1. NOVIAZ GO INFORM AL Ó COM PROM ISO SERIO,
¿CUÁL ES LA OPCIÓN BÍBLICA?
Miguel Antonio Muñoz V., www.TodasLasNaciones.org
Planteam iento del pr oblem a
Como algunos otros asuntos, el noviazgo es un “tema gris” en Las Escrituras. Resulta muy difícil,
por lo tanto, plantear una postura. Vale hacer notar que, en este ensayo, noviazgo se refiere a una
1
relación informal, sin pretensiones serias de matrimonio. No nos referimos al período de compromiso
serio entre una pareja, en vista de su inminente casamiento. Sí nos referimos a esas relaciones en las
que los jóvenes andan “jugando” a ser “la pareja ideal”. La Biblia no se refiere a una relación de este tipo.
La razón es sencilla: éste es un modelo moderno. Es muy diferente a cualquier costumbre de otro
tiempo, particularmente del bíblico. Lamentablemente, algunos jóvenes cristianos le han dado un
espacio, y “las consecuencias de esas prácticas llegan a afectarnos más allá de los años de la
2
adolescencia. Muy a menudo nos causan una amargura y desconfianza que dura toda la vida.”
Pretendemos exponer el por qué de una postura definida en cuanto a este problema: Este tipo de
noviazgo es propio del mundo, manipulado por Satanás y aprovechado por la carne. La opinión se vierte
aun con riesgo de ser considerados como lo que no se pretende ser, dogmáticos o legalistas. El espíritu
que nos motiva es más bien mostrar gracia, sin olvidarnos de la santidad. Es dar espacio a que se pida
misericordia, pero sin esconderse de la justicia. Pretendemos encontrar una postura que, lejos de
contradecir al Señor, nos ayude a agradarle en todas nuestras relaciones interpersonales.
1 Se procurará mantener un lenguaje proactivo para indicar la diferencia de apreciación de estos conceptos por parte de
cristianos. Por ejemplo, sugerimos a aquellos que están por casarse, que en lugar de decir “somos novios”, digan
“estamos comprometidos”. La idea es dar testimonio de que somos diferentes a lo que es común entre quienes no temen a
Dios.
2 ¿Debe cortejar un cristiano? Miami, Fl. EE.UU.: Iglesia Cristiana de Westchester. s/f., pág. 4.
2. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 2
Cos tum br es r elac ionadas
En los vastos tiempos antiguo-testamentarios, el padre del pretendiente buscaba esposa para su
3
hijo. Lo hacía dentro de su parentela o dentro de su comunidad. Muchas veces los prometidos se
relacionaban, como tales, hasta que llegaba la semana misma de la boda. En el caso de los paganos,
los líderes religiosos podían tener la última palabra sobre la decisión. Incluso podían involucrarse
sexualmente con la joven, de acuerdo a sus mitos paganos. Reconocemos que desde los tiempos
antiguos, la mujer ha sido subyugada con mucha frecuencia; de ahí costumbres consecuentes.
Muchas culturas indígenas de Latinoamérica mantienen las costumbres de sus antepasados. Lo
mismo se da en el Medio y en el Lejano Oriente. El resto del mundo, y muy marcadamente los
latinoamericanos, hemos sido “invadidos” por la cultura norteamericana. El noviazgo, tal como lo
conocemos hoy, fue impulsado hasta su apogeo, tan sólo en el siglo XX. La industria cinematográfica
norteamericana fue pivote central en ese lanzamiento. Primero fue el noviazgo ingenuo, después fue el
doble sentido. Le prosiguió el libertinaje y luego la permisividad. Aquí su broche de "oro" (entiéndanse
las comillas): Pornografía, inmoralidad sexual y desvalorización del matrimonio.
La duda se ha sabido manejar. “¿Será el noviazgo un asunto cultural que sencillamente debemos
aceptar?” La moralidad de los tiempos y de las culturas es relativa. Lo que era moral para los antiguos,
tal vez no lo sea para el hombre moderno. Lo que para aquellos era inmoral, para éste es aceptable. Por
su lado, lo que los hindúes promueven, los hondureños pueden condenar. Aquello en lo que los
hondureños consienten, los ingleses no toleran. Afortunadamente para quienes buscan lo mejor, la
relatividad de la cultura se pierde en la Palabra de Dios. “Lo que es cultural no necesariamente es moral
4
ante los ojos de Dios.” Pensamos que el noviazgo encaja en esto.
