1. La ciencia también es cosa de mujeres
https://www.elmundo.es/ciencia-y-
salud/ciencia/2018/02/10/5a7d7984e5fdea4b718b462e.html
Cada vez hay más mujeres en laboratorios y universidades, pero son pocas las que lideran
grupos de investigación y centros científicos
Las investigadoras proponen soluciones y reivindican su papel
Rainer Weiss, Barry Barish, Kip Thorne, Jacques Dubochet, Joachim Frank, Richard
Henderson, Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young. Son los ganadores de los
últimos premios Nobel en las tres categorías científicas y entre ellos -un año más- no
figura ninguna investigadora. También de nuevo le han llovido las críticas y las
acusaciones de machismo a la Real Academia de las Ciencias de Suecia. ¿Acaso no hay
mujeres con contribuciones que merezcan el premio más prestigioso del mundo? Desde
que en 1901 empezaron a entregarse estos galardones, 844 Nobel han sido para hombres
y 49 para mujeres (la mayoría ganó el de Literatura o el de la Paz y sólo 17 de ellas se
hicieron con el de Física, Química o Fisiología y Medicina).
Unos datos que no reflejan lo que ocurre en los laboratorios y universidades de todo el
mundo, donde los logros científicos y la presencia de las mujeres es cada vez mayor -el
39% del personal investigador en España es femenino y la media europea ronda el 33%,
según el informe Científicas en Cifras 2015, elaborado por el Ministerio de Economía,
Industria y Competitividad-. Su presencia, sin embargo, aún es escasa liderando grupos
de investigación o dirigiendo instituciones científicas y universidades. Su sueldo también
sigue siendo más bajo -de media, las científicas europeas cobraban en 2010 un 17,9%
menos que sus colegas hombres, según el último informe She figures 2015, de la
Comisión Europea-.
Son algunas de las cuestiones que quieren poner de manifiesto este domingo durante
el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una jornada que Naciones Unidas
instauró en 2015 para intentar reducir "la brecha de género en los sectores de la ciencia,
la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) que persiste desde hace años en
todo el mundo".
Desafiando comentarios como el "qué pesaditas estáis las mujeres" que proliferan ante la
oleada de reivindicaciones para alcanzar la igualdad en todo tipo de sectores, durante esta
semana se están celebrando una gran variedad de actos y conferencias para reclamar que
se equiparen sus condiciones laborales a las de los hombres, dar a conocer los
descubrimientos y los trabajos realizados por mujeres y fomentar las vocaciones
científicas entre las niñas y jóvenes.
"Cierre los ojos y piense en un científico. ¿Qué imagen le viene a la mente?", preguntaba
María Mittelbrunn, jefa de Laboratorio de Inmunometabolismo del Centro de Biología
Molecular Severo Ochoa, al inicio de su charla durante la jornada Mujeres, Ciencia e
Innovación, organizada en noviembre por la Embajada de Suecia de Madrid y el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). ¿Cuántas científicas es capaz de
nombrar? Probablemente una de ellas sea la francesa Marie Curie, la única mujer que ha
2. ganado dos Nobel y cuyo aniversario de su nacimiento sirvió como excusa para debatir
sobre la situación de las investigadoras.
Entre las españolas, las bioquímicas Margarita Salas y María Blasco, directora del Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), figuran entre los rostros más
conocidos. Pero a lo largo de la historia, el papel de muchas científicas ha pasado casi
desapercibido. Tampoco les resultó fácil entrar en ese mundo. Sin ir más lejos, hasta
1910 las mujeres españolas que querían matricularse en la universidad necesitaban
un permiso especial.
"Estamos mucho mejor de lo que estábamos gracias a las mujeres que nos han abierto al
camino. Y ahora somos las científicas que estamos en el laboratorio las que tenemos que
abrir el camino a las más jóvenes", dice Mittelbrunn. Dar visibilidad a su trabajo y luchar
contra los prejuicios que siguen vigentes son dos de las tareas pendientes. "Hay que
combatir los estereotipos porque ponen límites a nuestros sueños", reclama Mittelbrunn.
"En estos últimos años se ha avanzando pero ha sido un avance mínimo y, en algunos
campos, como el de la igualdad económica, ha habido un retroceso. Estamos mejor que
en los años 60 pero se pensaba que el avance iba a ser mayor", opina la alicantina María
Blasco, que considera que "sigue habiendo sesgos que están desfavoreciendo a las
mujeres a pesar de que hace mucho tiempo que están igual de preparadas que los
hombres".
