2. El proceso de restauración. Isaías 65:17-25.
Restauración divina. Isaías 66:1-18.
Cooperación humana para la restauración:
Compartir el mensaje. Isaías 66:19-20.
Sacerdocio universal. Isaías 66:21.
Restauración final. Isaías 66:22-24.
El planeta donde vivimos se parece cada vez menos al
original creado por Dios. El pecado ha hecho estragos
en la naturaleza y en la humanidad. Tanto la
humanidad como el planeta necesitan una
restauración completa.
El plan original de Dios era usar al pueblo de Israel
para que, partiendo de Jerusalén, todo fuese
restaurado paulatinamente. Ante el rechazo de Israel,
Dios adaptó sus planes.
3. Cielos nuevos y tierra nueva ISAIAS 65
17 Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá
al pensamiento.
18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las
cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a
Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.
19 Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi
pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni
voz de clamor.
4. “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá
al pensamiento” (Isaías 65:17)
En la nueva tierra, “el león comerá paja
como el buey” (v. 25). La naturaleza
volverá a su estado original de perfección.
Pero Dios no se proponía hacer un cambio
drástico, instantáneo. Quería que todo
fuese mejorando poco a poco. Jerusalén
habría de ser un lugar donde la esperanza
de vida superase con creces los 100 años
(v. 20), la tierra produjese abundantes
frutos (v. 21), y se viviese en paz (v. 22).
Allí acudirían los habitantes de otras naciones, hasta que todos
hubiesen aceptado el Evangelio y Dios restaurase completamente
el mundo y otorgase vida eterna a la humanidad.
5. “tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y
lenguas; y vendrán, y verán mi gloria” (Isaías 66:18)
A la hora de restaurar, Dios tiene en cuenta al que “tiembla
a mi palabra” (v. 2, 5). La restauración divina implica:
Rechazar a los hipócritas (v. 3).
Restaurar a los humildes (v. 5).
Castigar a los que hacen daño a los santos (v. 5).
Consolar a los creyentes (v. 13).
Destruir a los idólatras (v. 17).
Antes de la restauración definitiva
y completa, Dios mismo atraerá a
todos hacia sí para que vean su
gloria (v. 17).
El propósito divino es que todos participen de la
restauración. Su mayor deseo es que todos respondiesen
afirmativamente a Su llamado (1Tim. 2:4).
6. 1 Timoteo 2:4
4 el cual quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad.
7. En el plan original, después que Jerusalén (Israel)
fuese restaurada, enviaría evangelistas a todas las
partes del mundo.
Pero Israel rechazó al Mesías que
vino a restaurarla. Por ello, Jesús
encomendó a la iglesia cristiana la
proclamación del mensaje divino
(Mateo 28:19-20).
En tan solo una generación, el mensaje llegó a todo el mundo
conocido (Colosenses 1:23). Pero aún queda mucho trabajo por hacer.
Los convertidos por nuestra labor son una ofrenda a Dios (Is. 66:20).
Junto a ellos, cada uno de nosotros somos un “sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios” (Romanos 12:1).
8. Mateo 28:19-20
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Colosenses 1:23-24
23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la
esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación
que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo
que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
Romanos 12:1
Deberes cristianos
12 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional.
9.
10. “Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová” (Isaías 66:21)
¿Quiénes son “ellos”?
“Ellos” son los gentiles, los conversos de todas las
naciones, unidos a los conversos israelitas (Ef. 2:14).
Todos nosotros somos una nación de sacerdotes
(1P. 2:9). Este sacerdocio no está basado en el
sacerdocio levítico, sino que deriva del sacerdocio
de nuestro Sumo Sacerdote: Jesús (Heb. 6:20).
Pero la exaltación de los gentiles no implica la
humillación de los judíos. Pablo compara al pueblo
de Dios con un olivo cuyas ramas originales son el
pueblo de Israel que comparten su lugar con ramas
injertadas, es decir, los gentiles (Rom. 11:17-18).
En la iglesia de Dios todos somos iguales, y todos
tenemos una misión que realizar.
11. Romanos 11:17-18
17 Pues si algunas de las ramas fueron
desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre,
has sido injertado en lugar de ellas, y
has sido hecho participante de la raíz y
de la rica savia del olivo,
18 no te jactes contra las ramas; y si te
jactas, sabe que no sustentas tú a la
raíz, sino la raíz a ti.
12. “Y sucederá que de mes en mes, y de sábado
en sábado, vendrán todos a adorar delante de
mí, dijo Jehová” (Isaías 66:23)
La restauración final implica una renovación completa
de los cielos y la tierra, que permanecerán –junto a sus
habitantes– por la eternidad (Is. 66:22).
Cada sábado adoraremos juntos a
Dios, y cada mes nos reuniremos para
tomar del fruto del árbol de la vida
(Ap. 22:2). ¡Y todo esto gracias al gran
sacrificio que Jesús hizo por nosotros!
Isaías termina su libro con una nota de
advertencia: todo aquel que no quiera
vivir eternamente, sufrirá la muerte
eterna (Is. 66:24; Ap. 20:14-15).
En esta tierra nueva “ya no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor” (Ap. 21:4).
13. Isaías 66:24
24 Y saldrán, y verán los cadáveres
de los hombres que se rebelaron
contra mí; porque su gusano nunca
morirá, ni su fuego se apagará, y
serán abominables a todo hombre.
14. Apocalipsis 20:14-15
14 Y la muerte y el Hades fueron
lanzados al lago de fuego. Esta es
la muerte segunda.
15 Y el que no se halló inscrito en el
libro de la vida fue lanzado al lago
de fuego.
15. “Compañeros de peregrinación, estamos todavía
entre las sombras y la agitación de las actividades
terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador
para traer liberación y descanso. Contemplemos por
la fe el bienaventurado más allá, tal como lo describió
la mano de Dios. El que murió por los pecados del
mundo está abriendo de par en par las puertas del
Paraíso a todos los que creen en él. Pronto habrá
terminado la batalla y se habrá ganado la victoria.
Pronto veremos a Aquel en quien se cifran nuestras
esperanzas de vida eterna. En su presencia las
pruebas y los sufrimientos de esta vida resultarán
insignificantes”
E.G.W. (Profetas y reyes, pg. 540)
16. “El gran conflicto ha terminado. Ya no
hay más pecado ni pecadores. Todo el
universo está purificado. La misma
pulsación de armonía y de gozo late en
toda la creación. De Aquel que todo lo
creó manan vida, luz y contentamiento
por toda la extensión del espacio
infinito. Desde el átomo más
imperceptible hasta el mundo más vasto,
todas las cosas animadas e inanimadas,
declaran en su belleza sin mácula y en
júbilo perfecto, que Dios es amor”
E.G.W. (El conflicto de los siglos, pg. 657)