Tres obras de teatro breve para jóvenes.

1. Imagen de Irene de Diego
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2. Ahora nos toca hablar
Teatro juvenil
Maxi de Diego
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A continuación tres obras publicadas en diversos volúmenes de la
colección El tamaño no importa. Textos breves de aquí y ahora
Mi abuelo fue un esclavo
(Publicada en el volumen El tamaño no importa V. Textos breves de aquí y
ahora, editado por la Asociación de autores y autoras de teatro en 2015)
Los personajes son una pareja de adolescentes. Él, Óscar, catorce
años, negro. Ella, Paola, blanca, quince. Óscar está sentado en un
banco. La espera. Entra ella, deprisa, él se levanta, se abrazan y se
besan. Permanecen abrazados.
ÓSCAR: ¿Qué pasa, Paola?
(Ella le besa.)
PAOLA: Gracias por venir.
ÓSCAR: Me has asustado.
PAOLA: Tenía que hablar contigo. ¿Te han dejado salir?

3. Ahora nos toca hablar
Teatro juvenil
Maxi de Diego
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ÓSCAR: No. No se han enterado. Creo. ¿Y a ti?
PAOLA: Mi madre ha tomado pastillas para dormir.
ÓSCAR: ¿Pastillas? ¿Hay pastillas para dormir?
PAOLA: Sí, se las ha recetado el médico. Llevaba varios días llorando y
venga a llorar. (Se separa y se sienta en el banco. Él hace lo mismo.)
ÓSCAR: ¿Por qué?
PAOLA: Mi abuelo fue un esclavo.
(Silencio. Él la mira. Se levanta. Se mueve por el escenario,
inquieto, sobrecogido.)
ÓSCAR: ¿Un esclavo? (Pausa.) ¿Aquí hay esclavos?
PAOLA: Ahora, no, creo. Mi abuelo murió hace mucho. Veinte o treinta
años, no sé.
(Nuevo silencio. Él la mira. Sigue moviéndose por el escenario,
inquieto. Está claro que las palabras de Paola le han afectado.)
PAOLA: ¿Qué te pasa?
(Él no contesta.)
PAOLA: (Se levanta y le agarra del brazo.) ¿Quieres estarte quieto? ¿Qué
te pasa? (Pausa.) Si lo sé no te llamo. Quería que me consolaras.
(Silencio.)

4. Ahora nos toca hablar
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ÓSCAR: Perdona, Paola, pero no sabía… que aquí también había esclavos.
PAOLA: ¿También?
ÓSCAR: Tú no sabes por qué vinimos aquí.
PAOLA: Nunca has querido contárnoslo.
(Silencio. Se sienta en el banco, parece decaído. Ella le acaricia el
pelo casi rapado y le besa.)
PAOLA: Cuéntamelo.
ÓSCAR: Cuenta antes lo de tu abuelo. (Le da un beso.) Perdóname. (La
abraza.) Venga, cuéntamelo.
PAOLA: A ver si sé. Para mí es un lío. Me lo ha contado mi madre y no sé
si lo he entendido bien. Como se pone a llorar…
ÓSCAR: Seguro que sí sabes. Tú eres la chica más lista del mundo.
PAOLA: Deja tus bromas ahora.
ÓSCAR: No es ninguna broma.
PAOLA: Mi madre lo está pasando mal. No quieren reconocer que mi
abuelo fue un esclavo. Ha tenido que denunciarlo en Argentina. Dice que
trabajó en una fábrica durante el franquismo cuando estaba preso.
ÓSCAR: ¿Franquismo?
PAOLA: ¿No sabes quién fue Franco?
ÓSCAR: No, nunca he oído ese nombre.
PAOLA: Fue un dictador, un militar que hubo en España.
ÓSCAR: Sí, ¿y?

