1) La Segunda Revolución Industrial impulsó el crecimiento económico y la industrialización en varios países a partir de mediados del siglo XIX, dando lugar a nuevas potencias industriales como Alemania, Estados Unidos y Japón.
2) Se produjeron importantes innovaciones tecnológicas como la siderurgia del acero, los nuevos metales, la electricidad y el petróleo que impulsaron industrias como la automovilística y la química.
3) Mejoras en el transporte ferroviario y mar
2. Crecimiento económico y expansión imperialista
Durante la segunda mitad del siglo XIX, el proceso de industrialización y crecimiento económico experimentó un fuerte
impulso y extensión geográfica, dando lugar a la Segunda Revolución Industrial. El resultado fue la aparición de nuevas
potencias industriales y la formación de un sistema económico mundial crecientemente integrado e interdependiente. Se
produjeron avances científicos e innovaciones técnicas, surgieron nuevos inventos, se emplearon nuevas fuentes de energía
y la organización de la economía capitalista sufrió profundos cambios.
Paralelo a ese proceso económico, y estrechamente vinculado a él, tuvo lugar el fenómeno de la expansión imperialista de
las nuevas potencias industriales por el resto del mundo todavía no desarrollado. Los grandes Estados europeos, Estados
Unidos y Japón tomaron parte en ese fenómeno, que alteró el sistema internacional de manera irreversible y tuvo grandes
implicaciones socioeconómicas y políticas.
3. A partir de mediados del siglo XIX y sobre
todo en torno a 1870, el proceso de
modernización económica experimentó un
fuerte impulso. Las potencias
industrializadas del continente europeo,
con Reino Unido a la cabeza, mantuvieron
su hegemonía en el proceso
industrializador. Pero surgieron nuevas
potencias, especialmente Estados Unidos
y Japón. Este proceso de intenso
crecimiento económico se conoce como
Segunda Revolución Industrial y se
produjo en virtud de varios factores
concurrentes:
1. Una profunda crisis económica y el
inicio de una larga depresión, que
obligó a transformar las bases del
capitalismo industrial.
2. La presencia de innovaciones
tecnológicas derivadas de la ciencia
moderna que tenían aplicación
industrial.
3. El florecimiento de las nuevas
industrias eléctrica y química.
4. El uso del petróleo como materia
prima energética para las nuevas
industrias del transporte: automóvil
y, más tarde, el avión.
5. La renovación de la industria
metalúrgica con nuevos metales y
aleaciones.
6. La expansión de la moderna
siderurgia del acero.
1. La Segunda Revolución Industrial
4. Un grupo de países siguieron los pasos de Reino Unido industrializando su economía: en Europa, Francia, Bélgica, Alemania y
Suiza; en América, Estados Unidos. A este grupo se le sumaron Suecia, Italia, España y la Rusia europea, y fuera de Europa,
Canadá y Japón.
Todos ellos desarrollaron los sectores productivos y las fuentes de energía de la Primera Revolución Industrial (el textil
algodonero, la metalurgia del hierro, la minería del carbón, la construcción ferroviaria y la máquina de vapor), además
incorporaron los nuevos avances.
1 La Segunda Revolución Industrial
1.1. Las nuevas potencias industriales
Regiones industriales en Europa en 1875
5. Reino Unido
Reino Unido siguió siendo la principal potencia
industrial del mundo, y su moneda, la libra esterlina, el
principal medio de pago en los intercambios
internacionales. Sin embargo, fue reduciéndose su
posición hegemónica a medida que otros países
alcanzaban la fase de plena industrialización. En
vísperas de la Primera Guerra Mundial había sido
superada ampliamente por Estados Unidos y, en
menor medida, por Alemania.
1 La Segunda Revolución Industrial
6. Alemania
Alemania, tras su unificación
en 1870, se convirtió en la
segunda potencia industrial
debido a cuatro factores:
•El auge del transporte
ferroviario y marítimo que
usaba los recursos naturales
del país: carbón y hierro, en
zonas como el Ruhr, Alta
Silesia y el Sarre; y los
yacimientos de hierro, en la
Lorena arrebatada a Francia
en 1871.
•El aprovechamiento de un
sistema educativo y científico
muy evolucionado, que
posibilitó el trasvase de las
innovaciones tecnológicas al
aparato productivo.
