1. BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Sala Pablo VI Miércoles 20 de junio de 2012
El himno de bendición de la Carta a los Efesios
El color amarillo en letras o de fondo indica texto de la
catequesis.
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences
/2011/index_sp.htm
Presentación diseñada por Emilio Perucha Herranz , 7 de
agosto 2012.
Los estigmas de S. Francisco y el Cántico de las Criaturas,
P. Hugolino de Beluno, 1973. Santuario de la Inmaculada
de Barletta (Bari) Italia)
2. Queridos hermanos y hermanas:
Nuestra oración con mucha frecuencia es petición de ayuda en las necesidades.
Y es incluso normal para el hombre, porque necesitamos ayuda, tenemos necesidad de los
demás, tenemos necesidad de Dios.
De este modo, es normal para nosotros pedir algo a Dios, buscar su ayuda.
Debemos tener presente que la oración que el Señor nos enseñó, el «Padre nuestro», es una oración de
petición, y con esta oración el Señor nos enseña las prioridades de nuestra oración, limpia y purifica
nuestros deseos, y así limpia y purifica nuestro corazón.
3. CÁNTICO DEL HERMANO SOL
(San Francisco de Asís) estrofa final:
Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.
Ahora bien, aunque de por sí es normal que en la oración pidamos algo, no debería ser exclusivamente
así.
También hay motivo para agradecer y, si estamos un poco atentos, vemos que de Dios recibimos
muchas cosas buenas: es tan bueno con nosotros que conviene, es necesario darle gracias.
Y debe ser también oración de alabanza: si nuestro corazón está abierto, a pesar de todos los
problemas, también vemos la belleza de su creación, la bondad que se manifiesta en su creación.
Por lo tanto, no sólo debemos pedir, sino también alabar y dar gracias:
sólo de este modo nuestra oración es completa.
4. Himno de la carta a los Efesios
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
4Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
5Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
6para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
En sus Cartas, san Pablo no sólo habla de la oración, sino redunde en alabanza suya.
7Por este Hijo, por su sangre,
que además refiere oraciones ciertamente también de
petición, pero asimismo oraciones de alabanza y de hemos recibido la redención,
bendición por lo que Dios ha realizado y sigue realizando el perdón de los pecados.
8El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
en la historia de la humanidad.
Hoy quiero reflexionar sobre el primer capítulo de la Carta ha sido un derroche para con nosotros,
9dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
a los Efesios, que comienza precisamente con una
oración, que es un himno de bendición, una expresión de Este es el plan
acción de gracias, de alegría. que había proyectado 10realizar por Cristo
San Pablo bendice a Dios, Padre de nuestro Señor cuando llegase el momento culminante:
Jesucristo, porque en él nos ha dado a «conocer el recapitular en Cristo todas las cosas
misterio de su voluntad» (Ef 1, 9). del cielo y de la tierra.
5. Realmente hay motivo para dar gracias a Dios
porque nos da a conocer lo que está oculto:
su voluntad respecto de nosotros; «el misterio de
su voluntad».
«Mysterion», «misterio»: un término que se repite
a menudo en la Sagrada Escritura y en la liturgia.
No quiero entrar ahora en la filología, pero en el
lenguaje común indica lo que no se puede
conocer,
una realidad que no podemos aferrar con nuestra
propia inteligencia.
El himno que abre la Carta a los Efesios nos lleva
de la mano hacia un significado más profundo de
este término y de la realidad que nos indica.
Catecismo Iglesia Católica, artículo 50:
Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios
con certeza a partir de sus obras. Pero existe otro orden de
conocimiento que el hombre no puede de ningún modo
alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina
(cf. Cc. Vaticano I: DS 3015).
Por una decisión enteramente libre, Dios se revela y se da
al hombre. Lo hace revelando su misterio, su designio
benevolente que estableció desde la eternidad en Cristo en
favor de todos los hombres.