3 Léase en Génesis 24 la historia de cómo Isaac y Rebeca se conocieron y se casaron.
4Expresión popularizada por Daniel Sierra en el año 1984, cuando las Iglesias Gran Comisión lucharon para que no se
despenalizara el aborto en Honduras.
3. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 3
La pos ic ión de la Biblia
Que NO dice la Biblia
Si decimos que la Biblia rechaza y condena el noviazgo, mentiríamos. Como anteriormente se dijo,
el noviazgo al estilo contemporáneo no se describe en Las Escrituras. No pertenece a ellas. Pero por el
hecho de no ser un “tema blanco o negro”, no podemos ser dogmáticos, ni legalistas. Aunque la Palabra
no rechaza ni condena el noviazgo, sí nos presenta principios para las relaciones interpersonales. Se
trata de principios con los cuales podemos discernir si una relación es pura, o si es inmoral. La Biblia no
condena el noviazgo. Seamos cuidadosos.
Si decimos que la Biblia aprueba y promueve el noviazgo, también estaríamos mintiendo. Aquí
quizá la mentira sea mayor, pues alguien podría manipular o ignorar verdades bíblicas que no lo
aprobarían. Lo favorable es que las Escrituras contienen muchos textos que describen relaciones
interpersonales sanas. Nos enseñan acerca del amor, del servicio, del perdón. También nos hablan
acerca de la enseñanza, la edificación y la amonestación mutuas. Todo ello es propio de relaciones
fraternales y sociales, idóneo para los miembros de la familia de la fe. Pero nada de ello, ni necesita del
noviazgo, ni mucho menos lo promueve. Seamos, con esto, más cuidadosos.
Antecedentes bíblicos
Comprometerse o desposarse según la Biblia, es algo muy diferente a lo que conocemos en
nuestro medio como noviazgo. El desposarse tenía, entre otras, la función de comprobar la moralidad de
los contrayentes. Este desposorio, que duraba aproximadamente un año, previo al matrimonio
5
consumado, tenía validez legal. En casi todos los casos de compromiso mencionados, eran los padres
quienes decidían el matrimonio, principalmente el padre del varón. El buen testimonio de las familias era
5 Entre los judíos se consideraba tan firme como el matrimonio, y no podía ser disuelto excepto por divorcio. Se dieron
ciertas leyes en cuanto a la mujer desposada (Éx. 21:8-9; Dt. 20:7, 28:30). María, la madre del Señor Jesús, estaba
desposada con José, y éste consideró la posibilidad de repudiarla en privado, pero un ángel del Señor le informó acerca
de la realidad de su condición (Mt. 1:18-19; Lc. 1:27, 2:5). Se usa simbólicamente para expresar el favor de Jehová hacia
su antiguo pueblo en un día aún futuro, cuando Él los “desposará” a Sí mismo para siempre (Os. 2:19-20). También en
cuanto a la posición en la que la Iglesia tiene con Cristo, Pablo escribió a los santos en Corinto: “Os he desposado con
un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo” (2 Co. 11:2). La conducta de los santos debería
corresponderse con la realidad de este desposorio. [Samuel Vila y Santiago Escuain, Nuevo Diccionario Bíblico
Ilustrado. Barcelona: Editorial Clie (1985), “Desposorio”, pág. 249.]
4. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 4
la base primaria sobre la cual se decidía. El gusto o la preferencia de los prometidos, y más aun el de
6
ella, eran aspectos secundarios para la decisión.
Que SI dice la Biblia
En la Biblia se encuentra todo lo que nuestro Padre quiere que sepamos. Por medio de Su
Palabra, Dios nos da la seguridad de saber que vivimos bajo Su soberanía. Nos instruye muy
explícitamente acerca de la moralidad propia de quienes llegan a ser sus hijos. Esa moralidad revelada
es la que nos guía a tomar las mejores decisiones para nuestra vida. No pretende quitarnos el gozo ni la
realización. Su Palabra, más bien, nos muestra cómo aumentar la capacidad de disfrutar la vida a
plenitud. Tomemos en cuenta, entonces, la perspectiva de Dios.
