1. Diplomado en Salud Sexual Humana CONAC 2016
Aparato Reproductor de la Mujer
Los órganos genitales femeninos están constituidos por un componente interno y otro
externo y de esta forma serán analizados a continuación.
Órganos genitales internos
Este subsistema incluye a la vagina, útero y a las estructuras anexadas, tal como son las
tubas uterinas y los ovarios.
Con el fin de proporcionar una función específica a cada uno y bajo un contexto ligado a la
sexualidad es que consideramos a la vagina como el órgano de la cópula, el útero como el
órgano relacionado con la gestación, mientras que las tubas uterinas con la fecundación,
pues la unión de los gametos femeninos y masculinos ocurren a este nivel y finalmente los
ovarios, glándulas mixtas encargadas de liberar hormonas y a su vez de producir óvulos.
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Vagina
Posee una orientación hacia posterior formando un eje de 60° con respecto a la
horizontal. Es un conducto que conecta al útero con el medio externo, por tanto se le ha
asignado el rol de órgano copulador. En su porción cefálica se repliego formando los fórnix
(anterior/posterior/laterales) los cuales rodean al cuello del útero, siendo palpables al
examen ginecológico. La importancia de estos repliegues se concentra principalmente en
el posterior ya que será la zona en la que se produce la eyaculación, por tanto, es aquí
donde los espermios comienzan el recorrido en búsqueda del ovulo, esta es la razón de
porque es de mayor tamaño.
En la región ventral, nos encontramos con los tabiques avasculares vaginouretral y
vaginovesical, relacionándose con la uretra y la vejiga. Mientras que hacia posterior el
tabique vaginorectal determina una separación con la ampolla rectal. El rol de estos
septos es compartimentar la región vesical, genital y rectal.
En resumen la vagina se ubica en el espacio subperitoneal, comprendido entre el músculo
elevador del ano por caudal y el peritoneo pélvico por cefálico. Se encuentra ricamente
vascularizado por tres vasos arteriales, el tercio superior por la arteria vaginal corta, tercio
medio por la arteria vaginal larga y la región más inferior por la arteria pudenda interna,
estos vasos se anastomosan entre ellos.
El drenaje venoso está dado por el plexo venoso vaginal el cual se anastomosa con los
plexos uterinos.
El drenaje linfático es bastante amplio. El tercio superior recolecta la linfa los linfonodos
iliacos internos, mientras que el tercio inferior lo hace en los linfonodos sacros e iliacos
comunes. La región más externa o introito lo hace en los linfonodos femorales
superficiales.
Finalmente la inervación esta proporcionada por el plexo uterovaginal en casi todo su
territorio, siendo el nervio pudendo quien solo se encarga de la porción más caudal.
Útero
A este nivel ocurre la implantación del óvulo fecundado además de todo el periodo de
gestación del feto, gracias a que es un órgano muy flexible. En periodo habitual mide 7
cm. de longitud, 5 cm. de ancho y 3 cm. de espesor, con una cavidad virtual y paredes
internas que coaptan entre sí, pudiendo en el momento del embarazo alcanzar una
capacidad de hasta de 10 lts.
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Muscularmente es un verdadero sincicio muscular, con capacidad para contraerse y
relajarse como un todo. Para lograr que el producto de la concepción y la placenta sean
expulsados la contracción uterina en conjunto debe ser única tanto en sentido como en
dirección.
Se encuentra normalmente en posición de anteversoflexión.
La versión es la relación que tiene el eje longitudinal del útero con el eje longitudinal de la
vagina y la flexión es la relación que tiene el eje longitudinal del cuerpo uterino, con el eje
longitudinal del cuello uterino. Ambos ejes están inclinados hacia ventral (anterior).
