2. 5. PRESENTACIÓN
7. CAPÍTULO I
Diseño Editorial
13. CAPÍTULO II
DiseñoCarteles
23. CAPÍTULO III
Diseño Web
27. CAPÍTULO IV
Identidad Visual
41. CAPÍTULO V
Diseño de letras
51. CAPÍTULO VI
Proyectos
3.
4.
5. HOLA!
SOY FRANCISCO COLDEIRA
DISEÑADOR GRÁFICO
Cuando Jonstone me vio al día siguiente a las 5 de la
mañana,girósobresusillaysucaramostrabaelmismo
color que su camisa.Pero no dijo nada.No me importa-
ba.Hablaestadohastalas2delamadrugadabebiendo
yfollandoconBetty.Meechéhaciaatrásycerrélosojos.
6.
7. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle arri-
ba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera que se
presentase, así que fui y lo siguiente que supe fue que tenía una saca
de cuero a mis espaldas y que me dedicaba a pasear a mis anchas. Vaya
un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y si te las
arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra manza-
na para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te manda-
ba a otra parte, pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu tiem-
po y meter relajadamente las tarjetas de Navidad en los buzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuando esta
mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras yo repartía las cartas.
Cuando digo mujerona me refiero a que tenía un culazo y unas tetazas y en
general era grande en todos los lugares adecuados. Parecía estar un poco
chiflada, pero me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
PRESENTACIÓN
8.
9. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle arri-
ba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera que se
presentase, así que fui y lo siguiente que supe fue que tenía una saca
de cuero a mis espaldas y que me dedicaba a pasear a mis anchas. Vaya
un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y si te las
arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra manza-
na para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te manda-
ba a otra parte, pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu tiem-
po y meter relajadamente las tarjetas de Navidad en los buzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuando esta
mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras yo repartía las cartas.
Cuando digo mujerona me refiero a que tenía un culazo y unas tetazas y en
general era grande en todos los lugares adecuados. Parecía estar un poco
chiflada, pero me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
10. El miedo imaginario o neurótico que no tiene correspondencia
con el peligro. Le sucede a aquellos que evalúan por demás
algo que tienen que hacer y terminan por imaginar el peor de
los escenarios posibles, uno que no tiene por qué ser el más
probable o ni siquiera ser tan perjudicial como se lo supone.
Una de las situaciones más comunes se da cuando un in-
dividuo tiene miedo al rechazo. Claro que también hay mie-
dos irracionales, como el temor a lo que no existe, pero la
Si lo que se experimenta es un miedo intenso o un trau-
-
za que aquello que da placer, porque resulta más adaptativo. Por
ejemplo, basta quemarse una vez con fuego para volver hacerlo.
Natural Relación con el mundo real, sería cuando percibimos
un peligro físico de muerte.El miedo es una respuesta natural
ante el peligro; una sensación desagradable que atraviesa el
cuerpo, la mente y el alma. Se puede deber a algo que pasó,
que está sucediendo o que podría pasar. Es difícil de controlar
y puede provocar todo tipo de reacciones, tales como parálisis
o ataques de ansiedad. En su versión más extrema, lo que
se padece es el terror. Lo curioso es que no siempre es el
espejo de algo real. Muchas veces se teme a algo que no exis-
te, que es }producto de la imaginación, como los monstruos.
Algunos de estos temores antinaturales se denominan fobias.
Quienes los padecen no se ven amenazados por ninguna causa
objetiva ni próxima y, sin embargo, son incapaces de liberarse de
sus sentimientos negativos. Los hay que temen a la oscuridad.
Porque el miedo es saludable. El miedo, bien entendido, es ne-
cesario porque posibilita evitar algo doloroso o peor aún,
ya que es un mecanismo de defensa que está tallado en el
ADN de los seres humanos. Eso que está en el cuerpo se ac-
tiva ante el peligro y permite responder con mayor rapid-
habitantes delaTierrayformapartedelesquemaadaptativodelhombr.