Por ello, aboga "por hacer políticas más agresivas que las que se han hecho hasta ahora
para que todas estas mujeres que están superformadas ocupen los puestos más altos y
reciban dinero suficiente para investigar". Blasco, en cuyo laboratorio del CNIO las
mujeres son mayoría, considera que "en España la ley es discriminatoria, pues se dan
permisos más largos por maternidad. Los estereotipos como que las mujeres tenemos
que ser cuidadoras y tener un carácter amable podrían cambiar si los hombres tuvieran
los mismos permisos de paternidad y éstos fueran obligatorios. En la actualidad, muchas
investigadoras tienen jornadas parciales y no pueden acceder a los puestos más altos",
argumenta.
Una de las que sí lo ha logrado es la química asturiana Rosa María Menéndez quien, tras
ocupar diversos cargos de gestión a lo largo de su carrera, está al frente del CSIC desde
el pasado noviembre. Es la primera mujer que preside este organismo desde que en 1907
se fundó la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), origen
del actual CSIC, creado en 1939. "Desde el punto de vista personal ha sido un reto
tremendo, pero que he asumido sin dudarlo. Me sentía con fuerzas y con experiencia,
y voy a rentabilizar toda la experiencia acumulada durante años", señala esta experta en
materiales de carbono.
Menéndez, que el lunes cumplirá 62 años, asegura que nunca se sintió discriminada
profesionalmente por ser mujer: "Al contrario, a veces me sentí demasiado solicitada
porque hubo momentos en que me llamaron de varios sitios".
En su caso, recuerda, su estancia postdoctoral en la Universidad de Newcastle (Reino
Unido) supuso "un antes y un después" en su carrera: "Tuve la suerte de trabajar en un
3. grupo muy activo de materiales. Hice muchos contactos y, cuando regresé a Oviedo,
comencé a trabajar en proyectos europeos", rememora. "Inicialmente nunca estuve a favor
de las cuotas de participación, pero soy consciente de que yo empecé a colaborar con la
Comisión Europea gracias a ellas", admite. Considera, asimismo, que la situación de las
mujeres científicas "es mejorable". "Tenemos muy buenas científicas y en estos
próximos años espero que se note".
Conciliación familiar
Al igual que María Blasco, la presidenta del CSIC cree que "posiblemente el mayor
problema para que las mujeres lleguen a ocupar altos cargos es la conciliación familiar.
Requieren mucha dedicación, así que depende de las prioridades que cada uno se marca
en la vida. Es algo totalmente respetable. Ha habido ocasiones en las que he intentado
rodearme de mujeres en mi equipo y algunas me han dicho que no". Asimismo,
Menéndez cree que aún existen prejuicios sociales: "La ambición se valora de forma
más positiva en los hombres que en las mujeres".
Otra institución científica española que desde 2017 está dirigida por una mujer es el
Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). La elegida ha
sido la paleontóloga gallega María Martinón Torres, miembro del Equipo de
Investigación de Atapuerca (Burgos) desde 1998: "Personalmente yo no he tenido
experiencias negativas por ser mujer, y he contado con la suerte de que mis mentores,
que eran hombres, apostaron por mí, con una especial mención a José María Bermúdez
de Castro, quien fue mi maestro y ahora mi colega y amigo", asegura.
Además, considera que en Atapuerca, donde se formó, "hay mujeres muy prominentes,
responsables de grupos de investigación y de excavaciones de yacimientos, capaces y
brillantes que han servido de modelo y estímulo para tener confianza en que las cosas se
pueden hacer".
Martinón asegura que "hay muchos ejemplos de mujeres fuertes, como Mary Leakey,
Dorothy Garrod o Jane Goodall que, además del trabajo intelectual, han desarrollado
trabajo de campo que requiere un esfuerzo físico que parece que asumimos que es solo
patrimonio de los hombres", reflexiona.
Además de mencionar la dificultad que hay en España "tanto para los hombres como para
las mujeres" para conciliar la vida laboral y personal, cree que "muchas veces las
mujeres no negocian con sus superiores aspectos profesionales (promoción,
responsabilidades, etc.), sino aspectos familiares personales (como la flexibilidad
horaria). Debemos recordar que una verdadera conciliación familiar no es una reducción
de jornada, sino posibilitar el desarrollo de ambas esferas de la vida en mejores
condiciones. Y se puede", asegura.
