El autor argumenta que la Teoría del Estado debe surgir de interrogantes objetivos planteados por la propia realidad estatal, en lugar de cuestiones subjetivas impuestas por el investigador. Sostiene que el Estado no puede estudiarse como un objeto separado, sino que el investigador forma parte integral de él. Finalmente, propone limitar el estudio de la Teoría del Estado al Estado moderno en Occidente desde el Renacimiento, en lugar de intentar explicar su origen.
3. Sucede, a caso, que el investigador lleva, de modo arbitrario, a la realidad que se trata de conocer, aquellas cuestiones que a él personalmente le interesan, o sea que las preguntas que se hace dependen de su subjetivo capricho, sin rastro de una necesidad objetiva y sin más traba que los imperativos lógicos y el influjo de lo que, habitualmente, se estima como dominio de su especialidad?
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6. Y ello no sólo porque la vemos contradicha por la historia real de la cuestión, sino, además, porque descubrimos que tal concepción se basa en un completo desconocimiento de la función vital social de toda ciencia, en una falsa comprensión de la relación entre el pensar y el querer, entre el sujeto y el objeto de conocimiento.
9. ->...tiene que admitir la existencia de un ser de ficción que interroga y conoce estando situado fuera de la realidad estatal...
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11. Toda cuestión pura, tiene por eso, su origen en la cuestionabilidad relativamente objetiva de la vida, fácticamente convivida por nosotros.
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13. Las cuestiones arbitrarias engendran problemas aparentes; los problemas serios y fecundos son extraídos siempre de la vida del Estado.
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16. No puede haber en nuestra ciencia cuestiones fecundas ni respuestas sustanciales si la investigación no tiene un último propósito de carácter práctico.
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21. Para R. Schmidt la teoría del Estado basa su necesidad en el hecho de ser una ciencia auxiliar de la Ciencia del Derecho.
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24. De hecho, ciertamente, las Teorías del Estado de todos los tiempos, aun aquellas que se decían expresamente generales en el sentido de una universalidad espacial y temporal, se limitaban, tanto en el material utilizado como en su problemática y en sus perspectivas...
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26. Dado que no consideramos posibles una olímpica emancipación de nuestro conocer científico respecto a la realidad histórico-social, tenemos que establecer, poor motivos tanto teóricos como prácticos, una expresa limitación...
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28. El objeto de nuestra Teoría del Estado es, por ello, únicamente el Estado tal como se ha formado en círculo cultural de occidente a partir del Renacimiento.
32. Pues lo primitivo e indiferenciado puede ser la clave para explicar lo posterior y diferenciado -lo contrario es, justamente, lo cierto-, ni tampoco puede afirmarse que en todos los casos en que ha habido un cambio histórico tuvo lugar también una evolución.
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35. Pero además, la historia, incluso para los historiadores más objetivos que tratan de exponer ”lo que ha sido” con estricta fidelidad, es siempre ”historia de presente”, es decir, vista desde nuestra perspectiva actual (Croce).
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37. Porque el afirmar que la estructura presente o futura del Estado depende, en forma decisiva, del hecho de que su nacimiento primario deba atribuirse a la lucha de clases o de razas o a otra causa, no pasa de ser un prejuicio historicista más.