•Una concentración industrial
y financiera, que dio lugar a la
creación de grandes empresas
muy eficientes y rentables:
Krupp en la siderurgia, BASF y
BAYER en la química.
•El firme apoyo del Estado al
crecimiento industrial con la
implantación de políticas
proteccionistas para favorecer
a sus sectores industriales y
agrícolas. Industrias Krupp
7. 1 La Segunda Revolución Industrial
Estados Unidos
Estados Unidos se convirtió en pocas décadas en la primera potencia industrial del mundo. Tras la guerra de Secesión (1865), el
nuevo coloso económico aprovechó muy bien varias ventajas potenciales que sirvieron de estímulo en dicho proceso:
1. La riqueza de recursos naturales en su territorio (hierro, carbón, oro, petróleo).
2. La disponibilidad de un amplio mercado de consumo y de mano de obra abundante por el crecimiento demográfico interno y la
masiva oleada migratoria europea. Su población pasó de 31 millones en 1860 a 92 millones en 1914.
A las puertas de América: inmigrantes en Ellis Island, 1890
8. 3. La rápida construcción de una red ferroviaria y telegráfica, que conformó muy pronto un mercado nacional unificado y con
capacidad de crecimiento.
4. La creación de un sistema empresarial abierto y flexible, atento a la incorporación de innovaciones tecnológicas y con tendencia
a la formación de grandes empresas industriales y financieras.
9. 5. La especialización regional de la producción y el consumo, con un oeste agrícola que abastecía de víveres baratos a
todo el país, absorbía los bienes del noreste industrial y permitía que utilizara las materias primas proporcionadas por
otros territorios (recursos mineros, ganaderos y forestales, petróleo, algodón hasta la crisis de 1892, etc.).
10. En 1853, ante la amenaza de bombardeo de sus ciudades, Japón abre su mercado a las potencias occidentales
Japón inició su proceso de industrialización con la llamada Revolución Meiji en 1868, que restauró el poder imperial y terminó con el
feudalismo. El país emprendió la senda de la modernización bajo moldes occidentales.
El nuevo Estado casi monopolizó la actividad económica hasta la década de 1880 y promovió la formación de empresas públicas para desarrollar
industrias textiles, mineras, siderúrgicas y ferroviarias, a pesar de carecer de materias primas y de recursos mineros y energéticos propios.
JAPÓN
11. Lo hizo aprovechando la presencia de mano de obra abundante y barata, y de un sistema
fiscal que extraía del campesinado los recursos necesarios.
La inversión estatal en educación primaria y en la promoción de la investigación
tecnológica rindieron sus frutos y, a finales del siglo, Japón se había convertido en la
primera potencia industrial no occidental del mundo.
Los grandes grupos empresariales, beneficiarios de la privatización de 1881, exportaban al
área asiática sin competencia.
1. La Segunda Revolución Industrial
12. 1.2. Las nuevas fuentes de energía y las nuevas industrias
Si la Primera Revolución Industrial estuvo definida por la máquina de vapor, el carbón y el hierro, la Segunda Revolución Industrial se
caracterizó por nuevos inventos y nuevas fuentes de energía, que dieron origen a aplicaciones industriales de enorme impacto en la
vida de las sociedades industrializadas.
13. La siderurgia del acero
La gran innovación siderúrgica de la segunda mitad del siglo XIX fue la obtención del acero (hierro con carbono) y, luego, del acero
inoxidable (hierro con carbono y níquel). El acero es un material de enorme elasticidad, dureza y resistencia. Pasó a ser producido en
masa gracias a la invención del convertidor Bessemer (Gran Bretaña, 1856) y del alto horno eléctrico franco-alemán Siemens-Martin
(1867), más eficiente. En 1875 fue patentado el horno Gilchrist-Thomas, que abarataba notablemente los costes.
Desde entonces, la siderurgia se convirtió en símbolo de la nueva «era del acero», que fue utilizado preferentemente en la
construcción, en las infraestructuras (puentes y viaductos) y en la fabricación de todo tipo de maquinaria (ferroviaria,
automovilística, armamentística).
14. Los nuevos metales
Los avances metalúrgicos que formaron parte del complejo de innovaciones fueron el aluminio, los nuevos métodos de obtención
de cobre y el níquel. Eran materiales estratégicos con gran capacidad de arrastre sobre otros sectores productivos, como el
transporte, las comunicaciones, la electricidad, la maquinaria de todo tipo, etc.