"Yo no me he sentido discriminada por ser mujer, pero cuando participo en una comisión
donde se discuten proyectos nuevos o cualquier asunto que tenga algo de política me
parece extraño ser la única mujer. Y, a veces, me cuesta entender el código", admite la
argentina Amina Helmi, astrofísica de la Universidad de Groninga (Países Bajos) y
miembro de Gaia, una misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) que está haciendo
un mapa de estrellas de la Vía Láctea. "Me ha pasado muchas veces que al poner sobre la
4. mesa una idea, me lleva mucho tiempo que sea absorbida por el comité. Y después, un
hombre ha repetido la misma idea y se la han atribuido a él", asegura.
Carreras para 'listos'
La percepción de que los hombres son más brillantes e inteligentes que las mujeres y, por
tanto, más adecuados para desempeñar carreras para listos (como física o filosofía),
prevalece en 2018 y es interiorizada por las niñas a una edad tan temprana como los seis
años, según asegura un estudio publicado el año pasado en la revista Science.
La investigación, elaborada en tres universidades de EEUU (de Nueva York, de Illinois
y Princeton), concluyó que la elección de disciplinas académicas por parte de mujeres y
hombres parece estar influenciada por las percepciones que se tienen sobre la inteligencia.
Y las niñas tienden a pensar que no son lo suficientemente listas para dedicarse a ellas.
"Resulta descorazonador comprobar que incluso los niños más pequeños adoptan
los estereotipos culturales", señala Andrei Cimpian, coautor del estudio, que admite que
les sorprendió encontrar esas actitudes ya a los seis años. "Queríamos comprobar cuándo
se comienza a tener esas percepciones sobre lo brillante que se es, que parece que es un
obstáculo para el éxito de las mujeres", apunta. "Otra investigación ha sugerido que a esa
edad, los niños tienden a asociar las matemáticas con los niños y no con niñas".
En los encuentros que organizan entre científicas y niños y niñas de entre 13 y 15 años,
Ana Arribas, responsable del programa L'Oréal-Unesco For Women in Science en
España, comprueba con frecuencia la existencia de esos estereotipos: "Tenemos claro que
hay que trabajar duro para cambiar estas percepciones que se tienen a temprana edad",
asegura.
"Las cifras demuestran que hay mayor presencia femenina en las carreras de ciencias
vinculadas a la salud, como medicina, biología y farmacia, donde superan el 50%. Sin
embargo, esta cifra es bastante menor en ingeniera electrónica o informática", apunta.
A la hora de despertar vocaciones y trabajar por la igualdad, añade, los docentes son
"clave", por eso los incorporan también a sus encuentros. "Todas las científicas que han
ganado nuestros Premios a la Investigación, sin excepción, nos dicen que empezaron a
interesarse por la ciencia por sus profesores", dice la directiva de L'Oréal-Unesco For
Women in Science. Los medios de comunicación y los hombres también juegan, en su
opinión, un papel fundamental para combatir las desigualdades de género.
Una de sus iniciativas es el Science dating, en el que las jóvenes conocen a las científicas
premiadas en su programa: "Buscamos que tengan referentes cercanos, investigadoras
jóvenes, no esa figura científica de éxito, de la que hay una entre miles. Queremos que
vean que las investigadoras no son bichos raros, sino personas con sus éxitos y sus
fracasos".
LAS CIFRAS DE LA DESIGUALDAD
2133. Año en el que se llegará a la igualdad económica entre hombres y mujeres, según
el Foro Económico Mundial
39% del personal investigador en España son mujeres. La media europea es del 33%
5. 49 premios Nobel han sido para mujeres y 844 para hombres
El 30% de los trabajadores en el sector tecnológico en Europa son mujeres. En España,
un 18%
17,9% menos de sueldo cobraban las científicas europeas en 2010 que sus colegas
hombres
21% de los puestos investigadores de máximo nivel en la UE están ocupados por mujeres
55% de los universitarios españoles son mujeres
1 rectora en las 50 universidades públicas españolas
9% de las patentes de inventos en la UE fueron registradas por mujeres entre 2010 y 2013
13,5% de investigadores de la UE trabajaban a tiempo parcial en 2012 frente al 8,5%
de investigaores
FUENTE: Informes del Instituto de Estadística de la Unesco, la Comisión Europea (She
Figures 2015) y de la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Economía, Industria
y Competitividad (Científicas en Cifras 2015)