El documento discute la relación entre empleadores y empleados en el contexto de mercados abiertos. Argumenta que ver a los trabajadores como objetos de explotación es inconsistente con las economías de mercado modernas donde se respetan los derechos individuales. También argumenta que los accionistas tienen derecho sobre su propiedad y no deberían ser obligados a ceder el control de decisiones empresariales a los trabajadores.