Imagen. Anatomía ilustrada de Netter
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En el útero se distingue una cara anterior o vesical, separada de la vejiga urinaria por el
receso peritoneal vesicouterino. La cara dorsal o digestiva está separada de la cara
ventral del recto, por el receso peritoneal rectouterino, donde pueden localizarse
colecciones de la cavidad abdominal, como sangre, líquido, pus; esto por ser ésta la zona
más declive de la cavidad abdominopélvica. Los bordes o márgenes derecho e izquierdo
del útero se relacionan con los ligamentos anchos.
El útero se mantiene en posición, mediante ligamentos, unos con mayor importancia que
otros, desde el punto de vista de fijación.
- Los ligamentos redondos, uno a cada lado, se dirigen desde el borde lateral del útero,
inmediatamente caudal a la inserción de la tuba uterina, hacia ventral y lateral, cruzan la
arteria umbilical y los vasos iliacos externos, forman un codo alrededor de la arteria
epigástrica inferior, encuentran el anillo inguinal profundo, transcurren por el trayecto
inguinal, emergen por el orificio inguinal superficial y se fijan en la tela subcutánea de los
labios pudendos mayores. Son bastantes laxos y no constituyen un buen medio de fijación
uterina.
- El ligamento ancho se forma en el borde lateral del útero, por dos hojas de peritoneo
que cubren las caras vesical e intestinal del útero y se extienden hasta la pared lateral de
la pelvis. Entre sus dos hojas se encuentra tejido conectivo laxo, músculo liso, vasos y
nervios propios del útero, las trompas uterinas, el ligamento ovárico propio, parte del
ligamento redondo, el plexo nervioso uterovaginal y parte del uréter. No es un buen
medio de fijación uterina. Entre la tuba uterina y el ligamento redondo se encuentra el
mesosalpinx y lateral al cuerpo uterino, el parametrio.
- Los pliegues recto uterinos o ligamentos útero sacros, se dirigen desde la cara posterior
del útero, a nivel de la unión del cuerpo uterino con el istmo, rodeando las caras laterales
del recto hacia el sacro, insertándose en la cara endopélvica de este hueso. Son
fundamentales en la fijación del útero hacia dorsal.
- Los ligamentos cardinales o ligamentos cervicales transversos, están constituidos por
tejido fibroso denso. Se encuentran en la base del ligamento ancho, caudal al parametrio
y se dirigen desde el istmo uterino hacia la pared lateral de la pelvis. Estos ligamentos
sujetan fuertemente la zona del istmo uterino hacia la pared pélvica. No sólo se dirigen
hacia lateral, sino también a ventral y dorsal, formando un eje doble de sujeción
transversal y horizontal. Constituyen un buen medio de fijación uterina. Los vasos
uterinas transcurren por este ligamento y el uréter cruza de dorsal a ventral, en dirección
a la vejiga urinaria, relacionándose con los vasos uterinos, a 1,5 cm lateral al istmo
uterino. Los vasos cruzan ventral al uréter a este nivel.
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- Los ligamentos ováricos propios o ligamento útero-ováricos son cordones fibrosos que
unen el polo uterino del ovario al borde lateral del cuerpo uterino, inmediatamente
caudal a la inserción de la trompa uterina. No son buenos medios de fijación uterina.
Configuración del útero:
El útero consta de tres capas: mucosa o endometrio, muscular o miometrio y serosa o
perimetrio. El endocervix es la capa interna que cubre el cuello uterino, posee glándulas
cervicales que producen moco cervical viscoso. Durante la menstruación se desprenden
los 2/3 más internos del endometrio, quedando sólo la capa basal que va a regenerar una
nueva capa de endometrio, para volver a descamar en el próximo ciclo o transformarse
en decidua y anidar el producto de la concepción.
El miometrio es músculo liso que se organiza en capas, externa e interna longitudinal, que
cubren completamente al útero, hasta el orificio cervical externo y una capa media
plexiforme que avanza desde el fondo uterino hasta el orificio cervical interno.
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Esta capa al contraerse es capaz de cerrar flujo de los vasos uterinos y actuar como
verdaderas pinzas hemostáticas en el momento de la menstruación y en el parto, después
de la expulsión de la placenta.