5. Ahora nos toca hablar
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PAOLA: Él provocó una guerra y la ganó, después mataba o metía presos a
los que no estaban de acuerdo con él, los que defendían la democracia.
ÓSCAR: Sí que es un lío.
PAOLA: Creo que lo estudiaremos el curso próximo.
ÓSCAR: Pues a ver si me entero.
PAOLA: ¿Es que no has comprendido lo que te he contado?
ÓSCAR: Sí, Franco, una guerra, un dictador, tu abuelo en la cárcel.
PAOLA: Tú sí que eres listo. Llevas dos años aquí y ya hablas español
perfectamente.
ÓSCAR: Un año, once meses y tres días.
PAOLA: ¿Lo cuentas?
ÓSCAR: Sí.
PAOLA: ¿Por qué?
ÓSCAR: Mi nueva vida. Otra vida. Ahora soy feliz.
PAOLA: Eres misterioso. Feliz y misterioso. (Le besa.)
ÓSCAR: Venga, sigue.
PAOLA: Cuando estaba en la cárcel le obligaron a trabajar, primero en una
fábrica y luego en una obra, como albañil. Y no le pagaban. Dice mi madre
que el constructor se hizo rico. Todo ganancias.
ÓSCAR: Un esclavo.
(Vuelve a levantarse. Ahora no camina. Mira al espacio infinito
desde la embocadura del escenario. Ella también se levanta y le
abraza desde su espalda.)

6. Ahora nos toca hablar
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PAOLA: Venga, Óscar, cuéntamelo. Creo que mi historia te ha recordado,
algo. ¿No?
ÓSCAR: Sí.
(Silencio. Él se separa. Se sitúa frente a ella mirándola fijamente.)
ÓSCAR: Mi padre fue un esclavo. Y yo estuve a punto de serlo. (Pausa. Ella
le acaricia la cara.) Mi padre murió en una mina de diamantes. Un
ejército rebelde de mi país, Sierra Leona, le había secuestrado para que
trabajara para ellos. Con su venta compraban armas. Alguien sin
conciencia hacía un buen negocio. (Pausa. Le cuesta hablar.) Un día, mi
padre no se encontraba bien, las condiciones de trabajo eran muy duras,
y se paró a descansar. Un militar intentó levantarle a la fuerza, él no podía
y se resistió. El militar le golpeó con su fusil. Al caer contra el suelo se dio
con una piedra en la nuca. Algunos intentaron ayudarle pero el militar les
apuntó con su arma para que no lo hicieran. Nos contaron que murió
desangrado. (Paola lo abraza.) Déjame terminar. No quiero volver a
recordarlo nunca más. (Pausa.) Unos meses después, los militares
intentaron cogerme a mí, pude escapar por muy poco. Casi todos mis
amigos no tuvieron mi misma suerte, ahora estarán allí, trabajando en la
mina o como soldados. Entonces mi madre decidió huir. Salimos a
escondidas y después de dos años conseguimos llegar a España. Por
favor, no me pidas que te cuente cómo. No quiero. Fue muy duro. (Paola
le llena de besos.)
PAOLA: Óscar, tenemos que contar lo que nos ha pasado.
(Óscar se separa de ella.)
ÓSCAR: ¿Contarlo? No. Eso sí que no. No sé por qué te lo he contado a ti.
PAOLA: Mi madre dice que es necesario.
ÓSCAR: A mí no me importa lo que diga tu madre. Yo ya he olvidado.

7. Ahora nos toca hablar
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PAOLA: ¿Cómo puedes decir eso? No es verdad, no has olvidado.
ÓSCAR: (Claramente enfadado.) Por tu culpa.
PAOLA: ¿Qué dices? No puedes dar la espalda a todo lo que me has
contado.
ÓSCAR: Sí puedo. Quiero olvidarlo por completo. Poco a poco iba
desapareciendo. En parte gracias a ti. Pero esta noche has tenido que
venir con la historia de tu abuelo. Que murió hace veinte o treinta años. A
mí qué me importa.
(Paola se sienta, ofendida, en el banco.)
PAOLA: Nunca me habías hablado así. Siento algo extraño en tu mirada.
(Óscar, efectivamente, la está mirando con una expresión
diferente. Algo entre la humillación y el rencor se remueve en su
interior. Da unos pasos, indecisos, y se acerca a ella. Sin embargo,
se detiene bruscamente y sale corriendo del escenario, enfurecido.
Ella sigue sentada en el banco, desolada, tal vez llore. Mira hacia
donde ha salido, esperando que vuelva. Pasa un tiempo, que, así,
sin palabras, con la única presencia de Paola sobre el escenario, se
hace largo. La luz, poco a poco, se irá debilitando hasta casi
hacerse el oscuro total. Da a entender que la obra se acabará así.
Sin embargo, la presencia, callada, de Óscar en el mismo lateral
por donde ha salido provocará que la luz, también muy
lentamente, se vaya recuperando. Se acerca, despacio. Se sienta a
su lado y le pasa su brazo por el hombro. Paola se deja acariciar y
reposa su cabeza en el pecho de Óscar. Así permanecen durante
unos segundos.)
PAOLA: Óscar, voy a contarlo. Voy a escribir en el periódico del instituto.
Mi abuelo no pudo. ¿Te parece mal?

