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1. EL PODER DE LAS
INSTITUCIONES
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POR ALEJANDRO CEPEDA
Los organismos independientes de los gobiernos, los
que están conformados por la sociedad civil y no
tienen intereses más que los de su propia institución
juegan un rol de suma relevancia en las ciudades. Son
capaces de actuar frente a crisis humanitarias, para
intentar resolver problemáticas específicas como la
pobreza, el maltrato de animales, los derechos
humanos, entre muchas más. Todas estas cuestiones
que intentan resolver colaboran a que una ciudad
pueda estar mejor a través de que las que la habitan
vivan mejor y nos permiten que cada uno escoja sus
causas y actúe. Entre más organizada sea la
institución, más grande y efectiva será su respuesta,
podrán lograr combatir la problemática de manera
más estructural, pidiendo rendir cuentas y/o trabajar
de la mano con otras instituciones o las que marcan el
rumbo del país como el INEGI, o incluso a los mismos
gobiernos tanto a nivel local como a nivel país.
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Foto arriba: Un grupo de voluntades poniendose de acuerdo antes de comenzar una actividad en Nuevo León.
Foto arriba: Un voluntario se detiene en la
estructura del techo de una vivienda de emergencia
mientras un niño se asoma por la ventana.

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En un país como México las instituciones son
clave porque permiten mostrar diferentes
realidades a las que pintan los medios de
comunicación, gobiernos o las dichas
instituciones. Es decir, estas organizaciones
pueden corroborar de manera experiencial si hay
problemáticas que están siendo atendidas y
tienen continuidad o no. También son vitales
porque se especializan en una problemática
específica por lo que pueden conocer de mejor
manera si las soluciones que se plantean buscan
solucionar o solo poner un parche para ya no
tener que lidiar con ello. Son un contrapeso clave
para que las formas de actuar sean más efectivas.
Según la última actualización en México hecha
por el Instituto Nacional de Desarrollo Social hay
42,974 Organizaciones de la sociedad civil.
Dentro de ellas esta TECHO. TECHO es una organización internacional, que trabaja en
Latinoamérica y durante el año pasado estuve trabajando en ese lugar y pude observar de primera
mano, a través de lo ejecutado, que las palabras escritas arriba si son reales y tienen un impacto
directo en muchas personas: las que viven en una situación (escribo situación porque puede
cambiar) de pobreza y las que deciden participar para erradicarla, las personas voluntarias.
Foto arriba: El coordinador territorial y la coordinadora de vivienda trabajan juntos para cubrir la base de una sede
comunitaria.
Foto arriba: Una voluntaria colocando clavos encima
de una pared de una sede comunitaria.
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Foto actual: Una voluntaria se para en lo
que se convertirá la estructura que
sostendrá el techo de una vivienda de
emergencia en la comunidad la esperanza,
en Nuevo León.

4. TECHO trabaja principalmente en los
asentamientos irregulares en las
ciudades a través del desarrollo
comunitario. Es decir, conocemos a la
comunidad e impulsamos su
participación para resolver las
problemáticas que se encuentran
junto con personas voluntarias con el
objetivo de que cada vez más sea la
comunidad misma la que pueda
resolver lo que se presente y estén
organizadas para lograr lo que se
propongan. TECHO puede proponer,
en ese diálogo, algunos programas y
proyectos dependiendo lo que digan
las personas pobladoras y si no
tenemos la solución poder hacer
alianzas con otras organizaciones
para trabajar en red. La pandemia nos
puso a prueba dado que trabajamos
en campo, físicamente. Cada fin de
semana acudíamos a la comunidad
con el fin de poder dar continuidad,
por lo que cambiar el formato que
teníamos años haciendo de un día
para otro no fue sencillo.
Sin embargo, nos ante pusimos, principalmente gracias a
las personas voluntarias (en su mayoría estudiantes) que
dedicaban tardes completas o fines de semana a marcar a
las personas de las comunidades, preguntar cómo estaban
para saber cómo actuar, ser las mediadoras y organizar el
modo de acción para ejecutarlo en caso de ser necesario.
Trabajamos en 7 estados en México: Oaxaca, Estado de
México, Ciudad de México, Querétaro, Puebla, Jalisco y
Nuevo León. A continuación, muestro parte de lo que se
logró accionar en algunos números los cuales fueron con
base en preguntar a las comunidades cuáles eran sus
primeras necesidades ante la pandemia.
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Foto arriba: Un voluntario detiene el peso de una viga madre a la
expectativa de otras personas.
Foto arriba a la izquierda: Una voluntaria coloca un clavo para la unión de
dos paredes de una sede comunitaria.
Imagen arriba a a derecha: Encuesta hecha y ejecutada por TECHO en las
comunidades donde trabajamos.
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5. Despensas entregadas: 5,343.
Como respuesta humanitaria
decidimos entregar despensas
a las familias. Esto respondía a
que en la mayoría de las
familias con las que
platicamos perdieron su
empleo por lo que su fuente
de ingresos de un día para
otro cayó abruptamente a 0.
Esto fue una solución
temporal a un problema
temporal.
Soluciones familiares de agua
en NL: 80. Con la misma
intención que los SCALL solo
que ante la poca lluvia en NL
decidimos abastecer de agua
durante 4 meses,
acompañados con filtros de
agua para que se pudiera
beber. Este y el proyecto
anterior fueron en red con
otra organización.
Sistemas de captación de
agua de lluvia (SCALL): 228. La
principal recomendación de
las instituciones de salud en
un principio fue lavarse las
manos constantemente. En 6
de los 7 estados donde
trabajamos hay lluvia
constantemente por lo que
captar la lluvia era lo más
sensato de hacer. Se decidió
darle prioridad a este
proyecto. Es decir, estamos en
constante adaptación.
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Foto izquierda: una voluntaria recibe indicaciones de una persona de comunidad antes de iniciar la mezcla del cemento.
Foto derecha arriba: un vecino de la comunidad la esperanza coloca una pipa del proyecto de agua en NL.
Foto abajo izquierda: un grupo de voluntades con la sede comunitaria de fondo en la comunidad ríberas del rio.