Revela plenamente su designio enviando a su Hijo
amado, nuestro Señor Jesucristo, y al Espíritu Santo.
francesco_trevisani.jpg
6. Para los creyentes,
«misterio» no es tanto lo desconocido,
sino más bien la voluntad misericordiosa de Dios,
su designio de amor que se reveló plenamente en
Jesucristo
y nos brinda la posibilidad de
«comprender con todos los santos lo ancho, lo largo, lo
alto y lo profundo, y conocer el amor de Cristo» (Ef
3, 18-19).
El «misterio desconocido» de Dios es revelado,
y es que Dios nos ama,
y nos ama desde el comienzo, desde la eternidad.
Biblia de Jerusalén (Edición 1998). Nota, Efesios 3, 18-19:
3 18 Pablo emplea esta enumeración, que en la filosofía estoica designaba la totalidad del universo, con el fin de evocar el
influjo universal de Cristo en la regeneración del mundo… Más concretamente las dimensiones enunciadas pueden ser
las del “misterio” de salvación, o mejor aún, las del “amor” de Cristo, que es su fuente v. 19. Al igual que para la
Sabiduría, esas dimensiones rebasan toda medida humana. Job 11 8-9…
3 19 a) El amor que Cristo nos ha mostrado entregándose así mismo, 5 2.25; Ga 2 20. amor idéntico al del Padre, 2 4.7; 2
Co 5 14 y 18…
3 19 b) Más que “comprender” (v.18: término griego de origen filosófico) se trata de “conocer” mediante un conocimiento
religioso, místico, impregnado de amor, ver 1 17s; 3 3s; ver Os 2 22+; Jn 10 14+, que llega más lejos que cualquier otro
conocimiento intelectual, ver 1 Co 13. Mas que de conocer, se trata de ser amado y ser consciente de ello, ver Ga 4 9, aún
cuando resulte imposible penetrar en la profundidad de ese amor.
3 19 c) … El cristiano, por la plenitud de la vida divina que recibe de Cristo, en quien ella habita, Col 2 9s, entra a su vez en
la plenitud del Cristo total, que es la Iglesia, y ulteriormente en el nuevo universo, a cuya edificación contribuye, 1 23; 2
22; 4 12-13; Col 2 10+.
7. Reflexionemos un poco sobre esta solemne y profunda
oración. «Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo» (Ef 1, 3).
San Pablo usa el verbo «euloghein», que generalmente
traduce el término hebreo «barak»:
significa alabar, glorificar, dar gracias a Dios Padre
como la fuente de los bienes de la salvación,
como Aquel que «nos ha bendecido en Cristo con toda
clase de bendiciones espirituales en los cielos» (ib.).
El Apóstol da gracias y alaba, pero reflexiona también
sobre los motivos que impulsan al hombre a esta
alabanza, a esta acción de gracias, presentando los
elementos fundamentales del plan divino y sus etapas.
Con el profeta Jeremías podemos afirmar también
nosotros que antes de formarnos en el seno de nuestra
madre él ya nos conocía (cf. Jr 1, 5); y conociéndonos
nos amó.
8. Ante todo debemos bendecir a Dios Padre porque —así escribe san Pablo— él «nos eligió en Cristo
antes de la creación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por la caridad» (v. 4).
Lo que nos hace santos e inmaculados es la caridad. Dios nos ha llamado a la existencia, a la santidad.
Y esta elección es anterior incluso a la creación del mundo. Desde siempre estamos en su plan, en su
pensamiento.
“Si mirásemos cuán grande es la Misericordia de Dios, nunca
dejaríamos de hacer bien mientras pudiésemos:
pues dando nosotros, por su amor, a los pobres lo que Él
mismo nos da, nos promete ciento por uno en la
Bienaventuranza.
¡Oh, bienaventurado logro y ganancia! ¿Quién no da lo que
tiene a este bendito mercader, pues hace con nosotros tan
buena mercancía y nos ruega, con los brazos abiertos, que
nos convirtamos y lloremos nuestros pecados y hagamos
caridad primero a nuestras ánimas y después a los prójimos?
