1. DIARIO DE SORIA
SÁBADO 8 DE JUNIO DE 2013
Redacción, Administración y Publicidad. C/ Morales Contreras, 2. Soria 42003.
Tel.: 975 21 20 63. Fax: 975 22 15 04. E-mail de Redacción: redaccion@dselmundo.com E-mail de Publicidad:publicidad@diariodesoria.com
La experiencia sublime de comer flores
El Casino ofrece una cata inédita con la empresaria soriana Laura Carrera como gran protagonista
VÍCTOR F. MORENO / Soria
Se llama Laura Carrera, es una
doctora ingeniería agrónoma nacida en Soria que reside en Zaragoza y que ha revolucionado el
sector de la cocina y de la gastronomía con un arte que hasta hace
unos años podría resultar desconocido o, al menos, fuera de lo común. La ONU recomendó hace
unos días comer insectos para
combatir el hambre en el mundo.
Carrera recomienda algo más
suave, dulce, romántico y primaveral: comer flores.
El Casino acogió ayer en su
Club de Catas una cata de flores
comestibles, hasta 12 productos,
como la flor de la borraja, la de la
cebolla, la del hinojo, la rosa o la
madresalva. La protagonista contó
su experiencia mientras se producía un espectacular maridaje con
vinos: tintos jóvenes, moscatel o
cava. Una mezcla perfecta para los
iniciados. Malvasía aportó su foie
para, otra mezcla para recordar, y
el Baluarte llevó a la mesa un helado que se acompañó de rosas y
menta-chocolate cristalizadas.
¿Quién puede resistirse a algo así?.
La empresaria cuenta con una
empresa fundada hace poco más
de un año, ‘Flores en la mesa’, y ya
ha tenido que ampliar el negocio
con la creación de otros dos puestos de trabajo. En algunos establecimientos de Soria, como no podía
ser de otra forma, ya se pueden
adquirir sus productos. «El producto está entrando, Soria tiene
que estar ahí».
«Era científica en biología, especialista en flores frutales, y
cuando empezó todo esto o me iba
al extranjero o busca otras alternativas, y creé mi propia empresa
con ideas locas, las flores comestibles y su utilización en la cocina;
me obsesioné y es apasionante».
Así narra sus inicios en los que se
buscó un hueco dentro de la empresa y con éxito. Fue ganadora de
un concurso de ideas del Ayuntamiento de Zaragoza entre 101 proyectos, 16 de ellos seleccionados.
Aparte de las flores propiamente
Un momento de la cata de flores ayer en el Casino. / ÁLVARO MARTÍNEZ
dichas, uno de los productos estrella son las flores cristalizadas, para buenos paladares, mediante un
tratamiento de clara de huevo. En
total hay 125 especies de flores comestibles en la Península Ibérica,
entre ellas la que podría considerarse la reina de las flores, la rosa.
Eso sí, los cultivos deben ser específicos, libres de productos tóxicos
o de plaguicidas. «Se cultivan como los tomates, y así se pueden
comer rosas, pensamientos, geranios, la flor del ajo, la de la cebolla,
la de boca de dragón». Los cocineros ya aprecian estos productos
para dar colorido a los platos, aroma y sabor.
Además, las flores tienen propiedades excelentes para la salud,
aceites esenciales que para el or-
Emprendedora
cien por cien
>Fue durante el embarazo de
su hijo cuando a esta soriana
de 34 años se le ocurrió la
idea de sacar todo el partido a
las flores comestibles, y presentó su proyecto al semillero
de ideas del Ayuntamiento de
Zaragoza. Ganó el primer premio de este foro de emprendedores y, tras recibir seis meses de formación, montó su
despacho en Zaragoza Activa
(en el edificio de la antigua
Azucarera). Una empresaria
inquieta que encarna la lucha
contra la crisis.
ganismo son muy beneficiosos.
«Los pensamientos son muy buenos para los catarros y la flor de la
borraja elimina líquidos».
Cuenta con una red de agricultores que cultivan las flores. «Es la
locura de las flores comestibles
con todas sus peculiaridades». Al
igual que las setas, las hay tóxicas
y también mortales.
Paulatinamente se ha ido ganando su espacio entre los cocineros y
también entre los medios de comunicación, con entrevistas radiofónicas a nivel nacional en el ‘sublime’ arte de comer las flores.
Carrera llevó a la cata del Casino hasta 12 especies distintas, doblando lo inicialmente previsto. Al
fin y al cabo, hay que ser generosa
con la tierra que le vio nacer. Du-
rante una hora contó a los asistentes cómo surgió la idea, qué flores
son comestibles, qué sabores peculiares encontramos y qué aplicaciones culinarias son destacables.
Una cata cruda dio paso al maridaje con vinos, un mojito más que
atrayente, y productos para advertir el contraste entre dulce y salado. Los productos de la empresa
son cajitas con flores violetas y
amarillas (violas o pensamientos)
cristalizadas. Compra las flores en
un vivero de Zaragoza y después
las cristaliza (carameliza): baña
cada pétalo en una mezcla de clara de huevo pasteurizada, gelatina,
unas gotas de vodka o ginebra,
aromas naturales y azúcar; después se secan a baja temperatura
en un horno.