El amor y el matrimonio según Dios
El amor es una decisión que se demuestra con hechos determinados y voluntarios. Se refiere a
dar, no a estar esperando recibir. No se trata, en primera instancia, de una respuesta emocional, ni de
gustos personales. Recordemos el ejemplo de David y Jonatán, de Isaac y Rebeca. Dios no nos manda
a desarrollar amor. Si nos manda a amar; a demostrar que Su amor ya fue depositado en nuestros
7
corazones.
El noviazgo contradice al amor según Dios. Es típico que cada uno de los novios frecuentemente
esté demandando atención. Es fácil notar que los noviecitos andan buscando recibir. Es común que se
desarrollen celos, pleitos y enfrentamientos que difícilmente pueden ser controlados. La razón: no existe
compromiso. Sólo están probando. Sólo están “conociéndose”. Así que si no reciben lo que buscan,
terminan, y ya. Se ponen en evidencia, entonces, los intereses egoístas. El noviazgo exige, el amor
ofrece. “Más bienaventurado es dar que recibir” no es un principio exclusivo en cuanto al uso del dinero.
6 El hecho de que en ese contexto sea secundario, no contradice nuestra convicción de que la atracción mutua sea
importante. Creemos que sentirse atraídos es un curso natural hacia una relación matrimonial, pero debe ser atendido
cuidadosamente. No creemos que sea muy sabio que una pareja se case sin que haya atracción entre ellos. Compárese lo
que le sucedió a Jacob con Lea y Raquel (Génesis 29), y lo descrito por Salomón en Cantares, particularmente en 1:2-2:7.
7 Ver Romanos 5:5, “Dios Habla Hoy”
5. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 5
Es un principio universal de amor. De ahí que Jesucristo, viendo hacia delante, se sintiera feliz al darse
8
por nosotros en la cruz.
Ahora, consideremos las siguientes aseveraciones acerca del matrimonio. Las mismas tienen una
connotación de anticipar el por qué no dar cabida a un juego de noviazgo:
1. Dios nos hizo criaturas sexuales. Somos responsables de nuestra sexualidad delante de El.
Gn.1:31; 1 Co. 7:1-3.
2. La ley prohibía a los hebreos casarse con gentiles. Ex. 34:15-16; Dt. 7:3-4.
3. Hubo restricciones con esclavos, familiares y desordenados. Lv. 18; 20; Dt. 21,22.
4. El matrimonio debe reflejar la relación de Cristo con la iglesia. 2 Co. 11:2; Ap. 19:7
5. El Nuevo Testamento advierte sobre la inconsecuencia de tener propósitos en común con
9
aquellos que tienen un estilo de vida, o de manera de pensar, diferente al nuestro. 2 Co. 6:14s
6. Hay advertencias acerca de creyentes que andan desordenadamente. 1 Co. 5:11; 7:15; Ro.
16:18.
7. La Biblia permite las relaciones sexuales sólo dentro del matrimonio. 1 Co. 7:4-5; He. 13:4.
8. Dios instituyó el matrimonio. Jamás el divorcio formó parte de su plan. Mt. 5:31-32; 19:8-9.
El mundo, Satanás y la carne
El ambiente cultural y social ejerce gran presión en el área del noviazgo. Quien no tiene o no ha
tenido novia puede ser tildado de tímido, de fracasado, y hasta de homosexual. Las señoritas son
asustadas con que “ya te dejó el tren”. Los más “filósofos” razonan: “Tener varias novias antes de
casarse es la mejor manera de madurar para el matrimonio.” Dicen que es la mejor estrategia para
asegurarnos de escoger la pareja adecuada, al andar probando “por aquí y por allá”. El mundo ha
cambiado los patrones de moralidad bíblica y ha incluido al noviazgo en ello.
Satanás manipula la presión del mundo para afectar particularmente a los cristianos. Él es el
tentador y el engañador. El conflicto espiritual también tiene un campo de batalla en el noviazgo. El
enemigo está atento para llevarnos a romper principios bíblicos en una relación de noviazgo al estilo del
mundo. Los resultados son: falta de amor, división, inmoralidad e inseguridad.
