en América del Sur se encuentra afectada por una
acumulación de obstáculos y disonancias cuya superación resolvería la estrategia
de inserción internacional y requiere sobre todo de una clara definición política,
consistente, legítima y conforme a unos procesos de decisión consensuados e
institucionalizados.
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