El miedo toma diferentes formas, miedo a no ser recompensados, mie-
do de fracasar, miedo de la propia debilidad, miedo del sentimiento que
genera en nosotros tener que llegar a cierto punto y no ser capaces de
lograrlo, miedo a la soledad, miedo a la sociedad, miedo de morir, etc.
El ser humano termina con miedo de sus mismos pa-
res, incluso de el mismo por las circuntacias que puede lle-
gar a cometer sin importar los medios, y las formas solo
ven otra salida mas que el daño a si mismo o a sus pares.
Si esto se va volviendo un habito puede llegar a consecuencias
extremas que implica la muerte.
“El odio es la consecuencia del miedo; le te-
memos a algo antes de odiarlo; un niño que
le tiene miedo a los ruidos se convierte en un
hombre que odia al ruido.”
Cyril Cannold.
InteriorLibro“miedo”
CapituloRaices
Santiago,Chile
2015
Interioryportada
Libro“miedo”
Santiago,Chile
2015
A.K.AFLUYE
15. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle
arriba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera
quesepresentase,asíquefuiylosiguientequesupefuequeteníauna
sacadecueroamisespaldasyquemededicabaapasearamisanchas.
Vaya un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y
si te las arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra
manzana para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te
mandaba a otra parte,pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu
tiempoymeterrelajadamentelastarjetasdeNavidadenlosbuzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuan-
do esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras
yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que
tenía un culazo y unas tetazas y en general era grande en to-
dos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero
me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
25. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle
arriba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera
quesepresentase,asíquefuiylosiguientequesupefuequeteníauna
sacadecueroamisespaldasyquemededicabaapasearamisanchas.
Vaya un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y
si te las arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra
manzana para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te
mandaba a otra parte,pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu
tiempoymeterrelajadamentelastarjetasdeNavidadenlosbuzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuan-
do esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras
yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que
tenía un culazo y unas tetazas y en general era grande en to-
dos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero
me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
29. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle
arriba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera
quesepresentase,asíquefuiylosiguientequesupefuequeteníauna
sacadecueroamisespaldasyquemededicabaapasearamisanchas.
Vaya un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y
si te las arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra
manzana para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te
mandaba a otra parte,pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu
tiempoymeterrelajadamentelastarjetasdeNavidadenlosbuzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuan-
do esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras
yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que
tenía un culazo y unas tetazas y en general era grande en to-
dos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero
me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
43. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle
arriba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera
quesepresentase,asíquefuiylosiguientequesupefuequeteníauna
sacadecueroamisespaldasyquemededicabaapasearamisanchas.
Vaya un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y
si te las arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra
manzana para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te
mandaba a otra parte,pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu
tiempoymeterrelajadamentelastarjetasdeNavidadenlosbuzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuan-
do esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras
yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que
tenía un culazo y unas tetazas y en general era grande en to-
dos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero
me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.
53. Estábamos en navidades y me enteré por el borracho que vivía calle
arriba, y que lo hacía todos los años, que contrataban a cualquiera
quesepresentase,asíquefuiylosiguientequesupefuequeteníauna
sacadecueroamisespaldasyquemededicabaapasearamisanchas.
Vaya un trabajo, pensé. ¡Tirado! Sólo te daban una manzana o dos y
si te las arreglabas para terminar, el cartero regular te asignaba otra
manzana para repartir el correo, o también podías volver y el jefe te
mandaba a otra parte,pero lo mejor que podías hacer era tomarte tu
tiempoymeterrelajadamentelastarjetasdeNavidadenlosbuzones.
Creo que fue en mi segundo día como auxiliar de Navidad cuan-
do esta mujerona salió y se puso a andar a mi lado mientras
yo repartía las cartas. Cuando digo mujerona me refiero a que
tenía un culazo y unas tetazas y en general era grande en to-
dos los lugares adecuados. Parecía estar un poco chiflada, pero
me ponía a mirar su cuerpo y no me importaba demasiado.