Porque así como el agua mata al fuego, así la caridad al
pecado.” (San Juan de Dios).
San Juan de Dios salvando a los enfermos de incendio del Hospital
http://divinavocacion.blogspot.com.es/2012/01/307-
Real, Manuel Gómez-Moreno González (1880). Museo de Bellas Artes
de Granada fraternidad-de-hermanos-de-la.html
9. La vocación a la santidad, es decir, a la comunión con Dios pertenece al plan eterno de este Dios,
un plan que se extiende en la historia y comprende a todos los hombres y las mujeres del mundo,
porque es una llamada universal.
Dios no excluye a nadie; su proyecto es sólo de amor.
San Juan Crisóstomo afirma:
«Dios mismo nos ha hecho santos, pero nosotros estamos llamados a permanecer santos.
Santo es aquel que vive en la fe» (Homilías sobre la Carta a los Efesios, I, 1, 4).
Josué. Reparto de tierras de las 12
tribus de Israel.
14 La parte de Caleb [un hombre que
vive en la fe] vv. 6-15
Resumen: Cuando tenía 40 años
exploró la tierra prometida, fue
apedreado por mantener, junto con
Josué, que era posible conquistarla.
Por rechazar la promesa de Dios,
vagaron 40 años por el desierto los
israelitas.
Ahora 45 años después, al repartir
las tierras, Caleb pide se le dé la
montaña donde viven anaquitas
(gigantes en ciudades grandes y
fuertes), que le prometió Yavhe. Si
Yahvé está conmigo, los expulsaré
como me prometió Yahvé…
Y acabada la guerra, el país quedó en
paz.
10. San Pablo continúa: Dios nos predestinó, nos
eligió para ser «sus hijos adoptivos por medio
de Jesucristo», para ser incorporados en su
Hijo unigénito.
El Apóstol subraya la gratuidad de este
maravilloso designio de Dios sobre la
humanidad.
Dios nos elige no porque seamos buenos, sino
porque él es bueno.
Y la antigüedad tenía una palabra sobre la
bondad: bonum est diffusivum sui; el bien se
comunica;
el hecho de comunicarse, de
extenderse, forma parte de la esencia del
bien.
De este modo, porque Dios es la bondad, es
comunicación de bondad, quiere
comunicarse.
Él crea porque quiere comunicarnos su
bondad y hacernos buenos y santos.
11. En el centro de la oración de bendición, el Apóstol ilustra el modo como se realiza el plan de salvación
del Padre en Cristo, en su Hijo amado.
Escribe: «En él, por su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza
de su gracia» (Ef 1, 7).
El sacrificio de la cruz de Cristo es el acontecimiento único e irrepetible con el que el Padre nos ha
mostrado de modo luminoso su amor, no sólo de palabra, sino de una manera concreta.
Dios es tan concreto y su amor es tan concreto que entra en la historia,
se hace hombre para sentir qué significa, cómo se vive en este mundo creado,
y acepta el camino de sufrimiento de la pasión, sufriendo incluso la muerte.
12. Es tan concreto el amor de Dios que participa no sólo en nuestro ser, sino también en nuestro sufrir y
morir.
Madre dolorosa - (Cántico de la Virgen al pie de la Cruz) [fragmento]
… su Hijo, volviéndose hacia Ella, le habló de esta manera:
«Madre, ¿por qué lloras? ¿Por qué, como las otras mujeres, estás
abrumada? ¿Cómo quieres que salve a Adán, si Yo no sufro, si Yo no
muero? ¿Cómo serán llamados de nuevo a la Vida los que están
retenidos en los infiernos, si no hago morada en el sepulcro? Por eso
estoy crucificado, Tú lo sabes; por esto es por lo que Yo muero».
... Yo, que siendo el Verbo, en ti me hice carne. En esta carne sufro
y en esta carne muero. Madre, no llores más; di solamente: si Él
sufre, es porque lo ha querido, Hijo mío y Dios mío».