15. La electricidad
La electricidad fue la gran innovación energética como fuente de luz, calor y energía. Paulatinamente fue creciendo y rivalizando con
la máquina de vapor desde su primera aplicación industrial en los medios de comunicación: el tendido del telégrafo a partir de su
invención en 1837 por el estadounidense Samuel Morse.
La invención de los transformadores y los alternadores, junto con el perfeccionamiento de los cables de alta tensión, permitieron
conducir la electricidad a grandes distancias y su uso como creciente fuente energética industrial. Sus aplicaciones incluyeron muchos
sectores que revolucionaron la actividad económica y la vida cotidiana. Las dos más impactantes fueron el alumbrado público de las
ciudades, gracias a la lámpara de filamento incandescente, y el suministro energético para los aparatos eléctricos, que iban a
revolucionar la vida social, como el teléfono, el fonógrafo o la radio.
16. Edwin Drake (a la
derecha) delante de su
pozo junto a Peter
Wilson, farmacéutico de
Titusville que le prestó
dinero para acabarlo.
Campo petrolífero de Bakú (Rusia)
El petróleo
El uso del petróleo supuso notables avances, inicialmente como combustible para el alumbrado doméstico (en
forma de gas natural) y como brea para impermeabilizar el casco de los barcos.
Pero en 1885, el alemán Karl Benz inventó el motor de explosión o de combustión interna alimentado por gasolina
y, después, en 1897, Rudolf Diesel, el motor de aceite pesado (gasóleo).
Prototipo de motor presentado por Karl Benz el 29 de junio de 1886.
Karl Benz
17. La industria automovilística y aeronáutica
En 1886, el propio Benz y su socio ingeniero, Gottlieb
Daimler, produjeron el prototipo del moderno automóvil, un
utilitario autopropulsado a base de gasolina, motor de
explosión y ruedas de caucho. La imparable ascensión del
automóvil como principal medio de locomoción terrestre y
urbana llegó a su cima en 1910, con la fabricación, por el
empresario estadounidense Henry Ford, de coches en
cadenas de montaje (el famoso modelo «Ford T»).
Ford T
1. La Segunda Revolución Industrial Prototipo presentado por Karl Benz el 29 de junio de 1886.
18. Este sistema supuso una nueva organización del trabajo, que adjudicaba a los obreros una tarea fija y recurrente en una línea de
producción continua de piezas recambiables según los criterios de del llamado taylorismo (ideada por Frederick Winslow Taylor).
Implicaba nuevas formas de disciplina y control por parte del capital y un incremento de la productividad del trabajo, que crecía con
fuerza en las primeras décadas del siglo XX.
1. La Segunda Revolución Industrial
19. A la expansión del automóvil le siguió pronto la industria aeronáutica, con la prueba de vuelo del primer avión por los hermanos
Wright hacia 1890 en Estados Unidos. Desde entonces, el petróleo se convirtió en la materia prima esencial para la obtención de
carburantes (gasolina, gasóleo y fuel) necesarios para alimentar los motores de explosión y de combustión interna.
Avión de los hermanos Wright
20. La industria química
La industria química creció de forma tan fulgurante como sus innumerables aplicaciones: abonos para la agricultura,
nuevos componentes para la fabricación de papel, medicamentos, materiales plásticos, explosivos, etc.
1. La Segunda Revolución Industrial
Laboratorio de caucho sintético en Alemania, a finales del siglo XIX.
21. 1.3. La revolución de los transportes y de las comunicaciones
La revolución de los transportes había comenzado con la aplicación de la máquina de vapor al transporte marítimo y terrestre de la
mano de dos inventos cruciales: el barco de vapor (1807) y el ferrocarril (1825). Sin embargo, en el contexto de la Segunda
Revolución Industrial, ambos medios recibieron un impulso fundamental que los extendió por todo el mundo conocido.
El barco de vapor se impuso sobre los barcos de vela desde comienzos de los años sesenta al compás de innovaciones tecnológicas
(incorporación de hélices) y mejoras portuarias (ampliación de espigones, fondo de puertos, instalación de faros eléctricos, etc.).
También influyó mucho la apertura de los primeros canales interoceánicos: el decisivo canal de Suez en 1869, que unía el
Mediterráneo con el mar Rojo y acortaba el viaje de Europa a India, y el canal de Panamá en 1914, que unía el Pacífico y el Atlántico
sin tener que circunnavegar América del Sur. Esas transformaciones permitieron mayor velocidad del transporte marítimo, mayor
capacidad de carga física y tonelaje, menor coste económico y mejoras en la conservación de los alimentos transportados.