8. Ahora nos toca hablar
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ÓSCAR: No. Cuéntalo. (Pausa.) Paola.
PAOLA: ¿Qué?
ÓSCAR: Ayúdame a olvidar. Por favor.
(Silencio. Paola le mira fijamente.)
PAOLA: Sí.
(Paola le besa. Se irá haciendo el oscuro muy lentamente, ahora sí,
hasta la oscuridad total.)

9. Ahora nos toca hablar
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Todo preparado: ha llegado su fin
(Publicada en el volumen El tamaño no importa VI. Textos breves de aquí y
ahora, editado por la Asociación de autores y autoras de teatro en 2016)
Tres chicas de unos 15 años miran con atención su ordenador
portátil.
ESTRELLA: En Pekín todo preparado.
BELÉN: En El Cairo también.
LUISA: Sidney se acaba de conectar. A ver… Sí, también han recabado los
datos de todos los centros de coordinación de Oceanía y todo preparado.
ESTRELLA: Yo ya he mandado los datos de España a Berlín. Espero
confirmación.
BELÉN: Llega un mensaje de Toronto. En América del Norte todo listo.
ESTRELLA: Berlín confirma la recepción de los datos. Nos desea suerte.
Qué simpáticas son.
LUISA: Solo nos queda la confirmación de América Central y del Sur.
¿Quién coordinaba?
ESTRELLA: No me acuerdo, espera que mire mis notas.
LUISA: Nunca imaginé que fuéramos a conseguirlo.
BELÉN: Yo tampoco. Es como un sueño. Mañana, por fin.
LUISA: Vamos a conseguirlo.
BELÉN: Aún no sabemos cómo responderán. Creo que no les va a gustar.

10. Ahora nos toca hablar
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LUISA: Tendrán que rendirse ante nuestra capacidad de organización.
ESTRELLA: Buenos Aires, Argentina. Y ante nuestros argumentos.
BELÉN: Los hemos preparado a conciencia.
ESTRELLA: Todo un año, buscando, documentándonos. Por cierto, he
leído en Internet que ya existían en la Edad Media.
LUISA: Pues ya va siendo hora de cambiar. ¿Os acordáis de lo que decía
un neurocirujano?
ESTRELLA: No sé, hemos leído tanto… Estará en el dosier.
LUISA: Que lo que se guarda en la memoria intermedia se olvida en la
semana siguiente.
BELÉN: Si no nos escuchan… somos más de diez mil jóvenes de los cinco
continentes en contacto a través de internet.
LUISA: Diez mil jóvenes organizadas que hemos conseguido el apoyo de
casi todas nuestras compañeras y algunos compañeros sin levantar
sospechas. Nadie sabe nada.
ESTRELLA: El factor sorpresa será fundamental.
BELÉN: Por eso no hemos podido contar con ellos.
LUISA: Algunos están con nosotras.
BELÉN: Sí, algunos.
ESTRELLA: La mayoría todavía son unos críos.
LUISA: Ya despertarán.
ESTRELLA: Esperad, Buenos Aires contesta. (Leyendo.) Todo preparado
también. Dicen que cuentan con el apoyo de la mayoría de los institutos
de su zona. Que solo falla el 1 %.
LUISA: Hay que reconocer que han trabajado duro.
BELÉN: Bueno, aquí en España tampoco ha estado mal.
ESTRELLA: ¿Sabemos qué porcentaje no va a secundar el boicot?