Respondió Ella: . Hijo de mis entrañas, ... Y, sin embargo, Tú has
sanado a tantos sin padecer. Para curar al leproso te fue suficiente
querer sin sufrir. Tú sanaste la enfermedad del paralítico, sin el
menor esfuerzo. También hiciste ver al ciego con una sola
palabra, sin sentir nada por esto, oh la misma Bondad, Hijo mío y
Dios mío».
El que conoce todas las cosas, aun antes de que existan, respondió
a María: «Tranquilízate, Madre: después de mi salida del sepulcro, tú
serás la primera en verme; Yo te enseñaré de qué abismo de
tinieblas he sido librado, y cuánto ha costado. Mis amigos lo sabrán:
porque Yo llevaré la prueba inscrita en mis manos.
Entonces, Madre, contemplarás a Eva vuelta a la Vida, y exclamarás
con júbilo: Son mis padres!, y Tú les has salvado, Hijo mío y Dios
mío».
San Román, el Melódico (?-hacia 560), compositor de himnos - Romano el
Meloda, nacido en torno al año 490 en Emesa (hoy Homs) en Siria.
http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=1199&layout=print
13. El sacrificio de la cruz hace que nos convirtamos en «propiedad de Dios», porque la sangre de Cristo
nos ha rescatado de la culpa, nos lava del mal, nos libra de la esclavitud del pecado y de la muerte.
San Pablo invita a considerar cuán profundo es el amor de Dios que transforma la historia, que ha
transformado su misma vida de perseguidor de los cristianos en Apóstol incansable del Evangelio.
Queridísima hermana en Jesús. Yo, Catalina, sierva de los siervos de
Jesús, te escribo en su sangre preciosa, deseosa de que te alimentes y te
nutras del amor de Dios como del seno de una dulce madre…
Viviendo en Dios, por tanto, no se puede tener amargura alguna, porque
¡Dios es delicia, dulzura y alegría infinitas! ¡Es ésta la razón por la que los
amigos de Dios son siempre felices! Aun
enfermos, indigentes, afligidos, atribulados, perseguidos, nosotros estamos
alegres…
Abraza a Jesús crucificado, amante y amado, y en él encontrarás la vida
verdadera, porque es Dios que se ha hecho hombre. ¡Ardan tu corazón y tu
alma por el fuego de amor obtenido de Jesús clavado en la cruz!
Debes, entonces, transformarte en amor, mirando al amor de Dios, que
tanto te ha amado, no porque tuviera ninguna obligación para contigo, sino
por pura donación, empujado sólo por su inefable amor.
¡No tendrás otro deseo que el de seguir a Jesús! Como embriagada por el
Amor, no te darás ya cuenta de si te encuentras sola o en compañía: ¡No te
preocupes por nada, sólo de encontrar a Jesús y caminar tras él! ¡Corre, y
no te duermas nunca más, porque el tiempo corre y no espera ni un
momento!
Permanece en el dulce amor de Dios. Jesús dulce, Jesús amor."
Santa Catalina de Siena OP (1347-1380) (carta n. 165 a
Bartolomea, esposa de Salviato da Lucca.
http://scalacoeliop.blogspot.com.es/2012_05_01_archive.html
14. Resuenan una vez más las palabras tranquilizadoras de la Carta a los Romanos:
«Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo
con él? (...)
Pues yo estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni
potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor» (Rm 8, 31-32.38-39).
Esta certeza —Dios está con nosotros, y ninguna criatura puede separarnos de él, porque su amor es
más fuerte— debemos insertarla en nuestro ser, en nuestra conciencia de cristianos.
Evangelio: Lucas 13, 31-35
En aquella ocasión, se acercaron unos
fariseos a decirle: «Márchate de aquí, porque
Herodes quiere matarte.»
Él contestó: «ld a decirle a ese zorro:
“Hoy y mañana seguiré curando y echando
demonios; pasado mañana llego a mi
término.”