8 Vale la pena hacer una pausa en este momento y meditar en Juan 3:16, Hebreos 12:2 y Filipenses 2:1-18.
9 En este pasaje, de manera particular, Pablo advierte a los cristianos corintios de no involucrarse en ningún asunto
referente a ídolos paganos (1 Co. 8:10, 10:7, 20, 21). Nótese el contraste en las preguntas que aparecen en los vss. 14 al
16 y como nos preparan para decir que somos templo de Dios, con nada en común con el templo de los ídolos. Los
siguientes versículos justifican eso en palabras que Dios había revelado antes. Pero el principio de no unirnos en
propósitos comunes con los incrédulos está ahí presente, sean estos: cultos, negocios o matrimonio. La idea de yugo
desigual, como de propósitos en común que no convienen, aparece en Deuteronomio 22:9-11.
6. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 6
Nuestra vieja naturaleza de pecado pide “a gritos” satisfacer sus deseos. Una relación de noviazgo
es utilizada por nuestra naturaleza sexual para estimularse indebidamente. Besos y caricias, que sobran
en una relación de noviazgo, son puerta abierta para los pensamientos impuros. De ahí provienen las
acciones y las reacciones de inmoralidad sexual. Dice Romanos 13:13-14: “Andemos como de día,... no
en lujurias y lascivias,... sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.”
10
Por otro lado, debemos tener mucho cuidado con el “yo ya necesito casarme”. Podría tratarse de
pasiones que no se han cedido al Espíritu Santo para que Él las controle.
Principios que corren el riesgo de quebrantarse
Anticipamos ya que Satanás puede manipular las relaciones de noviazgo para hacernos romper
principios bíblicos. Uno de estos es el principio de la paternidad de Dios. Dios es nuestro Padre. Él tiene
reservado lo que Él considera mejor para nosotros. Siendo creyente, cada señorita debe confiar en la
provisión de Dios también para el matrimonio. Como cristiano, cada varón debe depender de la dirección
de Dios, respetando Su voluntad y sometiéndose a Su soberanía. Querer hacerlo en sus propias fuerzas,
no solamente es una actitud rebelde, sino que carece de sabiduría. El hombre que “juega” con una
creyente, está jugando realmente con una Hija De Dios.
El principio de la santidad es altamente afectado con una relación de noviazgo. No podemos negar
las consecuencias del pecado de ceder y sostener la impureza resultante de un noviazgo descontrolado.
Se pierde sensibilidad en cuanto al respeto mutuo. Tener un noviazgo difícilmente contribuye a crecer en
la relación personal con Jesucristo; difícilmente contribuye a la madurez espiritual. Un estudio reciente
mostró que también en la iglesia evangélica muchísimos matrimonios se realizan porque la jovencita ha
11
quedado embarazada. Es la trágica consecuencia de una relación de noviazgo que no honró a Dios. A
pesar de eso, Dios, en Su soberana misericordia, tiene una respuesta de restauración para todo aquel
10 “Muchos hombres solteros, especialmente los jóvenes, creen que el casarse va a terminar con su problema de lascivia y
lujuria. Los hombres casados pueden atestiguar que esta teoría es falsa. Eso no funciona de esa forma. La impureza
moral y los malos pensamientos son patrones de una batalla espiritual que desconoce los límites del matrimonio.”
[¿Debe cortejar un cristiano?, pág. 16.]
11Entrevista personal con Virgilio Zapata, Jr. en cuanto a la preparación de un nuevo libro de su señora madre, Lic.
Beatriz de Zapata. Instituto América Latina. Ciudad de Guatemala. 1998.
7. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 7
que, habiéndole fallado, le busca para perdón. Al llegar "al trono de la gracia" (Cf. He. 4:16), descubrimos
que de ese punto en adelante, cuenta lo que podemos llegar a ser para Dios. No lo que hayamos sido en
nuestro pasado. Pero no vale la pena optar por las cicatrices.
El principio de la unidad y el principio del amor son también maltratados en el noviazgo. Los novios
tienden a separarse o asilarse del grupo. Limitan su involucramiento porque ahora tienen “muchas cosas
que hacer” entre ellos. El resto tiene que adaptarse a lo poco que aquellos pueden ofrecer como
sobrante de su relación. Esto contradice a la enseñanza de Romanos 14:19-20: “Así que, sigamos lo
que contribuye a la paz y a la mutua edificación. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida (o
en nuestro caso, por causa del noviazgo). “También niega Romanos 14:10: “Amaos los unos a los otros
con amor fraternal. En cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”
Cuando se crece saludablemente en una iglesia, los miembros tienen la facilidad de conocer el
testimonio de los demás. Podemos desarrollar relaciones de amistad, significativas y transparentes.