Canal de Panamá
22. El tendido ferroviario no quedó circunscrito a los países industrializados, sino que se extendió a aquellas zonas del planeta en las que
el comercio con destino a Europa u otros países industrializados requería medios de transporte terrestre fiables, eficaces y cada vez
más baratos.
Entre 1840 y 1920, el mundo pasó de tener operativas 5.490.000 millas de vía férrea (una milla equivale a 1,6 km) para contar con
nada menos que 674.890.000 millas. En una primera época, el ferrocarril se construyó en los países europeos, casi la mitad de los
kilómetros de vías del mundo (46 %). A principios del siglo XX, el tendido europeo solo representaba ya el 24 %, a mucha distancia de
América del Norte, que acaparaba el 37 %.
La construcción del Transiberiano
23. Por su parte, la revolución de las comunicaciones (primero,
el telégrafo; luego, el teléfono y, ya en el siglo XX, la
radiotransmisión inalámbrica) permitió conectar todos los
centros económicos del mundo en tiempo real.
El gran salto tuvo lugar con la invención del código Morse
en 1844. El impacto fue tan revolucionario que hacia 1869
ya estaban tendidos los cables transatlánticos que
comunicaban las capitales europeas con las
norteamericanas y, poco después, la casi totalidad del
mundo estaba comunicada por líneas telegráficas
terrestres y cables submarinos oceánicos. Así fue posible
crear la red de contactos de todas las economías
capitalistas industrializadas y de aquellas que iban
entrando en los circuitos económicos para vender
productos primarios a los países industriales.
Guillermo Marconi, inventor de la radio
Samuel Finley Breese Morse, 1840
Alexander Graham Bell hablando por uno de los primeros teléfonos
Telégrafo utilizado para
transmisiones en código morse.
1. La Segunda Revolución Industrial
24.
25. 1.4. Una economía mundializada
La formación de una «aldea global» bien comunicada fue parte del proceso de conformación de un verdadero sistema económico mundial
integrado a escala planetaria: la primera etapa de la «globalización» económica internacional de nuestros días.
Un mercado interdependiente
La creación de un mercado mundial interdependiente respondía a las necesidades creadas por la industrialización en algunos países.
Esas necesidades eran básicamente las siguientes:
1. Demanda de materias primas y alimentos que escaseaban en sus territorios.
2. Búsqueda de mercados para la colocación de su cada vez mayor producción industrial.
3. Exigencia de zonas para la emigración de su creciente población excedentaria.
4. Demanda de áreas de inversión privilegiada para rentabilizar sus capitales.
26. Las migraciones
Hay una última faceta de la
globalización: el gran volumen de
las migraciones internacionales a
partir de mediados del siglo.
Gracias a los nuevos medios de
transporte y al crecimiento
demográfico registrado en
Europa, hubo migraciones
masivas a otros continentes.
Entre 1815 y 1920, en torno a
cuarenta millones de personas, la
mayoría campesinos y
trabajadores agrícolas,
abandonaron el Viejo Continente
con destinos diversos, sobre todo
hacia América del Norte y del Sur,
y hacia las principales colonias de
las potencias europeas.
El punto más alto de ese masivo
movimiento migratorio se
alcanzó en vísperas de la Gran
Guerra: el número de emigrantes
europeos fue de más de un
millón y medio en solo cinco
años, entre 1909 y 1914.
28. Factores económicos
El firme crecimiento capitalista del último tercio del siglo potenció una expansión imperial que le permitió controlar colonias que
fueran centros suministradores de materias primas valiosas (caucho, algodón, madera, frutos tropicales, minerales, etc.); crear
mercados reservados para la inversión de excedentes de capital o para la venta asegurada de los productos industriales de las
metrópolis; y disponer de zonas de emigración preferente para la creciente población europea.
2. El nuevo imperialismo del siglo XX
Las transformaciones socioeconómicas operadas en la segunda mitad del siglo XIX fomentaron una expansión imperial muy distinta a
la del colonialismo de la época moderna, forjado este en torno al comercio mercantil y la constitución de colonias de poblamiento. El
nuevo imperialismo fue el resultado combinado del intenso desarrollo económico de la Segunda Revolución Industrial y de la
consolidación de Estados nacionales poderosos, que se sentían superiores a las demás sociedades preindustriales.