Pero hoy y mañana y pasado tengo que
caminar, porque no cabe que un profeta
muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los
profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces he querido reunir a tus
hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo
las alas!
Pero no habéis querido. Vuestra casa se os
quedará vacía. Os digo que no me volveréis a
ver hasta el día que exclaméis: “Bendito el
que viene en nombre del Señor.”»
jesus-y-los-fariseos. Tissot
15. Por último, la bendición divina se concluye con la referencia al Espíritu Santo que ha sido derramado en
nuestros corazones, al Paráclito que hemos recibido como sello prometido:
«Él —dice san Pablo— es la prenda de nuestra herencia, mientras llega la redención del pueblo de su
propiedad, para alabanza de su gloria» (Ef 1, 14).
La redención aún no ha concluido —lo percibimos—, sino que tendrá su pleno cumplimiento cuando
sean totalmente salvados aquellos que Dios se ha adquirido.
Nosotros estamos todavía en el camino de la redención, cuya realidad esencial la da la muerte y la
resurrección de Jesús.
Estamos en camino hacia la redención definitiva, hacia la plena liberación de los hijos de Dios.
Espíritu Santo "iconoplastes", o sea,
Aquél que plasma la imagen del Hijo en
el hombre.
Muro de la deificación del hombre
Capilla Redemptoris Mater
Palacio Apostólico - Vaticano
1997-1999.
16. Y el Espíritu Santo es la certeza de que Dios llevará a cumplimiento su designio de salvación, cuando
recapitulará «en Cristo, única cabeza, todas las cosas del cielo y de la tierra» (cf. Ef 1, 10).
San Juan Crisóstomo comenta sobre este punto:
«Dios nos ha elegido por la fe y ha impreso en nosotros el sello para la herencia de la gloria futura»
(Homilías sobre la Carta a los Efesios 2, 11-14).
Debemos aceptar que el camino de la redención es
también nuestro camino,
porque Dios quiere criaturas libres,
que digan libremente sí.
Pero es sobre todo y ante todo su camino.
Estamos en sus manos, y ahora depende de nuestra
libertad seguir el camino que él abrió.
Vamos por este camino de la redención juntamente con
Cristo,
y sentimos que la redención se realiza.
Con el Miércoles de Ceniza inicia para toda la Iglesia la Cuaresma,
un "tiempo litúrgico muy valioso e importante", en el cual
estamos llamados a "intensificar el camino personal y comunitario
de purificación en el espíritu, para obtener con más abundancia
del Misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor", …
maximillian-kolbe.jpg
17. La visión que nos presenta san Pablo en esta gran oración de bendición nos ha llevado a contemplar la
acción de las tres Personas de la Santísima Trinidad:
el Padre, que nos eligió antes de la creación del mundo, nos pensó y creó;
el Hijo que nos redimió mediante su sangre; y
el Espíritu Santo, prenda de nuestra redención y de la gloria futura.
Dios “nos eligió en la Persona de
Cristo, antes de crear el mundo, para
que fuésemos santos e
irreprochables en Él por el amor”
(Ef 1. 3-4).
18. En la oración constante, en la relación diaria con Dios, también nosotros, como san Pablo,
aprendemos a descubrir cada vez
más claramente los signos de este designio y de esta acción:
en la belleza del Creador que se refleja en sus criaturas (cf. Ef 3, 9), como canta san Francisco de Asís:
«Alabado seas, Señor mío, con todas tus criaturas» (FF 263).
"Loado seas, mi Señor, con todas tus
criaturas,
especialmente el señor hermano
Sol, el cual es día y por el cual nos
alumbras.
Y él es bello y radiante con gran
esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación“
(San Francisco, Cántico de las
criaturas, 3-4)
El Cántico de las criaturas es un himno coral con el que se invita a todo y a todos a la divina alabanza
del Creador. Al cantarlo Francisco, lo comparte con los suyos; también con las hermanas
clarisas, animadas de su mismo espíritu. http://www.sanantoniocolegio.com/58benlliure/01cuadro.php
19. Es importante estar atentos precisamente ahora, también en el tiempo de vacaciones, a la belleza de la
creación y a ver reflejarse en esa belleza el rostro de Dios.