6. Viviendas de emergencia: 71. Ante la
situación de quedarse en casa, que muchas
personas vivan en un espacio reducido por
más tiempo del habitual puede
incrementar conflictos que antes no existían
y si alguna de ellas se enferma es más
probable que contagie a las demás. Por lo
que el programa de vivienda siguió
funcionando para la mitigación de estas
problemáticas.
Sede comunitaria: 4. La sede comunitaria es
un espacio de uso libre para toda la
comunidad. Uno de los usos que más me
toco experimentar es para el trabajo.
Muchas familias no tienen un lugar fijo
donde elaborar productos que elaboran
ellas mismas y este proyecto viene a
solucionar esta y otras problemáticas.
Número de escuelas con las que
trabajamos: 46. Es importante que las
instituciones académicas estén enteradas
de lo que sucede en su país para que en la
formación de estudiantes tengan en mente
las problemáticas que existen y que si nos
organizamos podemos hacer grandes cosas.
Comunidades con las que trabajamos: 47.
En cada comunidad los restos son
totalmente distintos y lo que puede
funcionar en una en otra no. Algunas
comunidades pueden ser 20 y en otras 400
familias. Por lo que estar constantemente
en una conversación no es nada sencillo por
las cuestiones de organización. A pesar de
eso cada día decidimos seguir participando
y colaborando por que creemos y vemos
que vale la pena.
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Foto arriba: Dos voluntarias colocan la ventana de una vivienda de emergencia.
Foto en medio: Una voluntaria de un grupo estudiantil junto con un vecino de la comunidad en frente de una sede
comunitaria.
Foto abajo: Una voluntaria se detiene para observar cuál es el siguiente paso en la construcción de una sede comunitaria.
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7. Personas voluntarias: 629. Este fue el número aproximado de personas que estuvieron donando
su tiempo en TECHO para lograr todo lo mencionado. 629 personas que decidieron dejar de
hacer otra cosa para participar en su ciudad, en su país. Un ejercicio de empatía llevado a la
acción por personas principalmente jóvenes que nos deja claro que si hay quienes están
dispuestos a participar, dialogar y actuar en beneficio de la sociedad.
Foto arriba: El coordinador del programa de vivienda descansa un momento durante una construcción en Nuevo León.
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8. Desde hace unos años en TECHO nos dimos
cuenta de que las personas que viven en
asentamientos populares o informales no estaban
siendo censadas ni contadas. Por lo que como
organización de la sociedad civil exigimos que
sucediera y comenzó un proceso legal contra el
INEGI, el cual es el responsable de hacerlo.
Después de un tiempo la suprema corte de
justicia de la nación (el máximo organismo de
justicia en nuestro país) decidió a favor de que las
personas fueran censadas por el INEGI. El poder
de las organizaciones, como en este caso, puede
jugar un rol del cual dependa de que las personas
sean tomadas en cuenta o no en nuestro país.
Foto arriba: Momento exacto donde la Suprema Corte de Justicia de la Nación vota con unanimidad a favor de TECHO (en
la fotografía solo se perciben 4 de 5 votos) a traves de su canal en vivo.
Todo lo logrado fue con base a la solidaridad de la ciudadanía, empresas, escuelas, otras
organizaciones o personas que simplemente estaban conscientes de la situación y decidieron alzar
la mano donando lo que tenían: recursos, productos, tiempo o compartiendo información. Nosotros
solo somos el medio, por lo que esto es gracias a todas esas personas. A la par, para llevar a cabo
cada una de las acciones, las comunidades estuvieron involucradas en todo el proceso:
identificación de problemática, organización para el momento de actuar, seguimiento, aplicación
de los programas. Es decir, no fuimos a tomar un papel de héroes, sino de colaboración. Trabajando
juntos, somos más fuertes.
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Foto arriba: Una voluntaria marca las paredes de una
sede comunitaria.

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Foto arriba: Un vecino cargando pilotes (la base
de la vivienda de emergencia) en la descarga del
material previo a una construcción.

10. En TECHO no somos perfectos y cometemos
errores. Sin embargo, cuando eso sucede, nos
detenemos, cuestionamos y rectificamos.
Este año fue me toco experimentarlo y
documentarlo desde TECHO pero para mí esta
claro que las organizaciones de la sociedad
civil en el país tienen un papel claro y
necesitan estar empoderadas. Si queremos
sumar a que nuestra ciudad sea un lugar más
habitable no basta solo con señalar que se
hace mal o donde hay fallas, es necesario
participar. Una persona puede creer tener la
solución de una problemática, pero
involucrándose es cuando nos podemos dar
cuenta si es factible o no. La clave para que en
TECHO se haya logrado esto y más es que
estamos, dentro de lo que cabe, organizados.
Es decir, nos ponemos de acuerdo y nos
cuestionamos, no solo como debemos actuar,
sino si en realidad se está solucionando la
problemática. La invitación a participar y ser
testigos siempre estarán abiertas en esta y
muchas más organizaciones, pero siempre
hay que regresar a un ejercicio básico:
preguntar en que puedes ayudar en vez de
suponer en que puedes ayudar.
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Foto arriba: Una voluntaria entrega el reconocimiento a una familia despues de la conclusión de su vivienda de
emergencia.
Foto arriba: Una voluntaria acomoda flexometros para
tener medidas correctas durante la construcción de
viviendas de emergencia.