2.1. Las causas del imperialismo
La formación de los nuevos imperios se debió a esa extraordinaria y rápida expansión del poder y de la influencia de los países
industrializados en función de varios factores.
29. Factores políticos y diplomáticos
Los dirigentes y los sectores influyentes de los países industrializados promovieron la expansión colonial como vehículo de
autoafirmación nacional y de consecución de prestigio exterior; por motivos geoestratégicos de rivalidad con otras potencias (evitar
que otro país ocupara determinado espacio o controlara una ruta marítima); como medida de protección para garantizar la seguridad
de las fronteras y costas propias o de sus rutas de navegación principales.
30. Factores ideológicos y culturales
Se creó un clima de opinión culta y popular que compartían la creencia en la supuesta superioridad de la civilización europea sobre
las demás. Ese sentimiento de gozar de una neta ventaja cultural y tecnológica permitió emprender los planes de conquista con
medios abundantes y novedosos, y sin costes excesivos por tener enfrente una oposición indígena armada con medios primitivos. Al
mismo fin contribuyó la voluntad de expandir las doctrinas religiosas misioneras cristianas, la difusión de teorías de supremacía racial
blanca y occidental, y la expansión de teorías demográficas sobre la imperiosa necesidad de asegurarse espacio vital para el futuro.
31. Los medios que hicieron posible la expansión imperialista fueron los avances tecnológicos derivados de la Revolución
Industrial. Esos medios instrumentales fueron claves para llevar a cabo la exploración, conquista y explotación de los nuevos
territorios ocupados por las potencias imperialistas. Entre ellos cabe destacar los siguientes:
2. El nuevo imperialismo del siglo XX
2.2. Los medios de la expansión imperial
32. La industria química.
Descubrió y produjo los medicamentos necesarios para preservar la salud de los conquistadores en climas y espacios hasta entonces
hostiles. Por ejemplo, la quinina (disponible desde finales de la década de 1840) se convirtió en el profiláctico idóneo contra la
malaria, una enfermedad endémica en el África subsahariana, que había frenado la entrada de europeos dadas sus altas tasas de
mortalidad.
Soldados británicos tomando su dosis diaria de quinina, 1916.
33. El barco de vapor.
Permitió remontar las corrientes de los ríos hacia el interior y penetrar en las cuencas hasta entonces inaccesibles. Sobre todo
cuando se les instaló en su cubierta una serie de cañones dispuestos a hacer fuego sobre blancos a gran distancia. Desde entonces, la
«diplomacia de la cañonera» sería un recurso habitual de las potencias imperialistas en todas sus conquistas.
34. La industria armamentística.
Concedió a los países industrializados una clara ventaja respecto al armamento antiguo. Así, el rifle de retrocarga y repetición (hacia
1860) y la ametralladora (1884) hicieron inútil la resistencia de los viejos fusiles de solo un disparo y avancarga, que se cargaban por
la boca del cañón, o los arcos y las flechas, que todavía eran el principal armamento de muchos pueblos indígenas.
35. 2. El nuevo imperialismo del siglo XX
2.3. La expansión imperialista: etapas y modalidades de colonización
Etapas de la expansión colonial
La expansión imperialista en la segunda mitad del siglo se desarrolló en tres etapas muy claras:
Penetración y exploración. Sus apoyos tecnológicos fueron el barco de vapor y los medicamentos. África fue el continente que más
interés despertó entre los europeos. Los primeros protagonistas fueron viajeros, exploradores y misioneros, que abrieron las rutas de
entrada y ofrecieron la información geográfica precisa para conocer el territorio y las poblaciones. El caso más representativo fue el
del misionero británico David Livingstone, que recorrió durante más de veinte años el centro de África y fue el descubridor de las
cataratas Victoria en el río Zambeze, en 1855.
Escuentro de Henry Morton Stanley y David Livingston en UIji, África (1880 aprox.)
36.
37. Conquista y dominio social y territorial.
Su apoyo tecnológico fue la moderna industria militar. Sus protagonistas fueron los ejércitos y las armadas, que libraron las batallas
para someter a la población indígena e implantar la pacificación colonial. Buen ejemplo de ello son las dos guerras entre China y
Reino Unido (1839 y 1857), que terminaron con la cesión de Hong Kong y el permiso para comerciar libremente con otros puertos
costeros.