En su vida los santos muestran de modo luminoso lo que puede hacer el poder de Dios en la debilidad
del hombre.
Y puede hacerlo también con nosotros.
En toda la historia de la salvación, en la que Dios se ha hecho cercano a nosotros y espera con
paciencia nuestros tiempos, comprende nuestras infidelidades, alienta nuestro compromiso y nos guía.
la flor del espiritu santo
La Flor del Espíritu Santo es una Orquídea. Su nombre científico es Periferia Elata. Se caracteriza por
tener pétalos de un color marfil intenso, adornados en el centro de su libelo con una bien definida y
delicada paloma Flor Nacional de Panamá
20. En la oración aprendemos a ver los signos de este designio misericordioso en el camino de la Iglesia.
Así crecemos en el amor de Dios, abriendo la puerta para que la Santísima Trinidad venga a poner su
morada en nosotros, ilumine, caliente y guíe nuestra existencia.
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él»
(Jn 14, 23), dice Jesús prometiendo a los discípulos el don del Espíritu Santo, que enseñará todas las
cosas.
San Ireneo dijo una vez que en la Encarnación el Espíritu Santo se acostumbró a estar en el hombre.
En la oración debemos acostumbrarnos a estar con Dios.
Esto es muy importante, que aprendamos a estar con Dios, y así veamos cuán hermoso es estar con
él, que es la redención.
21. Queridos amigos, cuando la oración alimenta
nuestra vida espiritual, nos volvemos capaces
de conservar lo que san Pablo llama «el misterio
de la fe» con una conciencia pura (cf. 1 Tm 3, 9).
La oración como modo de «acostumbrarnos» a
estar junto con Dios, genera hombres y mujeres
animados
no por el egoísmo, por el deseo de poseer, por
la sed de poder,
sino por la gratuidad, por el deseo de amar, por
la sed de servir, es decir, animados por Dios.
Y sólo así se puede llevar luz en medio de la
oscuridad del mundo.
María Santísima tomó en sus manos las flores
colocándolas nuevamente en el hueco de la
tilma de Juan Diego y le dijo:
"Mi hijito el menor, estas diversas flores son la
señal que llevarás al Obispo; de mi parte le
dirás que vea en ellas mi deseo, y que por ello
realice mi voluntad; y tú..., tú que eres mi
mensajero... en ti absolutamente se deposita la
confianza”.
22. Quiero concluir esta catequesis con el epílogo de la Carta a los Romanos.
Con san Pablo, también nosotros damos gloria a Dios porque nos ha dicho todo de sí en Jesucristo y
nos ha dado el Consolador, el Espíritu de la verdad.
Escribe san Pablo al final de la Carta a los Romanos:
«Al que puede consolidaros según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la
revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las
Escrituras proféticas,
dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegaran a
la obediencia de la fe, a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén»
(16, 25-27).
Gracias.
23. Llamamiento
Sigo con profunda preocupación las noticias que llegan de Nigeria, donde continúan los atentados
terroristas dirigidos sobre todo contra los fieles cristianos. Mientras elevo la oración por las víctimas y
por cuantos sufren, exhorto a los responsables de las violencias a fin de que cese inmediatamente el
derramamiento de sangre de tantos inocentes. Deseo, además, la plena colaboración de todos los
componentes sociales de Nigeria para que no se siga el camino de la venganza, sino que todos los
ciudadanos cooperen a la edificación de una sociedad pacífica y reconciliada, en la que se tutele
plenamente el derecho a profesar libremente la propia fe.
Saludos (En español)
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de
España, Honduras, Colombia, Argentina, Chile, México y otros países latinoamericanos.
Invito a todos a alimentar vuestra vida espiritual con una oración constante, para crecer en el amor de
Dios y llevar al mundo la luz de su claridad.