El acuerdo de La habana; el resultado de negociar bajo el estilo soviético
1. La
Habana:
negociación
soviética
Por:
José
Ignacio
Tobón
L.
Tendría
posibilidad
de
escribir
cientos
de
páginas
para
analizar,
desde
el
punto
de
vista
técnico,
las
negociaciones
de
La
Habana
entre
el
Gobierno
y
las
FARC,
pero
en
estas
líneas
quiero
mencionar
al
menos
los
estilos
de
negociación
de
las
partes.
Los
negociadores
de
las
FARC
siguieron
un
libreto
de
negociador
duro
soviético
que
quiere
ganar
a
toda
costa
y
los
negociadores
del
Gobierno
son
un
claro
ejemplo
de
negociadores
suaves
que
quieren
un
acuerdo
pagando
todos
los
costos
y
de
“happy
negotiators”
que
quieren
un
acuerdo
mediocre
sin
molestar
a
la
contraparte.
Los
negociadores
de
las
FARC
fueron
fieles
a
su
estilo
y
mis
críticas
no
van
para
ellos;
ellos
fueron
consistentes.
Mis
críticas
van
para
los
negociadores
del
Gobierno
pues,
en
mi
criterio,
no
hicieron
un
buen
papel.
Mis
críticas
también
van
para
los
asesores
del
Gobierno
quienes
no
merecen
la
condecoración
que
recibieron.
Para
ratificar
el
libreto
de
los
negociadores
de
las
FARC
debemos
saber
que
el
estilo
soviético
de
negociación
tiene
características
tales
como:
1)
lo
mío
es
mío
y
lo
suyo
es
negociable:
las
FARC
no
entregan
nada
y
solo
reciben
del
Gobierno;
2)
toda
generosidad
del
adversario
debe
verse
como
debilidad:
mientras
más
le
entrega
el
Gobierno
a
las
FARC
más
débil
lo
ven
y
más
piden;
3)
posiciones
iniciales
extremas
no
negociables:
las
FARC,
por
ejemplo,
desde
el
comienzo
definen
que
no
irán
un
solo
día
a
la
cárcel
y
lo
logran;
4)
negociar
lo
más
lentamente
posible:
las
FARC
invierten
excesivo
tiempo
en
protocolos
y
agendas,
complican
las
negociaciones
y
hacen
mínimas
concesiones;
5)
mentir
hasta
la
muerte:
las
FARC
niegan
todo
aquello
que
es
evidente
y
que
puede
afectarlos
en
forma
negativa.
Los
negociadores
de
las
FARC
hicieron
un
excelente
trabajo
desde
el
punto
de
vista
técnico,
pues
lograron
en
la
mesa
de
negociación
lo
que
no
pudieron
lograr
en
el
campo
de
batalla.
Esto
se
debió
a
la
habilidad
de
negociación
de
las
FARC,
pero
mucho
más
a
la
incompetencia
de
los
negociadores
del
Gobierno.
Las
altas
jerarquías
de
las
Fuerzas
Armadas
mencionan
que
esta
negociación
de
La
Habana
es
símbolo
del
éxito
de
ellas.
El
éxito
de
ellas
consistió
en
lograr
una
ventaja
estratégica
para
llevar
a
las
FARC
a
la
mesa
de
negociación,
pero
en
el
mismo
momento
que
empezaron
las
negociaciones
los
negociadores
del
Gobierno
se
gastaron
toda
esa
ventaja.
Los
negociadores
del
Gobierno
son
un
excelente
y
vivo
ejemplo
del
mayor
error
de
los
negociadores
que
es
“temor
al
conflicto”.
El
Gobierno
le
teme
al
conflicto
y
es
un
comprador
de
paz,
pues
estuvo
dispuesto
a
entregar
todo
con
tal
de
tener
la
paz.
Las
FARC
se
encargaron
de
ser
vendedoras
de
paz
y
buscaron
aumentar
el
precio
de
la
paz.
Las
FARC
hicieron
la
preventa
de
la
paz
y,
en
forma
irónica,
el
Presidente
Santos
se
encargo
de
la
postventa
de
la
paz
atemorizando
al
pueblo
colombiano
con
los
horrores
que
vendrían
si
no
había
acuerdo.
2. El
acuerdo
firmado
en
La
Habana
es
claramente
mucho
mejor
para
una
de
las
partes,
la
más
fuerte
y
la
líder.
Los
costos
los
pagará
la
parte
más
débil
y
la
seguidora.
Es
claro
que
los
acuerdos
tan
desiguales
tienen
una
muy
difícil
implementación
y
conducen
a
fracasos.
En
el
caso
potencial
y
lejano
de
que
el
Gobierno
acate
el
mandato
del
plebiscito
e
inicie
un
proceso
de
renegociación,
sería
saludable
que
los
negociadores
del
Gobierno
tuviesen
la
firmeza
como
su
principio
fundamental.