Relación del derecho con las ciencias políticas.pptx
Unicameralidad o bicameralidad cual es mejor+
1. Unicameralidad o bicameralidad, ¿cuál es mejor?
El debate de estos días, y promete de los siguientes, será el establecimiento de la
bicameralidad o continuidad de la unicameralidad en el país.
En las presentes líneas, intentaremos dar algún alcance al ya iniciado debate sobre este
controvertido tema.
Veamos el sistema unicameral. Las ventajas que dice tener el sistema unicameral, pasa
principalmente, por la mayor celeridad a la hora de establecer las normas. Sin embargo,
creemos que la celeridad, no es suficiente, si no hay calidad en los congresistas.
Entonces, ¿cómo anda el congreso peruano de calidad?
La ventaja de la bicameralidad, estriba principalmente, en el doble control, que
atraviesan las normas antes de ser aprobadas (digamos ‘un mejor control de calidad’).
Este mecanismo de intracontrol o control interno, está destinado a evitar
‘apresuramientos’, mejorar la reflexión a la hora de calibrar o tecnificar las leyes etc.
(esto en el plano técnico). Pero, nos preguntamos nuevamente, si esto se podrá lograr,
(en una bicameralidad), con una inadecuada idoneidad del componente humano, con
una falta ostensible de valores y principios de los congresistas. La ley, en el peor de los
casos, debe ser debatida profundamente sin olvidar lo básico planteado.
Entonces, para empezar, lo que vemos como problema de fondo, es que se pretende
‘mejorar’ la figura del legislativo, pero se hará con el mismo ‘ingrediente’, es decir con
el mismo componente humano (congresistas). Pero, si no se mejora el ‘fondo’ (la
calidad del ‘componente humano’.), seguiríamos en la misma deficiencia decisiva, sólo
que extendida a dos cámaras.
Ahora, en el plano más bien político, otro aspecto importante de la bicameralidad y su
repercusión (además, de su defensa y aplicación), está referido a que la existencia de
dos cámaras crea un mecanismo natural de control mutuo entre estos dos ‘cuerpos’
legisladores. Esto estaría dirigido, en la práctica, a evitar los excesos de una mayoría si
hubiera una sola cámara.
Entonces, en resumen, la bicameralidad, supondría una mayor ‘estabilidad’ en la
formación de leyes, y evitaría el abuso de poder de la mayoría si hubiere una cámara.
Pero ‘ojo’ que lo hemos dejado en una ‘conjetura’, es decir, una posibilidad.
Entonces, reenfocando, el problema del Congreso no está en el número (más o menos
legisladores, sean estos diputados o senadores, una dos o tres cámaras, las que quieran),
sino en la idoneidad de los mismos, partiendo de la base de principios, valores etc.
‘Más, no siempre es mejor’. En el Perú actual, por lo menos, no lo es.
Entonces, la pregunta será, ¿cómo queremos conseguir un mejor Congreso, con más de
lo mismo? Baja calidad del componente humano. Basado en ello, a lo que nos
expondríamos, antes que a mejores leyes, mejores reflexiones o mejor control técnico o
político, sería para muchos, a aumentar los escándalos, las ‘maniobras’ políticas, los
lobbys, la corrupción etc., Todo, en un congreso igual o similar en ‘calidad’, pero
extendido en número, y por ello, quizá, ahora más inmanejable y más difícil de
fiscalizar.
2. Entonces, volvemos a lo ya debatido innumerables veces. ¿Quiénes deben ir al
Congreso? Los mejores y los más decentes. Elevar la valla, estaría otra vez en el tapete.
Nada más lógico si tenemos en cuenta, que es aquí donde se toman varias de las más
importantes decisiones que terminarán afectando la vida de un país.
La conclusión, podría ser entonces, ni quedarnos con el actual Congreso ni ampliarlo a
la bicameralidad sino se mejora la calidad del componente humano (congresistas), como
exigiría, un país inteligente, que busca sus mejores cuadros, para hacer algo muy
importante, como es dar las leyes que dirigirán la vida de un país.
Finalmente, nada de lo que se diga aquí o en otro lado, podrá evitar la percepción que
tiene una gran mayoría de la población sobre la bicameralidad: ‘un mayor gasto, mayor
corrupción, que servirá para que unos cuantos se enriquezcan y busquen beneficios
políticos, económicos y personales. Nada más.’