El perimetrio corresponde al peritoneo que cubre al útero en su cara vesical, fondo, cara
intestinal (posterior), hasta el nivel del istmo uterino, a caudal el útero queda en una
situación subperitoneal.
Con la edad las proporciones del útero varían: en la etapa fértil 2/3 corresponden a
cuerpo uterino y 1/3 corresponde al cuello uterino. En la prepuberal y postmenopáusica
esta relación se invierten, entonces 2/3 corresponden a cuello uterino y 1/3 a cuerpo
uterino.
Irrigación e Inervación del útero:
Recibe irrigación arterial por una rama de la arteria ilíaca interna, la arteria uterina
(izquierda y derecha). El drenaje venoso es homólogo al arterial y las venas acompañan a
las arterias. Las venas uterinas, son tributarias de las venas ilíacas internas. Además, el
útero presenta una red linfática superficial subserosa y una profunda,
intramiometrial.
Los nervios del útero dependen del plexo hipogástrico inferior, acompañan en su trayecto
a las venas. Las fibras simpáticas provienen de los segmentos torácicos 11 y 12 y los
primeros lumbares. Las fibras parasimpáticas se originan a nivel de S2, S3, S4.
ANEXOS
Los anexos del aparato genital femenino corresponden a las tubas o trompas uterinas y los
ovarios.
Tubas o trompas uterinas: son conductos en forma de trompeta, de aproximadamente 12
cm de longitud, se dirigen lateralmente desde el útero hasta el polo medial del ovario y
que tienen como función el transporte y unión de los gametos y el huevo fecundado.
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Se subdividen en cuatro porciones: intersticial, uterina o intramural; ístmica, ampular e
infundibular. La porción ampular es ensanchada y corresponde al sitio de fecundación.
La porción infundibular posee fimbrias o interdigitaciones, de las cuales la de mayor
longitud es la fimbria tubo-ovárica, que une la trompa al ovario en su polo tubárico y
conduce con facilidad al óvulo desde el ovario para su ingreso en la trompa uterina.
La zona del ligamento ancho desde la tuba uterina hasta el ligamento redondo se
denomina mesosalpinx. La irrigación está por ramas arteriales de los vasos uterinos y
ováricos que se anastomosan en el mesosalpinx, proporcionan irrigación arterial. Las
venas siguen un trayecto similar a las arterias. Los linfáticos drenan en linfonodos
lumbares y aórticos. La inervación depende de los plexos ovárico e hipogástrico inferior.
Ovarios: Son órganos pares que producen óvulos y hormonas después de la pubertad.
Tienen forma de almendra, se sitúan en la pared lateral de la pelvis, a la altura de la espina
ilíaca anterosuperior. Mide 3cm de longitud, 2cm de ancho y 1cm de espesor. Antes de la
primera ovulación, la superficie del ovario es lisa y luego se vuelve irregular, por las
cicatrices que originan la dehiscencia de los folículos. El volumen es variable, dependiendo
de la edad y otros factores. El ovario es el único órgano intraperitoneal: el peritoneo llega
hasta el mesoovario y deja incluido a este órgano en la cavidad peritoneal.
En lo arterial están irrigados por las arterias ováricas, rama directa de la aorta abdominal.
Éstas se originan caudal a las arterias renales, a la altura del L2-L3.
Las venas ováricas forman un plexo pampiniforme que a través del ligamento suspensorio
del ovario va a drenar en ángulo agudo a la vena cava inferior a la derecha y en ángulo
recto, a la vena renal izquierda. El ovario drena su linfa a distancia en el grupo de
linfonodos periaórticos y lumbares, esto por su origen embriológico. Es inervado por el
plexo ovárico.
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Órganos genitales externos
Los órganos femeninos externos, están ubicados en la porción más distal del cuerpo, en la
zona media, conocida también como región pudenda o vulva. Esta región limita lateral
con los surcos genitofemorales, hacia dorsal con los glúteos y hacia ventral con una zona
que une insensiblemente el monte del pubis con la pared anterolateral del abdomen.
