1. América Latina en el siglo XX; entre Conservadores Oligarcas y Liberales
Extremos el Surgimiento de los Movimientos Obreros y la Clase Media.
MOVIMIENTO OBRERO
Y
SINDICALIZACION
Sebastian Henao Ramos
Pablo Esteban Giraldo
Santiago Nieto
Nicolas Lozano
¿Qué son los movimientos obreros y cuáles fueron las causas que dieron
lugar a su origen, así como las incidencias hasta la actualidad de estos
movimientos en la estructura de las relaciones laborales en América Latina.
Es una federación, un colectivo de trabajadores asalariados que se juntan para
emprender luchas en pro a sus derechos y además, realizar campañas
económicas y políticas, para el alcance de sus ideales y objetivos. Esta asociación
2. puede generarse de manera temporal o permanente, buscando hacerle frente a
los capitalistas, que son aquellas personas que poseen el capital y los medios
para crear una organización productiva o empresa y por ende, se convierte en un
empleador.
Cada país tiene su propia historia, de cómo se generó el movimiento obrero.
Muchos encontrarán puntos de encuentro, pero la realidad es que ninguna historia
es igual a la otra.
Sin embargo, los orígenes de este movimiento se encuentran en Inglaterra, en el
siglo XIX, específicamente en los tiempos de la revolución industrial, donde se
empezaron a crear fábricas, con patronos y empleados, pero sin regulación laboral
alguna. También, en los primeros años de la industrialización, se pudo apreciar la
reducción salarial y la negación por parte de las empresas a ayudar a sus
trabajadores, con financiamiento para enfermedades o vejez y tampoco
aceptaban pagar paros forzosos.
Ese “liberalismo”, dio paso a que quienes eran dueños de las fabricas se
enfocaran en maximizar su producción, dejando a un lado el bienestar de sus
trabajadores, exponiéndolos a jornadas de más de doce horas de trabajo y donde
los niños y mujeres eran los blancos perfectos para trabajar de obreros, ya que
sus salarios eran inferiores a los de los hombres adultos.
Las primeras revelaciones del movimiento obrero fueron denominadas como
“ludismo”, que se basaba en la destrucción de máquinas en las fábricas, término
que proviene del nombre de un obrero inglés llamado Ned Ludd, quien en 1779
destruyó un telar mecánico.
A pesar de ello, con el pasar del tiempo, la clase obrera entendió que las
máquinas no eran sus enemigos, sino el uso que se le daba a las mismas, por
órdenes de los patronos. Así el pensamiento cambió y las quejas de la masa
obrera empezó a recaer en los hombros de los empresarios, dando paso a lo que
3. se conoció como un movimiento de resistencia al capital,
denominado sindicalismo.
En el continente Americano, el movimiento obrero surgirá bajo la influencia de los
inmigrantes Europeos, quienes venían con la experiencia de lo que estaba
sucediendo en Europa, empapados de las teorías socialistas y anarquistas, que
llamaban a la sublevación obrera. Sobre todo las raíces del movimiento obrero
Americano va a estar ligada al anarcosindicalismo. Tal es el caso de los Estados
Unidos con la lucha por la reducción de la jornada de trabajo a 8 horas, el famoso
caso de los “Mártires de Chicago”. Por otra parte, en América latina, las
condiciones son distintas a las de la Europa Occidental, es un territorio aún en su
mayoría agrícola con bajos niveles de industrialización, Para comenzar, es
importante subrayar que la mayor parte de los sistemas de producción que se
vieron amenazados por las huelgas de los trabajadores se caracterizaban por ser
de enclave, es decir, que el capital involucrado estaba en manos extranjeras, y
sólo el proceso de extracción de las materias primas se desarrolla en el continente
latinoamericano, mientras que el resto de los pasos de la cadena de valor se
desenvuelve en el exterior. Como característica de este tipo de sistema
productivo, nos encontramos con que la forma de pago es en bonos que tienen
valor económico únicamente en las tiendas de raya ubicadas en el interior del
predio de explotación de este mismo sistema, por lo cual el dinero gastado por los
trabajadores regresaba al propietario del mismo. Es así que se le presentaría al
obrero la oportunidad de pagar fiado, lo que lo llevaría a endeudarse y, finalmente,
a transformarse en un “esclavo” de la empresa para la cual trabajaba.