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BELÉN: Sí, lo tengo anotado por aquí. (Coge un cuaderno y busca el dato.)
Lo han calculado en un instituto de Ciudad Real, concretamente, el 3,5 %
o no ha contestado o se ha desvinculado.
LUISA: No lo entiendo.
BELÉN: No te preocupes, es un porcentaje muy pequeño. El éxito está
asegurado.
ESTRELLA: (Pensativa.) El éxito…
BELÉN: ¿Qué?
ESTRELLA: No me gusta esa palabra. Ellos lo relacionan con lo que
queremos hacer desaparecer.
LUISA: A mí tampoco me gusta. Ni éxito ni fracaso. Lo bueno y lo malo.
Me recuerda a mis padres. Siempre están igual.
BELÉN: No sé a vosotras, pero ahora que queda tan poco, me está dando
miedo o…
LUISA: Ansiedad.
BELÉN: Sí, eso.
ESTRELLA: Al principio de preparar todo esto, lo hablábamos.
BELÉN: Ya, pero con todo el trabajo de la organización nos hemos dejado
llevar. ¿Y si pasado mañana todo sigue igual?
LUISA: No puede ser… No pueden comportarse como si fueran un muro.
BELÉN: Me gusta tu seguridad.
ESTRELLA: Yo creo que tiene razón. Si pasado mañana hacen como si no
hubiera pasado nada… el movimiento continuará. En algunos países ya lo
han hablado.
LUISA: Todas estamos convencidas de que tendrán que utilizar otros
métodos.
BELÉN: Hay quien ya los aplica, aunque una minoría.
ESTRELLA: Y parece ser que tienen problemas. Dicen que son raros.

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BELÉN: Deberíamos darles nuestro apoyo.
LUISA: Sí. Pero mientras tanto, ¿qué tal os ha salido el de esta mañana?
BELÉN: ¿Te refieres al último examen de la historia de la humanidad?
(Lo ha dicho con cierta pomposidad y las tres ríen.)
ESTRELLA: Oye, qué bien suena, el último examen de la historia de la
humanidad.
BELÉN: Parece el título de un libro.
LUISA: O de una canción. Yo creo que he sacado un nueve.
ESTRELLA: Claro, como no te hace falta estudiar… Yo lo he dejado en
blanco, para ir entrenándome.
BELÉN: Yo le he contado un cuento.
ESTRELLA: Pero si era de Matemáticas.
BELÉN: Le he contado el cuento del número tres.
ESTRELLA: ¿Y cómo es?
BELÉN: Érase una vez tres amigas que cambiaron el mundo el día tres de
marzo del año 3333.
ESTRELLA: No habrás descubierto nada…
BELÉN: No, estaba escrito en clave simbólica.
(LUISA mira el móvil.)
LUISA: Hablando de símbolos, qué tarde, tengo que irme. (Coge su
portátil.)
BELÉN: (Mirando el móvil también y recogiendo su ordenador.) Es verdad,
yo también.
ESTRELLA: ¿El comunicado de prensa lo enviaban desde Madrid, no?

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BELÉN: Sí.
(Las tres se despiden con un beso y un abrazo.)

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Política
(Publicada en el volumen El tamaño no importa VII. Textos breves de aquí y
ahora, editado por la Asociación de autores y autoras de teatro en 2017)
Cuatro chicos o chicas de unos quince años tumbados en un
parque de un barrio de Madrid. Hace bastante calor.
1: Que sí, tío1
, que la política es una mierda.
2: Que todos son iguales.
3: ¿Quiénes?
2: Los políticos, que no te enteras.
3: Pues mi madre dice que eso es un tópico.
2: Tu madre, perdona, no tiene ni idea.
3: Pues mi madre es…
1: (Interrumpiéndole.) ¿Y ese qué hace? (Se refiere a otro amigo, que
recostado en un árbol está leyendo un libro.)
2: Yo qué sé. Ayer igual, con el librito a todas partes.
1: Eh, tú, qué te pasa. (No responde. 2 le tira un palito, pero no le da. 1 le
lanza una piedra pequeña que impacta en su cabeza, parece por la
reacción que le ha dolido.)
4: Joder, estáis tontos. Me habéis hecho daño.
2: Es que molestas, con el librito ese a todas partes.
1
O tía, en función de la elección del grupo o compañía. Igualmente en sucesivas expresiones.