La vulva esta constituida por, el monte del pubis, las formaciones labiales representadas
por los labios pudendos mayores y menores, tejido eréctil correspondiente al clítoris y los
bulbos vestibulares, tejido glandular denominado glándulas vestibulares mayores y
parauretrales. La zona media se conoce como vestíbulo y en él se reconocen hacia ventral
el vestíbulo uretral y hacia dorsal el vestíbulo vaginal.
Labios Pudendos Mayores:
Estos son pliegues de piel limitados a lateral por el surco genitofemoral y a medial por el
surco interlabial. La cara lateral contiene glándulas sebáceas, sudoríparas y folículos
pilosos que se desarrollan con plenitud en la etapa de la pubertad, dando aparición al
vello pubiano; la cara medial de los labios, es lisa, rosada y carece de pelos.
El desarrollo sexual secundario depende de la acción de las glándulas suprarrenales e
influye también en la aparición del botón mamario y la redistribución del tejido graso en
las caderas. Hacia ventral, los labios mayores se unen entre sí, en la comisura anterior y
hacia dorsal en la comisura posterior (horquilla vulvar).
Profunda a la piel, se encuentra la tela subcutánea, y mayor o menor cantidad de tejido
adiposo dependiendo de la constitución del individuo; también se reconoce a este nivel, la
inserción distal del ligamento redondo del útero. En un plano más profundo, se
encuentran vasos arteriales y venosos, los vasos pudendos externos, la fascia perineal
superficial y los músculos bulbocarvernosos del compartimiento perineal superficial.
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Labios Pudendos Menores:
Estos son pliegues mucosos, limitados a lateral por el surco interlabial y a medial por el
surco ninfohimeneal. Su aspecto es húmedo, y el epitelio es de transición, plano
pluriestratificado, no cornificado.
Hacia ventral se dividen en dos hojas, una anterior y otra posterior. La hoja anterior se
une con la del lado opuesto para formar el capuchón del clítoris y la hoja posterior hace lo
mismo, posterior al cuerpo del clítoris, formando el frenillo del clítoris. Por tanto,
capuchón y frenillo del clítoris son dependencias de los labios menores. Hacia dorsal
pueden terminar de dos formas; uniéndose entre sí en la región de la horquilla vulvar o
adhiriéndose a la cara medial de los labios pudendos mayores. Estas son variaciones
anatómicas.
Normalmente los labios mayores cubren los labios menores, aunque hay variaciones con
respecto a raza y edad. Hacia la línea mediana está el surco ninfohimeneal de cada lado;
este circunscribe la región del vestíbulo, donde a su vez podemos reconocer dos orificios;
el orificio uretral externo en el meato uretral (formando el vestíbulo uretral hacia ventral)
y el orificio vaginal o introito, en el vestíbulo vaginal, hacia dorsal. A caudal y lateral del
orificio uretral externo se observan dos orificios pequeños que constituyen los orificios de
desembocadura de las glándulas parauretrales, que se encuentran al lado de la uretra.
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En la unión de los dos tercios ventrales con el tercio dorsal de los surcos ninfohimeneales,
hay un par de orificios, uno a la derecha y otro a la izquierda, los orificios de
desembocadura de las glándulas vestibulares mayores (antiguas glándulas de Bartholino).
Hacia el centro de la región del vestíbulo vaginal se observa la presencia del himen, que es
una membrana no completa, que deja un orificio; esta membrana sufre un desgarro poco
evidente después de la primera relación sexual. Las carúnculas himeneales dejan en
evidencia que la mujer ha tenido parto por vía vaginal y representa los vestigios
himeneales. Mediante la visualización del vestíbulo vaginal, se puede saber si la mujer ha
tenido o no penetración, o ha tenido o no, parto vaginal.