Excepcionales a esta circunstancia eran los sistemas desarrollados en las áreas
urbanas.
Por otro lado, existe una gran oferta de mano de obra, la cual va a permitir a los
dueños de los capitales de producción la posibilidad de despedir a sus
trabajadores sin temor a la falta de los mismos; es decir, esta situación les
permitía una cierta independencia respecto de cada uno de los trabajadores,
puesto que, en el caso de considerar necesario despedir a parte del personal,
4. podían reemplazarlos con nuevos obreros, para los cuales hacía falta trabajo. Es
por esto que los propietarios tenían la posibilidad de otorgarles malas condiciones
laborales y de vivienda a sus trabajadores, y que estos últimos se encontraban
condicionados para la realización de sus reclamos, y, ante la realización de
huelgas eran echados, ya que, en su mayoría, no eran imprescindibles en sus
empresas.
En cuanto a las fuerzas represoras de los movimientos, estas respondían
principalmente a gobiernos oligárquicos, los cuales estaban liderados por la
porción más rica de la población que, en forma casi ridícula, era dueña de los
sistemas productivos a cuyos trabajadores reprimía. Por otro lado, las autoridades
apelaron en una primera instancia a las fuerzas policiales, y más tarde a las
militares para la restauración del orden, lo cual se explica en que las primeras eran
vecinas de aquellos a quienes sometían, mientras que las segundas carecían de
relación cercana con los huelguistas. Además, los gobiernos contaban con leyes
que les permitían deportar de sus países a aquellos inmigrantes no naturalizados
e indeseables por su comportamiento (como podía ser la participación en
revueltas y huelgas obreras) sin un juicio previo, con lo cual podían someter a los
líderes y miembros de los movimientos obreros en cuanto lo necesitaran.
Finalmente, quedan por desarrollar los reclamos que realizaban los trabajadores,
los cuales tenían que ver con las condiciones de trabajo, y más específicamente
con aspectos como la extensión de la jornada laboral, los medios de pago, el
sueldo mínimo y los bajos salarios, las condiciones de vivienda, los días
laborables, los horarios de almuerzo, y las condiciones de higiene y limpieza de
los lugares de trabajo.
En cuanto a la extensión laboral, la jornada de trabajo se extendía durante doce
horas y en algunos casos llegaba hasta las dieciséis, por lo cual reclamaban por
una reducción de la misma y, además, la inclusión de un horario para el almuerzo,
el cual no estaba incluido dentro de la jornada laboral. Existía, además, un
5. reclamo relativo a los días laborables puesto que también se trabajaba los días
sábados, a lo cual se oponían los trabajadores que, en efecto, solicitaban la
eliminación de este día de la semana de trabajo.
En referencia a los bajos salarios, los trabajadores reclamaban un salario mínimo
puesto que los suyos muchas veces no alcanzaban para cubrir sus necesidades
básicas de forma que ellos buscaban garantizarse un ingreso de base que les
permitiera vivir dignamente y a partir del cual pudiera haber aumentos, pero no
así rebajas del mismo.
Con respecto a los medios de pago, solicitaban que les fuera abonado su salario
con una moneda que tuviera valor más allá de los límites de la zona dónde se
desarrollaba el sistema productivo, es decir, deseaban suprimir el pago en bonos,
los cuales tenían utilidad únicamente en las tiendas de raya pertenecientes a
dichos sistemas. Además, estas tiendas eran las únicas de cada región de
explotación y eran todas propiedades de los empresarios, por lo que los precios
podían ser fijados arbitrariamente y, el dinero de los salarios quedaba finalmente
en mano de los mismos que los habían pagado. Por otro lado, al ser los precios de
los productos demasiado altos, el empleador fiaba a sus trabajadores,
de modo que éstos debían trabajar más tiempo para tener un sueldo más alto y
saldar la deuda. Sin embargo, en la práctica esto terminaba “esclavizando” a los
obreros por la imposibilidad de retribuir el dinero que les había sido fiado en un
principio, debiendo ellos trabajar cada vez más para cubrir esa deuda,
constituyendo un círculo vicioso. Esta última situación estaba íntimamente
relacionada con el criterio utilizado para el establecimiento de los sueldos, que era
el del pago por producción realizada, lo cual requería de una mayor cantidad de
horas de trabajo para obtener un mayor salario.