38. Explotación y desarrollo de las colonias.
Sus apoyos tecnológicos fueron el ferrocarril, el telégrafo y otras obras públicas. El poder de las colonias estaba en manos de los
delegados de los Estados, que administraban los territorios con sus pobladores indígenas. También representaban a las empresas
que trataban de explotar sus recursos materiales para integrarlos en los flujos económicos entre la metrópoli y sus nuevos territorios
de ultramar. Una demostración de esta actividad fue la construcción de la red ferroviaria y telegráfica en las colonias y la promoción
de costosas obras públicas que favorecían las comunicaciones y los transportes. Por ejemplo, la construcción del canal de Suez,
abierto al tráfico en 1869 y controlado por los británicos desde 1875, acortaba en un tercio la duración del viaje marítimo desde
Europa hasta India, considerada la joya colonial de la corona británica.
39. Tipos de colonias
La relación de las colonias con las metrópolis determinó diferentes tipos de dominación colonial:
Colonias de poblamiento. Extensos territorios poco poblados (Australia, Nueva Zelanda, África del Sur, Canadá), que
recogían excedentes demográficos de la metrópoli.
Colonias de explotación y asimilación. Eran la mayoría. Surtían de materias primas a la metrópoli, compraban sus
manufacturas, podían ser enclaves estratégicos, etc.
Willoughby Wallace Hooper (foto tomada en 1876-
1879. Hambruna de Madrás)
40. En cuanto a la situación política y administrativa, hubo diversas modalidades en el tiempo:
1. Los dominios, colonias de poblamiento, con acusada autonomía y autogobierno reconocido por la metrópoli;
2. Los protectorados, territorios con instituciones y gobernantes autóctonos, bajo la autoridad militar de la potencia
ocupante;
3. Tras la Gran Guerra surgieron los mandatos, colonias entregadas por la Sociedad de Naciones a la tutela de Estados
vencedores, etc.
African police officers in service of the British Empire, circa 1900.
41.
42. 3. El reparto de África
La conquista y colonización
de África durante la segunda
mitad del siglo XIX y primeros
años del siglo XX es una de
las manifestaciones más
visibles del nuevo
imperialismo. Antes de 1885,
África era la gran
desconocida y donde la
presencia europea se ceñía a
una franja en las zonas
costeras. En un plazo de
menos de treinta años, los
europeos pasaron a controlar
y dominar casi todo el
continente.
Para imponer cierto orden en
el suculento reparto, las
potencias europeas se
reunieron en la Conferencia
de Berlín de 1885, en la que
se decidió que solo la
ocupación efectiva del
territorio africano podía dar
título de legitimidad a la
colonización por parte de un
país reclamante. A partir de
entonces, se inició una súbita
carrera de las potencias
imperialistas para repartirse
el continente.
43. El 90 % de África quedó
en manos de las
potencias europeas. Solo
dos zonas quedaron
libres de ese reparto
colonial por razones bien
diferentes: Liberia,
fundada en 1822 por
colonos estadounidenses
negros retornados a la
«tierra prometida» como
hombres libres, se
convirtió de facto en un
protectorado de Estados
Unidos; y Etiopía
(entonces llamada
Abisinia), cuyo rey,
Menelik II, consiguió
frenar la ambición
anexionista italiana desde
Eritrea al derrotar a sus
tropas en la batalla de
Adua (1896).
3.1. La geografía del reparto
africano
3. El reparto de África
44. Por lo que respecta al resto del
continente, Reino Unido intentó
dominar las áreas próximas a las
rutas marítimas que comunicaban
la metrópoli, en las islas
británicas, con su gran colonia de
India y con sus dominios más
alejados en Australia y Nueva
Zelanda. Por eso implantó un
protectorado en Egipto, para
dominar el vital canal de Suez, e
intentó establecer una columna
continua de colonias que
comunicase El Cairo con Ciudad
del Cabo
La pretensión británica chocó con
Francia, que intentaba constituir
un cinturón de colonias africanas
desde el Atlántico hasta el mar
Rojo, aprovechando su temprana
implantación en Argelia (1830) y
poniendo en contacto terrestre
Senegal y la Somalia francesa. El
conflicto alcanzó su punto álgido
en 1898 durante la crisis de
Fashoda (Sudán), que se saldó
con la prudente retirada francesa
y el reconocimiento tácito de la
hegemonía británica en el Sudán.
