3. Se trataba de un hombre que en compañía de su hijo escalaba una montaña practicando su deporte favorito. En la medida que avanzaban, el camino se hacía más difícil y riesgoso, incrementándose la peligrosidad porque ya caía la tarde y empezaba a oscurecer. En un determinado momento el niño tropieza con una piedra y estuvo a punto de caer. El padre lo abraza, le infunde ánimo para continuar y le recuerda que estaban muy cerca de llegar a la cima. Prosiguen la marcha pero el niño había sido invadido por el miedo. No obstante, entre sollozos y a regañadientes sigue escalando. Pocos minutos después el pequeño ya no da más y le grita a su padre que se detenga un momento. Este gira muy asustado pensando en lo peor y pregunta: ¿Qué pasa? “ Papá, papá, dice el niño, fíjate bien, fíjate bien por donde caminas que estoy siguiendo tus huellas” Y continúa con nuevas enseñanzas…