Una patología es el himen imperforado; en este caso esta membrana mucosa es
completa, lo que impide la penetración, o lo peor no hay salida natural de la sangre
menstrual, produciéndose un hematocolpos si la acumulación de sangre es a nivel vaginal
y un hematometra cuando la acumulación de sangre menstrual no sólo ocupa la vagina,
sino también la cavidad uterina. Esta patología es posible evitarla con un buen examen
general en el recién nacido. La resolución es quirúrgica.
Tejido eréctil:
Está formado por ejes de tejido conectivo, más o menos denso, que deja grandes espacios
o lagos venosos. A cada uno de estos lagos llega una arteriola y sale una vena, de manera
que este tejido es una verdadera esponja que se ingurgita, siendo ésta su principal
función.
Una vez que termina este proceso de rápido llenado de sangre, se produce drenaje hacia
el territorio venoso y el tejido vuelve a su estado inicial de vacuidad y consistencia blanda.
El tejido eréctil tiene una irrigación e inervación propia, de manera que el mecanismo de
la erección es vasculonervioso. En la mujer el tejido eréctil está representando por el
clítoris y los bulbos vestibulares.
Clítoris:
Está formado por una cabeza o glande, cuerpo y raíces (una por lado) que se aplican
fuertemente a las ramas isquiopubianas o ramas inferiores del pubis, específicamente al
periostio.
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Estas raíces se juntan en la línea mediana y son firmemente traccionadas hacia el pubis
por el ligamento suspensorio del clítoris. La unión de estas raíces forma el cuerpo del
clítoris, y luego de un par de centímetros, este cuerpo termina en una zona ensanchada
que es el glande o cabeza del clítoris. Cuando se llena de sangre y se erecta, tiene por
función contactar con el cuerpo peneano en el momento de la penetración.
Bulbos Vestibulares:
Son dos estructuras en forma de coma que se encuentran cubiertas a cada lado del
introito, por los músculos bulbo-esponjosos, que se apoyan en la hoja superficial del
diafragma urogenital.
El extremo ventral de los bulbos vestibulares contacta con el cuerpo del clítoris, y el
extremo dorsal contacta con las glándulas vestibulares mayores. Por ser tejido eréctil se
van a llenar de sangre en el momento de la erección y también va a favorecer el contacto
del cuerpo del pene con la vagina. Al erectarse, estrechan el tracto vaginal, la vulva se
pone más turgente, favoreciendo así el contacto.
Elementos Glandulares:
Corresponden a la glándulas parauretrales y vestibulares mayores (o de Bartholino). Estas
últimas contactan con el extremo dorsal del bulbo vestibular y se apoyan en la hoja
superficial del diafragma urogenital; miden aproximadamente 1cm de ancho por 1,5 cm
de largo, con un volumen de 3ml a 4ml de un líquido viscoso, como moco, que drena al
exterior por medio del conducto vestibular mayor y desemboca en el orificio del mismo
nombre, ubicado en el surco ninfohimeneal (en la unión de los dos tercios ventrales con el
tercio dorsal de la vulva). Esta secreción se produce por la contracción rítmica de los
músculos bulbocavernosos en el momento de la relación sexual, contribuyendo a la
lubricación.
La irrigación arterial está dada básicamente por las arterias pudendas externa e interna.
Las formaciones labiales (labios pudendos mayores y menores) reciben sangre arterial por
las ramas labiales anteriores, provenientes de la arteria pudenda externa, y las ramas
labiales posteriores de las arterias pudenda interna.
El clítoris es irrigado por la arteria dorsal profunda, rama de la arteria pudenda interna.
El drenaje venoso es homólogo a la irrigación arterial, con venas que siguen el mismo
trayecto y denominación que las arterias y drenan en las venas pudenda externa e interna.
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Los vasos linfáticos de los genitales externos, drenan la linfa al grupo de linfonodos
femorales superficiales.
Las formaciones labiales están inervadas por los nervios labiales anteriores, procedentes
del nervio ilioinguinal y por los nervios labiales posteriores procedentes del nervio
pudendo.
Departamento de Educación / CONAC