3. El reparto de África
45. De todos modos, la pretensión
británica de formar una columna
continua no pudo materializarse por
la intervención de Alemania en la
zona de los Grandes Lagos de
Tanganica. De hecho, Alemania, que
llegaba tarde al reparto imperialista,
no solo pretendió conjurar los planes
británicos, sino también crear un
cinturón colonial que uniese su África
oriental con África del sudoeste (hoy
Namibia) y las posesiones
centroafricanas de Camerún y Togo.
La negativa británica y francesa a ese
proyecto germano permitió la
instalación o supervivencia en la zona
de colonias de potencias europeas
menores, a modo de estados
«tapón»: el Congo, concedido al rey
Leopoldo de Bélgica en 1885, y las
colonias de Angola y Mozambique, a
Portugal. De igual modo, la rivalidad
anglo-francesa posibilitó la expansión
colonial de Italia y España, como
estados amortiguadores y «colchón»
de seguridad entre esas grandes
potencias; el Marruecos español
(1912) evitó que Francia tuviera
acceso al otro lado del estrecho de
Gibraltar dominado por los
británicos, en tanto que la Libia
italiana (1912) separaba
3. El reparto de África
46. Al igual que sucedía en África, la presencia colonial europea en Asia antes de mediados de siglo era reducida y limitada a enclaves coloniales
costeros. En el área del Pacífico, esa presencia era todavía más escasa y dispersa. La gran diferencia con el caso africano es que el fenómeno
imperialista en Asia no sería obra exclusiva de las potencias europeas, sino que contaría también con otros dos protagonistas principales:
Estados Unidos y Japón.
4. El imperialismo en Asia
47. Desde mediados del siglo XVIII y durante el siglo XIX, Rusia se expandió fuera de sus áreas europeas, ocupando Alaska (luego
vendida a Estados Unidos en 1867), la zona del Cáucaso y todo el territorio de la inmensa Siberia hasta el Pacífico. La rivalidad
con Reino Unido ocasionó frecuentes conflictos, que fueron limitados con el acuerdo de mantener dos Estados independientes a
modo de «estados tapón»: Persia y Afganistán.
4. El imperialismo en Asia
48. El destino del imperio chino es un caso especial en la
historia del imperialismo. En virtud de su inmensidad, su
enorme población y el orgullo por su cultura milenaria,
era imposible proceder a un reparto por parte de las
potencias imperialistas. Sin embargo, todas ellas
colaboraron para arrancar a la decadente
administración imperial concesiones territoriales y
derechos económicos y jurídicos, que generaron una
profunda hostilidad popular hacia los extranjeros.
Esa hostilidad motivó la sangrienta rebelión de 1900 de
los nacionalistas chinos, llamados «bóxers» .
4. El imperialismo en Asia
49. Holanda inició su presencia en Asia con la ocupación de la
isla de Java en 1815. Desde entonces, fue ampliando sus
dominios por las otras islas de la actual Indonesia, con el
visto bueno de las demás potencias, que no veían en ello
ningún riesgo a su seguridad.
Alemania, a partir de la década de 1880, ocupó Nueva
Guinea Oriental y distintos archipiélagos del Pacífico (islas
Marshall, Salomón, Carolinas) y enclaves costeros en China..
50. Francia centró sus afanes imperiales en la península de Indochina, donde estaba presente desde el siglo xvii. A partir de 1860 fue
extendiendo su dominio por los actuales estados de Vietnam, Camboya y Laos, formando la Unión Indochina. El riesgo de
conflicto entre Francia y Reino Unido por sus líneas de expansión en la zona posibilitó el mantenimiento de la independencia del
reino de Siam, como «estado colchón» entre las colonias respectivas.
4. El imperialismo en Asia
51. El protagonismo imperial europeo en Asia correspondió a cinco potencias: Reino Unido, Rusia,
Francia, Holanda y Alemania.
Reino Unido tuvo en India su principal colonia, surgida a partir de los primeros asentamientos
del siglo XVII. En 1857, después de un motín sangriento, el Gobierno británico impuso el
control directo del territorio bajo la dirección de un virrey. Posteriormente, los británicos
extendieron sus dominios hacia Birmania, Malasia, Singapur y los enclaves chinos, sobre todo
el puerto de Hong Kong.