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1: A mí el otro día se me cayó un libro a los pies y se me rompió una uña.
Es por tu bien, leer es peligroso.
4: Tú sí que eres peligroso.
3: Pues mi madre dice que leer es bueno.
2: Tu madre, perdona, no tiene ni idea.
3: Pues mi madre es…
1: (Interrumpiéndole, a 4). Oye, tú que sabes tanto, a que la política es
una mierda.
4: Según.
2: ¿Según?
4: Sí, según que entiendas por política. Dice el profesor de…
2: (Interrumpiéndole.) Ese profesor de… lo que sea, perdona, no tiene ni
idea.
4: ¿Tenéis calor?
3: Claro, ¿a qué viene esa pregunta?
4: ¿Por qué no estamos en la piscina de la urbanización?
2: A ti te ha afectado el sol, tío, o el libro ese que lees. ¿Tenemos
urbanización?
4: ¿Y por qué no estamos en la playa? Disfrutando de las olas y de la brisa
marina.
1: Y de las titis en bikini o en toples.
4: A ver, ¿por qué?
2: (De muy mal humor. Se abalanza sobre él.) Tienes mala leche, imbécil.
Sabes perfectamente por qué no estamos en la playa. Tampoco es para
que nos lo recuerdes.
4: (Se suelta.) Dejadme en paz, yo no os he preguntado nada.
3: Mi madre dice que el calor…
2: (Interrumpiéndole.) Tu madre, perdona, no tiene ni idea.
3: (Abatido.) Mi madre se ha ido.

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2: ¿Adónde?
3: No lo sé.
1: ¿Por qué?
3: No lo sé. Mi madre siempre decía… (Se detiene antes de seguir
temiendo ser interrumpido nuevamente. Mira fijamente a 2.)
2: ¿Qué decía?
3: Que hay que perseguir los sueños.
1: Joder.
2: Los sueños, qué bonito. ¿Y qué vas a hacer ahora?
3: No lo sé, ¿tú qué harías?
2: No me imagino estar sin mi madre.
1: Pues hoy he visto en las noticias, mi padre me obliga porque dice que
hay que estar informado, que han llegado a España o a Italia o a Grecia,
no me acuerdo, que han llegado no sé cuántos niños solos en un barco.
2: Ves como la política es una mierda.
3: ¿Pero eso es política? Yo creí que era inmigración.
1: ¡Qué más da! Es parecido.
4: Pues yo cuando sea mayor voy a ser político.
2: ¡Buaaaaah! Que vomito. Tú no estás bien de la chota.
4: Yo también tengo sueños como la madre de este.
1: Anda y yo, todos tenemos sueños. Eso que has dicho antes, lo de la
playa… Hace cinco o seis años mis padres me llevaron una semana. A un
apartamento cerquita del mar. Creo que fue el mejor verano de mi vida.
4: ¿Y por qué no has vuelto? No. No me lo digas, te lo voy a decir yo a ti.
Por la política.
1: ¿Tú no estás bien, verdad? No vamos a la playa por el paro.
4: Cuando yo sea presidente del gobierno o ministro de…, de algo, todo el
mundo tendrá derecho a una semana en la playa. No, una semana me
parece poco, mejor un mes.

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2: Pues cuando seas mayor, yo te voto. Te lo juro por Dios.
3: Mi madre siempre decía que quería vivir cerca del mar. A lo mejor ha
ido a instalarse y me llama desde allí para que vaya a vivir con ella.
2: ¿Y tu padre?
3: A mi padre no le gusta el mar. Dice que al mar solo van los ricos y que
los ricos le dan asco.
1: A mí también me dan asco, sobre todo los pijos esos que tienen moto y
urbanización privada con piscina y novia… Oye, ¿cuando seas presidente
del gobierno o ministro, también todos tendremos moto, urbanización
privada con piscina y novia?
4: Creo que sí, para mí la política es que todos seamos iguales.
2: Oye, pues tu política mola, ¿de dónde la has sacado?
4: De algunos libros y de internet. Mira esta página. (Saca el móvil pero se
lo vuelve a guardar.) ¿Alguien tiene internet? (Todos se miran, pero nadie
contesta.) Venga, vamos a la biblio y os la enseño. (Mientras van
saliendo.) Veréis qué organización de jóvenes más chula. Yo creo que
tendríamos que hablar con ellos.
2: Si proponen lo de la semanita en la playa, yo me apunto. Con este
calor…
1: Que no, que era un mes.
3: Pues yo con una semana me conformo. Aunque si me llama mi madre…
(Salen bajo un sol poderoso de Madrid en pleno mes de julio o
agosto.)