Podemos participar en tantas actividades grupales donde conocer, en cierto grado, las fortalezas y las
12
debilidades de nuestros amigos. Una iglesia que cuida de que las relaciones entre sus miembros sean
sanas, estará promoviendo mejores matrimonios para el futuro. Por eso interesa participar de un
ambiente donde se promueve la pureza y la santidad. Donde las personas estén dispuestas a servirse
unos a otros. Esto marca, también, la conveniencia de desarrollar amistades genuinas y transparentes
con personas del mismo sexo. Una vez casados, quizás podría ser tarde, o al menos dificultoso,
aprender a desarrollarlas. Si para entonces estamos acostumbrados a recurrir a personas del sexo
opuesto, ¡seguro que llegarán serios problemas matrimoniales!
La r es pues ta al planteam iento
Es bien importante reconocer que como orientadores somos responsables de hacer saber la
Palabra de Dios. Ella es nuestra única y final autoridad en todo asunto de fe y de conducta. El
aconsejado deberá escoger su decisión sobre la base de lo que la Biblia revela. Cada quién continúa
12Decimos “en cierto grado” porque aun ya casados nos vamos a dar cuenta que entramos a un proceso creciente en
conocernos el uno al otro.
8. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 8
siendo responsable ante Dios de sus propias decisiones. “El hombre toma sus decisiones, Dios sólo obra
13
en las consecuencias.” El noviazgo debería decidirse solamente con propósitos formales. Entonces
llamémosle compromiso, no noviazgo. Quienes pretendan casarse deberían responsablemente decidirlo
basados en el Consejo de Dios. Lo contrario es el patrón del mundo. Es falta de temor a Dios. Es
engañoso.
Los comprometidos deben demostrar que estarse casando no es excusa para bajar la guardia en
servir a Dios y al prójimo. Si la bajamos ahora, cualquier pretexto será tomado para bajarla después:
que los hijos, que el trabajo, que los quehaceres, que las deudas, ¡cualquier cosa! Puesto que con
nuestras decisiones buscamos ser más eficaces en el Reino de Dios, el tiempo de compromiso debe
demostrar que nuestro servicio a Dios ha aumentado... aún y cuando haya muchos preparativos que
atender.
Conc lus ión
Dios nos manda a mantener la unidad. Enseñemos y persuadamos con ese espíritu. Podemos y
debemos orientar a nuestros jóvenes a que sus acciones las decidan dentro del marco de la voluntad
moral revelada por Dios. Podemos recomendarles principios que les permitan aprovechar, y disfrutar, su
14
soltería. Podemos mostrarles como el tiempo de soltería es anhelado por Dios para que le sirvan.
Podemos enseñarles a que se sirvan unos a otros, a que sean fieles amigos unos con otros. A que
aprendan a cuidar sus motivaciones. A controlar por el Espíritu sus pasiones. Que descubran que la
amistad es mejor alternativa, no el noviazgo, mientras el momento del compromiso llega.
Cuando los jóvenes responsablemente consideran que el tiempo para comprometerse ha llegado,
como de parte de Dios quien “todo lo hizo hermoso en su tiempo” (Ec. 3:11), debe buscarse la dirección
de los familiares que mejor les conocen; de sus amigos de reconocida moralidad y madurez; y,
especialmente, de sus líderes espirituales. Para ellos es un privilegio el orientar a cómo orar, ayunar,
13 Lic. Guillermo McKernon, Cátedra de Historia Eclesiástica, SETECA, 1998.
14 1 Corintios 7:32-35.
9. Miguel Muñoz, TodasLasNaciones.org 9
pedir más consejo y a cómo tomar decisiones delante de Dios. Así, se crean las posibilidades para que
una pareja comprometida realice su matrimonio lo más pronto posible.
Ofrecemos un programa pastoral de orientación pre-matrimonial que incluye los
siguientes temas: El amor y el matrimonio según Dios; El amor y las
expectativas; Las responsabilidades de cada cónyuge; El amor y la
comunicación; La misión familiar; La ceremonia nupcial; La planificación de
familia; El presupuesto familiar; La solución de los conflictos; Las relaciones
familiares y sociales; Educación sexual.