4.1. Los imperios europeos en Asia
52. El otro gran foco imperial británico comprendía Australia y Nueva Zelanda, donde había colonias de poblamiento de emigrantes
británicos desde el siglo XVIII, que pasaron a ser dominios del imperio, con un estatus muy superior a las colonias.
53. 4.2. Las nuevas potencias imperiales
no europeas
Japón y Estados Unidos iniciaron, a
partir del último tercio del siglo xix,
una vertiginosa expansión colonial en
clara rivalidad con las potencias
europeas.
Japón. Los objetivos imperialistas
japoneses fueron Corea y China. Sus
motivos eran variados: un archipiélago
volcánico con escasos recursos
materiales y un fuerte crecimiento
demográfico necesitaba materias
primas para abastecer a su población,
territorios para asentar su excedente
demográfico, mercados para vender
sus productos industriales y colonias
para demostrar su potencia ante los
países occidentales presentes en sus
confines. Entre 1875 y 1895, tropas
japonesas ocuparon las islas Kuriles y
toda la península de Corea. La
delimitación de su frontera colonial con
Rusia provocó la guerra ruso-japonesa
de 1905, que concluyó con la victoria
nipona y la primera derrota de una
potencia europea ante un país no
occidental. El enfrentamiento con
China fue más larvado y episódico.
Pero concluyó con la cesión de varios
enclaves (Formosa) y la infiltración
japonesa en la provincia de Manchuria.
4. El imperialismo en Asia
54. Estados Unidos dio las primeras muestras de tendencias expansionistas con motivo de su guerra contra México (1846-1848), que
concluyó con la anexión del territorio mexicano al norte del Río Grande. Poco después, en 1867, Alaska era comprada a Rusia. Con
ocasión de la victoria en la guerra contra España de 1898, Estados Unidos impuso su control sobre Cuba y Puerto Rico en el Caribe y
sobre las Filipinas en el Pacífico, reforzada por la anexión de Hawái en ese mismo año. En 1903, bajo la presidencia de Theodore
Roosevelt, impulsor de la política del «gran garrote» (big stick), Estados Unidos promovió la secesión de Panamá de Colombia a
cambio del permiso panameño para construir y controlar el canal, que se abriría en 1914.
4. El imperialismo en Asia
55.
56. El imperialismo provocó consecuencias de gran alcance histórico.
Desde un punto de vista militar, fue causa de numerosos conflictos entre los países imperialistas, que recurrieron a la guerra para zanjar sus
diferencias: guerras ruso-británicas, guerra hispano-norteamericana (1898), guerra de los «bóers» (colonos holandeses) contra los británicos
(1900), crisis marroquíes (1905 y 1911), etc. También provocaron múltiples episodios violentos tanto para imponer el dominio en las colonias
como para aplastar las rebeliones indígenas: motín indio de 1857, rebelión de los bóxers en China en 1900, etc.
5. Las consecuencias del imperialismo
Soldados «bóers»
Ejecución de rebeldes bóxersRebeldes bóxers
57. En el plano económico, significó un reajuste de los flujos mercantiles y financieros que favoreció el desarrollo de los países metropolitanos y la
explotación de los recursos materiales y demográficos de las zonas colonizadas. Implicó cambios en la actividad económica de sociedades
tradicionales y preindustriales, que tuvieron que incorporarse al nuevo sistema económico internacional en plazos muy breves y bajo
condiciones muy duras.
5. Las consecuencias del imperialismo
Trabajador en una plantación holandesa de café y caucho
en Java, en 1900
Plantación de café
58. En el orden sociopolítico, el reparto territorial fracturó sociedades forjadas por vínculos tribales, creando fronteras artificiales y estimulando
tensiones étnicas por el apoyo colonial a diferentes grupos dentro de los nuevos límites fronterizos. También provocó un elevado grado de
aculturación, en la medida en que las poblaciones coloniales fueron forzadas a aprender las lenguas y las costumbres de los colonizadores como
único medio de promoción social, subsistencia económica y acción política legal. Así mismo, la intensa presión misionera intentó extender el
cristianismo por gran parte de los países dominados, especialmente en África.
5. Las consecuencias del imperialismo
60. Unas películas sobre el tema
Y un libro fundamental
El libro negro del
colonialismo
Marc Ferro
(coord). Trad:
Carlo A. Caranci.
La Esfera de los
Libros, Madrid
2005.